por�Kingsley Dennis
27 Julio 2013

del Sitio Web�KingsleyDennis

traducci�n de Adela Kaufmann
Versi�n original en ingles

Las �ltimas d�cadas han visto un gran aumento en la conciencia ecol�gica y la perspectiva de los sistemas vivos.

Muchos de nosotros nos relacionamos a nivel personal y consciente con la interconexi�n e interacci�n entre los humanos, la naturaleza y el medio ambiente.

Sin embargo, este nuevo paradigma de pensamiento no debe restringirse solo a un nivel material de conectividad, sino que tambi�n debe abarcar los niveles no materiales de la psique humana�y la conciencia.

El mundo del ser interno se abre cada vez m�s y se explora a trav�s de �l,

  • ciencias transpersonales

  • autorrealizaci�n

  • autorrealizaci�n individual

A trav�s de nuestras diversas culturas, estamos desarrollando el lenguaje, las habilidades y las percepciones para sentir y articular nuestras experiencias personales y reveladoras.

El otrora reino cham�nico del contacto extra sensorial se est� volviendo m�s normalizado a medida que lidiamos con una realidad f�sica m�s acostumbrada a cambiar los paradigmas perceptuales.

Por ejemplo, nuestros nuevos descubrimientos cient�ficos est�n explicando y validando realidades no locales de conexi�n y enredo en�rgico.

Ahora estamos aprendiendo que campos extendidos de informaci�n y comunicaci�n consciente existen entre individuos y grupos como un medio de coherencia que puede enredar a�n m�s a la humanidad en una "gran familia" colectiva.

Desde la infancia hasta la adolescencia y la adultez, la distinci�n entre el interior y el exterior, objetiva y subjetiva, siempre ha sido un l�mite transitorio e indefinido.

Nuestros par�metros culturales, nuestro condicionamiento social, han buscado cristalizar estas fronteras fluctuantes.

Sin embargo, hoy en d�a hay un n�mero creciente de personas que comienzan a percibir la presencia de�campos de energ�a sutiles, ya sea alrededor de sus cuerpos, alrededor de los cuerpos de otros o en el ambiente.

El inter�s en�los temas metaf�sicos�en�estos d�as se ha disparado, con un nuevo lenguaje y una nueva mentalidad emergentes para hacer frente a estos fen�menos cada vez m�s comunes.

Ahora se est� volviendo aceptable hablar en t�rminos de reiki, chi, energ�a pr�nica e incluso en t�rminos de�energ�a qu�ntica.

No solo muchas culturas y sociedades est�n aprendiendo a lidiar con una nueva ola de redes sociales tecnol�gicas, con�Facebook, Twitter y YouTube, sino tambi�n con un aumento en la conciencia energ�tica de las conexiones humanas y una mente extendida.

En cierto sentido, la humanidad est� aprendiendo c�mo ser una familia colectiva m�s interactiva.

Nunca antes en nuestra historia conocida de la especie hemos llegado a un punto en el que navegamos en el mismo barco, afectados por las mismas preocupaciones y afectados de manera similar por una serie de impactos globales.

Sin embargo, esta es una visi�n miope en dos aspectos:

Cuando una mala cosecha afecta las �reas de cultivo en China, Australia y EE.UU., por ejemplo, las redes mundiales de distribuci�n de alimentos repercuten en todas las naciones.

Cuando una pandemia de virus se extiende desde un abarrotado mercado de aves de corral en alg�n lugar del sur de Asia, afecta a todas las naciones sin reservas, reduciendo los centros de transporte a un lento rastreo.

Esta comprensi�n est� surgiendo ahora en los pueblos del mundo: que ya somos parte del tejido de campo de una familia colectiva.�

Esta realizaci�n tambi�n la sienten profundamente las generaciones m�s j�venes:

generaciones que est�n acostumbradas a tener una red de cientos, quiz�s miles, de amigos virtuales en todo el mundo, compartiendo intimidad y empat�a con un grupo social internacional de personas de ideas afines.

Esta generaci�n m�s joven manifiesta, ya sea consciente de ello o no, relaciones no locales (es decir, efecto de campo).

Estos tipos de relaciones apoyan al individuo y al mismo tiempo fortalecen las redes que forman parte de un todo unificado, aunque diversificado.

Es una forma que imita el estado qu�ntico de la part�cula y la onda:

cada persona est� claramente aislada de otra por el espacio f�sico, pero al mismo tiempo est� enredada en un espacio consciente de conectividad y comunicaci�n.

