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por�Kingsley
Dennis del Sitio Web�KingsleyDennis
traducci�n de
Adela Kaufmann � � � � � � � Las �ltimas d�cadas han visto un gran aumento en la conciencia ecol�gica y la perspectiva de los sistemas vivos. � Muchos de nosotros nos relacionamos a nivel personal y consciente con la interconexi�n e interacci�n entre los humanos, la naturaleza y el medio ambiente. � Sin embargo, este nuevo paradigma de pensamiento no debe restringirse solo a un nivel material de conectividad, sino que tambi�n debe abarcar los niveles no materiales de la psique humana�y la conciencia. � El mundo del ser interno se abre cada vez m�s y se explora a trav�s de �l,
A trav�s de nuestras diversas culturas, estamos desarrollando el lenguaje, las habilidades y las percepciones para sentir y articular nuestras experiencias personales y reveladoras. � El otrora reino cham�nico del contacto extra sensorial se est� volviendo m�s normalizado a medida que lidiamos con una realidad f�sica m�s acostumbrada a cambiar los paradigmas perceptuales. � Por ejemplo, nuestros nuevos descubrimientos cient�ficos est�n explicando y validando realidades no locales de conexi�n y enredo en�rgico. �
Ahora estamos aprendiendo que campos extendidos de informaci�n y
comunicaci�n consciente existen entre individuos y grupos como un
medio de coherencia que puede enredar a�n m�s a la humanidad en una
"gran familia" colectiva. � Nuestros par�metros culturales, nuestro condicionamiento social, han buscado cristalizar estas fronteras fluctuantes. � Sin embargo, hoy en d�a hay un n�mero creciente de personas que comienzan a percibir la presencia de�campos de energ�a sutiles, ya sea alrededor de sus cuerpos, alrededor de los cuerpos de otros o en el ambiente. � El inter�s en�los temas metaf�sicos�en�estos d�as se ha disparado, con un nuevo lenguaje y una nueva mentalidad emergentes para hacer frente a estos fen�menos cada vez m�s comunes. � Ahora se est� volviendo aceptable hablar en t�rminos de reiki, chi, energ�a pr�nica e incluso en t�rminos de�energ�a qu�ntica. �
No
solo muchas culturas y sociedades est�n aprendiendo a lidiar con una
nueva ola de redes sociales tecnol�gicas, con�Facebook,
Twitter y YouTube, sino tambi�n con un aumento en la conciencia
energ�tica de las conexiones humanas y una mente extendida. � Nunca antes en nuestra historia conocida de la especie hemos llegado a un punto en el que navegamos en el mismo barco, afectados por las mismas preocupaciones y afectados de manera similar por una serie de impactos globales. � Sin embargo, esta es una visi�n miope en dos aspectos:
Esta
comprensi�n est� surgiendo ahora en los pueblos del mundo: que ya
somos parte del tejido de campo de una familia colectiva.�
Esta generaci�n m�s joven manifiesta, ya sea consciente de ello o no, relaciones no locales (es decir, efecto de campo). � Estos tipos de relaciones apoyan al individuo y al mismo tiempo fortalecen las redes que forman parte de un todo unificado, aunque diversificado. � Es una forma que imita el estado qu�ntico de la part�cula y la onda:
En
otras palabras, cada uno est� participando en una visi�n de campo de
la realidad, una realidad que crea un conjunto extendido de
responsabilidades a medida que los pensamientos y acciones de uno
pueden repercutir mucho m�s lejos.�
En otras palabras, cada persona tiene la capacidad de desarrollar conscientemente, y con conocimiento, de cada interacci�n con impactos y experiencias tanto externas como internas. � Los soci�logos, hasta ahora, se han centrado principalmente en la identidad humana como caracterizada por la individualizaci�n. � Esto es especialmente as� en la sociedad "moderna/posmoderna", donde cada persona se clasifica como actuando con autonom�a;�con una actitud de auto-promoci�n de 'servicio a s� mismo'.
