Pregunta: Se�or Castaneda,
durante a�os usted permaneci� en el m�s absoluto anonimato. �Qu�
le ha impulsado a dejar esa condici�n para dedicarse hoy a
difundir p�blicamente las ense�anzas que, junto a sus compa�eras
actuales, recibi� del nagual Juan Matus?
Respuesta: Lo que nos obliga a difundir las ideas de don
Juan Matus es la necesidad impostergable de aclarar lo que �l
nos ense��.
�
Yo y sus otras tres estudiantes hemos llegado a la
un�nime conclusi�n de que el mundo que nos present� don Juan
Matus est� al alcance de los medios perceptivos de todos los
seres humanos. Arg�imos entre nosotros cu�l ser�a el camino
adecuado.
�
�Permanecer en el anonimato como don Juan nos propuso? Esto no encontraba entre nosotros un eco placentero.
�
El otro
camino disponible era el de difundir las ideas de don Juan: un
camino inmensamente m�s peligroso y agotador, pero el �nico que
creemos tiene la dignidad con la que don Juan embebi� sus
ense�anzas.
�
P: Considerando que usted ha dicho que los actos de un
guerrero son impredecibles, y de hecho as� lo hemos comprobado
durante tres d�cadas, �podemos esperar que esta etapa p�blica
suya se prolongue en el tiempo?
�
�Hasta cu�ndo?
R: No hay manera de establecer un criterio temporal para
nosotros. Vivimos de acuerdo a las premisas propuestas por don
Juan y jam�s nos apartamos de ellas.
�
Don Juan Matus nos dio el
terrible ejemplo de un hombre que viv�a como �l lo describ�a. El
ejemplo de un hombre monol�tico que no tiene dos caras.
�
Y digo
que es un ejemplo terrible porque es lo m�s dif�cil de emular:
ser monol�tico y al mismo tiempo tener la flexibilidad para
encarar lo que fuera; �sa era la manera de vivir de don Juan.
Dentro de estas premisas lo �nico que se puede ser es un
conducto impecable. Uno no es el jugador de esta partida de
ajedrez c�smico, uno es simplemente una ficha de ajedrez.
�
Quien
decide todo es una fuerza impersonal consciente que los brujos
llaman el Intento o el Esp�ritu.
�
P: Seg�n he podido comprobar, la Antropolog�a ortodoxa resta
credibilidad a su obra, lo mismo que los pretendidos defensores
del patrimonio cultural precolombino de Am�rica.
�
Subsiste la
creencia de que su obra es puramente el fruto de su talento
literario, por cierto, excepcional; mientras que otros sectores
lo acusan de un doble comportamiento, porque, supuestamente, su
estilo de vida y sus actividades son contrarios a lo que la
mayor�a espera de un cham�n.
�
�C�mo puede zanjar estas
suspicacias?
R: El sistema cognitivo del hombre occidental nos fuerza a
movernos a trav�s de ideas preconcebidas.
�
Basamos nuestros
juicios en algo que es siempre "a priori", por ejemplo la idea
de "lo ortodoxo". �Qu� es la antropolog�a ortodoxa? �La que se
ense�a en el aula? �Y, cu�l es la conducta de los chamanes?
�Ponerse plumas en la cabeza y bailar a los esp�ritus?
Han acusado a Carlos Castaneda durante treinta a�os de crear un
personaje literario, simplemente porque lo que yo les dec�a no
coincid�a con el "a priori" antropol�gico, con las ideas
establecidas en el aula o en el campo de acci�n antropol�gico.
Sin embargo, lo que me present� don Juan s�lo pod�a caber en un
campo de acci�n total, y bajo tales circunstancias sucede muy
poco o casi nada de lo preconcebido.
Nunca he podido llegar a conclusiones acerca
del chamanismo,
porque para hacer esto se necesita ser un miembro activo del
mundo de los chamanes.
