por Alejandro Martinez Gallardo

10 Enero 2010

del Sitio Web PijamaSurf


Carlos Castaneda, una de las figuras m�s enigm�ticas del siglo XX, es cuestionado sobre su trabajo como escritor y como aprendiz de brujo, en una rara entrevista de 1997.

Quien se ha acercado a los libros de Carlos Castaneda estar� de acuerdo que pocos libros son m�s atrapantes o quiz�s, para ser m�s precisos, tan embrujantes, como la saga que relata la incursi�n de un elusivo antrop�logo sudamericano (�un peruano criado en Brasil?) a tierras yaquis para iniciar una larga relaci�n con el brujo Don Juan Matus, depositario de una ancestral tradici�n es�terica de chamanes-guerreros toltecas.

El mainstream de la sociolog�a y de la antropolog�a consideran que la obra de Castaneda es ficci�n, una invenci�n de su imaginaci�n hambrienta de poder y notoriedad, versada, sin duda, en profundos conocimientos esot�ricos:

una s�ntesis posmoderna de las tradiciones espirituales de diversas culturas, una adaptaci�n incluyendo conceptos de la f�sica cu�ntica que formar�an parte del cuerpo des-hermetizado del new age (la similitud entre el nagual y el tonal con el mundo de la voluntad y el mundo de la representaci�n de Schopenhauer y con la totalidad implicada y la totalidad explicada del f�sico David Bohm, son notables, pero esto podr�a ser s�lo la resonancia compartida de profundos atisbos metaf�sicos).

M�s all� de todos los argumentos que se puedan hacer sobre la veracidad de la obra de Castaneda, ante el poder puro de sus textos hasta en el m�s esc�ptico germina la duda de la existencia de este inexorable brujo del M�xico secreto (Don Juan, valga la distancia, es un poco el S�crates de Castaneda) y de las realidades alternas a las que lo lleva el entrenamiento de su percepci�n (convertirse en un cuervo que percibe el mundo en negativo, emplear lagartijas telep�ticas a manera de or�culo, o tener un rendez-vouz con el esp�ritu del peyote en su forma canina, por decir s�lo algunas de tono zoom�rfico).

De lo que no hay duda es que a trav�s del arte de su escritura - brujer�a o literatura - Castaneda, el arquet�pico trickster que oculta diamantes en espejismos, conjura un sistema de percepci�n y de filosof�a pr�ctica que toca las fibras m�s profundas de la naturaleza humana, que se enfrenta al misterio de un universo infinito, tan despiadado como maravilloso.

Recordando a Castaneda, cuya obra es en s� misma un acto de brujer�a, una emanaci�n del �guila y del nagual (�acaso ebria ante el esplendor del poder que canaliza?), reproducimos esta rara entrevista publicada en el diario Uno Mismo, en Chile y Argentina, en 1997, realizada por Daniel Trujillo, v�a Castaneda.com:

Pregunta: Se�or Castaneda, durante a�os usted permaneci� en el m�s absoluto anonimato. �Qu� le ha impulsado a dejar esa condici�n para dedicarse hoy a difundir p�blicamente las ense�anzas que, junto a sus compa�eras actuales, recibi� del nagual Juan Matus?

Respuesta: Lo que nos obliga a difundir las ideas de don Juan Matus es la necesidad impostergable de aclarar lo que �l nos ense��.

Yo y sus otras tres estudiantes hemos llegado a la un�nime conclusi�n de que el mundo que nos present� don Juan Matus est� al alcance de los medios perceptivos de todos los seres humanos. Arg�imos entre nosotros cu�l ser�a el camino adecuado.

�Permanecer en el anonimato como don Juan nos propuso? Esto no encontraba entre nosotros un eco placentero.

El otro camino disponible era el de difundir las ideas de don Juan: un camino inmensamente m�s peligroso y agotador, pero el �nico que creemos tiene la dignidad con la que don Juan embebi� sus ense�anzas.


P: Considerando que usted ha dicho que los actos de un guerrero son impredecibles, y de hecho as� lo hemos comprobado durante tres d�cadas, �podemos esperar que esta etapa p�blica suya se prolongue en el tiempo?

�Hasta cu�ndo?

