�
� � �
traducci�n de
Adela Kaufmann � � � � � � � � Los dones de la nada
Antes de que puedan ingresar a una nueva historia, la mayor�a de las personas, y probablemente tambi�n la mayor�a de las sociedades, primero deben navegar por el pasado. � Entre lo viejo y lo nuevo, hay un espacio vac�o.�Es un momento en el que las lecciones y los aprendizajes de la vieja historia est�n integrados.�Solo cuando ese trabajo se haya realizado, la historia antigua estar� realmente completa. � Entonces, no hay nada, el vac�o pre�ado de lo que todo surge. �
Volviendo a la esencia, recuperamos la capacidad de actuar desde la
esencia.�Volviendo al espacio entre historias, podemos elegir a
partir de la libertad y no del h�bito. � Cuanto m�s lo hac�a, peor se pon�a. �
As�
que finalmente abandon� el esfuerzo y simplemente me sent� en el
sof�, con un beb� atado a mi pecho, recorriendo mentalmente
recorriendo el libro que hab�a escrito, pero sin ninguna agenda para
decidir qu� escribir.�Fue desde ese lugar vac�o de donde surgi�,
espont�neamente, la conclusi�n.� � Es la fuente a la que debemos regresar si queremos ser libres de las historias y los h�bitos que nos atrapan. � � � �
Visitando el lugar vac�o � El viejo mundo se viene abajo, pero el nuevo a�n no ha surgido. � Todo lo que alguna vez pareci� permanente y real se revela como una especie de alucinaci�n.�No sabes qu� pensar, qu� hacer;�ya no sabes lo que cualquier cosa significa. � La trayectoria de vida que tramaste parece absurda, y no puedes imaginar otra.�Todo es incierto. � Su marco de tiempo se reduce de a�os, a este mes, a esta semana, a hoy;�tal vez hasta el momento presente.�Sin los espejismos del orden que alguna vez parecieron protegerte y filtrar la realidad, te sientes desnudo y vulnerable, pero tambi�n una especie de libertad.� � Las posibilidades que ni siquiera exist�an en la vieja historia ahora se encuentran ante usted, incluso si no tiene idea de c�mo llegar all�.� � El espacio donde el viejo mundo se desmorona
pero el nuevo a�n no ha surgido.
� Nuestra cultura quiere que sigamos, que hagamos.�La vieja historia que dejamos atr�s, que generalmente es parte del consenso �La Historia de la Gente�, nos suelta con gran renuencia. �
Entonces, por favor, si est�s en el espacio sagrado entre las
historias, perm�tete estar all�.�Es aterrador perder las viejas
estructuras de seguridad, pero descubrir�s que incluso si pierdes
cosas que era impensable perder, estar�s bien.� � No es que no perder� su matrimonio, su dinero, su trabajo o su salud.�De hecho, es muy probable que pierda alguna de estas cosas.�Es que descubrir�s que incluso habiendo perdido eso, todav�a est�s bien. � Te encontrar�s en contacto m�s cercano con algo mucho m�s precioso;�algo que el fuego no puede quemar y los ladrones no pueden robar, algo que nadie puede tomar y que no se puede perder.�A veces lo perdemos de vista, pero siempre est� ah�, esper�ndonos. � Este es el lugar de descanso al que volvemos cuando la vieja historia se desmorona.�Libre de su niebla, ahora podemos recibir una visi�n verdadera del siguiente mundo, la pr�xima historia, la pr�xima fase de vida. �
Del
matrimonio de esta visi�n y este vac�o, nace un gran poder.�
Esta es una descripci�n bastante buena de un lugar al que nos acercamos colectivamente.�Aquellos de nosotros que, de diversas maneras, hemos abandonado la antigua 'Historia del Pueblo', somos los �rganos de percepci�n del cuerpo humano colectivo. � Cuando la civilizaci�n como un todo entre en el espacio entre historias, estar� lista para recibir estas visiones, estas tecnolog�as y formas sociales de interrelaci�n. � � Cuando colectivamente ingresamos el espacio entre historias, podemos alcanzar nuevos potenciales. � � �
La civilizaci�n�todav�a no est� all�. � En este momento, la mayor�a de las personas todav�a creen t�citamente que las soluciones antiguas funcionar�n.�Se elige un nuevo presidente, se anuncia un nuevo invento, se proclama un repunte de la econom�a y la esperanza vuelve a brotar.�Tal vez las cosas volver�n a la normalidad.�Tal vez se reanude el ascenso de la humanidad. � Hoy todav�a es posible, sin un esfuerzo extenuante de negaci�n o pretensi�n, imaginar que estamos en un momento dif�cil. �
Podemos superarlo, si descubrimos nuevas fuentes de petr�leo,
construimos m�s infraestructura para encender el crecimiento
econ�mico, resolvemos el rompecabezas molecular de la autoinmunidad,
desplegamos m�s drones para protegernos del terrorismo y la
delincuencia, manipulamos gen�ticamente cultivos para obtener
mayores rendimientos y colocamos un colorante blanco en cemento para
que refleje los rayos del sol y disminuya el calentamiento global.� � Como describir� m�s adelante, esto no implica que el activista deba centrarse en la obstrucci�n. �
No
hacer nada surge naturalmente de la ruptura de la historia que
hab�an motivado las viejas acciones, llam�ndonos, por lo tanto, a
hacer lo que podamos para acelerar la desaparici�n de esa historia.
