por�Richard Smoley

New Dawn N� 132 (Mayo-Junio 2012)

15 Junio 2014

del Sitio Web�NewDawnMagazine

traducci�n de Adela Kaufmann
Versi�n original en ingles


Los pol�ticos evaden constantemente la verdad.��Por qu� pueden salirse con la suya?

De acuerdo con un estudio reciente realizado en la Universidad de Harvard, es porque las personas tienen una mal�sima capacidad de atenci�n.�


El cient�fico conductual�Todd Rogers�de la Harvard Kennedy School y�Michael I. Norton�de la Harvard Business School realizaron un experimento simple para ver cu�ndo y si las personas pueden detectar una esquiva.

Grabaron a un orador que respond�a una pregunta sobre la atenci�n m�dica universal (un tema controvertido en los EE.UU.)

Luego adjuntaron la misma respuesta a tres preguntas separadas:

la pregunta original sobre la atenci�n m�dica, una sobre el uso de drogas ilegales, y una tercera sobre el terrorismo.

Sorprendentemente, los sujetos encontraron al hablante tan confiable cuando dio la respuesta sobre la atenci�n m�dica a una pregunta sobre el uso de drogas ilegales - un tema relacionado pero diferente - como cuando respondi� a la pregunta original sobre la atenci�n m�dica.

Adem�s, cuando se les pregunt� inmediatamente despu�s, casi ninguno de los sujetos pod�a recordar exactamente qu� pregunta se hab�a hecho.�


Parte de la raz�n de estos hallazgos, cree Rogers, es simplemente que los humanos tienen poca capacidad de atenci�n.

La pobre atenci�n,

"es universal para todos los animales que pudimos estudiar", dice Rogers.

"Aunque no nos damos cuenta, pasamos por nuestras vidas detectando solo la esencia de lo que est� sucediendo. Incluso si quisi�ramos prestar atenci�n a cada respuesta, tendr�amos una capacidad limitada" para hacerlo.

Otra raz�n relacionada es que cuando las personas est�n escuchando a alguien hablar, est�n captando se�ales no verbales como,

  • lenguaje corporal

  • expresiones faciales

  • simpat�a

En resumen, incluso cuando se hace algo tan simple como escuchar a un orador, el p�blico se siente abrumado por la informaci�n, lo que permite a los pol�ticos�esquivar las respuestas�sin aparentarlo.

Estos hallazgos tienen m�s que una importancia te�rica.

Enfrentados a la crisis econ�mica y social, y atormentados por el espectro del conflicto global, la hambruna y el colapso ambiental, las personas est�n exigiendo un cambio.

Al mismo tiempo, sin embargo, existe una sospecha generalizada de todas las ideolog�as pol�ticas y econ�micas.

La civilizaci�n mundial en este punto es como un hombre enfermo que se mueve inquieto en la cama, incapaz de encontrar una posici�n c�moda.�Puede ser que lo que se necesita no sea un cambio en las ideolog�as, sino un cambio en la conciencia.�

El problema va m�s all� de simplemente detectar si un pol�tico ha respondido una pregunta o no.�Muchas de las grandes tradiciones espirituales del mundo frecuentemente nos dicen que�vivimos en la�ilusi�n.

El maestro espiritual del siglo XX�G.I. Gurdjieff�dijo:

"Un hombre moderno vive dormido, en el sue�o nace y en el sue�o muere".

El lama tibetano contempor�neo�Tarthang Tulku�escribe:

"Debido a que nuestros poderes de autoobservaci�n generalmente no est�n bien desarrollados, a menudo estamos ciegos a nuestro sufrimiento".

�Podr�an estar diciendo que es nuestra poca capacidad de atenci�n la que nos mantiene en la esclavitud cognitiva?�

Los remedios propuestos para este trastorno de d�ficit de atenci�n cr�nico y generalizado var�an hasta cierto punto.�Para Gurdjieff, la respuesta yace (al menos en parte) en lo que �l llam� el recuerdo de s� mismo:

una atenci�n que se divide entre el mundo exterior y el mundo interno.

�C�mo funciona esto en la pr�ctica?

Un profesor de Gurdjieff me se�al� c�mo, en circunstancias normales, cuando miras por la ventana, tu atenci�n se centra en ella.�En cierto sentido, tambi�n sales por la ventana.�Tu sentido de ti mismo est� perdido.

Para contrarrestar esto, sugiri� que cuando miras por la ventana, mantienes cierta atenci�n, incluso si es algo tan simple como la conciencia de una mano o un pie.

"Cuando miras por la ventana, no sales por la ventana", como lo expres�.

Para Tarthang Tulku, la respuesta se encuentra en una ruta ligeramente diferente.

�l cree que nuestra falta de atenci�n tiene que ver con un miedo profundo a la incomodidad.�Nuestro sufrimiento contin�a bajo la superficie, y nos rehusamos a tocarlo para evitar el dolor emocional que �ste traer�a.

Una alternativa que recomienda no es solo tocar el dolor, sino explorarlo, sentirlo lo m�s posible.

