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traducci�n de
Adela Kaufmann � � � � � � � "Hasta que no elijamos nuestra propia experiencia de vida,
nunca vamos a vivir verdaderamente". �
� A pesar de que los seres humanos tienen la inclinaci�n popular de gravitar hacia una com�n a la que estamos vinculados, nuestra verdadera visi�n y la naturaleza es de notable multiplicidad. � Inevitablemente, nos sometemos a un acondicionamiento interior y perif�rico para seguir la l�nea de la realidad.�Llegamos a ser ecos sociales para una existencia de ingenier�a que est� distorsionada, que es dif�cil de alcanzar, oscura e inconsciente. �
Nuestro deseo de diversiones
sociales, confort, identidad, prop�sito y seguridad,
significativamente pesan mas que nuestra b�squeda para cumplir con
nuestro ser, la creatividad, el destino, el amor y la verdad. � � �
Fundaci�n de la Ilusi�n � Nuestra insaciable fascinaci�n con nosotros mismos y nuestro lugar en el mundo que nos distrae de todo lo que es sagrado.�Con el tiempo, cambiamos nuestra pasi�n para vivir con una adicci�n a comprar. � Nuestras experiencias genuinas que nos empoderan y nos enriquecen son sustituidas por eventos virtuales grabados en un recibo de compra.�La medida de nuestro cumplimiento est� en la cantidad de nuestro entretenimiento en lugar de la calidad de nuestra experiencia. �
La sociedad se convierte en una moneda de diez centavos sin valor,
que promete una gran cantidad de abundancia, felicidad y
significado, aunque rara vez se cumple. � �
� Nuestro adoctrinamiento en los principios y estructuras complejas de las condiciones de la realidad est�ndar nos hipnotiza y nos manipula hacia�la cadena humana�del instinto, la reacci�n y la supervivencia. � Somos similares a un barco de carga con velas desabrochadas, rebotando sobre los mares sociales de la casualidad.�Nuestro cuerpo y el cerebro es nuestro hardware y nuestro software es un programa de dos dimensiones del instinto y el intelecto. �
Nosotros olvidadizamente dependemos y estamos atados al conocimiento
y la l�gica, acondicionados a ser simulaciones en un paradigma de
pensamiento, amenaza y miedo. � � �
Jugando en los �ngulos � Con frecuencia se nos presenta la oportunidad de elegir la forma en que contemplamos nuestra experiencia de la vida.�La mayor�a de nosotros vemos el mundo a trav�s de un tapiz elaborado de nuestro an�lisis, miedos, juicios, y deseos. � Rara vez observamos el mundo como realmente es. � Lo vemos la forma en que nos gustar�a que fuera.�Vivimos de estas�fantas�as personales�y empujamos las agendas de nuestras posiciones en la b�squeda de hacer la realidad com�n cada vez m�s c�moda, conforme o conveniente a nuestros propios deseos. � Nos comprometemos con una ilusi�n de lo que es en lugar de su autenticidad. � � � �
El mundo que Habilitamos
Sin embargo, lo expresamos nuestro m�s a menudo con,
No es que seamos meramente ajenos a nuestra verdad y prop�sito. � Somos producto de la �tica de la sociedad a la que ansiosamente nos sometemos.�Parece m�s f�cil abandonar nuestra propia y �nica experiencia, existencia y percepci�n como un sacrificio no aut�ntico y noble en lugar de reclamar y vivir la vida a la que estamos destinados. � Somos tan poderosos como seres humanos. � Sin embargo, nos comprometemos a matar nuestras vidas diarias con nuestra negaci�n, desinter�s, duda y obediencia a la esclavizaci�n de la realidad. �
Deja de lado tu mal. Deja de lado la mentira. A la que perteneces".
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El Dios Humano � Es el�miedo�m�s all� del mito que cautiva nuestra lealtad.�La embriaguez de este falso poder nos seduce a la emulaci�n e imitaci�n.�Aunque a menudo no vemos la verdad m�s evidente de esta influencia "divina". � La potencia bruta de nuestro ego desatendido impone una experiencia y percepci�n de cinismo, renuncia y ridiculizamos cualquier cosa que no sea de nuestro propio dise�o inteligente. �
Adoptamos una defensa de desaprobaci�n, drama, opini�n y rumores en
lugar de estar presentes a las posibilidades de aceptaci�n,
compasi�n y comprensi�n. � � �
Signos Vitales � Cuando nos encontramos con estos criterios b�sicos, se nos da una etiqueta de�brezo�y un reconocimiento de�la vida. � Sin embargo, la verdadera medida de la vida se encuentra en nuestro potencial, expresi�n y voluntad de hacer una diferencia.�El verdadero significado de la vida es servir a otros, tanto o m�s que a nosotros mismos por el bien del servicio. �
Cuando elegimos ejercer esta oportunidad, instant�neamente
transformamos nuestra experiencia en una de comunidad, prop�sito y
posibilidad. � � �
A Prop�sito � Tenemos una tendencia a tirar estragos al viento y ver lo que vuelve a nosotros.�M�s a menudo que no, muy poco vuelve, al menos a nuestro deseo.�Desafortunadamente, el prop�sito no es principalmente ejercido, mucho menos existente en nuestra sociedad. � La naturaleza misma de la realidad no es compatible o sostiene (apoya) lo extraordinario.�Nuestro enfoque personal depende �nicamente de la�cu�l,�c�mo�y�por qu��de nuestra experiencia.�Estos son los elementos cruciales de nuestro potencial para potenciar a nuestras vidas. �
Cuando traemos prop�sito a todas las facetas de nuestra experiencia,
expresamos creatividad, conciencia, iluminaci�n y transformaci�n. � � �
La verdad del Falso Poder � No hay nadie m�s en este mundo que podr�a o deber�a degradar, desacreditar, juzgar o cuestionar la autenticidad, la intenci�n, el significado y el valor de nuestras experiencias.�Todos simplemente se esfuerzan por ocultar o proteger sus propios miedos, inseguridades, insuficiencias y debilidades. � Hemos sido criados en un entorno social en defensa que es de gran peligro para los objetivos coincidentes de nuestra expresi�n. �
La fuerza del falso poder que proyectamos sobre los dem�s en �ltima
instancia, disminuye la verdad de la nuestra propia. � � �
Siendo Nuestra Experiencia � En una realidad donde el ser ha sido barrido bajo la alfombra proverbial de la sociedad contempor�nea, es verdaderamente la �nica gracia salvadora para el presente y el futuro de todos. � Quien somos crea, expresa y sostiene la calidad de nuestro compromiso.�Nuestra visi�n, capacitaci�n, prop�sito y soporte inspira c�mo realmente vivimos nuestras vidas. � De nosotros requiere nuestra creatividad, confianza, valor y coraje para manifestar nuestra mayor experiencia. � S�lo a trav�s de nosotros podr� el poder de nuestra experiencia trascender los l�mites de la realidad y de la sociedad y transformar el mundo... �
� que tendremos siempre son las que elegimos crear." � � � |
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