por�Edward Curtin�
02 Agosto 2016

del Sitio Web�IntrepidReport

traducci�n de Adela Kaufmann
Versi�n original en ingles

Edward Curtin

Es un soci�logo y escritor que ense�a en la Universidad de Massachusetts de artes liberales y ha publicado ampliamente.

El silencio es una palabra pre�ada de m�ltiples significados:

  • para muchos una amenaza

  • para otros, una evocaci�n nost�lgica de un tiempo que se volvi� obsoleto por la tecnolog�a

  • para otros una sentencia de aburrimiento

  • para algunos, devotos de las antiguas artes de la contemplaci�n, la lectura y la escritura, una palabra de profunda importancia, incluso sagrada

Pero el silencio, como tantas otras cosas en el mundo actual, incluyendo los seres humanos, est� en la lista de especies en peligro de extinci�n.

Otra ave rara - vamos a llamarlo el�esp�ritu santo�el�verdadero pensamiento�- est� desapareciendo lentamente de entre nosotros.�El veneno del ruido y el ajetreo est� contaminando m�s de lo que pensamos� pero sin duda nuestra capacidad de pensar.�

Estoy sentado en un escal�n de piedra de una peque�a cabina en un estero en Cape Cod.�Todo est� tranquilo.

Tres pies delante de m� un conejo beb� mordisqueaba la hierba, y ese mordisqueo que resuena. Una t�rtola se queja de forma intermitente.�Veo la ondulaci�n del viento, la hierba del pantano y siento su bajo zumbido.�Me siento como en casa.�

Estoy�morando en una silenciosa parada de tiempo.�

Me llama la atenci�n lo raro que se ha vuelto el silencio;�c�mo el no hacer nada parece tan anti-estadounidense.�El ruido y el ajetreo se han convertido en nuestros elementos.�

Mientras veo a los juncos balancearse, me pregunto por qu� siempre doquiera que uno va la gente se precipita y se estresa.�Una fren�tica ansiedad prevalece en todas partes.

Si usted le pregunta al joven, al de mediana edad o al jubilado, todos reportan estr�s y falta de tiempo.

"Es una locura", se les oye a menudo decir.

"Aquello" nunca es definido.�

Es evidente que hay fuerzas poderosas que se benefician de este ruidoso ajetreo, de esta manera conectada de consumo tecnol�gico, esta contracci�n del tiempo.�Todo el mundo parece tener sus razones por las que est�n en tal estado, pero pocos imaginan c�mo y por qu� esto podr�a ser "dise�ado".


Ellos no tienen el tiempo de tranquilidad para hacerlo.�O no quieren...�

Cuando hablo de ruido no estoy pensando sobre todo del estruendo que asociamos con la vida de la ciudad - coches, camiones, taxis, bocinas, sirenas, congesti�n, etc. - un mundo en carrera para llegar a alguna parte por razones desconocidas.�Ese ruido, lamentablemente, es dif�cil de evitar, incluso en ciudades peque�as o en los suburbios.

Si viajo a media milla de donde me siento en silencio, voy a encontrar este tipo de ruido ya que la gente corre en sus coches buscando unas vacaciones del mismo.�

Estar en un lugar apartado en Cape Cod durante unos d�as es un lujo.�Me doy cuenta de eso.�As� tambi�n es tener estos minutos para escribir estas palabras.�Sin embargo, s� tambi�n que estoy eligiendo hacerlo, y que para m� el lujo es tambi�n una necesidad.

�C�mo podr�a vivir sin "no hacer nada", en silencio?�

Incluso la computadora en la que estoy escribiendo estas palabras me dice que estoy equivocado: quiere corregir mis palabras "no hacer nada" a "hacer cualquier cosa".�Me sorprende que no me dice que deber�a estar �divirti�ndome�, aunque tal vez hacer cualquier cosa es el equivalente.�

El ruido de la vida moderna es dif�cil de evitar por completo, y, en cualquier caso, es el menos perjudicial para el silencio que tengo en mente.

