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por�Anna
Hunt
traducci�n de
Adela Kaufmann � � � �
� Hoy, desarrollamos la mayor�a de nuestras creencias basadas en�fuerzas externas, con muy poca experiencia de primera mano.� �
Donde los
primeros humanos confiaron en la experiencia sensorial directa para
moldear sus creencias, ahora confiamos en el lenguaje y nuestra
propia habilidad para discernir las falsedades de la verdad. Con el lenguaje, indudablemente recibimos una pl�tora de opiniones y prejuicios basados en el sistema de creencias del orador.�Sin embargo, estamos dispuestos a creer mucho, sin tomar el tiempo para investigar nuevas ideas o tratar de experimentarlas de primera mano. �
�Cu�l es el motivo de esta ansiosa credulidad?�Podr�amos
controlarla? �
Intrusi�n de la sociedad del Cerebro Cr�dulo
Esto suena como un enfoque razonable para integrar nuevas creencias. � La mayor�a de nosotros cree que somos capaces de evaluar ideas y tomar una decisi�n.�Sin embargo, pi�nselo:
No estoy hablando de un hecho aleatorio que viste en un sitio Web de noticias. �
Estoy hablando de ideas que recibes de todas partes.�Todos sus
medios de comunicaci�n, redes sociales e interacciones personales.�A
decir verdad, hay mucha informaci�n que nos llega todo el tiempo,
�qui�n tiene tiempo para comprobar los hechos e investigar todo
eso?� � Es durante los a�os formativos de nuestras vidas que establecemos asociaciones y creencias fuertes sobre aspectos clave de la vida.�Formamos nuestras creencias y asociaciones religiosas.�Establecemos una base de nuestros puntos de vista pol�ticos y roles civiles.� �
A�n
m�s importante, nos adaptamos a ideas perpetuadas de�autoridad�y�conformidad.�Finalmente,
compramos en la visi�n de la sociedad lo que significa ser humano.� � Sin embargo, para la mayor�a, estas creencias programadas son el primer recurso para verificar los hechos y evaluar nuevas ideas y afirmaciones. � � � �
El escepticismo es bastante raro, especialmente cuando estamos
distra�dos. � Spinoza se dio cuenta que el cerebro no procesa ideas de la manera en la que Descartes lo propuso. � �l sugiri� que,
Confirmando esta teor�a, una nueva investigaci�n ha demostrado que nuestros cerebros est�n naturalmente dispuestos a creer lo que sea que los alimentemos. �
Los
investigadores�Daniel T. Gilbert�et al.�de�la Universidad
de Texas�en Austin llev� a cabo un experimento en el que
presentaron un conjunto de afirmaciones verdaderas y falsas sobre un
delito para estudiar temas. �
El
resultado del estudio mostr� que el grupo que tambi�n estaba
contando record� m�s afirmaciones falsas como verdaderas, pero no al
rev�s.�Tambi�n le dieron al perpetrador ficticio m�s tiempo en la
c�rcel.� � Por lo tanto, esto refuerza la teor�a de Spinoza de que la gente cree r�pidamente en una idea.�Sin embargo, los hallazgos introducen el argumento de que la interrupci�n nos impide "descreer" nuevas afirmaciones. �
Por
lo tanto, �somos realmente capaces del escepticismo que requiere el
mundo moderno? � No importa los intentos incesantes de los anunciantes de captar su atenci�n y hacer se�as constantes de su tel�fono inteligente. � �C�mo podemos esperar que nuestro cerebro realice una evaluaci�n ininterrumpida de nuevas ideas?
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Se necesita trabajo cognitivo para no creer
Gilbert y otros escriben:
Por lo tanto, muy alejado de la teor�a de Descartes, Gilbert y otros proponen que cada evento y encuentro en tu vida altera tu cerebro. �
A
veces, este cambio es permanente, a menos que tenga el tiempo y la
capacidad cognitiva para reflexionar sobre el encuentro y, luego,
decidir si desea descreer de las ideas que introdujo.� �
Los
mercad�logos introducen ideas (creencias) sobre sus productos al
presentarlos.�Por lo general, ya est�s distra�do con lo que sea que
est�s haciendo (conduciendo, viendo un programa, leyendo un art�culo
de noticias, etc.).�Algunos podr�an argumentar que los anunciantes
est�n creando creencias en tu cerebro sin su permiso.�
Algunos dir�an que s�, pero volvamos a la idea de Descartes de que uno puede buscar evidencia para poder decidir no creer una afirmaci�n. � Gilbert y otros escriben:
Lo que quiero decir aqu� es que debemos tener la capacidad cognitiva, as� como la informaci�n verdadera, para ayudarnos a no creer en afirmaciones falsas. � Desafortunadamente, estas habilidades son principalmente la funci�n de nuestro sistema educativo, as� como tambi�n la de grupos organizados y sectas religiosas.�Por lo tanto, la sociedad controla parcialmente nuestra capacidad de distinguir la verdad de las falsedades. � Se nos dice que creamos que la informaci�n que se nos brinda en las escuelas y las iglesias es verdad.
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Pensamientos finales �
Independientemente de cu�n cr�dulo sea realmente el cerebro, tenemos
el poder sobre nuestros pensamientos.�Este control proviene de
nuestra voluntad (motivaci�n) para reflexionar y contemplar ideas.� � Podemos utilizar estas habilidades a trav�s de la autoeducaci�n y el intercambio racional de ideas con otros.
Tenemos acceso a un conjunto infinito de conocimientos.�Todo lo que tenemos que hacer es decidir ... � �Queremos ingerir solo lo que la sociedad convencional nos arroja, o estamos dispuestos a buscar nuestra propia verdad? � � � |
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