por Michael Goodspeed

ThunderBolts.info
13 Julio, 2004
del sitio Web Rense

traducci�n de Adela Kaufmann
versi�n original

Recientemente recib� un pu�ado de respuestas de personas desinformadas que han le�do mi serie de ensayos sobre la posible influencia de electricidad en el sistema solar � incluyendo la naturaleza el�ctrica de los cometas.

Varios me han escrito asegurando que no le estaba dando el cr�dito apropiado al astrof�sico James McCanney, aun asegurando que McCanney �origin� la teor�a el�ctrica de los cometas. Algunos han aseverado que el te�rico del �universo el�ctrico�, Wallace Thornhill ha �tomado prestada� de las teor�as de McCanney sin el debido reconocimiento a McCanney.

Ambas aserciones son falsas.

McCanney no �origin� la teor�a del cometa el�ctrico, porque:

  1. La teor�a tiene ra�ces en muchas especulaciones acerca de cometas que son del siglo 19.

  2. El trabajo catal�tico sobre el sol el�ctrico y los cometas el�ctricos era aquella del pionero del siglo veinte, Ralph Juergens, cuyos papeles publicados en el tema pre-datan aquellos de McCanney por varios a�os.

  3. La Tesis de Thornhill fue directamente inspirado por el trabajo de Juergens, cuyo trabajo Thornhill diligentemente sigui� desde el principio.

  4. La hip�tesis fue favorecida por Thornhill, quien ha agregado muchos matices, y difiere significativamente de la teor�a de McCanney.

La base de la tesis de McCanney es lanzada a la duda, por descubrimientos de la edad espacial, mientras que la de Thorhill no. No obstante, debe d�rsele el cr�dito a McCanney por haber explorado el fen�meno cometario desde el punto el�ctrico, que es �nico y ventajoso, y por haber agregado a la discusi�n cient�fica lo del �cometa el�ctrico�.

Un breve bosquejo hist�rico de la evoluci�n de la teor�a del cometa el�ctrico podr�a ser de gran ayuda.

Est� claro que por lo menos por la segunda mitad del siglo diecinueve, muchos cient�ficos cre�an que las colas de los cometas eran fundamentalmente el�ctricas. Por ejemplo, en 1872, la revista �Cient�fico Americano (del 27 de julio, en la p�gina 57), inform� a sus lectores que el �Profesor Zollner de Leipsic� atribuye la �auto-luminosidad2 de los cometas a �excitaci�n el�ctrica�.

Seg�n el art�culo, Zollner sugiere que,

�el n�cleo de los cometas, como masas, est�n sujetas a la gravedad, mientras que los vapores desarrollados de ellos, que consisten de muy peque�as part�culas, conllevan a la acci�n de la libre electricidad del sol��.

Tambi�n en el siglo 19, el 11 de agosto de 1882, Mec�nica Inglesa y El Mundo de la Ciencia, P�gs. 516-7, escribieron sobre colas cometarias:

Parecer�a haber una sensaci�n que est� creciendo r�pidamente entre los f�sicos que tanto la auto-luz de los cometas y el fen�meno de sus colas pertenece al orden de los fen�menos el�ctricos.�

Ideas similares acerca de colas cometarias aparecen en la revista Naturaleza, N�. 1370, Volumen 53, enero 30 de 1896, P�g. 306:

�Hace tiempo ha sido imaginado que el fen�meno de las colas de cometas son debidos, en alguna manera a la repulsi�n de la electricidad solar, y la luz adicional es tirada sobre este objeto por recientes investigaciones f�sicas.�

Durante d�cadas, subsecuentemente, sin embargo, la ciencia se ha movido lejos de CUALQUIER consideraci�n del fen�meno el�ctrico en el espacio, una vuelta de eventos la cual solo ahora est� siendo revertida.

Un importante catalizador para la reconsideraci�n independiente de la electricidad y el magnetismo en el espacio vino en 1950, con la publicaci�n de Immanuel Velikovsky, �Mundos en Colisi�n�. El controversial te�rico ha propuesto una extraordinaria idea. El sugiri� que, solo hace unos pocos miles de a�os, el planeta Venus apareci� en el cielo como un gran cometa.


La teor�a fue ridiculizada por los cient�ficos de la corriente principal, puesto que todos los cient�ficos bien acreditados �sab�an� que los gases no escapar�an de un cuerpo de tama�o planetario para producir la clase de �cola cometaria� que Velikovsky hab�a imaginado. Velikovsky no era ignorante de la �velocidad de escape� citada por los f�sicos, pero su examen de los registros antiguos le suger�a que nuestros ancestros fueron testigos de una extremadamente intensa actividad el�ctrica en el cielo, incluyendo la formaci�n el�ctrica de arcos entre planetas que se mov�an en cursos inestables.

