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por John Kaminski
09 Marzo 2012
del Sitio Web
DarkMoon
traducci�n de Editorial-Streicher
10 Mayo 2016
del Sitio Web
Editorial-Streicher
Versi�n original en ingles
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El sitio
darkmoon.me albergaba el siguiente escrito de hace
cuatro a�os del ensayista y cronista estadounidense
John Kaminski, lleno de alusiones mitol�gicas, que
decidimos poner en castellano.
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Refiere aqu�
Kaminski, partiendo de un libro de William C.
Beaumont de 1946, antiqu�simas historias de cometas
y gigantes, en un intento de aclarar un poco los
eventos de la Prehistoria cuyo testimonio ha quedado
casi exclusivamente registrado en los mitos y, en
este caso, en los escritos b�blicos y relacionados.
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La Sombra de un Cometa
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A fin de ver claramente nuestro futuro,
debemos ver claramente nuestro pasado. Tal como est� ahora, nuestro
pasado colectivo desaparece en una confusa niebla de distorsionadas
leyendas que afirman todas ser la verdad �ltima.
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Los predicadores de todos esos mitos
tienen una cosa en com�n:
la supervivencia de su credo elegido
es mucho m�s importante para ellos que el mensaje que ellos
predican.
En alg�n punto, para la tranquilidad de
la mente, nos vemos todos obligados a aceptar la verdad �ltima de
nuestras vidas en la fe (aprendiendo de gu�as en las que hemos
decidido confiar) o a sufrir la debilitante disfunci�n de la duda.
Cada vez m�s regularmente el mundo est� aprendiendo - mediante
revelaciones constantes de depravaciones sexuales y financieras -
que
las doctrinas y los dogmas sobre los cuales basamos nuestros
principios morales est�n llenos de falsedades, hipocres�as y una
demostrable desinformaci�n.
La opci�n para todos quienes procuran librarse de esa enfermiza
perversi�n de sus pensamientos es emprender el arduo viaje del
auto-conocimiento, para averiguar qui�nes somos y por qu� elegimos
el camino que hemos escogido.
En el momento en que decidimos hacer eso, comprendemos que
la Biblia
fue escrita para encubrir la verdadera historia de la sociedad
humana.
Yahv� es citado diciendo a sus compa�eros Elohim, cuando ellos
confundieron las lenguas de la Humanidad en la Torre de Babel,
"para que no se entiendan entre
ellos".
(G�nesis 11:9)
Aunque los sacerdotes de la posteridad
construyeron leyendas divinas alrededor de ellos, en realidad
Yahv� y su cuadrilla eran descendientes de una tribu mundial de
marineros saqueadores que llevaron la civilizaci�n a tribus
analfabetas con la magia del lenguaje y la ciencia, todo hecho, por
supuesto, mientras aliviaban a los nativos primitivos de sus objetos
de valor.
Las leyendas prehist�ricas de
Viracocha, Toth, Hermes y Od�n invariablemente describen
a gigantes
blancos de pelo rojo quienes - mientras ellos no estaban
matando a enemigos incompetentes - trabajaban en metales y plantaban
siembras, que eran maravillas tecnol�gicas miles de a�os antes del
tiempo de Cristo.
Con un agradecido temor y un servicial asombro, los nativos
neol�ticos de quienes descendemos los llamaron "dioses".
Uno de los �ltimos ensayos de Plat�n [Critias] cuenta la
historia de una tierra occidental, una civilizaci�n superior que fue
destruida por un cataclismo en la Historia extremadamente antigua.
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Una importante industria filos�fica ha
surgido alrededor de la leyenda de
la Atl�ntida, pero el tema en su
conjunto ha sido en gran parte excluido de la Historia predominante,
cortado de la mente del hombre cuando fue borrado de la corriente
principal por el establishment del supuesto Hijo de Dios de
Roma.
Aquello ocurri� cuando la Humanidad fue enga�ada para que adorase a
una manipulada abstracci�n destinada al control totalitario de las
masas, que tuvo �xito m�s all� de las peores pesadillas de alguien.
Pero antes que todo eso sucediera, la civilizaci�n humana ten�a una
historia muy antigua, de dos veces la distancia en el tiempo desde
el apogeo de Roma hasta nuestro actual status al borde de la Tercera
Guerra Mundial.
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Toda esa historia es lo que los dementes
cristianos quemaron en la Biblioteca de Alejandr�a o escondieron en
la Biblioteca del Vaticano.