Es
muy probable que surja una forma de conciencia, al principio en la
periferia, tal vez con las generaciones m�s j�venes, que luego se
filtre en el n�cleo de todas nuestras sociedades futuras.�
Usando esta escala, parecer�a que la humanidad global ahora est� cambiando de la�era�de las�comunicaciones�(observando la conciencia) a la�era de�la�uni�n�(conciencia compasiva). � Quiz�s podr�amos cambiar el �nfasis de la era de la vinculaci�n de la "conciencia compasiva" a la "conciencia emp�tica". �
Esta
transici�n de exhibir una conciencia de observaci�n hacia la
manifestaci�n de una conciencia compasiva / emp�tica representa el
paso de las energ�as de la "vieja mente" que nos llevaron al estado
actual de un mundo globalizado, hacia las energ�as de la "nueva
mente" que unir�n nuestro diverso mundo juntos en coherencia y
equilibrio.� �
Esta
era de "conciencia de flujo" encajar�a bien con la siguiente etapa
en la evoluci�n de la conciencia humana que parece mostrar elementos
de una naturaleza integral transpersonal.� � Ya, la conciencia del flujo se est� infiltrando lentamente en nuestras percepciones humanas a medida que m�s y m�s personas se abrazan y conf�an instintivamente en la informaci�n no material. � La cosmovisi�n materialista dominante est� bajo mayor escrutinio, a medida que m�s personas se despiertan ante la posibilidad de que sus vislumbres intuitivos (sue�os, visiones, premoniciones, etc.) sean fuentes confiables de informaci�n que se originan en sentidos alternativos. �
Mediante la b�squeda de pr�cticas que alguna vez se consideraron
metaf�sicas (o incluso extra�as), como pr�cticas espirituales, yoga,
meditaci�n, psicoterapia, terapia transpersonal, bio-retroalimentaci�n,
estados alterados de conciencia y m�s, las personas ahora acceden a
una vez escondida o bastante descuidado, el reino de los sentidos y
el autoconocimiento.� � Adem�s, podemos encontrar que nuestras instituciones sociales ortodoxas comenzar�n a incorporarlas al status quo de la realidad y experiencia consensuadas. � Si bien la transici�n puede parecer que no se desarrolla repentinamente para nosotros, en t�rminos evolutivos ser� una revoluci�n.�Y participar en esta revoluci�n de la conciencia que se despliega ser� tanto un imperativo de crecimiento personal como una responsabilidad humana colectiva. � A medida que la humanidad entre en un momento de cambio social y cultural, de percepciones y desaf�os alterados a nuestra visi�n del mundo, casi con seguridad vamos a ser coaccionados a modos de conciencia alterados.�En otras palabras, para readaptar y sobrevivir a las fallas de la vieja mente / vieja energ�a, nuestra cosmovisi�n colectiva deber� cambiar a un modo ecol�gico y m�s intuitivo. � Es probable que tambi�n implique un cambio hacia un modo m�s directo de percepci�n (una forma de�gnosis).
� Este �mbito "imaginativo" de la experiencia subjetiva es m�s activo cuando somos ni�os, aunque disminuye r�pidamente a medida que nuestras instituciones sociales y el condicionamiento de los compa�eros intervienen para instalar una realidad social consensuada. �
Sin
embargo, el modo de percepci�n directo-intuitivo es un rasgo
evolutivo que todav�a est� con nosotros y que puede comenzar a
manifestarse en las nuevas generaciones de ni�os intuitivos.� � La Internet�nos da una representaci�n f�sica de estas nuevas relaciones espaciales y temporales. �
El
modo directo-intuitivo seguramente ser� un medio m�s eficaz de
comprensi�n y comprensi�n, ya que pasa por alto los �rganos
sensoriales que generalmente filtran la informaci�n.�Adem�s, el modo
directo-intuitivo opera fuera de las barreras ling��sticas y permite
el acceso a una conciencia participativa colectiva y compartida.� � Esta comprensi�n ahora est� siendo validada por los �ltimos hallazgos en las ciencias qu�nticas, especialmente la mec�nica qu�ntica y la biof�sica. � Nuestra "conciencia cotidiana" de la visi�n local del universo no est� en gran parte preparada para los reinos de la realidad no ordinaria.�En nuestra era actual, y especialmente en la civilizaci�n occidental, el modo de percepci�n no local (experiencia subjetiva) no ha sido alentada, o incluso reconocida, y por lo tanto se ha atrofiado y se ha convertido en el dominio de las ciencias esot�ricas. � Puede ser porque la visi�n "objetiva racional" de la realidad permite una mayor sensaci�n de individualismo, favorecida por�el ego, y como tal es la esfera del poder, el dinero, la competencia y la codicia.�El modo de realidad directo-intuitivo, sin embargo, abarca la cooperaci�n, la conexi�n, la correspondencia y la compasi�n. �
Y
parece que ya estamos presenciando el surgimiento de esta nueva
caracter�stica de la conciencia humana.� � Varios m�sticos e investigadores de la conciencia han aludido a esto por una variedad de nombres;�van desde la conciencia c�smica, la s�perconsciencia, la conciencia transpersonal, la conciencia integral y m�s. �
Todas estas descripciones comparten un tema com�n;�a saber, el
aumento de la intuici�n, la empat�a, una mayor conectividad con el
mundo y las personas, y una sensaci�n de 'conocimiento' sobre lo que
cada situaci�n dada demanda.
