por�Iam Saums�
15 Julio 2016
del Sitio Web
IAmSaums

traducci�n de Adela Kaufmann
Versi�n original en ingles

"Hasta que no elijamos

nuestra propia experiencia de vida,

nunca vamos a vivir verdaderamente".


Hilo Com�n

Hay m�s de seis mil millones de interpretaciones �nicas de la vida en el constructo tridimensional que experimentamos como�realidad.

A pesar de que los seres humanos tienen la inclinaci�n popular de gravitar hacia una com�n a la que estamos vinculados, nuestra verdadera visi�n y la naturaleza es de notable multiplicidad.

Inevitablemente, nos sometemos a un acondicionamiento interior y perif�rico para seguir la l�nea de la realidad.�Llegamos a ser ecos sociales para una existencia de ingenier�a que est� distorsionada, que es dif�cil de alcanzar, oscura e inconsciente.

Nuestro deseo de diversiones sociales, confort, identidad, prop�sito y seguridad, significativamente pesan mas que nuestra b�squeda para cumplir con nuestro ser, la creatividad, el destino, el amor y la verdad.

Fundaci�n de la Ilusi�n

Estamos programados a creer que nuestra inteligencia es el �nico benefactor de nuestra supervivencia.

Nuestra insaciable fascinaci�n con nosotros mismos y nuestro lugar en el mundo que nos distrae de todo lo que es sagrado.�Con el tiempo, cambiamos nuestra pasi�n para vivir con una adicci�n a comprar.

Nuestras experiencias genuinas que nos empoderan y nos enriquecen son sustituidas por eventos virtuales grabados en un recibo de compra.�La medida de nuestro cumplimiento est� en la cantidad de nuestro entretenimiento en lugar de la calidad de nuestra experiencia.

La sociedad se convierte en una moneda de diez centavos sin valor, que promete una gran cantidad de abundancia, felicidad y significado, aunque rara vez se cumple.


Cableados por la Raz�n

Somos�
seres multidimensionales�con posibilidades eternas y un potencial infinito.

Nuestro adoctrinamiento en los principios y estructuras complejas de las condiciones de la realidad est�ndar nos hipnotiza y nos manipula hacia�la cadena humana�del instinto, la reacci�n y la supervivencia.

Somos similares a un barco de carga con velas desabrochadas, rebotando sobre los mares sociales de la casualidad.�Nuestro cuerpo y el cerebro es nuestro hardware y nuestro software es un programa de dos dimensiones del instinto y el intelecto.

Nosotros olvidadizamente dependemos y estamos atados al conocimiento y la l�gica, acondicionados a ser simulaciones en un paradigma de pensamiento, amenaza y miedo.

Jugando en los �ngulos

Todos nosotros estamos lavados del cerebro y hechizados por los filtros de las m�ltiples facetas de nuestras propias percepciones.

Con frecuencia se nos presenta la oportunidad de elegir la forma en que contemplamos nuestra experiencia de la vida.�La mayor�a de nosotros vemos el mundo a trav�s de un tapiz elaborado de nuestro an�lisis, miedos, juicios, y deseos.

Rara vez observamos el mundo como realmente es.

Lo vemos la forma en que nos gustar�a que fuera.�Vivimos de estas�fantas�as personales�y empujamos las agendas de nuestras posiciones en la b�squeda de hacer la realidad com�n cada vez m�s c�moda, conforme o conveniente a nuestros propios deseos.

Nos comprometemos con una ilusi�n de lo que es en lugar de su autenticidad.

El mundo que Habilitamos

Nuestro poder personal est� en nuestra,

  • creatividad

  • compasi�n

  • conciencia

  • amor

  • transformaci�n

Sin embargo, lo expresamos nuestro m�s a menudo con,

  • drama

  • juicio

  • opini�n

  • atropello

No es que seamos meramente ajenos a nuestra verdad y prop�sito.

Somos producto de la �tica de la sociedad a la que ansiosamente nos sometemos.�Parece m�s f�cil abandonar nuestra propia y �nica experiencia, existencia y percepci�n como un sacrificio no aut�ntico y noble en lugar de reclamar y vivir la vida a la que estamos destinados.

Somos tan poderosos como seres humanos.