Velikovsky dijo que la �nica manera que la evidencia podr�a reconciliarse con el conocimiento cient�fico en curso ser�a a trav�s de la consideraci�n del ELECTROMAGNETISMO.

En Mundos en Colisi�n (Worlds in Collision), el escribi�:

�Yo me volv� esc�ptico de las grandes teor�as referentes a los movimientos celestiales que fueron formulados cuando los hechos hist�ricos descritos no eran conocidos a la ciencia� Principios fundamentales en las mec�nicas celestes, incluyendo la ley de gravedad, deber�n cuestionarse en caso que el sol posea una carga suficiente para influenciar los planetas y sus �rbitas, o los cometas y las de ellos. En las mec�nicas celestiales Newtonianas, basadas en la teor�a de la gravedad, la electricidad y el magnetismo no juegan ning�n papel.�

En la d�cada de 1960, un ingeniero de Flagstaff AZ llamado Ralph Juergens � un redactor asociado de una publicaci�n t�cnica de McGraw-Hill � comenz� a colaborar directamente con Velikovsky, inspirado por la evidencia hist�rica para los eventos el�ctricos en los cielos. Esta evidencia urgi� a Juergens comenzar una extensa investigaci�n de las propiedades el�ctricas en los cielos. El lleg� a ver al sol como el cuerpo con m�s carga positiva al centro de un sistema el�ctrico.

En el oto�o de 1972, Juergens public� la primera de una serie de art�culos ofreciendo una revolucionaria hip�tesis sobre el �sol el�ctrico�. Los art�culos aparecieron en la serie de revistas Pensee, �Immanuel Velikovsky Reconsiderado�, P�g. 6:

�Las caracter�sticas conocidas del medio interplanetario sugieren, no solamente que el sol y los planetas est�n cargados con electricidad, pero que el sol mismo es el enfoque de una descarga el�ctrica c�smica � la fuente probable de toda su radiante energ�a.�

Mientras que el modelo de Juergens se enfoca m�s fundamentalmente en el Sol, sus implicaciones para la teor�a del cometa eran ineludibles.

Me saltar� la mayor parte de los detalles t�cnicos referentes a la formaci�n de una �envoltura de plasma� alrededor de cuerpos cargados en el espacio, pero en la hip�tesis de Juergens, un cometa pasa la mayor parte de su tiempo en las regiones m�s alejadas del sistema solar, donde el campo el�ctrico ser� m�s negativo. El n�cleo del cometa, dijo Juergens, adquiere naturalmente la carga negativa en su ambiente. Esto conduce a tensiones el�ctricas en el cometa mientras va en bajada hacia el sol.

Juergens escribe,

�Una envoltura de carga espacial comenzar� a formarse para escudar el plasma interplanetario del campo extra�o al cometa. Al correr el cometa hacia el sol, su envoltura toma la forma de una larga cola extendi�ndose lejos del sol��

El modelo de Juergens del sol el�ctrico y de los cometas descarg�ndose de electricidad fue inmediatamente tomada por Earl Milton, profesor de f�sicas en la Universidad de Letbridge en Canad�.

Hablando en la reuni�n anual de la Sociedad de Estudios Interdisciplinarios en abril de 1980, Milton ofreci� un ruidoso respaldo a la hip�tesis de Juergens:

�El cuerpo cometario toma las propiedades (nota del autor: carga el�ctrica) del espacio en el cual ha pasado la mayor parte de su tiempo. En esas apariciones no frecuentes, cuando viene hacia el espacio del SISTEMA SOLAR INTERIOR, el cuerpo del cometa pierde el equilibrio porque ahora est� movi�ndose en un ambiente que es el�ctricamente diferente del cual est� acostumbrado. Entonces ocurre un flujo el�ctrico para rectificar la situaci�n. La envoltura que se forma alrededor del cuerpo cometario brilla intensamente y asume la forma caracter�stica de la cabeza y cola del cometa.�

Varios a�os despu�s de los revolucionarios papeles de Juergens sobre el sol el�ctrico, James McCanney, en ese entonces conferencista en el departamento de f�sicas y matem�ticas de la Universidad de Cornell prepar� la primera serie de tres art�culos en la revista Kronos, sobre "La Naturaleza y Origen de los Cometas y la Evoluci�n de Cuerpos Celestiales - The Nature and Origin of Comets and the Evolution of Celestial Bodies."

En sus propias palabras,

�Este papel fue producido durante los a�os acad�micos de 1979-80, 1980-81.�

El art�culo tiene derechos de autor en 1981 y 1983.