�
Es muy f�cil para un cient�fico social,
digamos por ejemplo un soci�logo, llegar a conclusiones
sociol�gicas acerca de cualquier tema relacionado con el mundo
occidental, porque el soci�logo es un miembro activo del mundo
occidental.
�
Pero, �c�mo puede un antrop�logo que pasa a lo m�s
dos a�os estudiando otras culturas, llegar a conclusiones
fidedignas acerca de ellas?
�
Para adquirir membres�a en un mundo
cultural se necesita una vida entera. Yo he estado trabajando
m�s de treinta a�os en el mundo cognitivo de los chamanes del
M�xico antiguo y sinceramente creo que no he llegado a�n a
adquirir la membres�a que me permita llegar a conclusiones, o
siquiera proponerlas.
He discutido acerca de esto con personas de diferentes
disciplinas y siempre parecen entender y estar de acuerdo con
las premisas que estoy exponiendo. Pero luego se dan vuelta, y
se olvidan de todo lo que acordaron y contin�an manteniendo los
principios acad�micos "ortodoxos" sin importarles la posibilidad
de un error absurdo en sus conclusiones.
�
Nuestro sistema
cognitivo parece ser impenetrable.
�
P: �Qu� finalidad tiene el hecho de que usted se niegue a ser
fotografiado, a que se grabe su voz o se conozcan sus datos
biogr�ficos? �Podr�a algo de esto afectar, y de qu� manera, los
logros alcanzados en su trabajo espiritual?
�
�No cree que ser�a
�til para algunos sinceros buscadores de la verdad conocer qui�n
es usted realmente, como una forma de comprobar que realmente es
posible seguir el camino que pregona?
R: En cuanto a fotograf�as y datos personales, yo y los otros
tres disc�pulos de don Juan Matus seguimos los dictados de �ste.
�
La idea principal detr�s de abstenerse de dar datos personales
es muy simple para un cham�n como don Juan. Es imprescindible
dejar a un lado lo que �l llamaba la "historia personal".
Alejarse del "yo" resulta algo bastante engorroso y dif�cil.
�
Lo
que buscan los chamanes como don Juan es un estado de fluidez
donde el "yo" personal no cuenta.
�
El cre�a que este hecho afecta
indiscutiblemente a quien entra dentro de ese campo de acci�n, y
afecta de una manera positiva aunque subliminal, ya que estamos
muy acostumbrados a fotograf�as, grabaciones, datos biogr�ficos,
todos ellos engendrados por la idea de la importancia personal.
�
�l dec�a que es mejor no saber nada de un cham�n; de ese modo,
en vez de una persona uno se encuentra con una idea sostenible,
lo opuesto a lo que pasa en el mundo cotidiano, donde s�lo
encontramos personas con problemas psicol�gicos y sin ideas, y
todos ellos repletos hasta el tope del "yo, yo, yo".
�
P: �C�mo deben entender sus seguidores la existencia de todo un
mecanismo comercial y publicitario - al margen de su obra
literaria - en torno al conocimiento que usted y sus compa�eras
difunden?
�
�Qu� relaci�n tiene usted realmente con Cleargreen
Incorporated y las otras empresas (Laugan Producciones, Toltec
Artists)? Me refiero a v�nculos comerciales.
R: A estas alturas de mi trabajo necesitaba de alguien que
pudiera representarme en la difusi�n de las ideas de don Juan
Matus.
�
Cleargreen es una corporaci�n que tiene una gran afinidad
con nuestro trabajo, lo mismo que Laugan Productions y Toltec
Artists. La idea de difundir las ense�anzas de don Juan a un
mundo moderno como el nuestro implica el uso de medios
comerciales y art�sticos que no est�n al alcance de mis medios
individuales.
�
Como corporaciones afines a las ideas de don Juan, Cleargreen Incorporated, Laugan Productions y Toltec Artists son
capaces de proporcionarme los medios para difundir lo que quiero
difundir.
El af�n de las corporaciones impersonales es siempre el de
dominar y transformar todo lo que se les presenta y adoptarlo a
su propia ideolog�a.