R: No hay manera de establecer un criterio temporal para nosotros. Vivimos de acuerdo a las premisas propuestas por don Juan y jam�s nos apartamos de ellas.

Don Juan Matus nos dio el terrible ejemplo de un hombre que viv�a como �l lo describ�a. El ejemplo de un hombre monol�tico que no tiene dos caras.

Y digo que es un ejemplo terrible porque es lo m�s dif�cil de emular:

ser monol�tico y al mismo tiempo tener la flexibilidad para encarar lo que fuera; �sa era la manera de vivir de don Juan.

Dentro de estas premisas lo �nico que se puede ser es un conducto impecable. Uno no es el jugador de esta partida de ajedrez c�smico, uno es simplemente una ficha de ajedrez.

Quien decide todo es una fuerza impersonal consciente que los brujos llaman el Intento o el Esp�ritu.


P: Seg�n he podido comprobar, la Antropolog�a ortodoxa resta credibilidad a su obra, lo mismo que los pretendidos defensores del patrimonio cultural precolombino de Am�rica.

Subsiste la creencia de que su obra es puramente el fruto de su talento literario, por cierto, excepcional; mientras que otros sectores lo acusan de un doble comportamiento, porque, supuestamente, su estilo de vida y sus actividades son contrarios a lo que la mayor�a espera de un cham�n.

�C�mo puede zanjar estas suspicacias?

R: El sistema cognitivo del hombre occidental nos fuerza a movernos a trav�s de ideas preconcebidas.

Basamos nuestros juicios en algo que es siempre "a priori", por ejemplo la idea de "lo ortodoxo". �Qu� es la antropolog�a ortodoxa? �La que se ense�a en el aula? �Y, cu�l es la conducta de los chamanes? �Ponerse plumas en la cabeza y bailar a los esp�ritus?

Han acusado a Carlos Castaneda durante treinta a�os de crear un personaje literario, simplemente porque lo que yo les dec�a no coincid�a con el "a priori" antropol�gico, con las ideas establecidas en el aula o en el campo de acci�n antropol�gico. Sin embargo, lo que me present� don Juan s�lo pod�a caber en un campo de acci�n total, y bajo tales circunstancias sucede muy poco o casi nada de lo preconcebido.

Nunca he podido llegar a conclusiones acerca del chamanismo, porque para hacer esto se necesita ser un miembro activo del mundo de los chamanes.

Es muy f�cil para un cient�fico social, digamos por ejemplo un soci�logo, llegar a conclusiones sociol�gicas acerca de cualquier tema relacionado con el mundo occidental, porque el soci�logo es un miembro activo del mundo occidental.

Pero, �c�mo puede un antrop�logo que pasa a lo m�s dos a�os estudiando otras culturas, llegar a conclusiones fidedignas acerca de ellas?

Para adquirir membres�a en un mundo cultural se necesita una vida entera. Yo he estado trabajando m�s de treinta a�os en el mundo cognitivo de los chamanes del M�xico antiguo y sinceramente creo que no he llegado a�n a adquirir la membres�a que me permita llegar a conclusiones, o siquiera proponerlas.

He discutido acerca de esto con personas de diferentes disciplinas y siempre parecen entender y estar de acuerdo con las premisas que estoy exponiendo. Pero luego se dan vuelta, y se olvidan de todo lo que acordaron y contin�an manteniendo los principios acad�micos "ortodoxos" sin importarles la posibilidad de un error absurdo en sus conclusiones.

Nuestro sistema cognitivo parece ser impenetrable.


P: �Qu� finalidad tiene el hecho de que usted se niegue a ser fotografiado, a que se grabe su voz o se conozcan sus datos biogr�ficos? �Podr�a algo de esto afectar, y de qu� manera, los logros alcanzados en su trabajo espiritual?

�No cree que ser�a �til para algunos sinceros buscadores de la verdad conocer qui�n es usted realmente, como una forma de comprobar que realmente es posible seguir el camino que pregona?

R: En cuanto a fotograf�as y datos personales, yo y los otros tres disc�pulos de don Juan Matus seguimos los dictados de �ste.

