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por John Kaminski
25 Abril
2020
del
Sitio Web
JohnKaminski
traducci�n de
Alonso Gonz�lez de N�jera
09
Septiembre 2020
del
Sitio Web
Editorial-Streicher
Versi�n
original en ingles
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En Abril pasado John Kaminski public� el siguiente
interesante texto que hemos traducido, en el que
toca temas a los que le lleva la consideraci�n del
caso de la fil�sofa alejandrina Hipatia, asesinada
en 415 d.C. por palurdos fan�ticos que luego se
institucionalizaron como la 'Iglesia de Roma', y el
reconocimiento de la autor�a jud�a del cristianismo
por parte de un escritor jud�o en los a�os '20.
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Desencadenando
la Edad Oscura
-�� El
Asesinato de Hipatia�� -
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EL
ASESINATO DE HIPATIA
Y EL ASCENSO DEL CRISTIANISMO...
CUANDO EL DOGMA BORR� EL CONOCIMIENTO.
LA MUERTE DE LA FILOSOF�A EN EL SIGLO IV D.C...
Ninguna sorpresa aqu�.
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La Filosof�a muri� en los
barrios bajos de la ciudad m�s grande del mundo hace 1.600 a�os
cuando una turba de matones salvajes actuando en nombre de los
mejores intereses de su supuesto Dios asesin� a una deslumbrante
maestra que conoc�a la verdadera historia de la Humanidad mejor que
nadie antes o desde entonces.
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Junto con ella fue
destruida
pr�cticamente la historia previa entera del mundo hasta aquel punto.
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Aquello fue lo �ltimo de la Biblioteca de Alejandr�a y el final para
la mayor�a de las obras de los inmortales dramaturgos griegos, una
auto-mutilaci�n mental que sigue siendo una incalculable p�rdida
para la psique humana, una cicatriz permanente en la mente humana
por haber pose�do aquel grado de conocimiento y haberse deshecho de
todo eso por una creencia fabricada.
Aquel rompimiento radical de la Humanidad con su propia historia
sigue arrojando una sombra portentosa sobre nuestro futuro.
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Se hace
m�s dif�cil respirar y permanecer sano en este crepitante pantano
electr�nico que llamamos hogar, y ciertas historias horribles dicen
mucho acerca de por qu� toda esta miseria y traici�n masiva ahora se
sientan en nuestra puerta como un enormemente p�trido tumor k�rmico
que nos arrastra m�s abajo hacia la oscura pesadilla auto-provocada
de nuestro propio coagulado futuro.
All� en el siglo IV d.C. - que hoy apenas podemos imaginar, mucho
menos analizar - el aire podr�a haber sido m�s limpio, pero la reci�n
oficializada Iglesia cristiana en Roma se estaba desarrollando a
placer en el Estado Profundo de su tiempo, procurando desplazar todo
el conocimiento anterior con sus propios artificiales cuentos de
hadas.
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El motivo para ese antiguo
Ojo que Todo lo Ve era ni m�s ni
menos que lo que es hoy: los tir�nicos intentos para imprimir su
propia versi�n de la Historia y de la realidad en la mente de cada
alma en la Tierra.
Conducida por sus celos paranoides ante credos e historias m�s
eruditos, la reci�n acu�ada
Iglesia del Estado Profundo finalmente
impuso su propio dogma sobre el mundo entero, domin� todas las
interacciones sociales y no permiti� que ning�n cuestionamiento
sobre su exactitud hist�rica o asuntos de creencia fuera hecho por
nadie.
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Unos siglos m�s tarde esa inmovilizaci�n de las mentes del
mundo condujo a la tortura y la muerte cierta de herejes que eran
piadosamente quemados en la hoguera si ellos se atrev�an a profesar
que ellos viv�an una vida justa e independiente sin la amarga
parafernalia de cardenales y obispos que gobiernan la conducta de
las multitudes est�pidas y temerosas.
Toda esa operaci�n psicol�gica (psyop) fue definitivamente creada e
impuesta por personajes con reputaciones bastante menos que
admirables, muy parecido a como las Iglesias son hoy.