�
De no ser por el sincero inter�s de Cleargreen, Laugan Productions y Toltec Artists, todo lo que don
Juan dijo habr�a ya sido transformado en otra cosa.
�
P: Existe un sinn�mero de personajes que de una u otra manera se
han "colgado" de usted para adquirir notoriedad p�blica.
�
�Qu�
opini�n le merece el accionar de V�ctor S�nchez, quien ha
interpretado y reordenado sus ense�anzas para elaborar una
teor�a personal? �O las afirmaciones de Ken Eagle Feather, quien
asegura que ha sido escogido como disc�pulo por el mism�simo don
Juan, vuelto a esta dimensi�n s�lo para ello?
R: Efectivamente hay una serie de personas que se titulan a s�
mismos estudiantes m�os o del mismo don Juan, a quienes yo nunca
he conocido y que puedo asegurar que don Juan nunca conoci�.
�
Don
Juan Matus estaba interesado exclusivamente en la perpetuaci�n
de su linaje de chamanes. �l tuvo cuatro disc�pulos que perduran
hasta el d�a de hoy. Tuvo otros que partieron con �l. Don Juan
no estaba interesado en ense�ar su conocimiento, lo hizo con sus
disc�pulos a fin de que continuaran su linaje.
�
Sus disc�pulos,
como no pueden continuar el linaje de don Juan, se han visto
obligados a esparcir sus ideas.
El concepto del maestro que ense�a su conocimiento es parte de
nuestro sistema cognitivo, pero no es parte del sistema
cognitivo de los chamanes del M�xico antiguo. Para ellos ense�ar
era un absurdo. Transmitir su conocimiento a quienes iban a
perpetuar la vida del linaje era otro asunto.
El hecho de que haya una serie de individuos empe�ados en usar
mi nombre o el de don Juan es simplemente una maniobra f�cil
para beneficiarse sin mucho trabajo.
�
P: Consideremos el significado de la palabra "espiritualidad"
como un estado de conciencia en que los seres humanos son
plenamente capaces de controlar las potencialidades de la
especie, logro que se obtiene trascendiendo la simple condici�n
de animal, por medio de un arduo acondicionamiento ps�quico,
moral e intelectual.
�
�Est� de acuerdo con esta afirmaci�n? �C�mo
se integra el mundo de don Juan en este contexto?
R: Para don Juan Matus, como un cham�n pragm�tico y lleno de
cordura, "la espiritualidad" era una idealidad vac�a, una
aseveraci�n sin fundamento que nos parece muy bella porque est�
incrustada en conceptos literarios y expresiones po�ticas, pero
que nunca pasa de ah�.
Los chamanes como don Juan son esencialmente pr�cticos.
�
Para
ellos s�lo existe un universo predatorio, donde la inteligencia
o la conciencia de ser son el producto de desaf�os de vida o
muerte. �l se consideraba un navegante del Infinito y dec�a que
para navegar en lo desconocido, como lo hace un cham�n, uno
necesita pragmatismo ilimitado, cordura sin medida y "agallas de
acero".
En vista de todo esto don Juan cre�a que "la espiritualidad" es
simplemente una descripci�n de algo imposible de lograr bajo los
patrones del mundo cotidiano, y no es un modo vivo de actuar.
�
P: Usted ha se�alado que su actividad literaria se debe a las
instrucciones de don Juan, lo mismo que la de Taisha Abelar y
Florinda Donner-Grau.
�
�Con qu� objetivo?
R: El objetivo de escribir los libros fue dado por don Juan.
�
�l
aseveraba que si uno no es escritor, a�n puede escribir, pero el
escribir se transforma de una acci�n literaria en una acci�n
chaman�stica. Quien decide el tema y el desarrollo de un libro
no es la mente del escritor, sino una fuerza que los chamanes
consideran como la base del universo y a la que llaman el
Intento.
�
Es el Intento quien decide la producci�n de un cham�n,
ya sea literaria o cualquier otra.