� Un grupo de bur�cratas y l�deres estar�n sentados, pregunt�ndose qu� hacer con la nueva crisis financiera. � Todas las pol�ticas habituales del banco central, los rescates financieros, los recortes de los tipos de inter�s, la flexibilizaci�n cuantitativa, etc. estar�n sobre la mesa, pero los l�deres simplemente no ser�n capaces de enfrentarse a ellos.
� No Hacer Nada surge naturalmente del colapso
de la "vieja historia" y los "viejos hechos".
� Como describ� con los ejemplos del desarme y la permacultura, estamos perdidos en un infierno con un mapa que nos lleva en c�rculos, sin una salida. � Para salir, tendremos que soltar el mapa y mirar alrededor. � � � �
Un caso de 'qu� me importa' � Lo que una vez tuvo sentido, ya no tiene sentido. � Est�s comenzando a retirarte de ese mundo. � La sociedad hace todo lo posible para persuadirte de que te resistas a esa retirada, que, cuando es resistida, se llama depresi�n.�Se requieren medios motivacionales y qu�micos cada vez m�s potentes para mantenernos enfocados en aquello en lo que no queremos centrarnos, para mantenernos motivados para hacer aquello que no nos importa.�Si el miedo a la pobreza no funciona, entonces tal vez lo haga la medicaci�n psiqui�trica. � Cualquier cosa para mantenerlo participando en los negocios como de costumbre.�
� La "depresi�n" se manifiesta en el sentido econ�mico, ya que el instrumento de nuestra voluntad colectiva, el dinero, se estanca.�Ya no hay suficiente para hacer nada grandioso.�Al igual que la insulina en el diab�tico resistente a la insulina, las autoridades monetarias bombean cada vez m�s, con cada vez menos efecto. � Lo que una vez habr�a desatado un auge econ�mico ahora apenas es suficiente para evitar que la econom�a se estanque. � La par�lisis econ�mica podr�a ser la forma en que aparece esta 'parada'.�Pero podr�a ser cualquier cosa que nos obligue a renunciar a nuestra historia y sus representaciones, de una vez por todas. � � � �
El arte de no hacer nada � Estoy pintando aqu� desde el principio taoista del�wu-wei.�Algunas veces traducida como 'no-hacer', una mejor traducci�n podr�a ser �no-artificio� o 'no-forzar'. � Significa libertad del acto reflexivo:
La acci�n se alinea as� con el movimiento natural de las cosas al servicio de lo que quiere nacer. � �
que puede traducirse como 'no hacer', o mejor a�n 'no-artilugio' o 'no forzado'. � � En esto, me inspiro en un bello verso del�Tao Te Ching. � Este verso es extremadamente denso, con m�ltiples significados y capas de significado, y no he encontrado una traducci�n que resalte lo que estoy diciendo aqu�. � Por lo tanto, la siguiente es mi propia traducci�n. � Es la �ltima mitad del vers�culo 16 - si comparamos las traducciones existentes, te sorprender�s de lo mucho que difieren.
� � |