La leyenda de Plat�n de la Atl�ntida est� llena de detalles
espec�ficos de la civilizaci�n minoica en la isla mediterr�nea de
Creta que fue destruida por el gran volc�n Thera c. 1500 a.C.,
precisamente en el momento en que las tradiciones m�s antiguas de
Egipto, Babilonia y las leyendas j�nicas comenzaban a ser
registradas.
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En ese entonces, Creta y los marineros
fenicios controlaban el mundo conocido. Las famosas invasiones de
los Pueblos del Mar fueron lo que destruy� a Egipto; el alfabeto que
usamos hoy proviene de los fenicios; todos los dioses griegos se
derivaron de Creta.
Pero Plat�n insisti� en que la gran civilizaci�n de la isla estaba
localizada m�s all� de las Columnas de H�rcules, es decir, en el
Oc�ano Atl�ntico. Aunque pueda ser, sin embargo, el error de un
transcriptor, Plat�n coloc� el acontecimiento de la gran destrucci�n
planetaria diez mil a�os antes.
Y aqu� es donde la erudici�n relativa a la Atl�ntida cambiar� para
siempre el modo en que usted piensa acerca de la historia antigua de
sus antepasados. �ste es el gran secreto que ellos han encubierto
todos estos siglos, y probablemente es la base de la mayor parte de
las sociedades secretas del mundo de hoy.
Durante un periodo de aproximadamente veinte a�os hasta finales de
los a�os '40, un respetado editor de peri�dicos brit�nico llamado
William Comyns Beaumont promovi� su teor�a de que los fragmentos
de un gran cometa destruyeron la fabulosa civilizaci�n de los
hiperb�reos, que �l localiz� en alg�n sitio entre Escocia y
Escandinavia.
En su �pica obra "El Enigma de la Gran Breta�a Prehist�rica" (The
Riddle of Prehistoric Britain, 1946), Comyns Beaumont hace la
asombrosa aseveraci�n de que los registros escritos de la
civilizaci�n humana - Egipto, Sumer, la Grecia mic�nica, el
subcontinente indio y Sudam�rica - fueron todos primero establecidos
por gigantes blancos n�rdicos, marineros refugiados del gran cometa
que destruy� su hogar en 1332 a.C.
El trabajo de Beaumont forma la base de todo lo escrito por
Immanuel Velikovsky ("La
Humanidad bajo Amnesia -
Mankind in Amnesia") y Michael Tsarion ("Los Or�genes
Irlandeses de la Civilizaci�n -
The Irish Origins of Civilization"), as� como por docenas de otros
eruditos suprimidos y olvidados (Gerald Massey) que produjeron
versiones extraordinariamente incontaminadas de la Historia antigua
emp�rica.
Beaumont escribe acerca de la cat�strofe en el Norte que envi� a los
sobrevivientes a navegar por su seguridad por todo el mundo.
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�l encuentra la verdadera historia en
una versi�n sorprendentemente tard�a de una historia muy antigua: en
las leyendas islandesas.
"Este verso oculto, una sagrada saga
de los escaldos [skalds, poetas], describe c�mo Surtur, conocido
en otras partes como El Poderoso, emiti� una llama con el poder
de la luz del Sol con resultados terribles.
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Describe una cat�strofe cuando las
monta�as colisionaron, el cielo mismo fue dividido en dos, y
c�mo la raza de los Gigantes fue lanzada en el Infierno. Los
gigantes en la epopeya est�n relacionados con la fabulosa ciudad
escandinava de Asgard".
(p. 12)
Cuando Od�n y sus dioses fueron desde
Asgard a Escandinavia, ellos ense�aron todo a los nativos.
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Ellos
incluso jugaron al ajedrez.
"La mitolog�a nunca fue carente de
sentido", escribe Beaumont.
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"Fue h�bilmente ideada para que
sobreviviera como folklore. Una conexi�n puede ser encontrada
entre la ciudad de Asgard, la de Knossos, la 'divina' ciudad de
Creta o Ur de los caldeos, y la capital de la Atl�ntida, todas
relacionadas con la �poca del diluvio..."
El argumento del autor - y la opini�n de
muchos que han seguido su sensacional investigaci�n - es que el
antiguo mito griego
de Faet�n, quien vol� demasiado cerca del Sol y
se estrell�, es el cuento que ha perpetuado la historia del cometa
que destruy� la civilizaci�n conocida como Atl�ntida.