En otras palabras, cada uno est� participando en una visi�n de campo de la realidad, una realidad que crea un conjunto extendido de responsabilidades a medida que los pensamientos y acciones de uno pueden repercutir mucho m�s lejos.�

El individuo humano tiene la capacidad de ser conscientemente consciente del efecto de los pensamientos y acciones sobre los dem�s:

considerar sus reacciones, reflexionar sobre sus pensamientos y decidir si se comportan de manera diferente.

En otras palabras, cada persona tiene la capacidad de desarrollar conscientemente, y con conocimiento, de cada interacci�n con impactos y experiencias tanto externas como internas.

Los soci�logos, hasta ahora, se han centrado principalmente en la identidad humana como caracterizada por la individualizaci�n.

Esto es especialmente as� en la sociedad "moderna/posmoderna", donde cada persona se clasifica como actuando con autonom�a;�con una actitud de auto-promoci�n de 'servicio a s� mismo'.

  • por un lado, desatiende que los humanos son animales sociales e instintivamente buscan agrupaciones y apegos

  • por otro, no reconoce que la naturaleza de la conciencia humana tambi�n sufre cambios junto con las revoluciones socioculturales

Es muy probable que surja una forma de conciencia, al principio en la periferia, tal vez con las generaciones m�s j�venes, que luego se filtre en el n�cleo de todas nuestras sociedades futuras.�

El soci�logo�Duane Elgin�considera que los siguientes representan los estados cambiantes de la conciencia humana sobre �pocas hist�ricas:

  1. Conciencia contra�da (primeros humanos)

  2. Percepci�n de la conciencia (cazadores-recolectores)

  3. Sensaci�n de conciencia (era agraria)

  4. Conciencia de pensamiento (era cient�fico-industrial)

  5. Observando la conciencia (era de las comunicaciones)

  6. Conciencia compasiva (era de la vinculaci�n)

  7. Conciencia de flujo (era sin par o superior)

Usando esta escala, parecer�a que la humanidad global ahora est� cambiando de la�era�de las�comunicaciones�(observando la conciencia) a la�era de�la�uni�n�(conciencia compasiva).

Quiz�s podr�amos cambiar el �nfasis de la era de la vinculaci�n de la "conciencia compasiva" a la "conciencia emp�tica".

Esta transici�n de exhibir una conciencia de observaci�n hacia la manifestaci�n de una conciencia compasiva / emp�tica representa el paso de las energ�as de la "vieja mente" que nos llevaron al estado actual de un mundo globalizado, hacia las energ�as de la "nueva mente" que unir�n nuestro diverso mundo juntos en coherencia y equilibrio.�

Del mismo modo, la �poca superior podr�a renombrarse como la era planetaria y representar, no solo el aumento de la conciencia de campo no local, sino tambi�n la comprensi�n cient�fica de las fuerzas sutiles del universo.

Esta era de "conciencia de flujo" encajar�a bien con la siguiente etapa en la evoluci�n de la conciencia humana que parece mostrar elementos de una naturaleza integral transpersonal.�

Ninguno de estos estados, sin embargo, est� completamente separado el uno del otro;�m�s bien, se superponen y se fusionan a medida que una era se desvanece y converge en la siguiente.�Usualmente, la�nueva era�o�paradigma�emerge inicialmente en la periferia hasta que alcanza un punto de inflexi�n donde se convierte en el nuevo paradigma aceptado.

Ya, la conciencia del flujo se est� infiltrando lentamente en nuestras percepciones humanas a medida que m�s y m�s personas se abrazan y conf�an instintivamente en la informaci�n no material.

La cosmovisi�n materialista dominante est� bajo mayor escrutinio, a medida que m�s personas se despiertan ante la posibilidad de que sus vislumbres intuitivos (sue�os, visiones, premoniciones, etc.) sean fuentes confiables de informaci�n que se originan en sentidos alternativos.

Mediante la b�squeda de pr�cticas que alguna vez se consideraron metaf�sicas (o incluso extra�as), como pr�cticas espirituales, yoga, meditaci�n, psicoterapia, terapia transpersonal, bio-retroalimentaci�n, estados alterados de conciencia y m�s, las personas ahora acceden a una vez escondida o bastante descuidado, el reino de los sentidos y el autoconocimiento.�

A medida que m�s personas se den cuenta de que el reino sutil de la informaci�n extrasensorial no es un producto de fantas�a o enga�o, sino que de hecho tiene una base cient�fica, estos estados de conciencia ser�n m�s ampliamente aceptados, cre�bles y buscados.

Adem�s, podemos encontrar que nuestras instituciones sociales ortodoxas comenzar�n a incorporarlas al status quo de la realidad y experiencia consensuadas.