Sin embargo, nos comprometemos a matar nuestras vidas diarias con nuestra negaci�n, desinter�s, duda y obediencia a la esclavizaci�n de la realidad.


"Deja de lado tu derecho.

Deja de lado tu mal.

Deja de lado la mentira.

A la que perteneces".


El Dios Humano

La�
invenci�n humana de�Dios�que aceptamos y se espera que creamos es principalmente una de juicio, venganza e ira.

Es el�miedo�m�s all� del mito que cautiva nuestra lealtad.�La embriaguez de este falso poder nos seduce a la emulaci�n e imitaci�n.�Aunque a menudo no vemos la verdad m�s evidente de esta influencia "divina".

La potencia bruta de nuestro ego desatendido impone una experiencia y percepci�n de cinismo, renuncia y ridiculizamos cualquier cosa que no sea de nuestro propio dise�o inteligente.

Adoptamos una defensa de desaprobaci�n, drama, opini�n y rumores en lugar de estar presentes a las posibilidades de aceptaci�n, compasi�n y comprensi�n.

Signos Vitales

El campo de la medicina identifica la vitalidad de nuestra existencia, tomando el pulso, analizando nuestra respuesta a los est�mulos, observando la respiraci�n en diferentes �reas de nuestro cuerpo y escuchando a nuestro coraz�n.

Cuando nos encontramos con estos criterios b�sicos, se nos da una etiqueta de�brezo�y un reconocimiento de�la vida.

Sin embargo, la verdadera medida de la vida se encuentra en nuestro potencial, expresi�n y voluntad de hacer una diferencia.�El verdadero significado de la vida es servir a otros, tanto o m�s que a nosotros mismos por el bien del servicio.

Cuando elegimos ejercer esta oportunidad, instant�neamente transformamos nuestra experiencia en una de comunidad, prop�sito y posibilidad.

A Prop�sito

La mayor�a de nosotros vivimos nuestras vidas en ausencia de prop�sito.

Tenemos una tendencia a tirar estragos al viento y ver lo que vuelve a nosotros.�M�s a menudo que no, muy poco vuelve, al menos a nuestro deseo.�Desafortunadamente, el prop�sito no es principalmente ejercido, mucho menos existente en nuestra sociedad.

La naturaleza misma de la realidad no es compatible o sostiene (apoya) lo extraordinario.�Nuestro enfoque personal depende �nicamente de la�cu�l,�c�mo�y�por qu��de nuestra experiencia.�Estos son los elementos cruciales de nuestro potencial para potenciar a nuestras vidas.

Cuando traemos prop�sito a todas las facetas de nuestra experiencia, expresamos creatividad, conciencia, iluminaci�n y transformaci�n.

La verdad del Falso Poder

Cada uno de nosotros tiene su propia experiencia �nica de vida definida por nuestras elecciones, el enfoque de nuestra energ�a, la percepci�n (es) que abrazamos y el destino que cumplir.

No hay nadie m�s en este mundo que podr�a o deber�a degradar, desacreditar, juzgar o cuestionar la autenticidad, la intenci�n, el significado y el valor de nuestras experiencias.�Todos simplemente se esfuerzan por ocultar o proteger sus propios miedos, inseguridades, insuficiencias y debilidades.

Hemos sido criados en un entorno social en defensa que es de gran peligro para los objetivos coincidentes de nuestra expresi�n.

La fuerza del falso poder que proyectamos sobre los dem�s en �ltima instancia, disminuye la verdad de la nuestra propia.

Siendo Nuestra Experiencia

No hay nada m�s importante en nuestra vida que quien nosotros estamos siendo.

En una realidad donde el ser ha sido barrido bajo la alfombra proverbial de la sociedad contempor�nea, es verdaderamente la �nica gracia salvadora para el presente y el futuro de todos.

Quien somos crea, expresa y sostiene la calidad de nuestro compromiso.�Nuestra visi�n, capacitaci�n, prop�sito y soporte inspira c�mo realmente vivimos nuestras vidas.

De nosotros requiere nuestra creatividad, confianza, valor y coraje para manifestar nuestra mayor experiencia.

S�lo a trav�s de nosotros podr� el poder de nuestra experiencia trascender los l�mites de la realidad y de la sociedad y transformar el mundo...


"Las experiencias m�s grandes

que tendremos siempre

son las que

elegimos crear."