La tinterillada acad�mica conocida como la Edad del Hielo es
demolida por Comyns Beaumont:
"Una tremenda convulsi�n de la
Naturaleza, que tuvo el efecto m�s espantoso en los pueblos de
Gran Breta�a, Escandinavia y Norte de Asia".
Tambi�n ello hizo la �rbita de la Tierra
5� d�as m�s larga.
"...repentino, devastador,
sobrecogedor en su destructividad... un impacto celeste de un
cuerpo cometario inmenso... llovi� o distribuy� rocas, piedras,
arcilla pedregosa, tierra, grava, arena... sobre grandes
�reas... cre� islas, ahog� a otros, caus� inmensas olas
gigantes, trag� tierras costeras, consumi� enormes espacios con
ondas [fuegos] el�ctricas, cre� volcanes y arras� ciudades...
casi en un instante.
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Desorganiz� la civilizaci�n durante un
largu�simo per�odo, y sus efectos residuales son experimentados
hasta este d�a... Su llegada est� conservada para la informaci�n
de la Humanidad en la Piedra Golspie [Golpie Stone]... La
Cat�strofe... fue 'el Diluvio' de las Escrituras".
(p. 16)
Las leyendas irlandesas coinciden con
las islandesas. Los atenienses escribieron acerca de la guerra entre
los Dioses del Olimpo y los Titanes. Una versi�n posterior del
cuento es la historia b�blica de los �ngeles ca�dos en el Libro de
Enoc.
Curiosamente, justo despu�s de que le� la obra de Beaumont sobre la
verdadera Historia antigua, por pura suerte abr� un libro titulado
"Una Historia del Drag�n Rojo" (Carl Lofmark,
A History of the Red
Dragon, 1995).
A medida que lo le�a y que el autor se preguntaba qu� tipo de bestia
mitol�gica podr�a haber representado probablemente el drag�n, segu�
diciendo en voz alta:
"�Es el cometa, tonto!". Pero �l
nunca hizo la conexi�n. Escuche lo que �l dec�a:
"[p. 18] El drag�n a veces ha sido visto como una de las muchas
bestias ficticias del antiguo Oriente Pr�ximo, una regi�n rica
en monstruos... [!]. A esa regi�n debemos, por ejemplo, el
unicornio y las muchas razas de extra�os hombres salvajes que,
en la Edad Media, eran asociados con la India.
"Hay una amplia coherencia en la imagen, los h�bitos y las
funciones de los dragones, desde China e India hasta Mesopotamia
y Occidente, que es dif�cil de explicar excepto que haya sido
difundida desde una fuente com�n.
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Pero tal difusi�n de creencias
acerca del drag�n es muy probable que se haya transmitido entre
pueblos que ya sab�an del monstruo y ten�an fuertes sentimientos
hacia �l...
"Las im�genes y creencias acerca del drag�n encontradas en la
Am�rica precolombina, en Australasia y en las islas del
Pac�fico, muestran que una especie de drag�n ind�gena hab�a sido
preexistente en aquellas culturas mucho antes de que ellas se
hicieran accesibles a la difusi�n cultural desde el Oriente
Pr�ximo.
"[p. 20] El drag�n original no fue copiado directamente de la
Naturaleza o de los vecinos.
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Fue creado en todas partes en las
mentes de los pueblos arcaicos que sintieron una atemorizante
conciencia de alguna fuerza grande y peligrosa...".
Pero este autor nunca hizo la conexi�n
con el cometa antiguo que cambi� todo y bloque� la vista del Sol
antes de destruir grandes partes del planeta, que cambi� la �rbita
de la Tierra de modo que los astr�logos tuvieron que reordenar sus
c�lculos, que destruy� numerosas vidas y civilizaciones e incrust�
un terror en las mentes de todos los que vivieron aquello, hasta
este d�a, y que nunca nos ha abandonado completamente.*
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Human Memories of the Doomsday Comet
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El drag�n es el cometa, y el cometa es el dios col�rico de cada
religi�n alguna vez inventada en el planeta Tierra.
"Hab�a gigantes en la tierra en
aquel tiempo:
y tambi�n despu�s de esto, cuando los hijos de Dios
entraron en las hijas de los hombres,
y ellas les engendraron hijos,
y los mismos se convirtieron en hombres fuertes
que fueron los hombres de renombre de anta�o"
(G�nesis 6:4).
Los Nephilim son actores principales en
el Antiguo Testamento.