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Esos bandidos
de nuestras almas condujeron al mundo entero hacia siglos de
catastr�fica ignorancia que han llegado a ser conocidos como la Edad
Oscura (Edad Media).
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El Dogma Destruye el Conocimiento
Todos esos conflictos siempre son aprobados por Dios, y siempre
recordados por los seguidores de los Dioses que ganaron las guerras,
como lo representan las autoridades a sueldo de los credos en
cuesti�n.
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As�, Roma, a medida que se convirti� en un Estado policial
cristiano, se convirti� en la primera sociedad totalitaria en la
cual el conocimiento fue eclipsado por el dogma, un fen�meno que
siempre conduce al detrimento del mundo entero al apagar las luces
de la libertad individual.
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Ese Goliat religioso ha extendido sus
tent�culos alrededor del mundo en una variante u otra durante 1.700
a�os, con un saturnino apret�n de la muerte en la garganta de la
vida en este planeta que se hace m�s sofocante y m�s amenazante de
la vida con cada d�a que pasa.
En 325 d.C., principal entre los posibilitadores de esa ubicua
tiran�a de la creencia fue Constantino, el despiadado Pontifex
Maximus del Imperio romano, cuya l�nea narrativa estuvo
perfectamente sincronizada con el ascenso de la religi�n cristiana
inventada por los jud�os y la destrucci�n simult�nea del mayor
Imperio que el mundo haya conocido alguna vez.
Pero m�s all� y mucho antes de Constantino vino Sa�l de Tarso, un
trabajador social jud�o de su tiempo que apareci� con la diab�lica
idea de crear a un mes�as jud�o para domar a las masas
permanentemente, una idea que ha sido un �xito espectacular para
todos aquellos que han adoptado sus presuntas compensaciones
espirituales durante muchos siglos.
Despu�s de 1.600 a�os las mitolog�as cristianas sobre lugares
agradablemente sagrados en vuestra imaginaci�n lamentablemente han
sido violentamente desplazadas por las s�rdidas revelaciones de
abuso sexual de ni�os, complicidad en guerras, y siglos de
sangrientas alianzas con tiranos despiadados, y su raro recordar de
aquellos mismos feligreses que pasaban hambre a la sombra de sus
propios campanarios.
Las autoridades de la Iglesia no han podido convencernos de que
deber�amos seguir sus desali�adas repeticiones de aburridas homil�as
que enmascaran un plan m�s profundo y m�s demencial de gobernar el
mundo con ellos como una "clase alfa" con el resto de nosotros
confinados, en el mejor de los casos, a una vida incierta de peones
envenenados en un tablero de ajedrez de enfermedades fabricadas.
La f�rmula que catapult� al cristianismo a la cumbre del sangriento
c�mulo fue la declaraci�n de que todos aquellos rezos que a usted se
le ordenaba creer, le prohib�an a perpetuidad revelar alguna vez que
la vida clerical era m�s sucia que la verdadera suciedad, y sus
v�ctimas no quedaban ni cerca de alguna imagen reconocible de alg�n
Dios sino s�lo con la forzada ilusi�n de uno.
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Personajes Negativos
Brevemente dicho, el deslizamiento hacia una Roma cristiana desde
una historia rica pero confusa de esp�ritus de la Naturaleza y leyes
matem�ticas implic� la intimidaci�n del poderoso Emperador
Constantino con una andanada de consejos forzados en su lecho de
muerte, en cuyo tiempo �l primero se hizo cristiano.
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Mucho ha sido
afirmado en su nombre, incluso la propiedad de pr�cticamente la
Tierra entera por la Iglesia romana, que permaneci� como la fuerza
pol�tica m�s poderosa en el planeta hasta el tiempo en que acept� su
primer pr�stamo de parte de
los Rothschild en 1823.
Todas las falsedades que esos l�deres avaros crearon mediante
relatos ficticios de verdades antiguas causaron una p�stula en el
organismo moral de la Humanidad, un tumor del pensamiento que al
secreto le permiti� enmascararse como franqueza, saboteando para
siempre la legitimidad de las reuniones p�blicas a perpetuidad con
la pr�ctica corruptible de sesiones ejecutivas, una pr�ctica que m�s
tarde evolucion� en procedimientos de seguridad tejidos siempre como
un cr�ptico pastiche de auto-justificadas mentiras.