La idea principal detr�s de abstenerse de dar datos personales es muy simple para un cham�n como don Juan. Es imprescindible dejar a un lado lo que �l llamaba la "historia personal". Alejarse del "yo" resulta algo bastante engorroso y dif�cil.

Lo que buscan los chamanes como don Juan es un estado de fluidez donde el "yo" personal no cuenta.

El cre�a que este hecho afecta indiscutiblemente a quien entra dentro de ese campo de acci�n, y afecta de una manera positiva aunque subliminal, ya que estamos muy acostumbrados a fotograf�as, grabaciones, datos biogr�ficos, todos ellos engendrados por la idea de la importancia personal.

�l dec�a que es mejor no saber nada de un cham�n; de ese modo, en vez de una persona uno se encuentra con una idea sostenible, lo opuesto a lo que pasa en el mundo cotidiano, donde s�lo encontramos personas con problemas psicol�gicos y sin ideas, y todos ellos repletos hasta el tope del "yo, yo, yo".


P: �C�mo deben entender sus seguidores la existencia de todo un mecanismo comercial y publicitario - al margen de su obra literaria - en torno al conocimiento que usted y sus compa�eras difunden?

�Qu� relaci�n tiene usted realmente con Cleargreen Incorporated y las otras empresas (Laugan Producciones, Toltec Artists)? Me refiero a v�nculos comerciales.

R: A estas alturas de mi trabajo necesitaba de alguien que pudiera representarme en la difusi�n de las ideas de don Juan Matus.

Cleargreen es una corporaci�n que tiene una gran afinidad con nuestro trabajo, lo mismo que Laugan Productions y Toltec Artists. La idea de difundir las ense�anzas de don Juan a un mundo moderno como el nuestro implica el uso de medios comerciales y art�sticos que no est�n al alcance de mis medios individuales.

Como corporaciones afines a las ideas de don Juan, Cleargreen Incorporated, Laugan Productions y Toltec Artists son capaces de proporcionarme los medios para difundir lo que quiero difundir.

El af�n de las corporaciones impersonales es siempre el de dominar y transformar todo lo que se les presenta y adoptarlo a su propia ideolog�a.

De no ser por el sincero inter�s de Cleargreen, Laugan Productions y Toltec Artists, todo lo que don Juan dijo habr�a ya sido transformado en otra cosa.


P: Existe un sinn�mero de personajes que de una u otra manera se han "colgado" de usted para adquirir notoriedad p�blica.

�Qu� opini�n le merece el accionar de V�ctor S�nchez, quien ha interpretado y reordenado sus ense�anzas para elaborar una teor�a personal? �O las afirmaciones de Ken Eagle Feather, quien asegura que ha sido escogido como disc�pulo por el mism�simo don Juan, vuelto a esta dimensi�n s�lo para ello?

R: Efectivamente hay una serie de personas que se titulan a s� mismos estudiantes m�os o del mismo don Juan, a quienes yo nunca he conocido y que puedo asegurar que don Juan nunca conoci�.

Don Juan Matus estaba interesado exclusivamente en la perpetuaci�n de su linaje de chamanes. �l tuvo cuatro disc�pulos que perduran hasta el d�a de hoy. Tuvo otros que partieron con �l. Don Juan no estaba interesado en ense�ar su conocimiento, lo hizo con sus disc�pulos a fin de que continuaran su linaje.

Sus disc�pulos, como no pueden continuar el linaje de don Juan, se han visto obligados a esparcir sus ideas.

El concepto del maestro que ense�a su conocimiento es parte de nuestro sistema cognitivo, pero no es parte del sistema cognitivo de los chamanes del M�xico antiguo. Para ellos ense�ar era un absurdo. Transmitir su conocimiento a quienes iban a perpetuar la vida del linaje era otro asunto.

El hecho de que haya una serie de individuos empe�ados en usar mi nombre o el de don Juan es simplemente una maniobra f�cil para beneficiarse sin mucho trabajo.


P: Consideremos el significado de la palabra "espiritualidad" como un estado de conciencia en que los seres humanos son plenamente capaces de controlar las potencialidades de la especie, logro que se obtiene trascendiendo la simple condici�n de animal, por medio de un arduo acondicionamiento ps�quico, moral e intelectual.