De acuerdo con don Juan, un practicante de chamanismo tiene el
deber, la obligaci�n de saturarse con toda la informaci�n
disponible. El trabajo de un cham�n es el de informarse de una
manera plena de todo lo posible relacionado con el t�pico de su
inter�s.
�
El acto chaman�stico consiste en abandonar todo inter�s
de dirigir el curso que tal informaci�n tome.
"Quien arregla las
ideas que nacen de tal fuente de informaci�n no es el cham�n - dec�a don Juan-, sino
el Intento. El cham�n es simplemente un
conducto impecable".
El escribir era para don Juan un desaf�o
chaman�stico, no una tarea literaria.
�
P: Si me permite la siguiente afirmaci�n, su obra plantea
conceptos estrechamente relacionados con las doctrinas
filos�ficas orientales, pero resulta contradictoria con lo que
se conoce com�nmente de la cultura ind�gena mexicana.
�
�D�nde se
encuentran las similitudes y diferencias entre una y otra?
R: No tengo la menor idea. No soy erudito ni en lo uno ni en lo
otro. Mi trabajo consiste en una informaci�n fenomenol�gica del
mundo cognitivo al que me introdujo don Juan Matus.
�
Desde el
punto de vista de la fenomenolog�a como m�todo filos�fico, no es
posible llegar a aseveraciones relacionadas con el fen�meno bajo
escrutinio.
�
El mundo de don Juan Matus es tan vasto, misterioso
y contradictorio que no se presta a un ejercicio de exposici�n
lineal; como mucho, se puede describir, y esto haciendo un
esfuerzo supremo.
�
P: Asumiendo que las ense�anzas de don Juan han pasado a formar
parte de la literatura ocultista, �qu� opini�n le merecen otras
ense�anzas, por ejemplo, las filosof�as mas�nica, Rosacruz, el
Hermetismo, y disciplinas tales como la C�bala, el Tarot y la
Astrolog�a, compar�ndolas con el nagualismo?
�
�Ha tenido alguna
vez o mantiene contacto con alguna de estas vertientes o con sus
seguidores?
R: De nuevo no tengo ni la menor idea de cu�les son las
premisas, los puntos de vista, ni los temas de tales
disciplinas. Don Juan nos present� el problema de navegar en lo
desconocido y esto nos toma todo el esfuerzo disponible.
�
P: �Algunos de los conceptos de su obra, como el punto de
encaje, las emanaciones de energ�a que componen el universo, el
mundo de los seres inorg�nicos, el Intento, el Acecho y el
Ensue�o, tienen una contrapartida en el conocimiento occidental?
�
Por ejemplo, hay quienes ven en el hombre como huevo luminoso
una expresi�n del aura�
R: No, nada de lo que don Juan nos ense�� parece tener una
contrapartida en el conocimiento occidental, que yo sepa.
Una vez, cuando don Juan a�n estaba presente, pas� un a�o entero
a la b�squeda de gur�s, maestros, sabios que me dieran un
indicio de lo que estaban haciendo.
�
Quer�a saber si hab�a algo
en el mundo de entonces que fuera similar a lo que don Juan
dec�a y hac�a.
Mis recursos eran muy limitados y s�lo me llevaron a conocer a
los maestros establecidos que ten�an millares de seguidores, y
desgraciadamente no pude encontrar nada parecido.
�
P: Concentr�ndonos ahora espec�ficamente en su obra, sus
lectores nos encontramos a Carlos Castaneda diferentes.
�
Primero,
a un acad�mico occidental algo inepto y permanentemente
desconcertado ante el poder de ancianos indios cono don Juan y
don Genaro (principalmente en
Las Ense�anzas de don Juan, Una
Realidad Aparte, Viaje a Ixtl�n, Relatos de Poder y El Segundo
Anillo de Poder); luego, con un aprendiz de cham�n avezado (en
El Don del �guila, El Fuego Interior, El Conocimiento Silencioso
y, especialmente, en El Arte de Enso�ar).