�Qui�n entre todos los creyentes piadosos en el mundo tiene el
coraje intelectual para refutar todos esos santos testamentos de la
realidad de un ser divino?
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�C�mo podr�a alg�n creyente fiel criticar
a tales venerados hombres usados por la posteridad como su propia
estirpe como abogados para un mundo mejor, cuando su propia
informaci�n revela la mentira de su propia afirmaci�n?
Constantino, por ejemplo, el hombre acreditado con la imposici�n del
cristianismo sobre el mundo, asesin� a su segunda esposa mientras
tambi�n elimin� a su aparente heredero antes de conseguir nombrar
al mes�as cristiano recientemente acu�ado en su auto-convocado concilio
de Nicea en 325 d.C.
Durante unos cincuenta a�os despu�s de la creaci�n cristiana de
Constantino, s�lo un c�sar apareci� para intentar restaurar la rica
tapicer�a de la religi�n romana, y aqu�l fue Juliano el Ap�stata,
que no dur� mucho tiempo ya que sufri� el destino de tantos
Emperadores romanos que fueron muertos por uno de sus propios
hombres.
La Edad Oscura (Edad Media) se extendi� b�sicamente entre 476 y 1453 d.C., o quiz�s m�s exactamente desde la muerte de
Hipatia en 415
hasta la creaci�n de la imprenta en 1440.
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Ese per�odo de la Historia
humana refleja principalmente un milenio entero de oscuridad
fundamentalmente forzada, en la cual todo el pensamiento fue
impedido por la exigencia incondicional de las �rdenes
incuestionables de Dios.
La ca�da de Hipatia y de las religiones paganas de Alejandr�a
represent� el abandono de la facticidad en la ciencia.
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Pero si no
hubiese sido por la erudici�n que creci� en el Islam temprano y por
el trabajo intr�pido de un peque�o grupo de monjes irlandeses, la
Historia antigua que hemos llegado a conocer bien pudo nunca haber
llegado hasta nosotros en absoluto.
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Respetada por Todos, Asesinada por Cristianos
Hipatia es famosa por haber sido la mayor matem�tica y astr�noma de
su tiempo, por haber sido la l�der de la escuela neoplat�nica de
filosof�a en Alejandr�a, por haber vencido espectacularmente el
profundo sexismo de su sociedad, y por haber sufrido una muerte
violenta a manos de fan�ticos ignorantes.
"Los l�deres cristianos tempranos consolidaron el poder pol�tico
uniendo la autoridad de ellos a una interpretaci�n r�gida y literal
de ense�anzas reconocidas.
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Hipatia, por otra parte, animaba a la
meditaci�n personal acerca de la naturaleza de la realidad, y la
filosof�a de ella no estaba vinculada a ninguna deidad particular.
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Su enfoque interno en cuanto a la espiritualidad entr� en conflicto
con el adoctrinamiento religioso de la Iglesia basado en el
conocimiento recibido de una fuente externa,
donde,
"la obediencia
ciega a un poder superior era una virtud y la curiosidad un vicio".
En la historia humana, aqu�l pudo haber sido el primer debate
p�blico entre el pensamiento articulado y el inflexible orden
p�blico.
"Hasta el tiempo de Constantino, los romanos practicaban el
sincretismo religioso, la mezcla de diversos sistemas de creencias y
deidades de partes distantes del Imperio.
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Cada persona era libre de
adorar a un pante�n de Dioses diferentes y seguir los ritos secretos
de m�s de un culto de misterio.
"Esa asimilaci�n espiritual enfatizaba un subyacente sentido de
unidad, y a menudo dos o m�s deidades de culturas separadas se
combinaban en una nueva persona.
"El Dios greco-egipcio Serapis era uno de tales
Dioses, una fusi�n
de Zeus y Osiris.
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�l era el patrono de Alejandr�a, y su templo, el Serapeum, alojaba los restos de la Biblioteca de Alejandr�a (la
biblioteca principal fue destru�da en un incendio el a�o 48 a.C.),
las salas de conferencias para profesores paganos como Hipatia, y
santuarios para otros Dioses con estatuas dise�adas por los mejores
artistas del mundo cl�sico.