Otro investigador, el f�sico australiano Wallace Thornhill tambi�n contribuy� significativamente a las especulaciones modernas acerca de los �cometas el�ctricos.� El inter�s de Thornhill fue provocado por las series en la Revista Pensee a principios de los a�os setentas, y su mayor inter�s estaba en el revolucionario trabajo de Ralph Juergens. Esto fue un inter�s activo que lo trajo a los Estados Unidos en 1974, para asistir a una conferencia internacional, �Velikovsky y la Reciente Historia del Sistema Solar.� Ralph Juergens fue el principal exponente.

Sobre las siguientes tres d�cadas, Thornhill acumul� una masiva base de datos, y mucho de esta investigaci�n independiente est� designada para su publicaci�n en una serie de vol�menes, comenzando con el pr�ximo libro, "Thunderbolts of the Gods� (Los Rayos de los Dioses), escrito en conjunto con David Talbott. (www.thunderbolts.info).

A�os despu�s de las series Pensee, los art�culos de James McCanney sobre cometas aparecieron en Kronos. Thornhill reconoci� que la hip�tesis de McCanney diverg�a bastante de la original hip�tesis de Juergens, y el prefiri� el modelo de Juergens. No obstante, Thornhill vio el n�cleo del cometa como un cuerpo con carga negativa movi�ndose a trav�s de un campo el�ctrico del sol, y experimentando incrementadas tensiones el�ctricas al acercarse al centro del campo (el sol).

La opini�n est� indicada en la monograf�a, �El Universo El�ctrico,� que est� siendo ahora preparado para su publicaci�n.

�Mientras un cometa acelera hacia el Sol y se caen los electrones de la superficie del planeta, primero desarrolla una enorme y visible descarga resplandeciente, o coma, luego la descarga se cambia al modo de arco. Esto resulta en un n�mero de amplias �manchas� c�todo brillante de alta densidad de corriente de gran intensidad sobre la superficie, dejando cr�teres circulares y quemando la superficie dej�ndola negra, d�ndole a la superficie su extrema oscuridad. Cada arco forma un �chorro de c�todo� que acelera el�ctricamente el material excavado y vaporizado al espacio.�

Este punto es particularmente digno de mencionar, porque distingue el modelo Juergens-Milton-Thornhill de aquel de James McCanney. La hip�tesis de McCanney era que el n�cleo cometario ACRECIENTA material, y que este proceso de aumento, continuando sobre largos per�odos de tiempo, dar�a lugar a un PLANETA. En contraste a este modelo, la hip�tesis de Thornhill predice la progresiva DEGRADACI�N del n�cleo del cometa, con caracter�sticas superficiales agudamente definidas del proceso el�ctrico de aguafuerte. Esta distinci�n entre los dos modelos resulta en una PRUEBA �CIDA.

En su art�culo, �La naturaleza de y Or�genes de Cometas y la Evoluci�n de Cuerpos Celestiales� (Parte 1), Kronos, Vol. 9, N� 1, Oto�o de 1983, McCanney escribe,

��un cometa involucrado en la descarga del condensador solar continuar� creciendo en tama�o y masa��

�Colas curvas, tales como en el cometa Donati, cuando se acerc� al Sol, son el resultado de la material en el disco Zodiacal cayendo hacia el n�cleo del cometa��

�Esto causa una acumulaci�n de material en el n�cleo asteroidal del cometa� Los Cometas eventualmente evolucionan a planetas�� M�s espec�ficamente, en el Ap�ndice 2, Parte II, Kronos Vol. 9, N� 3, verano de 1984, McCanney ofreci� como una PRUEBA DEFINITIVA su predicci�n que el material de la cola �ser� detectado por OBSERVACI�N DIRECTA a moverse HACIA el n�cleo del cometa.�

Nosotros hemos visitado ahora varios cometas. Tal movimiento no ha sido detectado, y es bastante evidente que violentos chorros est�n quitando material y aceler�ndolo hacia el espacio...

Debe ser obvio que nadie puede demandar un monopolio sobre la teor�a del cometa el�ctrico. Pero es solamente apropiado que pioneros innovadores (en este caso, Velikovsky y Juergens) reciban el debido cr�dito por haber abierto las puertas a posibilidades revolucionarias.

Desde el comienzo, Thornhill ha acreditado constantemente a Velikovsky y Juergens por la direcci�n del trabajo de su vida.

Las contribuciones de James McCanney deber�an tambi�n de ser bienvenidas, pero cualquier percepci�n de que el �origin� la teor�a del cometa el�ctrico, y/o que Wallace Thornhill injustamente ha �tomado prestado� del trabajo de McCanney es absoluta y claramente err�neo.