�
Si est� de acuerdo con
esta apreciaci�n, �cu�ndo y c�mo desapareci� uno para dejar paso
al otro?
R: No me considero ni cham�n, ni maestro, ni estudiante avanzado
de chamanismo, ni tampoco me considero un antrop�logo o
cient�fico social del mundo occidental.
�
Mis presentaciones han
sido todas descripciones de un fen�meno imposible de discernir
bajo las condiciones del conocimiento lineal del mundo
occidental.
�
Jam�s pude dar a lo que me ense�aba don Juan una
explicaci�n de causa y efecto o tuve la posibilidad de predecir
lo que �l iba a decir o lo que iba a pasar.
�
Bajo estas
condiciones, el paso de un estado a otro es subjetivo y no algo
elaborado o producto de premeditaci�n o sabidur�a.
�
P: En su obra es posible encontrar episodios francamente
incre�bles para la mentalidad occidental. �C�mo podr�a alguien
no iniciado comprobar que son verdaderas esas "realidades
aparte" que usted describe?
R: Se puede comprobar de una manera muy simple.
�
Prestando el
cuerpo entero en vez del intelecto. Al mundo de don Juan no se
puede entrar intelectualmente como un diletante en pos de un
conocimiento r�pido y pasajero, ni tampoco se puede comprobar
nada.
�
Lo �nico que se puede hacer es llegar a un estado de
conciencia acrecentada que nos permita percibir al mundo que nos
rodea de una manera m�s amplia.
�
En otras palabras, la meta del
chamanismo de don Juan es romper los par�metros de la percepci�n
hist�rica y cotidiana, y entrar a percibir lo desconocido. De
ah� que �l se llamara a s� mismo un navegante del Infinito.
�
�l
sosten�a que mas all� de los par�metros de la percepci�n diaria,
est� el Infinito. Llegar a eso era la meta de su vida, y puesto
que �l era un cham�n extraordinario, nos inculc� a nosotros
cuatro ese deseo.
�
Nos forz� a trascender el intelecto y a
encarnar el concepto de la ruptura de los par�metros de la
percepci�n hist�rica.
�
P: Usted sostiene que la caracter�stica b�sica de los seres
humanos es su condici�n de "perceptores de energ�a". Se�ala el
movimiento del punto de encaje como un imperativo para percibir
energ�a directamente.
�
�Para qu� puede servir eso a un hombre del
siglo XXI? �C�mo ayuda la consecuci�n de esta meta a la
superaci�n espiritual, seg�n el concepto antes definido?
R: Los chamanes como don Juan sostienen que todos los seres
humanos poseemos la capacidad de percibir energ�a directamente a
medida que fluye en el universo.
�
Consideran que el punto de
encaje, como ellos lo llaman, es un punto que existe en el campo
de energ�a total del hombre. En otras palabras, cuando un cham�n
percibe a un hombre como energ�a que fluye en el universo, "ve"
a una bola luminosa.
�
En esa bola luminosa el cham�n puede "ver"
un punto de gran brillo que est� situado a la altura de los
om�platos y a la distancia de m�s o menos un metro detr�s de
ellos.
�
Los chamanes sostienen que all� es donde se realiza la
percepci�n, que la energ�a que fluye en el universo se
transforma all� en datos sensoriales y que esos datos
sensoriales son luego interpretados para dar como resultado el
mundo de la vida cotidiana.
�
Los chamanes mantienen que se nos
ense�a a interpretar, por lo tanto, se nos ense�a a percibir.
El valor pragm�tico de percibir la energ�a directamente a medida
que fluye en el universo para el hombre del siglo XXI o del
siglo I es el mismo. Le permite ampliar los l�mites de su
percepci�n y utilizar dentro de sus medios ambientales tal
ampliaci�n.
�
Don Juan dec�a que ser�a extraordinario "ver"
directamente la maravilla del orden y del caos del universo.
