�
� � �
18 Septiembre 2020
traducci�n de
Adela Kaufmann � � � � � � � "El mayor problema de la comunicaci�n es la ilusi�n de que ha tenido lugar ".
George Bernard Shaw �
� Solo mire las secciones de comentarios en las plataformas de redes sociales y comprender� exactamente lo que quiero decir:
Aqu� est�n algunos ejemplos:
Su objetivo es herir, menospreciar y ganarse a los que pertenecen al grupo contrario. � Pero el resultado es siempre el mismo:
La gente pierde su tiempo derramando odio sobre los dem�s, solo para encontrarse a�n m�s enfurecidos e incomprendidos, lo que lleva a que se derrame m�s odio.
En este art�culo, me gustar�a arrojar algo de luz sobre las razones principales detr�s de las conversaciones polarizantes que est�n por todas partes y ofrecer algunas ideas sobre�c�mo comunicarse de manera efectiva�sin recurrir al odio y la mentalidad de guerra, a la que muchos de nosotros estamos acostumbrados. �
La trampa de tener raz�n
La�necesidad�de demostrar que los dem�s est�n equivocados�generalmente proviene del deseo ego�sta de sentir que estamos en el lado correcto de las cosas (y por lo tanto somos "mejores" que los dem�s). � Este deseo surge de un miedo profundamente arraigado:
En otras palabras, surge del juicio propio. � Admitir la posibilidad de estar equivocado ser�a un anatema para nuestro ego inseguro que se alimenta de la idea de tener raz�n: conducir�a a una tremenda angustia emocional debido a la discordia psicol�gica que aflorar�a en nuestra conciencia. � Para evitarlo, utilizamos todo tipo de mecanismos de defensa para encubrir nuestras inseguridades personales, como tratar de ganar a los dem�s en las conversaciones. � Pero esto crea dos problemas graves.
� � �
El arte de escuchar � Pero para escuchar, debemos estar dispuestos a comprender a aquellos con quienes estamos conversando.�Y para comprenderlos, es importante que�dejemos de lado nuestra actitud de juicio�hacia ellos,�ya�que el juicio�bloquea nuestra empat�a, es decir, nuestra capacidad de "sentir con" la otra persona.� � Cuando escuchamos,
Cuando escuchamos,
Pero incluso si su actitud no cambia y contin�an su lucha,
simplemente nos desconectamos, con cuidado de no echar m�s le�a al
fuego del odio y la rabia.
El aprendizaje es un viaje continuo, y parte de ese viaje son las personas con las que interactuamos. � Todos los que conocemos pueden ense�arnos lecciones importantes, si nos detenemos y les prestamos atenci�n.�Incluso aquellos con los que no estamos de acuerdo saben algunas cosas que nosotros no sabemos. � Una vez que nos demos cuenta de eso y estemos dispuestos a expandir nuestro conocimiento y comprensi�n, dejaremos de ponernos a la defensiva al conversar con otros. � Por el contrario, comenzaremos a escuchar atentamente lo que tienen que decir y estaremos abiertos a cuestionar nuestras creencias cuando se nos brinde nueva informaci�n que no encaje con ellos. � � �
Al intercambiar nuestros sentimientos, pensamientos y perspectivas, la comunicaci�n nos permite conocernos mejor;�por eso nos acerca unos a otros. � Y cuando la comunicaci�n nos separa m�s, es una clara se�al de que esto no ha tenido lugar.
� Hasta cierto punto, ambos son inevitables, pero no necesariamente malos. � De hecho, pueden ser muy beneficiosos:
Pero ese es el caso solo si se tratan de la manera correcta, es
decir, con compasi�n, un deseo genuino de comprensi�n y la intenci�n
de sanar nuestra discordia psicol�gica interna de la que brotan
nuestros conflictos externos. � Pero cuando se usa de manera incorrecta, puede crear paredes gruesas entre nuestros corazones.
As� que usemos nuestras palabras sabiamente y aprovechemos su poder en beneficio de nosotros mismos y de aquellos con quienes conversamos. � � � |