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Considerado una maravilla del mundo, el
templo era uno de los dos baluartes m�s importantes de la cultura
pagana en Alejandr�a; el otro era la propia Hipatia.
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A medida que el
cristianismo gan� impulso, cualquier vestigio de idolatr�a estaba en
peligro".
La Era entre el ascenso del Emperador pagano
Juliano el Ap�stata en
361 y mediados de la d�cada de 380 vio los templos paganos abiertos,
la tolerancia legal de los sacrificios, y funcionarios imperiales
que al principio estimularon y finalmente toleraron muchas pr�cticas
religiosas tradicionales.
"Juliano, el sobrino de Constantino, consideraba a su t�o no como
'el Grande', sino como un revolucionario criminal que destruy�
valores religiosos tradicionales a fin de salvar una conciencia
cargada, un tirano con la mente de un banquero".
Despu�s de la muerte de Juliano, en 381 el Emperador romano de
Oriente, Teodosio, prohibi� los sacrificios, y el Imperio
gradualmente retir� su apoyo a la antigua religi�n romana.
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Hacia el
final de la d�cada de 380 un partido de monjes y obispos intensific�
las persecuciones mientras destru�an templos en Siria y Mesopotamia
y saqueaban lugares sagrados en Egipto.
Hoy no tenemos a nadie defendiendo nuestras ra�ces o direcci�n
filos�ficas.
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Tenemos s�lo a propagandistas que justifican cualquier
cosa para defender su credo preferido o supervivencia de los
saqueadores m�s aptos, mientras excusan la inmoralidad en el nombre
todopoderoso de la ganancia.
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Opiniones independientes de una
conciencia pura deben ser rara vez encontradas en todas partes.
La selecci�n de Te�filo como el nuevo patriarca de Alejandr�a
condujo a un apretamiento de los tornillos contra los paganos, que
comenzaron a rebelarse, lo cual finalmente evolucion� hacia una
guerra abierta.
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El Emperador Teodosio orden� entonces la
erradicaci�n de todas las religiones paganas.
Los cristianos demolieron la estructura m�s famosa en Alejandr�a y
una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo, el Serapeum, robaron
su tesorer�a y destruyeron la estatua gigantesca de Serapis, quien
era una combinaci�n de deidades griegas y egipcias, un consorte de
Isis y una combinaci�n de la supremac�a de Zeus y los talentos
sanadores de Asclepio, es decir, en su mayor�a basado en la ciencia
de esos tiempos.
Mezclaba lo sagrado y lo filos�fico, el objetivo
por el cual Hipatia es principalmente conocida.
Hipatia ense�aba las obras de
Plat�n y Arist�teles, y las de sus
sucesores Proclo y Y�mblico
Pero ella perdi� a la mayor parte de
sus alumnos ante la escuela de Plutarco en Atenas despu�s de los
ataques contra el Serapeum.
Todas las versiones existentes del asesinato de Hipatia por matones
contratados por el Papa son incre�blemente lisonjeras y suavizadas.
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La historia real de c�mo Hipatia encontr� su destino fue un hecho
consumado llevado a cabo por la corrupci�n metast�sica del candado
mental cristiano que se esparc�a por todo el mundo.
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En ese entonces, cada uno fue forzado a
creer en la Resurrecci�n so
pena de anatema o excomuni�n. (�Ha sido anatematizado usted alguna
vez? Yo lo he sido... con frecuencia).
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Hipatia ense�aba una
filosof�a que animaba a sus alumnos a amarse unos a otros sin tener
en cuenta sus antecedentes religiosos.
No s� cu�n refinado puede ser usted al describir a alguien que est�
siendo desgarrado en las calles de su ciudad natal.
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Al pensar que
hemos evolucionado m�s all� de aquel punto de despedazar a fil�sofos
con quienes no estamos de acuerdo, tambi�n deber�amos recordar el
destino del fallecido l�der libio
Muammar Gadhafi, que fue violado y
asesinado en las calles de su propia ciudad natal por rufianes
dogm�ticos al servicio de las potencias occidentales que quer�an
robar el oro de Libia y el m�gico sistema de agua que realmente hizo
florecer al desierto y que hab�a sido inventado e implementado por
el h�roe musulm�n.