�Est� de acuerdo con esta afirmaci�n? �C�mo se integra el mundo de don Juan en este contexto?

R: Para don Juan Matus, como un cham�n pragm�tico y lleno de cordura, "la espiritualidad" era una idealidad vac�a, una aseveraci�n sin fundamento que nos parece muy bella porque est� incrustada en conceptos literarios y expresiones po�ticas, pero que nunca pasa de ah�.

Los chamanes como don Juan son esencialmente pr�cticos.

Para ellos s�lo existe un universo predatorio, donde la inteligencia o la conciencia de ser son el producto de desaf�os de vida o muerte. �l se consideraba un navegante del Infinito y dec�a que para navegar en lo desconocido, como lo hace un cham�n, uno necesita pragmatismo ilimitado, cordura sin medida y "agallas de acero".

En vista de todo esto don Juan cre�a que "la espiritualidad" es simplemente una descripci�n de algo imposible de lograr bajo los patrones del mundo cotidiano, y no es un modo vivo de actuar.


P: Usted ha se�alado que su actividad literaria se debe a las instrucciones de don Juan, lo mismo que la de Taisha Abelar y Florinda Donner-Grau.

�Con qu� objetivo?

R: El objetivo de escribir los libros fue dado por don Juan.

�l aseveraba que si uno no es escritor, a�n puede escribir, pero el escribir se transforma de una acci�n literaria en una acci�n chaman�stica. Quien decide el tema y el desarrollo de un libro no es la mente del escritor, sino una fuerza que los chamanes consideran como la base del universo y a la que llaman el Intento.

Es el Intento quien decide la producci�n de un cham�n, ya sea literaria o cualquier otra.

De acuerdo con don Juan, un practicante de chamanismo tiene el deber, la obligaci�n de saturarse con toda la informaci�n disponible. El trabajo de un cham�n es el de informarse de una manera plena de todo lo posible relacionado con el t�pico de su inter�s.

El acto chaman�stico consiste en abandonar todo inter�s de dirigir el curso que tal informaci�n tome.

"Quien arregla las ideas que nacen de tal fuente de informaci�n no es el cham�n - dec�a don Juan-, sino el Intento. El cham�n es simplemente un conducto impecable".

El escribir era para don Juan un desaf�o chaman�stico, no una tarea literaria.


P: Si me permite la siguiente afirmaci�n, su obra plantea conceptos estrechamente relacionados con las doctrinas filos�ficas orientales, pero resulta contradictoria con lo que se conoce com�nmente de la cultura ind�gena mexicana.

�D�nde se encuentran las similitudes y diferencias entre una y otra?

R: No tengo la menor idea. No soy erudito ni en lo uno ni en lo otro. Mi trabajo consiste en una informaci�n fenomenol�gica del mundo cognitivo al que me introdujo don Juan Matus.

Desde el punto de vista de la fenomenolog�a como m�todo filos�fico, no es posible llegar a aseveraciones relacionadas con el fen�meno bajo escrutinio.

El mundo de don Juan Matus es tan vasto, misterioso y contradictorio que no se presta a un ejercicio de exposici�n lineal; como mucho, se puede describir, y esto haciendo un esfuerzo supremo.


P: Asumiendo que las ense�anzas de don Juan han pasado a formar parte de la literatura ocultista, �qu� opini�n le merecen otras ense�anzas, por ejemplo, las filosof�as mas�nica, Rosacruz, el Hermetismo, y disciplinas tales como la C�bala, el Tarot y la Astrolog�a, compar�ndolas con el nagualismo?

�Ha tenido alguna vez o mantiene contacto con alguna de estas vertientes o con sus seguidores?

R: De nuevo no tengo ni la menor idea de cu�les son las premisas, los puntos de vista, ni los temas de tales disciplinas. Don Juan nos present� el problema de navegar en lo desconocido y esto nos toma todo el esfuerzo disponible.


P: �Algunos de los conceptos de su obra, como el punto de encaje, las emanaciones de energ�a que componen el universo, el mundo de los seres inorg�nicos, el Intento, el Acecho y el Ensue�o, tienen una contrapartida en el conocimiento occidental?