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Ellos eran los Gigantes de anta�o.
"Su fuerza era prodigiosa y sus
apetitos inmensos. Tras devorar todos los recursos de la especie
humana, ellos comenzaron a consumir a la gente misma. Los
Nephilim atacaron y oprimieron a los humanos y fueron la causa
de la destrucci�n masiva en la tierra".
La Biblia y los
Rollos del Mar Muerto muestran una
sucesi�n de gente enorme que gradualmente se hizo m�s peque�a con el
tiempo, a medida que los genes del gigantismo fueron diluidos
finalmente.
"Dos textos de importancia central
para la historia de
los Nephilim
- la Biblia y los Rollos del Mar Muerto - mencionan
varios nombres para los Nephilim. Las diversas clases de esos
gigantes son citadas en distintos pasajes.
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Ellos son diversamente mencionados
como,
-
Emim o 'Terrores' (G�n.
14:5; Deut. 2)
-
Rephaim o 'Debilitadores' o
'Muertos' (2 Sam. 23:13; 1 Cr�n. 11:15)
-
Gibborim o 'H�roes
Gigantescos' (Job 16:4)
-
Zamzummim o 'Famosos' (Deut.
2)
-
Anakim, o 'de Cuello largo'
(Deut. 2:10; Josu� 11:22, 14:15)
-
Awwim o 'Devastadores' y
'Serpientes'."
Otros gigantes son mencionados en esos
textos tambi�n, tales como Goliat (2 Sam. 21:19), un gigante con
doce dedos en las manos y doce en los pies que es mencionado como
uno de los Rephaim (2 Sam. 21:20), y un alto egipcio (1 Cr�n.
11:23).
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El pasaje de N�meros 13:26-33 habla
acerca de un Nephal [singular de Nephilim] de Cana�n que vieron
Josu� y los otros esp�as hebreos.
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Adem�s, seg�n el folklore judaico, uno
de los Nephilim, Arba, construy� una
ciudad, Kiriath Arba, que fue nombrada a partir de su constructor y
que es conocida ahora como Hebr�n.
"La maldad de los Nephilim llev� con
ella un fuerte n�mero de v�ctimas.
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G�nesis 6:5 alude a la corrupci�n
que los Nephilim hab�an causado entre los humanos y entre ellos
mismos:
"Yahv� vio cu�n grande la maldad
del hombre en la tierra se hab�a hecho".
Su malvada rebeli�n hab�a provocado
tanto la ira como la pena de Yahv�.
"Yahv� instruy� al �ngel Gabriel para que encendiera una guerra
civil entre los Nephilim. �l tambi�n eligi� a Enoc, un hombre
justo, para que informara a los �ngeles ca�dos del juicio
pronunciado sobre ellos y sus hijos.
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Yahv� no permiti� a los �ngeles
ca�dos ninguna paz, ya que ellos no pod�an levantar sus ojos al
cielo e iban m�s tarde a ser encadenados. El final de los
Nephilim lleg� con la guerra incitada por Gabriel, en la cual
los gigantes finalmente se aniquilaron unos a otros"
Aqu� est� tambi�n aquella falsa versi�n
oficial de la historia otra vez.
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Oh, ellos se mataron unos a otros
despu�s de que un �ngel fue a verlos. T�picas tonter�as b�blicas.
Suena mucho como lo que Hillary Clinton dice cuando va a Pakist�n. Cualquier parecido con la t�ctica pol�tica actual no es
coincidencia.
En los textos b�blicos hist�ricos, los amorreos son muy
frecuentemente mencionados en relaci�n a los Nephilim y las tribus
basadas en los Nephilim. Sayce, entre otros historiadores, ha
descubierto referencias hist�ricas a los Nephilim relacionados con
los amorreos como siendo de tez clara, de ojos azules y poseyendo
rasgos dolicoc�falos ("de cabeza alargada").
Las leyendas n�rdicas est�n llenas de historias sobre gigantes, pero
todas ellas giran alrededor del Crep�sculo de los Dioses y el
Armaged�n causado por el cometa llamado
Surtur, que es principalmente
conocido en el siglo XXI como un malvado personaje de libro de
historietas con una espada ardiente.
Las conclusiones de Comyns Beaumont y la enorme cantidad de
investigaci�n sobre el mismo tema que ha seguido en su estela todas
apuntan a ese acontecimiento como el eslab�n cr�tico para los
fundamentos de nuestra civilizaci�n.