Tanto Hipatia como Gadhafi perdieron sus vidas a manos de
los mismos principados de la oscuridad.
Nos guste o no, la mayor
parte de nosotros que leemos esto somos miembros de ambos grupos.
Tanto el libio como la alejandrina eran grandes humanos que
siguieron sus instintos morales y fueron borrados por ello por un
poder inhumano que no tiene ning�n inter�s en las preocupaciones
humanas.
Si una mentira ostensible acab� con una Era de ilustraci�n,
entonces,
�qu� nos han hecho hoy las mentiras de nuestros l�deres y
nuestros m�dicos sino inexorablemente conducirnos hacia una nueva y
m�s siniestra Edad Oscura (Edad Media)?
Hipatia y Gadhafi era ambos miembros de una tribu eterna
cuyos valerosos miembros vivieron sus vidas indefectiblemente
honrando el c�digo moral en el cual ellos cre�an.
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Ese honor es m�s
alto que el que cualquier orden religiosa puede otorgar. �
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Idiotas Salvajes
Se requirieron m�s de cinco siglos desde la invenci�n de la imprenta
para que alguien (excepto quiz�s Friedrich Nietzsche) describiera
exactamente la mec�nica de aquel opio de las masas,
el cristianismo
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As�, dice en el famoso
art�culo de 1928 (The Jew: Commissary to the
Gentiles) de (el escritor jud�o de origen rumano)
Marcus Eli Ravage:
"...la gran conspiraci�n que nosotros tramamos a principios de esta
Era y que estaba destinada a hacer del credo de una secta jud�a la
religi�n del mundo occidental.
"La Reforma no fue dise�ada puramente por malicia. Ella nos equipar�
con un enemigo antiguo y restaur� nuestra Biblia a su lugar de honor
en la cristiandad. Las revoluciones republicanas del siglo XVIII nos
liberaron de nuestra antiqu�sima invalidez pol�tica y social.
"Ellas nos beneficiaron a nosotros, pero no le hicieron da�o a
ustedes. Al contrario, ellas prosperaron y los expandieron a
ustedes. Ustedes les deben su preeminencia en el mundo.
"Pero la agitaci�n que llev� al cristianismo a Europa fue
-o al
menos puede ser f�cilmente mostrado que lo fue -planeada y ejecutada
por jud�os como un acto de venganza contra un gran Estado Gentil.
"Y cuando ustedes hablan de conspiraciones jud�as, no puedo en el
mundo entender por qu� ustedes no mencionan la destrucci�n de Roma y
la civilizaci�n entera de la Antig�edad concentrada bajo sus
banderas, a manos del cristianismo jud�o".
Ravage contin�a:
"Los historiadores de esa �poca no nos dejan dudas en cuanto a los
objetivos de Roma. Ellos nos dicen que Ner�n envi� a Vespasiano y a
su hijo Tito con �rdenes definidas y expl�citas de aniquilar
Palestina y el cristianismo juntos.
"Para los romanos, el cristianismo no significaba nada m�s que
juda�smo militante. En cuanto al deseo de Ner�n, �l tuvo al menos la
mitad de ello realizado para �l.
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Palestina fue tan completamente
aniquilada que ha permanecido como una ruina pol�tica hasta este
d�a. Pero el cristianismo no fue tan f�cilmente destruido.
"En efecto, fue s�lo despu�s de la ca�da de Jerusal�n que el
programa de Pablo se desarroll� al m�ximo.
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El objetivo era ahora
nada menos que humillar a Roma as� como ella hab�a humillado a
Jerusal�n, borrarla del mapa as� como ella hab�a borrado a Judea".
De esta manera, los cristianos combaten en vano contra los magos
demon�acos que inventaron el mismo credo que ellos defienden.
"(El) panfleto titulado
'Revelaci�n' (Apocalipsis) es, en verdad,
una revelaci�n de lo que se trata todo el asombroso asunto. Roma,
fantasiosamente denominada Babilonia, es minuciosamente descrita en
el lenguaje del odio hirviente (...)