�
P: Recientemente usted ha presentado una disciplina de
ejercicios f�sicos que denomina
Tensegridad. �Puede explicarnos
de qu� se trata exactamente? �Qu� finalidad persigue?
�
�Qu�
beneficios espirituales puede encontrar en ella quien la
practique de forma individual?
R: Seg�n lo que nos ense�� don Juan Matus, los chamanes que
vivieron en M�xico en tiempos antiqu�simos descubrieron una
serie de movimientos, ejecutados con el cuerpo, que los llevaron
a un estado de desarrollo f�sico y mental de tal magnitud que
decidieron llamar a tales movimientos pases m�gicos.
Don Juan nos dijo que por medio de sus pases m�gicos, dichos
chamanes adquirieron un nivel de conciencia acrecentada que les
permiti� ejecutar proezas de percepci�n indescriptibles.
Los pases m�gicos fueron ense�ados a trav�s de generaciones
solamente a los practicantes de chamanismo, en medio de un
tremendo secreto y de complejos rituales. As� es como se los
ense�aron a don Juan Matus, y as� es como �l los transmiti� a
sus cuatro disc�pulos.
Nuestro esfuerzo ha consistido en extender la ense�anza de tales
pases m�gicos a quien quiera aprenderlos. Los hemos llamado
Tensegridad y los hemos convertido, de movimientos enteramente
personales y propios de cada uno de los cuatro disc�pulos de don
Juan, en movimientos gen�ricos aplicables a cualquier persona.
La practica de la Tensegridad en forma individual o colectiva
promueve la salud, el vigor, la juventud y el bienestar general.
�
Don Juan dec�a que la pr�ctica de los pases m�gicos ayuda a
acumular la energ�a necesaria para acrecentar la conciencia y
ampliar los par�metros de la percepci�n.
�
P: Aparte de sus tres compa�eras, los asistentes a sus
seminarios han conocido a otro grupo de personas, como los
Chacmoles, las Rastreadoras de Energ�a, los Elementos, el
Explorador Azul� �Quienes son ellos? �Se trata de una nueva
partida de videntes dirigida por usted?
�
Si es as�, �c�mo podr�a
alguien integrarse en este grupo de aprendices?
R: Cada una de esas personas acerca de las que usted pregunta
son seres definidos que don Juan Matus como director de su
linaje nos encarg� esperar. �l predijo la llegada de cada uno de
ellos como parte integral de una visi�n.
�
Puesto que su linaje no
pod�a continuar debido a configuraciones energ�ticas propias de
sus cuatro estudiantes, su misi�n se transform� de perpetuar el
linaje a cerrarlo, si fuera posible con broche de oro.
Nosotros no estamos en posici�n de cambiar esta directiva.
�
No
podemos buscar ni aceptar aprendices o miembros vigentes de la
nueva visi�n de don Juan. Lo �nico que podemos hacer es acceder
a los dict�menes del Intento.
El hecho de que se est�n ense�ando los pases m�gicos, guardados
con celo por tantas generaciones, es una muestra de que s� se
puede llegar a ser parte de esta nueva visi�n de una manera
indirecta a trav�s de la pr�ctica de la Tensegridad y de la
observaci�n de las premisas del camino del guerrero.
�
P: En Lectores del Infinito usted ha utilizado el t�rmino
"navegaci�n" para definir lo que los brujos hacen. �Est�n
prontos a izar velas y levar anclas para iniciar el viaje
definitivo? �Acabar� con ustedes el linaje de guerreros toltecas
depositario de este conocimiento?
R: S�, efectivamente, el linaje de don Juan acaba con nosotros.
�
P: �Incluye el camino del guerrero el trabajo espiritual de la
pareja, como se encuentra en otras propuestas?
R: El camino del guerrero incluye todo y a todos.
�
Puede haber
una familia entera de guerreros impecables. La dificultad est�
en el terrible hecho de que las relaciones individuales est�n
basadas en inversiones emocionales, las cuales se desmoronan en
el momento en el que el practicante realmente practica lo que
aprende.
