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por�Richard Smoley New Dawn N� 132 (Mayo-Junio 2012) 15 Junio 2014 del Sitio Web�NewDawnMagazine
traducci�n de
Adela Kaufmann � � � �
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� De acuerdo con un estudio reciente realizado en la Universidad de Harvard, es porque las personas tienen una mal�sima capacidad de atenci�n.�
� Grabaron a un orador que respond�a una pregunta sobre la atenci�n m�dica universal (un tema controvertido en los EE.UU.) � Luego adjuntaron la misma respuesta a tres preguntas separadas: � la pregunta original sobre la atenci�n m�dica, una sobre el uso de drogas ilegales, y una tercera sobre el terrorismo. � Sorprendentemente, los sujetos encontraron al hablante tan confiable cuando dio la respuesta sobre la atenci�n m�dica a una pregunta sobre el uso de drogas ilegales - un tema relacionado pero diferente - como cuando respondi� a la pregunta original sobre la atenci�n m�dica. � Adem�s, cuando se les pregunt� inmediatamente despu�s, casi ninguno de los sujetos pod�a recordar exactamente qu� pregunta se hab�a hecho.�
� La pobre atenci�n,
Otra raz�n relacionada es que cuando las personas est�n escuchando a alguien hablar, est�n captando se�ales no verbales como,
En resumen, incluso cuando se hace algo tan simple como escuchar a un orador, el p�blico se siente abrumado por la informaci�n, lo que permite a los pol�ticos�esquivar las respuestas�sin aparentarlo. � Estos hallazgos tienen m�s que una importancia te�rica. � Enfrentados a la crisis econ�mica y social, y atormentados por el espectro del conflicto global, la hambruna y el colapso ambiental, las personas est�n exigiendo un cambio. � Al mismo tiempo, sin embargo, existe una sospecha generalizada de todas las ideolog�as pol�ticas y econ�micas. �
La
civilizaci�n mundial en este punto es como un hombre enfermo que se
mueve inquieto en la cama, incapaz de encontrar una posici�n
c�moda.�Puede ser que lo que se necesita no sea un cambio en las
ideolog�as, sino un cambio en la conciencia.� � El maestro espiritual del siglo XX�G.I. Gurdjieff�dijo:
El lama tibetano contempor�neo�Tarthang Tulku�escribe:
�Podr�an estar diciendo que es nuestra poca capacidad de atenci�n la
que nos mantiene en la esclavitud cognitiva?�
�C�mo funciona esto en la pr�ctica? � Un profesor de Gurdjieff me se�al� c�mo, en circunstancias normales, cuando miras por la ventana, tu atenci�n se centra en ella.�En cierto sentido, tambi�n sales por la ventana.�Tu sentido de ti mismo est� perdido. � Para contrarrestar esto, sugiri� que cuando miras por la ventana, mantienes cierta atenci�n, incluso si es algo tan simple como la conciencia de una mano o un pie.
Para Tarthang Tulku, la respuesta se encuentra en una ruta ligeramente diferente. � �l cree que nuestra falta de atenci�n tiene que ver con un miedo profundo a la incomodidad.�Nuestro sufrimiento contin�a bajo la superficie, y nos rehusamos a tocarlo para evitar el dolor emocional que �ste traer�a. � Una alternativa que recomienda no es solo tocar el dolor, sino explorarlo, sentirlo lo m�s posible.
Entrar directamente en el dolor psicol�gico de esta manera a menudo
lo transformar� en una energ�a nueva, din�mica y m�s creativa.�
En esto se siembra la semilla de la voluntad. � El ocultista brit�nico�Charles R. Tetworth�escribe sobre el entrenamiento de un mago:
Si bien algunos de estos pasajes pueden tener poca importancia para nosotros, no muchas personas podr�n mantener una imagen en sus mentes durante una hora s�lida, sino que proporciona algunas pautas genuinas e importantes para vivir en medio de las turbulencias de hoy. � La pr�ctica clave es, sin importar c�mo logre hacerlo, cultivar un centro de atenci�n en usted mismo.�Puede hacer esto ahora mismo, cerrando los ojos y sent�ndose atentamente durante unos minutos. � Al principio dejas que tu atenci�n vaya a tus sensaciones corporales, sin embargo ellas se auto-presentan:
Luego dejas que tu atenci�n se dirija al flujo de pensamientos,
im�genes y emociones que pasan ante el ojo de la mente.�Pronto se
dar� cuenta de que puede ver estos pensamientos entrar en la
conciencia como im�genes en una pantalla, y pasar de nuevo con la
misma facilidad.� � No es el cuerpo;�el cuerpo es parte de lo que est� siendo observado, ni es el flujo de pensamientos que fluye a trav�s de la pantalla de la mente. R�pidamente encontrar�s que puedes observarlos desde la distancia. � Y si hay algo de distancia, aunque sea leve, entre t� y tus pensamientos, esto inmediatamente prueba que los pensamientos no son t�.
� Te permitir�, para usar las palabras de Tetworth,
Tambi�n lo liberar� de las esclavitudes a cosas tales como las opiniones, las modas actuales de creencia y, lo que es quiz�s lo m�s importante, el apego sutil pero debilitante a su autoconcepto como una "buena persona". � Si lleva a cabo la investigaci�n de la autoobservaci�n lo suficiente, descubrir�s que estas opiniones y auto-conceptos son simplemente los que has absorbido de los medios de comunicaci�n, de la publicidad, de tu familia y de tus amigos. �
Tambi�n descubrir�s que te has encerrado en un c�rculo.�Lees
opiniones que ya reflejan las tuyas.�Escuchas a "expertos" que
simplemente confirman lo que crees.�Apoyas a los pol�ticos que
apelan a tus propios miedos y enga�os.� � Y notar�s que por s� mismos no presentan ninguna soluci�n brillante a los m�ltiples problemas del mundo. �
Pero
si los aplicas, ser�s un ser m�s consciente y estar�s m�s libre de
las ilusiones y ansiedades que presionan tanto a la raza humana � Un largo trabajo, en el que comienzas a tomar conciencia de tu propia funci�n especial, es decir, el papel que puedes desempe�ar para ayudar al mundo de manera m�s efectiva.�Puede o no significar abrazar una causa o programa pol�tico. � En cambio, puede, por ejemplo, implicar trabajar en silencio como una luz que brilla en los pasillos oscuros de una corporaci�n aparentemente desalmada. � No importa:
A medida que te adentras m�s en sus alcances que algunas ense�anzas llaman el Ser o el "yo verdadero", m�s te enfocar�s en esta funci�n, y podr�s convertirte en una poderosa fuerza de cambio en lugar de una persona d�bil, preocupada, y un consumidor ansioso. �
Fuentes
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