Si bien la transici�n puede parecer que no se desarrolla repentinamente para nosotros, en t�rminos evolutivos ser� una revoluci�n.�Y participar en esta revoluci�n de la conciencia que se despliega ser� tanto un imperativo de crecimiento personal como una responsabilidad humana colectiva.

A medida que la humanidad entre en un momento de cambio social y cultural, de percepciones y desaf�os alterados a nuestra visi�n del mundo, casi con seguridad vamos a ser coaccionados a modos de conciencia alterados.�En otras palabras, para readaptar y sobrevivir a las fallas de la vieja mente / vieja energ�a, nuestra cosmovisi�n colectiva deber� cambiar a un modo ecol�gico y m�s intuitivo.

Es probable que tambi�n implique un cambio hacia un modo m�s directo de percepci�n (una forma de�gnosis).


Si bien estos dos modos, el cognitivo y el intuitivo, pueden operar simult�neamente, y han sido conocidos como los modos de conocimiento subjetivo y objetivo, nuestras sociedades modernas han priorizado en gran medida la interpretaci�n objetiva y han descartado lo subjetivo como el �mbito imaginativo.

Este �mbito "imaginativo" de la experiencia subjetiva es m�s activo cuando somos ni�os, aunque disminuye r�pidamente a medida que nuestras instituciones sociales y el condicionamiento de los compa�eros intervienen para instalar una realidad social consensuada.

Sin embargo, el modo de percepci�n directo-intuitivo es un rasgo evolutivo que todav�a est� con nosotros y que puede comenzar a manifestarse en las nuevas generaciones de ni�os intuitivos.�

Es posible que las conexiones no lineales en el espacio y el tiempo (por ejemplo, comunicaciones globales) entre nuestras especies sean uno de los aspectos que se volver�n m�s dominantes en los pr�ximos a�os.

La Internet�nos da una representaci�n f�sica de estas nuevas relaciones espaciales y temporales.

El modo directo-intuitivo seguramente ser� un medio m�s eficaz de comprensi�n y comprensi�n, ya que pasa por alto los �rganos sensoriales que generalmente filtran la informaci�n.�Adem�s, el modo directo-intuitivo opera fuera de las barreras ling��sticas y permite el acceso a una conciencia participativa colectiva y compartida.�

La visi�n de�
la realidad�de la "conciencia participativa" refleja un modo intuitivo de percepci�n que se relaciona con las nuevas energ�as de conexi�n, comunicaci�n, colaboraci�n y compasi�n.

Esta comprensi�n ahora est� siendo validada por los �ltimos hallazgos en las ciencias qu�nticas, especialmente la mec�nica qu�ntica y la biof�sica.

Nuestra "conciencia cotidiana" de la visi�n local del universo no est� en gran parte preparada para los reinos de la realidad no ordinaria.�En nuestra era actual, y especialmente en la civilizaci�n occidental, el modo de percepci�n no local (experiencia subjetiva) no ha sido alentada, o incluso reconocida, y por lo tanto se ha atrofiado y se ha convertido en el dominio de las ciencias esot�ricas.

Puede ser porque la visi�n "objetiva racional" de la realidad permite una mayor sensaci�n de individualismo, favorecida por�el ego, y como tal es la esfera del poder, el dinero, la competencia y la codicia.�El modo de realidad directo-intuitivo, sin embargo, abarca la cooperaci�n, la conexi�n, la correspondencia y la compasi�n.

Y parece que ya estamos presenciando el surgimiento de esta nueva caracter�stica de la conciencia humana.�

La noci�n de la percepci�n directa e intuitiva de la realidad podr�a ser un paso hacia la siguiente etapa en la evoluci�n humana: el desarrollo evolutivo de lo que se puede llamar conciencia qu�ntica que es la base de la mente colectiva de la especie humana.

Varios m�sticos e investigadores de la conciencia han aludido a esto por una variedad de nombres;�van desde la conciencia c�smica, la s�perconsciencia, la conciencia transpersonal, la conciencia integral y m�s.

Todas estas descripciones comparten un tema com�n;�a saber, el aumento de la intuici�n, la empat�a, una mayor conectividad con el mundo y las personas, y una sensaci�n de 'conocimiento' sobre lo que cada situaci�n dada demanda.

El surgimiento de una forma de�conciencia intuitiva directa�probablemente inculcar�a dentro de cada persona un sentido del�conjunto c�smico mayor;�la comprensi�n de que la humanidad existe y evoluciona dentro de un universo de inteligencia y significado:

un universo viviente.

Esto servir�a para impartir a la humanidad un impulso espiritual m�s profundo y m�s reconocido.

