La�condici�n
de posesi�n por esp�ritus�(es
decir, la toma total o parcial de control de un ser humano vivo por
un ser "desencarnado") ha sido reconocida o al menos teorizada en
todas las �pocas y en todas las culturas.
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En
el 90% de las sociedades en todo el mundo hay registros de fen�menos
similares a la posesi�n (Foulks, 1985).
La amplia evidencia cl�nica contempor�nea sugiere que los seres
desencarnados, los esp�ritus de humanos fallecidos, pueden influir
en las personas vivas al formar una conexi�n o uni�n f�sica o
mental, y posteriormente imponer condiciones y s�ntomas f�sicos y/o emocionales perjudiciales.
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Esta
condici�n se la ha llamado,
Los
esp�ritus atados a la Tierra, la conciencia sobreviviente de los
humanos fallecidos, son las entidades m�s prevalentes que poseen, se
obsesionan o se adhieren a los seres humanos.
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La
conciencia desencarnada parece unirse y fusionarse total o
parcialmente con la mente subconsciente de una persona viva,
ejerciendo cierto grado de influencia en sus procesos de
pensamiento, emociones, comportamiento y el cuerpo f�sico.
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La
entidad se convierte en un par�sito en la mente del anfitri�n.
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Una
v�ctima de esta condici�n puede ser totalmente amn�sica en episodios
de control completo.
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�... Un adherido puede ser�ben�volo�por naturaleza, totalmente
ego�sta,�malintencionado�en su intenci�n o completamente
neutral.�La adherencia a cualquier persona puede ser completamente
aleatoria, incluso accidental.
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Puede ocurrir simplemente por la proximidad f�sica a la persona
moribunda en el momento de la muerte.�En aproximadamente la mitad de
los casos encontrados en la pr�ctica cl�nica es una elecci�n
aleatoria, sin conexi�n previa en esta u otra encarnaci�n.
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En
el resto, se puede encontrar alguna conexi�n, alg�n�asunto
pendiente de esta u otra vida�.
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...
Cualquier s�ntoma o condici�n mental o f�sica, emoci�n fuerte,
sentimiento negativo reprimido, necesidad consciente o inconsciente
puede actuar como un im�n para atraer a una entidad desencarnada con
la misma emoci�n, condici�n, necesidad o sentimiento.
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La
ira y la rabia, el miedo y el terror, la tristeza y la pena, la
culpa, el remordimiento o los sentimientos de necesidad de castigo
pueden invitar a entidades con sentimientos similares.
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El
estr�s severo puede causar susceptibilidad a la influencia de un
esp�ritu intrusivo.�Alterando la conciencia con alcohol o
drogas,�especialmente los alucin�genos, afloja los l�mites de tu yo
externo y abre la mente subconsciente a la infestaci�n por seres
desencarnados.
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Lo
mismo ocurre con el uso de analg�sicos fuertes y los anest�sicos
necesarios en la cirug�a.�Una tableta de code�na tomada para aliviar
el dolor de una extracci�n dental puede alterar suficientemente la
conciencia para permitir la entrada a un Esp�ritu.�
Las intrusiones f�sicas, como la cirug�a o la transfusi�n de sangre,
pueden conducir a una adherencia o intrusi�n de entidad.�En el caso
de un trasplante de �rgano, el esp�ritu del donante de �rganos puede
seguir literalmente el �rgano trasplantado al nuevo cuerpo.
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El
trauma f�sico por colisi�n de auto, ca�das accidentales, golpes o
cualquier golpe en la cabeza puede volver a una persona vulnerable a
un Esp�ritu intrusivo.
La apertura y la rendici�n�durante
las relaciones sexuales�pueden
permitir el intercambio de entidades adjuntas entre dos personas.�El
abuso sexual como violaci�n, incesto o abuso sexual de cualquier
tipo crea una vulnerabilidad a la invasi�n del Esp�ritu.
�
La
violencia durante el abuso sexual aumenta la probabilidad de
intrusi�n por un esp�ritu oportunista.
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Un
esp�ritu puede estar ligado a la tierra por las emociones y
sentimientos relacionados con una muerte traum�tica repentina.�La
ira, el miedo, los celos, el resentimiento, la culpa, el
remordimiento, incluso los fuertes lazos de amor pueden interferir
con la transici�n normal.
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Las�creencias
religiosas
err�neas sobre
la vida futura pueden evitar que un esp�ritu se mueva�hacia
la "Luz",�porque
la experiencia despu�s de la muerte no coincide con las falsas
expectativas o nociones preconcebidas de la manera en que se supone
que es.
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Despu�s de la muerte por sobredosis de drogas, un esp�ritu reci�n
fallecido mantiene un fuerte apetito por la droga, y esta hambre no
puede satisfacerse en el �mbito no f�sico.
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El
ser debe experimentar la droga a trav�s del�sensorium
de
una persona viva que usa la sustancia.�Esto solo puede lograrse a
trav�s de un v�nculo parasitario con la persona.
�
Muchos usuarios de drogas son controlados por el esp�ritu adjunto de
un drogadicto fallecido.
La adherencia de un esp�ritu no requiere el permiso del
anfitri�n.�Esto parece ser una "violaci�n"�del
libre albedr�o.�Tambi�n
parece refutar la noci�n popular de que cada persona es totalmente
responsable de crear su realidad y que no hay v�ctimas.
