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del Sitio Web�PsychologyToday
traducci�n de
Adela Kaufmann � � � �
Amabilidad y cooperaci�n Son m�s naturales a los seres humanos. que el ego�smo... � � � Durante mucho tiempo, ha habido un supuesto general en nuestra cultura de que la "naturaleza humana" es esencialmente negativa. � Los seres humanos, seg�n se asumi�, est�n fuertemente dispuestos a rasgos como el ego�smo, la dominaci�n y la guerra.�Tenemos fuertes impulsos naturales para competir entre nosotros por los recursos, y para tratar de acumular poder y posesiones. �
Si
somos amables el uno con el otro, generalmente es porque tenemos
motivos ocultos de alguna forma.�Si somos buenos, es solo porque
hemos logrado controlar y trascender nuestro ego�smo y brutalidad
naturales.� � La psicolog�a evolutiva describe c�mo los rasgos humanos actuales se desarrollaron en tiempos prehist�ricos, durante lo que se denomina,
El EAE se suele considerar como un per�odo de intensa competencia, cuando la vida era una especie de�batalla de gladiadores romanos�en la que solo se seleccionaban los rasgos que daban a las personas una ventaja de supervivencia, y todos los dem�s quedaban en el camino. � La vida era una lucha tal que el ego�smo y el deseo de poder y riqueza eran "seleccionados" por la evoluci�n. �
Debido a que la supervivencia de las personas depend�a del acceso a
los recursos (como r�os, bosques y grupos de animales), era
inevitable que hubiera competencia y conflicto entre grupos rivales,
lo que llev� al desarrollo de rasgos como el racismo y la guerra.� � Pero, de hecho, el supuesto en el que se basa (que la vida prehist�rica fue una lucha competitiva por la supervivencia) es completamente falso...
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Abundancia prehist�rica � Como resultado, es probable que haya una gran cantidad de recursos para los grupos de cazadores-recolectores.�Seg�n algunas estimaciones, hace unos 15.000 a�os, la poblaci�n de Europa era de solo 29,000, y la poblaci�n de todo el mundo no era m�s de medio mill�n. � Con tan peque�as densidades de poblaci�n, parece poco probable que los grupos de cazadores-recolectores prehist�ricos tuvieran que competir entre s� por el acceso a los recursos, o que tuvieran alguna necesidad de desarrollar la crueldad y la competitividad o de ir a la guerra. �
(De
hecho, esto queda ilustrado por la evidencia de un largo per�odo de
"paz prehist�rica", como he analizado en un blog anterior.)� � Esto explica en parte por qu� los esqueletos de los antiguos cazadores-recolectores son sorprendentemente grandes y robustos, y muestran pocas se�ales de enfermedades degenerativas y caries.�Los cazadores-recolectores prehist�ricos tambi�n eran mucho menos vulnerables a las enfermedades que los pueblos posteriores. � De hecho, hasta que los avances de la medicina moderna y la higiene de los siglos 19�y 20, es muy posible que han sufrido menos la enfermedad que cualquier otro ser humano en la historia.� � � �
� (Esto no significa que todos los grupos de cazadores-recolectores contempor�neos, solo los grupos que practican el forrajeo y viven una forma de vida de "retorno inmediato", lo que significa que no almacenan alimentos, sino que consumen recursos poco despu�s de reunirlos). � Una de las cosas sorprendentes de estos grupos es su igualitarismo. � Como�ha se�alado�el antrop�logo�BM Knauft, los cazadores-recolectores se caracterizan por:
Los individuos en tales grupos no acumulan sus propios bienes y posesiones:
Esto se hace compartiendo cr�dito y deshonrando o ridiculizando a cualquiera que se vuelva demasiado fanfarr�n. � El�Rey de �frica�intercambia flechas antes de ir a cazar, y cuando se mata a un animal, el cr�dito no va a la persona que dispar� la flecha, sino a la persona a la que pertenece la flecha.�Si una persona se vuelve demasiado dominante o demasiado arrogante, los otros miembros de su grupo se unen contra ellos o los excluyen. � T�picamente en tales grupos, los hombres no tienen autoridad sobre las mujeres. � Las mujeres generalmente eligen a sus propias parejas matrimoniales, deciden qu� trabajo quieren hacer y trabajan cuando lo desean, y si un matrimonio se rompe, tienen derechos de custodia sobre sus hijos. � Otra investigaci�n reciente sobre grupos contempor�neos de cazadores-recolectores ha demostrado que los hombres y las mujeres tienden a tener un estatus e influencia iguales, lo que lleva a la sugerencia de que la desigualdad sexual solo comenz� a surgir con el desarrollo de la agricultura.�(2)
� Altruismo e igualitarismo
� No hay ninguna raz�n por la cual los rasgos como el racismo, la guerra y la dominaci�n masculina debieran haber sido seleccionados por la evoluci�n, ya que no habr�an tenido ning�n beneficio para nosotros.�De hecho, como hemos visto, los individuos que se comportaron de manera ego�sta y despiadada tendr�an menos probabilidades de sobrevivir, ya que habr�an sido excluidos de sus grupos. � Por el contrario, tiene m�s sentido ver rasgos como la cooperaci�n, el igualitarismo, el altruismo y la paz como algo natural para los seres humanos. � Estos fueron los rasgos que prevalecieron en la vida humana durante decenas de miles de a�os, durante la llamada era de�la adaptaci�n evolutiva, por lo que probablemente estos sean los rasgos m�s fuertes en nosotros ahora.� � Por supuesto, podr�a argumentar que si este es el caso,
Sin embargo, quiz�s deber�amos ver estos rasgos como el resultado de factores ambientales y psicol�gicos. � La investigaci�n ha demostrado repetidamente que cuando los h�bitats naturales de los primates (como los chimpanc�s) se alteran, tienden a volverse m�s violentos y jer�rquicos. � As� que tal vez nos haya sucedido algo similar, ya que abandonamos el estilo de vida de los cazadores y recolectamos, cambiamos a la agricultura y luego comenzamos a vivir en pueblos y ciudades. � Otra posible teor�a (que expongo en mi libro�The Fall (La Ca�da) es que la "ca�da" en la guerra y la jerarqu�a (y otros rasgos negativos) se relacion� con un cambio psicol�gico que ocurri� en algunos grupos de personas, comenzando hace unos 6,000 a�os: El desarrollo de un mayor sentido de individualidad y separaci�n. �
En
cualquier caso, estos rasgos negativos se desarrollaron tan
recientemente que no es posible explicarlos en t�rminos adaptativos
o evolutivos.� �
El
lado "bueno" de nuestra naturaleza est� mucho m�s arraigado que el
lado "malo". � � � Referencias
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