Hay otro tipo de ruido que es auto-impuesto y que tiene por objeto, de manera consciente o no, asegurarse de que uno no est� siendo "atrapado" por el silencio.�Como lo saben aquellas personas que huyen del silencio, puede ser peligroso para las reinantes suposiciones acerca de uno mismo y del mundo.�El ruido parece m�s reconfortante.�

Todos conocemos a personas que van desde la ma�ana hasta la noche, d�a tras d�a, sin hacer una pausa para introducir los sonidos del lento silencio.

Uno no tiene que buscarlos muy lejos;�la tecnolog�a les ha hecho la regla.�Corren a trav�s de sus vidas en el capullo del ruido tecnol�gico.�Est�n informados, en contacto, en sinton�a con todo, menos con sus propias almas.�Se ahogan en el ruido incesante de las televisiones y radios, o el ajetreo de las llamadas telef�nicas, mensajes de texto, o trivias "que tiene que hacerse."

Ellos siempre est�n planificando, yendo, organizando y programando actividades.�O hablando... interminables parloteos sobre el tiempo o las compras o las �ltimas noticias y titulares de los principales medios.

Ellos eligen para llenar sus vidas con,

  • el ruido distractor con el fin de evitar que el silencio pueda obligarlos a enfrentarse a los problemas de auto-conocimiento que son la materia de los grandes libros, el arte verdadero, una vida plenamente humana

  • el auto-conocimiento que vincula al individuo con sus circunstancias sociales en su per�odo hist�rico

  • conocimiento que les pudiera permitir comprender las fuentes de la profunda ansiedad y desesperaci�n que induce su frenes�

Esto es lo que�C.�Wright Mills�llam� la�imaginaci�n sociol�gica.

Durante quince a�os, Estados Unidos ha estado viviendo bajo un estado de emergencia nacional oficial y constante, el miedo�paralizante - el miedo que mantiene a la gente en movimiento lo m�s r�pido que pueden para no tener que detenerse y mirar hacia atr�s y ver lo que les ha ocurrido y por qu� y hacia d�nde se dirigen... sobre el acantilado.�

Es otro d�a y ahora estoy sentado a la sombra de un �rbol que da a un hermoso puerto lleno de barcos de vela.

Una gaviota se abalanza y navega delante de m�.�Un fuerte viento se viene desde el oeste.�Esta agua es el patio de recreo de los ricos.�A diferencia de los pobres, ellos pueden comprar el silencio exterior.

Parece que tienen un mont�n de tiempo para pensar pensamientos profundos, tales como �de d�nde proviene todo su dinero?:

  • �de las empresas que forman parte del complejo militar-industrial?

  • �explotando a otros?

Sospecho que utilizan su tiempo "libre" para pensar en otras cosas...�

Por alguna raz�n el agua �spera me recuerda a todos aquellos refugiados que huyen de la guerra y el caos en el mar Mediterr�neo.�Gente desesperada...

  • �Por qu� tienen que morir en busca de refugio?

  • �Por qu� tienen que huir de sus pa�ses de origen?

  • �Quien los llev� a los barcos?

  • �Es el mar y el silencio que traen estos pensamientos a mi mente?

Una silenciosa enso�aci�n puede hacer eso.�Puede evocar pensamientos perturbadores.


A menudo escribo sobre estos asuntos.�La mayor parte de lo que escribo es un asunto serio, a lo que la gente se refiere como escritura "pesada": guerras, asesinatos, golpes, etc. - un mont�n de historia, asuntos sociales, cuestionamiento filos�fico y teol�gico.�

Y me parece que a muchas personas les resulta dif�cil de tomar.

Ellos no pueden encontrar el tiempo o la concentraci�n silenciosa para leer y estudiar de cerca para ver si mis an�lisis son correcto.�Creo que optan por no tomar el tiempo para entrar en el capullo de la concentraci�n silenciosa que esto exige.

Ellos asentir�n o reparar�n, pero no ahondar�n m�s profundo.�M�s profundo significa peligro.�Esos cientos de miles de personas que huyen del barco, por ejemplo,

  • �Qui�n es responsable de su destino?

  • �Qui�n inici� las guerras que los sac� de sus casas?

  • �Podr�amos estar implicados?

  • �Por qu� se tiene la responsabilidad?

  • �Podemos estar en silencio lo suficientemente atentos para escuchar sus gritos y explorar los hechos?