Por ejemplo, hay quienes ven en el hombre como huevo luminoso una expresi�n del aura�

R: No, nada de lo que don Juan nos ense�� parece tener una contrapartida en el conocimiento occidental, que yo sepa.

Una vez, cuando don Juan a�n estaba presente, pas� un a�o entero a la b�squeda de gur�s, maestros, sabios que me dieran un indicio de lo que estaban haciendo.

Quer�a saber si hab�a algo en el mundo de entonces que fuera similar a lo que don Juan dec�a y hac�a.

Mis recursos eran muy limitados y s�lo me llevaron a conocer a los maestros establecidos que ten�an millares de seguidores, y desgraciadamente no pude encontrar nada parecido.


P: Concentr�ndonos ahora espec�ficamente en su obra, sus lectores nos encontramos a Carlos Castaneda diferentes.

Primero, a un acad�mico occidental algo inepto y permanentemente desconcertado ante el poder de ancianos indios cono don Juan y don Genaro (principalmente en Las Ense�anzas de don Juan, Una Realidad Aparte, Viaje a Ixtl�n, Relatos de Poder y El Segundo Anillo de Poder); luego, con un aprendiz de cham�n avezado (en El Don del �guila, El Fuego Interior, El Conocimiento Silencioso y, especialmente, en El Arte de Enso�ar).

Si est� de acuerdo con esta apreciaci�n, �cu�ndo y c�mo desapareci� uno para dejar paso al otro?

R: No me considero ni cham�n, ni maestro, ni estudiante avanzado de chamanismo, ni tampoco me considero un antrop�logo o cient�fico social del mundo occidental.

Mis presentaciones han sido todas descripciones de un fen�meno imposible de discernir bajo las condiciones del conocimiento lineal del mundo occidental.

Jam�s pude dar a lo que me ense�aba don Juan una explicaci�n de causa y efecto o tuve la posibilidad de predecir lo que �l iba a decir o lo que iba a pasar.

Bajo estas condiciones, el paso de un estado a otro es subjetivo y no algo elaborado o producto de premeditaci�n o sabidur�a.


P: En su obra es posible encontrar episodios francamente incre�bles para la mentalidad occidental. �C�mo podr�a alguien no iniciado comprobar que son verdaderas esas "realidades aparte" que usted describe?

R: Se puede comprobar de una manera muy simple.

Prestando el cuerpo entero en vez del intelecto. Al mundo de don Juan no se puede entrar intelectualmente como un diletante en pos de un conocimiento r�pido y pasajero, ni tampoco se puede comprobar nada.

Lo �nico que se puede hacer es llegar a un estado de conciencia acrecentada que nos permita percibir al mundo que nos rodea de una manera m�s amplia.

En otras palabras, la meta del chamanismo de don Juan es romper los par�metros de la percepci�n hist�rica y cotidiana, y entrar a percibir lo desconocido. De ah� que �l se llamara a s� mismo un navegante del Infinito.

�l sosten�a que mas all� de los par�metros de la percepci�n diaria, est� el Infinito. Llegar a eso era la meta de su vida, y puesto que �l era un cham�n extraordinario, nos inculc� a nosotros cuatro ese deseo.

Nos forz� a trascender el intelecto y a encarnar el concepto de la ruptura de los par�metros de la percepci�n hist�rica.


P: Usted sostiene que la caracter�stica b�sica de los seres humanos es su condici�n de "perceptores de energ�a". Se�ala el movimiento del punto de encaje como un imperativo para percibir energ�a directamente.

�Para qu� puede servir eso a un hombre del siglo XXI? �C�mo ayuda la consecuci�n de esta meta a la superaci�n espiritual, seg�n el concepto antes definido?

R: Los chamanes como don Juan sostienen que todos los seres humanos poseemos la capacidad de percibir energ�a directamente a medida que fluye en el universo.

Consideran que el punto de encaje, como ellos lo llaman, es un punto que existe en el campo de energ�a total del hombre. En otras palabras, cuando un cham�n percibe a un hombre como energ�a que fluye en el universo, "ve" a una bola luminosa.

En esa bola luminosa el cham�n puede "ver" un punto de gran brillo que est� situado a la altura de los om�platos y a la distancia de m�s o menos un metro detr�s de ellos.