Esto podr�a conducir a un aumento de las facultades intuitivas y fen�menos extrasensoriales que no solo se est�n convirtiendo en una parte implicada de nuestras vidas, sino que tambi�n est�n abriendo el acceso a una mayor creatividad y capacidades inventivas para participar y dise�ar nuestro camino en el mundo.

El aumento de estos atributos dentro de un peque�o porcentaje de personas, inicialmente, podr�a conducir a una masa cr�tica que inclinar�a a la conciencia humana hacia un nuevo paradigma perceptual y una cosmovisi�n.

Las formas e insinuaciones de estos nuevos patrones de conciencia ya est�n surgiendo en el mundo, pero hasta ahora no se han convertido en parte de la investigaci�n de la corriente principal.

Tales agentes "mutacionales" evolutivos incluyen,

  • visionarios

  • m�sticos

  • artistas

  • ps�quicos

  • intuitivos

  • maestros espirituales

  • lo que se ha denominado el nuevo 'Ni�o �ndigo'...

Como�dijo el�Dr.�Richard Bucke�en su obra cl�sica sobre el tema�Cosmic Consciousness - A Study in the Evolution of the Human Mind�(1901), los primeros signos de este nuevo desarrollo evolutivo han estado apareciendo en la humanidad durante alg�n tiempo.�

Esto sugiere que ha habido intentos de ayudar a preparar el "suelo mental" para que una nueva consciencia germine y crezca lentamente.�En general, las fuerzas sociales / culturales / materiales reaccionan lentamente ante la necesidad de un paradigma evolutivo de la conciencia humana.

Sin embargo, esto no es nada nuevo, ya que a lo largo de la historia, muchos individuos que han sentido la necesidad de generar un impulso evolutivo en la vida social han quedado atrapados en eventos revolucionarios o han estado involucrados en trastornos socioculturales.�

Tal vez se pueda especular aqu� que para el continuo crecimiento cultural y de especies hay per�odos particulares de la historia humana en los que la humanidad se prepara, o necesita, la activaci�n de facultades particulares o rasgos evolutivos.

Puede ser que durante este per�odo de transici�n la humanidad se adapte, o se vea forzada a desarrollar nuevos aspectos creativos e inspirados de la conciencia.

Sin embargo, como en todos los cambios de paradigma, las viejas energ�as inevitablemente deben ceder el paso a las nuevas, y puede ser solo una cuesti�n de tiempo antes de que las nuevas generaciones se muevan hacia la conciencia en evoluci�n y sus expresiones f�sicas.

Por lo tanto, es fundamental que la comprensi�n de los asuntos espirituales comience a impregnar nuestras vidas cotidianas como un contrapeso a nuestro materialismo social.

Necesitamos unidad, no uniformidad

No estamos buscando una conciencia "impresionante", como el�superhombre de Nietzsche�..

M�s bien,�es probable que surja�una conciencia diferente, y por lo tanto un tipo diferente de ser humano.�Es decir, no 'm�s de lo mismo' - solo m�s de aquellos que est�n manifestando la nueva conciencia.�

La mente humana es como una olla grande que puede contener la misma agua para todos: un intercambio unificado.

El camino hacia la unidad, con diversidad, comienza con la necesidad de armon�a.

  • Con la energ�a de la armon�a podemos hacer que el agua est� quieta y en calma.

  • A trav�s de la armon�a podemos celebrar nuestras diferencias con tolerancia, respeto, paciencia;�sin juicio, chismes o malos sentimientos hacia los dem�s.

  • Con armon�a, podemos comenzar a unirnos;�para trabajar juntos y colaborar, para construir confianza y visi�n.

Primero, necesitamos suavizar las energ�as de perturbaci�n que existen en el mundo.

Esto comienza con la armon�a en el hogar, dentro de uno mismo, la familia, los socios, los amigos, los conocidos y los contactos.�A partir de aqu�, la energ�a que est� armonizada puede extenderse, filtrarse en el mundo y resonar con los dem�s.

En estos a�os que vienen, nos beneficiaremos si tratamos de desarrollar una conciencia que est� abierta a los impulsos espirituales, a la vez consciente y atenta a las necesidades de nuestras comunidades y culturas.

Es esencial revitalizar nuestro sentido colectivo de bienestar y conexi�n, nuestra uni�n y empat�a, como parte de nuestro viaje humano compartido.

Es posible que los destellos emergentes de una conciencia participativa compartida permitan a la humanidad acceder a un cosmos creativo e inimaginable de informaci�n e inspiraci�n.

Esto abrir�a nuevas perspectivas de�inteligencia creativa�que podr�an ser los precursores de la pr�xima etapa de nuestro viaje evolutivo humano...