por Chris Sweneey
15 Septiembre 2020
del Sitio Web RT

traducci�n de SOTT
15 Septiembre 2020

del Sitio Web SOTT
Versi�n original en ingles


Espionaje Covid-19 entre la poblaci�n
� Getty Images / Massonstock

La introducci�n en Gran Breta�a

de nuevas y controvertidas restricciones sobre el Covid

ha desembocado en un llamamiento oficial

pidi�ndole a la gente que alerte a las autoridades

al presenciar cualquier irregularidad.

Pero este concepto es completamente t�xico.

El gobierno ha animado a la poblaci�n brit�nica a delatar a vecinos y desconocidos.

Esta petici�n discordante lleg� a trav�s del ministro de Criminolog�a, Kit Malthouse, quien quiere mantenerse al corriente de cualquier violaci�n respecto de las restricciones actualizadas sobre el coronavirus.

Las nuevas leyes s�lo autorizan reuniones con un m�ximo de seis personas, tanto en zonas externas como internas.

Ante cualquier violaci�n de dicha norma se aplicar� una multa de 3.200 libras esterlinas.

En cuanto a todos los que llaman a la polic�a para informar sobre los infractores, Malthouse inst�:

"absolutamente, tienen que hacerlo", a�adiendo tambi�n que "los vecinos pueden marcar el n�mero correspondiente a casos que no son de emergencia".

Es probable que el plan intensifique el peso de la labor sobre las fuerzas policiales, ya sobrecargada de por s� en todo el pa�s, en cuanto los ciudadanos de a pie empiecen a asumir el papel de informantes.

Pero al presidente del Consejo Nacional de Jefes de Polic�a (NPCC), Martin Hewitt, parec�a no preocuparle - admiti�:

"Depende de que todos nos mostremos responsables".

Durante el confinamiento del mes de marzo se form� una ola de compa�erismo en las comunidades.

Surgieron almas bien intencionadas que ofrecieron asistencia a enfermos y personas solitarias.

Sin embargo, este est�mulo en delatar a otras personas amenaza con diezmar las buenas intenciones. Esto crear�a una oleada de 'fisgones detr�s de las cortinas', espiando y tratando de adivinar lo que sus vecinos est�n haciendo.

Ya pudimos evidenciar las extremas divisiones que causaron las normativas durante el confinamiento inicial.

La semana pasada, una investigaci�n demostr� que el 68 por ciento de los que fueron fieles a las normas, o bien se resienten, o bien odian, o consideran a los que no las acataron como 'malas personas'.

Seg�n el activista comunitario Mark Baynes, ubicado en la zona del Tower Hamlets en Londres,

"Pedirle a la gente que denuncie a un vecino por juntar a ocho personas en el jard�n es pura estupidez, un desperdicio de recursos que s�lo destruir� la cohesi�n de la comunidad".

La presi�n se est� aplicando de tal manera que tambi�n habr� algunos que se pregunten:

"�Deber�a estar controlando a mis vecinos? �Es ese mi deber c�vico?"

Anteriormente, la Universidad de Edimburgo revel� sus Directrices del Buen Ciudadano con un formulario en l�nea donde reportar cualquier delito relacionado con el Covid.

Pero el establecimiento de un programa que permita efectuar denuncias entre conciudadanos no es la mejor manera de tratar los problemas.

Adem�s,

�hacia d�nde podr�a llevarnos este programa, como p�blico?

Las almas mezquinas que se escandalizan cuando alguien aparca su coche delante de su casa, y que se muestran igual de indignadas cuando un vecino "sin clase" tiene una antena satelital antiest�tica a la vista de todos, no podr�n esperar a sacar papeles y bol�grafos para anotar todos los detalles, las horas y las fechas.

Acabar�n por garabatear tambi�n las matr�culas de coches en su af�n por ayudar a la polic�a a desenmascarar a los culpables.

Ah� no acabar� todo, ya que tambi�n tendremos acceso a grabaciones por video, las cuales compartiremos por correo electr�nico con las comisar�as locales. Y no cabe duda que volver�n a llamar a la polic�a cuando sus vecinos agraviados descubran al sopl�n de turno.

Todos sabemos qui�nes en nuestras calles o edificios se divertir�an causando este tipo de miseria.

No cuesta imaginar ladrillos volando a trav�s de las ventanas, o grafitis garabateados en los muros de las casas - similar al infame mantra carcelero:

"para los soplones, puntos de sutura".

El pa�s ya a llegado a un punto de inflexi�n con las protestas de los Black Lives Matter, las manifestaciones anti-mascarillas y la controversia de los solicitantes de asilos.

La situaci�n se presenta igual que un f�sforo arrojado al barril de gasolina.

Tambi�n abre la puerta al abuso desenfrenado.

Cualquier rencor pasado renacer�, tal vez se trat� de algo as� como el tama�o de una nueva valla de jard�n.

Ahora cualquier parte agraviada tiene su oportunidad para que su dignidad sea restituida; basta con observar al supuesto agresor como si de un halc�n se tratara, hasta que... bingo.

"Mira, mira, es la s�ptima persona que he fotografiado entrando en el jard�n del n�mero 38 en las �ltimas cuatro horas. P�same el tel�fono."

En realidad, tal vez eso nunca sucedi�, sin embargo para los polic�as que llamaron a la puerta del n�mero 38, s� sucedi�, porque un informante as� lo hab�a descrito.

El concepto es completamente t�xico.

La preocupaci�n es que los que tienen un complejo de superioridad lo acepten.

Y son m�s numerosos de lo que creemos en su mayor�a.

Podr�amos acabar arrastr�ndonos, colando a miembros de la familia en nuestras casas por puertas traseras, y haciendo parpadear los faros de nuestros coches en la oscuridad en se�al de "todo despejado".

Gran Breta�a podr�a convertirse en una adaptaci�n en vivo de la pel�cula Tinker Tailor Soldier Spy (NdE: El topo, en Espa�a, Argentina y Uruguay; El esp�a que sab�a demasiado, en M�xico).

El tipo que conduce el taxi renacer� como Carlos el Chacal, y la maestra de escuela de modales pudorosos en el apartamento de abajo comenzar� a parecerse a La Femme Nikita.

Esperemos que el sentido com�n prevalezca.

Los muertos, el espionaje y los confidentes policiales deben permanecer en el cine... y no en nuestras calles...