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Un �ngel triunfalmente grita:
'�Babilonia la grande ha ca�do!'.
Luego sigue un cuadro orgi�stico
de ruina. Los negocios y la industria y el comercio mar�timo est�n
en su final. El arte y la m�sica y 'la voz del novio y de la novia'
son silenciados.
"Los apacibles conquistadores cristianos se revuelcan en la sangre
hasta las bridas de sus caballos.
'Al�grate por ella, cielo, y
ustedes, santos ap�stoles y profetas, porque Dios os ha vengado en
ella'.
"(Juan) cierra su piadosa profec�a con una visi�n de las glorias de
la nueva� - es decir, la restaurada - Jerusal�n: no cualquier fantas�a
aleg�rica sino literalmente Jerusal�n, la capital de un gran reino
reunido de 'las doce tribus de los hijos de Israel'.
"�Podr�a alguien pedir algo m�s claro?".
(1)
Cualquier parecido a
nuestro actual confinamiento mundial por una
supuesta enfermedad no m�s peligrosa que el resfriado com�n
salta
inmediatamente a la mente.
El ap�stol Sa�l/Pablo estaba equivocado. El rezo no lo detiene.
S�lo la acci�n lo detiene, la rebeli�n contra los opresores y la
ruina permanente de su malvado poder.
�Y en qu� se ha convertido
el Vaticano hoy?
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En un basti�n de
perversidad sexual y corrupci�n pol�tica, sacrificando su propia
credibilidad para abrazar los valores de
los banqueros
que siguen financi�ndolo. �
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Aqu� Est� Vuestro Nuevo Rezo
Las religiones son el enemigo del
conocimiento:
ellas avivan las
oscuras llamas de la ignorancia insistiendo en que ellas conocen el
final de la historia de la vida que siempre se despliega, congelando
as� todo el logro intelectual en el nivel de sus absurdas demandas
fabricadas por su mitolog�a particular, que inevitablemente son
determinadas como ilusorias por la subsecuente e imparcial
investigaci�n cient�fica.
Las religiones son como las vacunas,
prometiendo curar algo que
ellas mismas crean...
Lo mismo sucede tambi�n con la
invenci�n jud�a
de
la psicolog�a.
Pero en nuestro temor incoherente, que interpone la motivaci�n de
nuestro miedo a la muerte en cada acci�n de nuestras vidas, nosotros
como especie no hemos encontrado ning�n modo de prescindir de ellas
para explicar qui�nes somos y por qu� hacemos lo que hacemos.
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Para
abandonar aquellas formas de considerar las causas potenciales de
nuestra muerte, tendr�amos que renunciar a la esperanza, y �sa es la
�nica cosa que los humanos que todav�a funcionan nunca ser�n capaces
de hacer.
As�, aqu� estamos otra vez, asintiendo a las falsas declaraciones de
autoridades poderosas, aun cuando sepamos que ellas est�n diciendo
mentiras, y aunque recordemos que eso es todo lo que ellas han hecho
siempre.
�Qu� era lo que usted
esperaba ganar de todo esto?
�
�Lo sabe realmente
usted?
Referencias
-
Edward J. Watts, Hypatia: The Life and Legend of an Ancient
Philosopher, New York, Oxford University Press, 2017, pp. XII, 205. �
-
Gore Vidal, Julian, novela, 1964. �
-
Great Philosophers: Hypatia, por Carl Sagan
-
https://oregonstate.edu/instruct/phl201/modules/Philosophers/Hypatia/hypatia.html �
-
Marcus Eli Ravage, Commissary to the Gentiles, publicado en la
revista The Century, Feb. de 1928, vol. 115, N� 4, pp. 476-483. -
https //www.webcitation.org/query?url=http://www.geocities.com/alabasters_archive/commissary.html&date=2009-10-25+12:14:32 �
-
Soraya Field Fiorio, The Killing of Hypatia, Lapham's Quarterly,
16 de Enero de 2019 -
https://www.laphamsquarterly.org/roundtable/killing-hypatia
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