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En primer lugar, esto explica c�mo todas
las civilizaciones antiguas llegan a la Historia escrita totalmente
formadas en sus instituciones, pr�cticas y logros.
Reflexione durante un momento, si usted quiere, en que toda la
Historia que usted ha aprendido alguna vez es falsa y que, seg�n
Beaumont, la civilizaci�n no lleg� a Europa desde el Oriente:
fue difundida a todos los rincones
del mundo por gigantes blancos que dominaban el mar y un
lenguaje escrito que los hac�a parecer como dioses
extraterrestres seg�n los nativos primitivos a quienes ellos
saquearon.
Y esto nos conduce a una pregunta a�n
m�s trascendental sobre el origen de las rivalidades que condujeron
a guerras sobre este planeta.
Si los gigantes blancos que huyeron de la ira del gran cometa hace
todos aquellos a�os fundaron o guiaron a todas las civilizaciones
antiguas en sus pr�cticas y rituales,
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�Como lleg� a suceder que
estemos ahora divididos en tantas facciones en guerra alguna vez
unidas en nuestra compasi�n mutua por aquel terror del cielo
mentalmente impactante?. �
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�No es �sta la misma estafa que ha proseguido incluso desde antes
del alba de la civilizaci�n, con los blancos m�s poderosos y m�s
listos que explotan a los incompetentes nativos permanentemente en
la oscuridad con respecto a todo, lo mismo que est� sucediendo hoy?
Los gigantes blancos con armas imponentes y un lenguaje
inescrutablemente sofisticado simularon ser los benefactores de los
menos ilustrados con toda clase de atracciones tecnol�gicas, pero
�por qu� siempre esos pa�ses son saqueados y reducidos a escombros?
Desde el alba de los tiempos.
�Cu�n raro ser�a si fuera yo, un cronista serio de las depredaciones
jud�as a trav�s de toda la Historia, quien exonerara a los jud�os de
su culpa colectiva por los cr�menes que ellos siguen cometiendo,
porque descubr� que todas las religiones del mundo tienen sus ra�ces
en los genes y las ense�anzas de los gigantescos druidas b�rbaros
blancos de Escocia que colonizaron el mundo entero antes de que algo
fuera escrito alguna vez?.
En mi vida, dos de las personas que m�s respeto han discrepado ambas
conmigo en cuanto a la inculpaci�n de los jud�os por la condici�n
del mundo.
�
Richard D. Willing, autor de
"Dinero: La Religi�n N� 12 y Final" (Money: the 12th and Final
Religion, 2008), trat� de decirme que eran los ingleses los que
manejaban a los jud�os, pero �l no hab�a le�do a Beaumont.
Y cuando le pregunt� a Eustace Mullins, el principal cronista
de la perfidia jud�a en la Historia mundial, si era el Sanedr�n o la
Reina quien realmente dirig�a todo, �l contest� sin vacilar:
"La Reina".
Pero Eustace Mullins no hab�a le�do a
Manet�n, el historiador egipcio que revela la invasi�n hebrea
del antiguo Egipto, ni tampoco �l sab�a sobre el cometa.
�Cu�n raro ser�a si Willing y Mullins tuvieran raz�n por los motivos
equivocados, porque la base de todas las culturas del mundo fue
sembrada hace much�simo tiempo por los gigantes blancos de tiempos
prehist�ricos tan vivamente descritos en las leyendas islandesas?
Tal vez alguien en alg�n lugar imprimir� esta historia y la
archivar� en un caj�n que de alguna manera terminar� en una cueva
siglos despu�s en el futuro, que explicar� exactamente lo que nos
ocurri� como especie y caus� lo que est� a punto de sucedernos
ahora, si sucede de alg�n modo. (�Respuesta corta? Los sacerdotes...)
Los dioses que bajaron del cielo eran realmente fragmentos de un
cometa que destruy� partes significativas del planeta.
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Eso es lo que
primero hizo que la gente analizara el cielo, y leyera augurios
humanos en sus actividades, y finalmente fantaseara con deidades
cuyo temperamento col�rico gobernaba las vidas de los hombres.
Aquellos que sobrevivieron a ese cataclismo comenzaron la
civilizaci�n que conocemos hoy, tal como aquellos que sobrevivan a
los muchos cataclismos artificiales que se acercan a nosotros ahora,
de un modo similarmente azaroso, comenzar�n la civilizaci�n de
ma�ana.
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