Los chamanes sostienen que all� es donde se realiza la percepci�n, que la energ�a que fluye en el universo se transforma all� en datos sensoriales y que esos datos sensoriales son luego interpretados para dar como resultado el mundo de la vida cotidiana.

Los chamanes mantienen que se nos ense�a a interpretar, por lo tanto, se nos ense�a a percibir.

El valor pragm�tico de percibir la energ�a directamente a medida que fluye en el universo para el hombre del siglo XXI o del siglo I es el mismo. Le permite ampliar los l�mites de su percepci�n y utilizar dentro de sus medios ambientales tal ampliaci�n.

Don Juan dec�a que ser�a extraordinario "ver" directamente la maravilla del orden y del caos del universo.


P: Recientemente usted ha presentado una disciplina de ejercicios f�sicos que denomina Tensegridad. �Puede explicarnos de qu� se trata exactamente? �Qu� finalidad persigue?

�Qu� beneficios espirituales puede encontrar en ella quien la practique de forma individual?

R: Seg�n lo que nos ense�� don Juan Matus, los chamanes que vivieron en M�xico en tiempos antiqu�simos descubrieron una serie de movimientos, ejecutados con el cuerpo, que los llevaron a un estado de desarrollo f�sico y mental de tal magnitud que decidieron llamar a tales movimientos pases m�gicos.

Don Juan nos dijo que por medio de sus pases m�gicos, dichos chamanes adquirieron un nivel de conciencia acrecentada que les permiti� ejecutar proezas de percepci�n indescriptibles.

Los pases m�gicos fueron ense�ados a trav�s de generaciones solamente a los practicantes de chamanismo, en medio de un tremendo secreto y de complejos rituales. As� es como se los ense�aron a don Juan Matus, y as� es como �l los transmiti� a sus cuatro disc�pulos.

Nuestro esfuerzo ha consistido en extender la ense�anza de tales pases m�gicos a quien quiera aprenderlos. Los hemos llamado Tensegridad y los hemos convertido, de movimientos enteramente personales y propios de cada uno de los cuatro disc�pulos de don Juan, en movimientos gen�ricos aplicables a cualquier persona.

La practica de la Tensegridad en forma individual o colectiva promueve la salud, el vigor, la juventud y el bienestar general.

Don Juan dec�a que la pr�ctica de los pases m�gicos ayuda a acumular la energ�a necesaria para acrecentar la conciencia y ampliar los par�metros de la percepci�n.


P: Aparte de sus tres compa�eras, los asistentes a sus seminarios han conocido a otro grupo de personas, como los Chacmoles, las Rastreadoras de Energ�a, los Elementos, el Explorador Azul� �Quienes son ellos? �Se trata de una nueva partida de videntes dirigida por usted?

Si es as�, �c�mo podr�a alguien integrarse en este grupo de aprendices?

R: Cada una de esas personas acerca de las que usted pregunta son seres definidos que don Juan Matus como director de su linaje nos encarg� esperar. �l predijo la llegada de cada uno de ellos como parte integral de una visi�n.

Puesto que su linaje no pod�a continuar debido a configuraciones energ�ticas propias de sus cuatro estudiantes, su misi�n se transform� de perpetuar el linaje a cerrarlo, si fuera posible con broche de oro.

Nosotros no estamos en posici�n de cambiar esta directiva.

No podemos buscar ni aceptar aprendices o miembros vigentes de la nueva visi�n de don Juan. Lo �nico que podemos hacer es acceder a los dict�menes del Intento.

El hecho de que se est�n ense�ando los pases m�gicos, guardados con celo por tantas generaciones, es una muestra de que s� se puede llegar a ser parte de esta nueva visi�n de una manera indirecta a trav�s de la pr�ctica de la Tensegridad y de la observaci�n de las premisas del camino del guerrero.


P: En Lectores del Infinito usted ha utilizado el t�rmino "navegaci�n" para definir lo que los brujos hacen. �Est�n prontos a izar velas y levar anclas para iniciar el viaje definitivo? �Acabar� con ustedes el linaje de guerreros toltecas depositario de este conocimiento?