Esto servir�a para impartir a la humanidad un impulso espiritual m�s profundo y m�s reconocido. � Esto podr�a conducir a un aumento de las facultades intuitivas y fen�menos extrasensoriales que no solo se est�n convirtiendo en una parte implicada de nuestras vidas, sino que tambi�n est�n abriendo el acceso a una mayor creatividad y capacidades inventivas para participar y dise�ar nuestro camino en el mundo. �
El
aumento de estos atributos dentro de un peque�o porcentaje de
personas, inicialmente, podr�a conducir a una masa cr�tica que
inclinar�a a la conciencia humana hacia un nuevo paradigma
perceptual y una cosmovisi�n. � Tales agentes "mutacionales" evolutivos incluyen,
Como�dijo el�Dr.�Richard Bucke�en su obra cl�sica sobre el tema�Cosmic Consciousness - A Study in the Evolution of the Human Mind�(1901), los primeros signos de este nuevo desarrollo evolutivo han estado apareciendo en la humanidad durante alg�n tiempo.� � Esto sugiere que ha habido intentos de ayudar a preparar el "suelo mental" para que una nueva consciencia germine y crezca lentamente.�En general, las fuerzas sociales / culturales / materiales reaccionan lentamente ante la necesidad de un paradigma evolutivo de la conciencia humana. �
Sin
embargo, esto no es nada nuevo, ya que a lo largo de la historia,
muchos individuos que han sentido la necesidad de generar un impulso
evolutivo en la vida social han quedado atrapados en eventos
revolucionarios o han estado involucrados en trastornos
socioculturales.� � Puede ser que durante este per�odo de transici�n la humanidad se adapte, o se vea forzada a desarrollar nuevos aspectos creativos e inspirados de la conciencia. � Sin embargo, como en todos los cambios de paradigma, las viejas energ�as inevitablemente deben ceder el paso a las nuevas, y puede ser solo una cuesti�n de tiempo antes de que las nuevas generaciones se muevan hacia la conciencia en evoluci�n y sus expresiones f�sicas. �
Por
lo tanto, es fundamental que la comprensi�n de los asuntos
espirituales comience a impregnar nuestras vidas cotidianas como un
contrapeso a nuestro materialismo social. � � �
Necesitamos unidad, no uniformidad �
M�s
bien,�es probable que surja�una conciencia diferente, y por
lo tanto un tipo diferente de ser humano.�Es decir, no 'm�s de lo
mismo' - solo m�s de aquellos que est�n manifestando la nueva
conciencia.� � El camino hacia la unidad, con diversidad, comienza con la necesidad de armon�a.
Primero, necesitamos suavizar las energ�as de perturbaci�n que existen en el mundo. �
Esto
comienza con la armon�a en el hogar, dentro de uno mismo, la
familia, los socios, los amigos, los conocidos y los contactos.�A
partir de aqu�, la energ�a que est� armonizada puede extenderse,
filtrarse en el mundo y resonar con los dem�s. � Es esencial revitalizar nuestro sentido colectivo de bienestar y conexi�n, nuestra uni�n y empat�a, como parte de nuestro viaje humano compartido. � Es posible que los destellos emergentes de una conciencia participativa compartida permitan a la humanidad acceder a un cosmos creativo e inimaginable de informaci�n e inspiraci�n. � Esto abrir�a nuevas perspectivas de�inteligencia creativa�que podr�an ser los precursores de la pr�xima etapa de nuestro viaje evolutivo humano... � � |
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