  • �Es el ajetreo ruidoso una distracci�n autoimpuesta de la verdad?

  • �Vivimos de mala fe?

  • �Podemos dejar de hablar, para de moverse y dejar de hacer lo suficiente para contemplar estos asuntos?

  • �Podemos callar lo suficiente como para escuchar lo que el silencio podr�a revelar?

  • �De qu� estamos huyendo de?

  • �Hay verdades tan profundas y tan perturbadoras que deben ser "silenciados"?

Eso creo�

El lento�silencio nos permitir�a entender c�mo los l�deres de�los Estados Unidos�est�n empujando al mundo hacia el silencio final de una conflagraci�n nuclear al provocar la guerra�con Rusia.�La mayor�a de la gente est� demasiado "ocupada" y demasiado distra�da - y por lo tanto demasiado ignorante - para darse cuenta.�

As� que para ello, esto no est� sucediendo.

No est� sucediendo, como�Harold Pinter�dijo entre todos los innumerables cr�menes de guerra cometidos por los Estados Unidos, mientras el pueblo estadounidense ha sido hipnotizado a pensar de otro modo:

"Nunca sucedi�. Nada sucedi� jam�s. Incluso mientras estaba sucediendo no estaba sucediendo. No importaba. No era de inter�s."

Est�bamos demasiado ocupados para darnos cuenta.�Todo lo que pod�amos o�r era ruido, alboroto propagand�stico.�

Una sociedad que sufre de trastorno por d�ficit de atenci�n social inducido es una sociedad en un estado de desintegraci�n.�Centrado en el primer plano del ruidoso pensamiento convencional, alimentado por unos medios de comunicaci�n arrojando un sinf�n de distracciones y pseudo-acontecimientos, la mayor�a de las personas se pierden en un cacof�nico caos mental.�

No estoy seguro de si hay alg�n punto en escribir estas palabras.


Pero estoy seguro que el arte de la escritura implica el arte de la lectura.�El escritor crea y el lector recrea;�ambos demandan silencio, un no-hacer, el cese de todo ruido que sirve para evitar el verdadero pensamiento.

�Est�s escuch�ndome?�

Las m�quinas deben ser apagadas.

"Nuestras invenciones", Thoreau observ�, "acostumbran a ser juguetes bonitos, que distraen nuestra atenci�n de las cosas serias."

No es dif�cil girar un interruptor, tirar de un enchufe, o pulsar un bot�n;�la parte dif�cil es�querer�hacerlo.

M�s dif�cil todav�a, pero igualmente necesario, es el aquietamiento de la mente, el silencio de los incesantes parloteos internos que nos acompa�an en todas partes.


A menos que por alg�n milagro rechacemos la ley de ajetreo ruidoso que nos ha sido vendida a nosotros para sembrar la confusi�n, est�n condenados.�Esto puede sonar hiperb�lico, pero no lo es.�Estamos siendo conducidos a la masacre�por las dementes �lites�que est�n empujando a una guerra mundial.

Nos estamos ahogando en mentiras y m�s mentiras, mentiras, agravadas por la repetici�n ruidoso.

"No hay nada m�s poderoso que el olor de la mentira... se puede oler. Huele a muerte"

Eso es lo que hace poco o� decir al Gran Pap� en una producci�n de�La Gata sobre el Tejado de Zinc.�

El monje trapense�Thomas Merton�escribi� una vez que alg�n d�a nos van a vender la lluvia:

Al decir que dio a entender que cualquier aspecto esencial, hermoso de la vida podr�a ser destruido por una sociedad empe�ada en la destrucci�n a trav�s de la guerra y el consumismo.

Ahora que nos han vendido ruido y velocidad para eliminar el lento silencio, estamos en problemas mucho m�s profundos.�No podemos pensar con claridad, si es que podemos pensar en absoluto.�Y el pensamiento claro nunca ha sido m�s importante.�

Gandhi�, el revolucionario, lo puso de manera perfecta,

"En la actitud de silencio, el alma encuentra el camino en una luz m�s clara, y lo que es dif�cil de alcanzar y enga�oso se resuelve en claridad cristalina.

Nuestra vida es una b�squeda larga y ardua por la verdad."