R: S�, efectivamente, el linaje de don Juan acaba con nosotros.


P: �Incluye el camino del guerrero el trabajo espiritual de la pareja, como se encuentra en otras propuestas?

R: El camino del guerrero incluye todo y a todos.

Puede haber una familia entera de guerreros impecables. La dificultad est� en el terrible hecho de que las relaciones individuales est�n basadas en inversiones emocionales, las cuales se desmoronan en el momento en el que el practicante realmente practica lo que aprende.

Por lo regular, en el mundo diario, las inversiones emocionales nunca son examinadas y vivimos una vida entera esperando que nos correspondan.

Don Juan dec�a que mi manera de vivir y de sentir se describ�a de una manera muy simple:

"yo s�lo doy lo que me dan",

...y que yo era un inversor empedernido.


P: Si alguien quisiera emprender el trabajo espiritual ajust�ndose al conocimiento difundido en sus libros, �a qu� posibilidades de avance puede aspirar?

�Qu� recomendaciones formular�a a quienes desean poner en pr�ctica por propia cuenta las ense�anzas de don Juan?

R: No hay manera alguna de poner un l�mite a lo que uno puede lograr de un modo individual si el intento es un intento impecable.

Las ense�anzas de don Juan no son espirituales, lo repito de nuevo, puesto que esta cuesti�n ha salido a la superficie una y otra vez. La idea de la espiritualidad no encaja con la disciplina f�rrea del guerrero.

Lo que m�s cuenta para un cham�n como don Juan es la idea del pragmatismo.

Cuando conoc� a don Juan yo me cre�a un hombre pr�ctico, un cient�fico social lleno de objetividad y pragmatismo. �l acab� con mis �nfulas y me hizo ver que como verdadero hombre occidental, yo no ten�a nada de pragm�tico y nada de espiritual.

Llegu� a entender que yo simplemente repet�a el vocablo "espiritualidad" para oponerlo a lo mercenario del mundo de todos los d�as.

Quer�a alejarme de la manera m�s certera del mercantilismo de la vida diaria y a ese af�n yo le llamaba espiritualidad. Cuando don Juan me exige llegar a una conclusi�n, a una definici�n de lo que yo consideraba espiritual, me di cuenta de que �l estaba en lo cierto.

Yo no sab�a lo que dec�a.

Suena un poco petulante decir lo que estoy diciendo, pero no hay otra manera de decirlo.

Lo que quiere un cham�n como don Juan es el engrandecimiento de la conciencia de ser, esto es, poder percibir con todas las posibilidades humanas de percepci�n, lo que implica una labor descomunal y un prop�sito sin medida, cosas que no pueden ser suplidas por la espiritualidad en el mundo occidental.


P: �Hay algo que le gustar�a explicarnos a los sudamericanos, especialmente a los chilenos? �Quisiera exponer otros planteamientos, adem�s de los formulados?

R: No tengo nada m�s que a�adir.

Todos los seres humanos estamos en el mismo nivel. Al comienzo de mi aprendizaje con don Juan Matus �l trat� de hacerme ver lo com�n de la situaci�n del hombre.

Yo, como sudamericano, estaba muy involucrado intelectualmente con la idea de la reforma social. Un d�a le plante� la pregunta que yo cre�a era fatal.

Le dije:

�c�mo es posible, don Juan, que usted permanezca impasible ante la situaci�n espantosa de sus cong�neres, los indios yaquis de Sonora?

Yo sab�a que un porcentaje de la poblaci�n yaqui sufr�a de tuberculosis y que no ten�a remedio por su condici�n econ�mica.

S� - me dijo don Juan - es una cosa muy triste, pero fig�rate que tambi�n es muy triste tu situaci�n, y si t� crees estar en condiciones mejores que los indios yaquis, te equivocas.

Es la condici�n del hombre en general el permanecer en un estado espeluznante de caos.

Nadie est� mejor que otro. Todos somos seres que vamos a morir, y a menos que tomemos en cuenta cabal esta situaci�n, no hay remedio para nosotros.

Este es otro punto del pragmatismo de los chamanes:

el darse cuenta de que somos seres que vamos a morir.

Los chamanes afirman que as� todo adquiere una medida y un orden trascendental.