por�
Ed Yong
05 Junio 2018

del Sitio Web�TheAtlantic

traducci�n de Adela Kaufmann
Versi�n original en ingles

Nave espacial InSight de la NASA

Gene Blevins

Reuters



Sus habilidades
podr�an hacer m�s dif�cil

detener a los microbios de la Tierra

de contaminar otros mundos.



Pocos lugares son tan dif�ciles de infiltrar para los microbios como las salas blancas en las que la NASA ensambla sus naves espaciales.

Aquellos que van a la deriva en el aire tienen que ir a trav�s de guanteletes de filtros.�Aquellos se pasean con los empleados encuentran que sus caminos est�n prohibidos por m�scaras faciales y monos de cuerpo entero con capucha.

Aquellos que realmente logran aterrizar en una superficie encontrar�n un mundo de hambre y sequ�a, carente de agua y nutrientes.

Si sobreviven, la mayor�a ser� barrida cuando las paredes, el piso y el contenido de las salas limpias sean repetidamente limpiadas con solventes a base de alcohol.�

Todo esto es en ayuda de la "protecci�n planetaria":

la tarea de evitar que los microbios de la Tierra se suban a nuestro veh�culo espacial y contaminen otros mundos.

La NASA est� sujeta a este principio por un tratado internacional, y hace todo lo posible para mantenerlo.�Despu�s de todo, los microbios de poliz�n de la Tierra podr�an confundir cualquier intento de encontrar vida extraterrestre real en otros planetas.�

Pero es imposible esterilizar las superficies por completo.

Incluso las salas blancas de la NASA tienen�sus propios microbiomas, una comunidad com�n de especies s�per-fuertes que de alguna manera resisten los rigurosos procedimientos de desinfecci�n.

Estas comunidades est�n dominadas por la�bacteria Acinetobacter, que normalmente se encuentra en el suelo y el agua.�Mientras que otros microbios desaparecen durante el proceso de limpieza, el Acinetobacter persiste.

Los cient�ficos han aislado cepas de la superficie del orbitador Mars Odyssey, desde los pisos en los que�se ensambl� el�Mars Phoenix lander, desde el exterior de la�Estaci�n Espacial Internacional, e incluso desde el agua potable de la estaci�n.

Ahora, un equipo de cient�ficos dirigido por�Rakesh Mogul�de la Universidad Polit�cnica del Estado de California en Pomona ha descubierto uno de los trucos de supervivencia de Acinetobacter:

Estos microbios pueden comer los mismos productos de limpieza que est�n destinados a desterrarlos.

"Puedes limpiar las habitaciones y esterilizarlas, pero los microbios todav�a est�n all�", dice Mogul.�"Para ser un poco Jurassic Park al respecto: la vida encontrar� su camino".

Su equipo, compuesto en su mayor�a por estudiantes de pregrado, tom� cepas de Acinetobacter que hab�an sido recuperadas de las salas limpias, y las cultivaron con niveles de nutrientes extremadamente bajos.

Bajo estas dietas extremadamente restrictivas, las bacterias podr�an crecer en etanol como su principal combustible.�Lo quemaban para obtener energ�a, y usaron su carbono para hacer su propio ADN, prote�nas y otras mol�culas esenciales.

El equipo encontr� indicios de que Acinetobacter tambi�n podr�a crecer con alcohol isoprop�lico, el principal qu�mico utilizado para limpiar las superficies de la sala limpia, y Kleenol 30, el detergente utilizado para fregar los pisos de las salas blancas.

Incluso si no pueden usar estas sustancias como fuentes de energ�a, sin duda pueden descomponerlas.

Incluso pueden resistir el tratamiento con per�xido de hidr�geno, el qu�mico utilizado en blanqueadores, detergentes y desinfectantes.

"La presencia persistente de microbios en salas limpias utilizadas para ensamblar naves espaciales ha sido ampliamente reconocida en los �ltimos 20 a�os como un problema irritante", dice Lisa Pratt, oficial de protecci�n planetaria de la NASA.

Pero este nuevo estudio dice que,

"Los qu�micos desinfectantes destinados a matar bacterias alimentan, mantienen y aumentan la tolerancia a la esterilizaci�n de algunos microorganismos".

Parece que los ambientes �speros, secos y qu�micamente bombardeados de las salas limpias seleccionan solo las bacterias m�s duras.

Y las cepas de Acinetobacter son inusualmente dif�ciles.�Pueden resistir el per�xido de hidr�geno, la desecaci�n, la radiaci�n, las altas presiones y temperaturas de hasta 80 grados Celsius.

Algunas cepas pueden�ignorar los antibi�ticos�y causar�brotes de neumon�a en los hospitales, aunque Mogul se�ala que ninguna de las cepas que �l estudi� causan enfermedades.�

Aun as�, su estudio significa que la NASA podr�a tener que intensificar su juego de protecci�n planetaria, especialmente para futuras misiones destinadas a detectar la vida en otros mundos.

Podr�an intentar usar diferentes tipos de solventes en rotaci�n, para evitar seleccionar una comunidad de microbios resistentes.

Pero dado que necesitan matar a los microbios sin matar tambi�n a la nave espacial,

"hay un cuello de botella de los tipos de productos qu�micos que pueden usar", dice Mogul.

La persistencia de Acinetobacter deber�a ser causa de temor y no de alarma.

Los peri�dicos regularmente imprimen titulares alarmistas sobre las bacterias que acechan en los objetos cotidianos, desde carteras hasta teclados y perillas de puertas y tel�fonos.

Pero no se puede escapar al hecho de que las bacterias son omnipresentes.

"No existe el 100 por ciento de esterilidad", dice Mogul.�"Siempre habr� algo all�".