�
Por lo regular, en el mundo diario, las inversiones
emocionales nunca son examinadas y vivimos una vida entera
esperando que nos correspondan.
�
Don Juan dec�a que mi manera de
vivir y de sentir se describ�a de una manera muy simple:
"yo
s�lo doy lo que me dan",
...y que yo era un inversor empedernido.
�
P: Si alguien quisiera emprender el trabajo espiritual
ajust�ndose al conocimiento difundido en sus libros, �a qu�
posibilidades de avance puede aspirar?
�
�Qu� recomendaciones
formular�a a quienes desean poner en pr�ctica por propia cuenta
las ense�anzas de don Juan?
R: No hay manera alguna de poner un l�mite a lo que uno puede
lograr de un modo individual si el intento es un intento
impecable.
�
Las ense�anzas de don Juan no son espirituales, lo
repito de nuevo, puesto que esta cuesti�n ha salido a la
superficie una y otra vez. La idea de la espiritualidad no
encaja con la disciplina f�rrea del guerrero.
�
Lo que m�s cuenta
para un cham�n como don Juan es la idea del pragmatismo.
�
Cuando
conoc� a don Juan yo me cre�a un hombre pr�ctico, un cient�fico
social lleno de objetividad y pragmatismo. �l acab� con mis
�nfulas y me hizo ver que como verdadero hombre occidental, yo
no ten�a nada de pragm�tico y nada de espiritual.
�
Llegu� a
entender que yo simplemente repet�a el vocablo "espiritualidad"
para oponerlo a lo mercenario del mundo de todos los d�as.
�
Quer�a alejarme de la manera m�s certera del mercantilismo de la
vida diaria y a ese af�n yo le llamaba espiritualidad. Cuando
don Juan me exige llegar a una conclusi�n, a una definici�n de
lo que yo consideraba espiritual, me di cuenta de que �l estaba
en lo cierto.
�
Yo no sab�a lo que dec�a.
Suena un poco petulante decir lo que estoy diciendo, pero no hay
otra manera de decirlo.
�
Lo que quiere un cham�n como don Juan es
el engrandecimiento de la conciencia de ser, esto es, poder
percibir con todas las posibilidades humanas de percepci�n, lo
que implica una labor descomunal y un prop�sito sin medida,
cosas que no pueden ser suplidas por la espiritualidad en el
mundo occidental.
�
P: �Hay algo que le gustar�a explicarnos a los sudamericanos,
especialmente a los chilenos? �Quisiera exponer otros
planteamientos, adem�s de los formulados?
R: No tengo nada m�s que a�adir.
�
Todos los seres humanos estamos
en el mismo nivel. Al comienzo de mi aprendizaje con don Juan
Matus �l trat� de hacerme ver lo com�n de la situaci�n del
hombre.
�
Yo, como sudamericano, estaba muy involucrado
intelectualmente con la idea de la reforma social. Un d�a le
plante� la pregunta que yo cre�a era fatal.
�
Le dije:
�c�mo es
posible, don Juan, que usted permanezca impasible ante la
situaci�n espantosa de sus cong�neres, los indios yaquis de
Sonora?
Yo sab�a que un porcentaje de la poblaci�n yaqui sufr�a de
tuberculosis y que no ten�a remedio por su condici�n econ�mica.
S� - me dijo don Juan - es una cosa muy triste, pero fig�rate que
tambi�n es muy triste tu situaci�n, y si t� crees estar en
condiciones mejores que los indios yaquis, te equivocas.
Es la
condici�n del hombre en general el permanecer en un estado
espeluznante de caos.
�
Nadie est� mejor que otro. Todos somos
seres que vamos a morir, y a menos que tomemos en cuenta cabal
esta situaci�n, no hay remedio para nosotros.
Este es otro punto del pragmatismo de los chamanes:
el darse
cuenta de que somos seres que vamos a morir.
Los chamanes
afirman que as� todo adquiere una medida y un orden
trascendental.