por�Paul Cudenec
17 Junio 2021

del�Sitio Web�Network23-PaulCudenec

traducci�n de Adela Kaufmann
Versi�n original en ingles



En "
Un laberinto de mentiras pol�ticas", escrib� sobre un "algo" oscuro debajo de la superficie del mundo pol�tico visible que controla nuestras vidas y corrompe nuestro pensamiento.

Sin embargo, hay otro "algo" que act�a en la direcci�n opuesta y que es profundamente temido por esa mal�vola energ�a.

Es la energ�a que afirma la vida que, una y otra vez, es bloqueada por el complejo de control t�xico; su impulso se desvi�, como vimos, hacia los callejones sin salida del�nacionalismo, el�estatismo�o�el enga�o corporativo...

Abraza nuestro deseo innato de nosotros mismos para la auto-determinaci�n, nuestra insaciable sed de libertad y nuestro eterno anhelo de escapar de esta pesadilla industrial para redescubrir nuestra salud y sabidur�a en el seno de la Madre Naturaleza.

Cuando estas fuerzas vitales, reprimidas durante tanto tiempo, surgen juntas en nuestros corazones y nuestras mentes, pueden provocar una poderosa ola de�revuelta�contra la opresi�n...

Pero para que esta revuelta tenga �xito, es necesario liberar un elemento adicional del laberinto de mentiras en las que tambi�n ha estado encarcelado durante mucho tiempo.

Este elemento es,

nuestro sentido de lo sagrado, nuestra conexi�n con el Todo, nuestro esp�ritu.

La cultura dominante ha trabajado duro para sofocar esta dimensi�n, no solo negando su existencia a trav�s de su mentalidad materialista moderna unidimensional, sino encerr�ndola dentro de las estructuras r�gidas y sin vida, as� como dogmas de la�religi�n que sirve al poder�y desvi�ndola hacia cultos o malsanas�pseudo-espiritualidades�superficiales�que�predican la pasividad�y no representan una amenaza para su gobierno.

Como en el plano pol�tico, estas caricaturas grotescas de la aut�ntica espiritualidad se utilizan para desacreditar lo real, para mantenernos encadenados en los s�tanos de la servidumbre e incapaces de beber del conocimiento que nos liberar�a para remontarnos.

La mayor herej�a de todas, la gnosis, que debe mantenerse oculta a toda costa,

es que cada uno de nosotros es una manifestaci�n del cosmos viviente.

Lo sagrado no est� "all� arriba" y no necesitamos intermediarios autoproclamados para hacer contacto con �l.�Est� dentro de cada ser vivo.

Si limpiamos de nuestro coraz�n las capas acumuladas de la corrupci�n de nuestra cultura, podemos permitir que la luz brille a trav�s de nosotros, como siempre fue la intenci�n.

Una vez que nos despojamos de todos nuestros miedos e inseguridades personales, una vez que sabemos que nuestra propia existencia individual es solo una manifestaci�n temporal del Todo, una vez que nos damos cuenta de que el Todo solo puede actuar en el �mbito f�sico a trav�s de sus partes, entonces comenzamos a comprender qui�n. realmente lo somos.

Nuestro ser es parte de un proceso.

Somos el medio a trav�s del cual el universo se forma y se configura a s� mismo.

Nuestra conciencia subjetiva es la forma que el Todo debe tomar para descender al mundo, estar presente y activo en �l.

No podemos tenermiedo�a la muerte, porque�somos�el Todo y el Todo nunca muere.

Nuestra vida individual es simplemente una acci�n del Todo y nuestro deber, en este rol vital, es llevar a cabo esa acci�n lo mejor que podamos y con la cabeza en alto.

Millones y millones de personas siempre tendr�n el potencial de superar a�los pocos miles que canalizan la energ�a venenosa
�del "algo" negativo.

Millones y millones de nosotros que nos hemos liberado del laberinto del enga�o pol�tico para exigir la devoluci�n de nuestra tierra robada y nuestra libertad robada ser�a una fuerza poderosa.

Y millones y millones de nosotros, inspirados y guiados en esa lucha por la luz de la verdad y libres del miedo a la muerte, ser�amos simplemente imparables...