"Cada vez que estamos atrapados en un conflicto f�sico o mental, podemos centrarnos en �l, calentarlo, ir al centro de �l", dice.

Entrar directamente en el dolor psicol�gico de esta manera a menudo lo transformar� en una energ�a nueva, din�mica y m�s creativa.�

Hay muchos otros enfoques, pero el punto es el mismo:

afinar y enfocar una capacidad de atenci�n no olvida qu� pregunta fue hecha, eso no sale por la ventana.

En esto se siembra la semilla de la voluntad.

El ocultista brit�nico�Charles R. Tetworth�escribe sobre el entrenamiento de un mago:

Como aprendiz, �l o ella habr� aprendido c�mo mantener una imagen en su mente durante una hora a la vez.

Habr� aprendido c�mo mantener la direcci�n en medio de las distracciones de la vida.�Habr� aprendido a mantenerse en contacto con lo que es real dentro de �l, incluso en medio de la pasi�n.

Habr� aprendido algo de las mareas desiguales que mueven los corazones de los hombres.

Ser� independiente de los movimientos de los puntos de vista de moda y capaz de tomar una visi�n a largo plazo de las aparentes tragedias de la humanidad.

Esto lo convertir� en un miembro m�s consciente de la raza humana.

Si bien algunos de estos pasajes pueden tener poca importancia para nosotros, no muchas personas podr�n mantener una imagen en sus mentes durante una hora s�lida, sino que proporciona algunas pautas genuinas e importantes para vivir en medio de las turbulencias de hoy.

La pr�ctica clave es, sin importar c�mo logre hacerlo, cultivar un centro de atenci�n en usted mismo.�Puede hacer esto ahora mismo, cerrando los ojos y sent�ndose atentamente durante unos minutos.

Al principio dejas que tu atenci�n vaya a tus sensaciones corporales, sin embargo ellas se auto-presentan:

sensaciones de los pies en el suelo, de la espalda contra la silla, y as� sucesivamente.

Luego dejas que tu atenci�n se dirija al flujo de pensamientos, im�genes y emociones que pasan ante el ojo de la mente.�Pronto se dar� cuenta de que puede ver estos pensamientos entrar en la conciencia como im�genes en una pantalla, y pasar de nuevo con la misma facilidad.�

La pregunta entonces es, �qui�n exactamente est� observando?

No es el cuerpo;�el cuerpo es parte de lo que est� siendo observado, ni es el flujo de pensamientos que fluye a trav�s de la pantalla de la mente. R�pidamente encontrar�s que puedes observarlos desde la distancia.

Y si hay algo de distancia, aunque sea leve, entre t� y tus pensamientos, esto inmediatamente prueba que los pensamientos no son t�.


Esta realizaci�n es uno de los objetivos principales de la meditaci�n.

Te permitir�, para usar las palabras de Tetworth,

"mantener el contacto con lo que es real" dentro de ti, incluso en las tristezas y las perturbaciones de la vida.

Tambi�n lo liberar� de las esclavitudes a cosas tales como las opiniones, las modas actuales de creencia y, lo que es quiz�s lo m�s importante, el apego sutil pero debilitante a su autoconcepto como una "buena persona".

Si lleva a cabo la investigaci�n de la autoobservaci�n lo suficiente, descubrir�s que estas opiniones y auto-conceptos son simplemente los que has absorbido de los medios de comunicaci�n, de la publicidad, de tu familia y de tus amigos.

Tambi�n descubrir�s que te has encerrado en un c�rculo.�Lees opiniones que ya reflejan las tuyas.�Escuchas a "expertos" que simplemente confirman lo que crees.�Apoyas a los pol�ticos que apelan a tus propios miedos y enga�os.�

No pretendo que los ejercicios que he esbozado en este art�culo sean una panacea.�Tampoco son f�ciles, y en general requerir� mucha paciencia y esfuerzo aplicarlos de la forma m�s b�sica posible.

Y notar�s que por s� mismos no presentan ninguna soluci�n brillante a los m�ltiples problemas del mundo.

Pero si los aplicas, ser�s un ser m�s consciente y estar�s m�s libre de las ilusiones y ansiedades que presionan tanto a la raza humana

�Qu� viene despu�s?

Un largo trabajo, en el que comienzas a tomar conciencia de tu propia funci�n especial, es decir, el papel que puedes desempe�ar para ayudar al mundo de manera m�s efectiva.�Puede o no significar abrazar una causa o programa pol�tico.

En cambio, puede, por ejemplo, implicar trabajar en silencio como una luz que brilla en los pasillos oscuros de una corporaci�n aparentemente desalmada.

No importa:

ese es tu trabajo

A medida que te adentras m�s en sus alcances que algunas ense�anzas llaman el Ser o el "yo verdadero", m�s te enfocar�s en esta funci�n, y podr�s convertirte en una poderosa fuerza de cambio en lugar de una persona d�bil, preocupada, y un consumidor ansioso.



Fuentes