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El
aparente conflicto aqu� se deriva de las definiciones de permiso y
elecci�n de libre albedr�o.�La ignorancia y la negaci�n de la
posibilidad de interferencia espiritual no son una defensa contra el
apego espiritual.
�
La
creencia o la falta de creencia con respecto a la existencia de
entidades intrusivas no tiene relaci�n con la realidad de estos
seres y su comportamiento.�
En negaci�n e ignorancia, la mayor�a de las personas no niegan el
permiso a estos intrusos no f�sicos.�Los seres soberanos
individuales tienen el derecho de negar cualquier violaci�n o
intrusi�n por parte de otro ser.
�
Con
conocimientos limitados, si acaso, de conocimiento y percepciones
distorsionadas de la naturaleza del mundo espiritual, la realidad no
f�sica,�muchas
personas se dejan abiertas�y
crean su propia vulnerabilidad como parte de la creaci�n de su
propia�realidad.�
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Hoy
en d�a, muchos entusiastas de la "Nueva Era", tratando de canalizar
un�poder superior, un�maestro espiritual�o�maestro�que
usar� el mecanismo de voz de cualquier persona dispuesta a hablar
"palabras de sabidur�a".
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Algunos usan la terminolog�a "para mi mayor bien" cuando llaman para
que un esp�ritu los canalice.
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Esta
actividad constituye permiso y bienvenida para un esp�ritu
desencarnado.�Las entidades afirmar�n ser "maestros" que quieren "el
mejor bien" como identificaciones personales y v�lidas, cualidades o
atributos�
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El
anfitri�n generalmente no es consciente de la presencia de esp�ritus
adheridos.
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Los
pensamientos, deseos y comportamientos de una entidad adherida se
experimentan como los propios pensamientos, deseos y conductas personales.�Los pensamientos, sentimientos, h�bitos y deseos no parecen
extra�os si han estado presentes durante mucho tiempo, incluso desde
la infancia.
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Este
es un factor importante en la negaci�n generalizada del concepto y
la falta de aceptaci�n de los fen�menos de interferencia
desencarnada y apego espiritual, obsesi�n o posesi�n.�
En la mayor�a de los casos, una persona solo puede experimentar y
reconocer la realidad de la condici�n despu�s de que ha sido
liberado de una entidad adherida.�La realizaci�n puede llegar algunos
meses despu�s de una sesi�n de liberaci�n, ya que la persona de
repente nota la ausencia de una actitud familiar, deseo, adicci�n o
comportamiento.
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Los
s�ntomas del apego con el esp�ritu pueden ser muy sutiles.�Un esp�ritu
adherido puede estar presente sin producir ning�n s�ntoma notable.
�
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...
Una persona viva puede tener docenas, incluso cientos de esp�ritus
conectados a ella, ya que no ocupan espacio f�sico.�Pueden unirse al
aura o flotar dentro del aura fuera del cuerpo.
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Si
alguna parte del cuerpo del anfitri�n tiene una debilidad f�sica, el
atacante puede unirse a esa �rea debido a una debilidad o lesi�n
correspondiente al cuerpo f�sico del esp�ritu antes de morir.
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Un
esp�ritu puede alojarse en cualquiera de los chakras del anfitri�n,
atra�dos por la energ�a particular del chakra o por las estructuras
f�sicas de ese nivel del cuerpo.
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...
Una entidad adherida puede asociarse con cualquier rastro emocional
de una persona viva, como ira, miedo, tristeza o culpa.
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La
energ�a emocional de la entidad intensifica la expresi�n de una
emoci�n espec�fica, lo que a menudo conduce a reacciones exageradas
inapropiadas en situaciones de la vida cotidiana.
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...
La influencia mental, emocional y f�sica de una entidad adjunta
puede alterar el camino original de las opciones k�rmicas y las
oportunidades del anfitri�n.�Puede interrumpir la l�nea de vida
planificada al acelerar la muerte o prolongar la vida, lo que
interfiere con cualquier punto de espec�fico de salida.
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Una
entidad del sexo opuesto puede influir en la preferencia sexual y la
orientaci�n de g�nero.�Una entidad adjunta puede influir en la
elecci�n de los c�nyuges y la elecci�n de un compa�ero para una
relaci�n extramatrimonial.�
Muchas �reas de la vida de una persona pueden verse influenciadas
por una o m�s entidades adjuntas.
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En
resumen, el apego con el esp�ritu puede interferir con cualquier aspecto
de la vida del desprevenido anfitri�n.
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...
Los s�ntomas del apego con un esp�ritu pueden ser muy sutiles.
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Un
esp�ritu adherido puede estar presente sin producir ning�n s�ntoma
notable.�Sin embargo, las entidades adheridas siempre ejercen alguna
influencia que va desde un drenaje de energ�a menor a un mayor grado
de control o interferencia.
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La
posesi�n completa y la toma de control pueden resultar en la
supresi�n de la personalidad original.�El esp�ritu terrestre no
reemplaza el esp�ritu leg�timo en el cuerpo en tal caso, simplemente
usurpa el control.
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Un esp�ritu unido a la tierra no puede mantener la vida en un
cuerpo humano despu�s de que el ser espiritual original se haya
separado del cuerpo en la transici�n de la muerte.
De "Spirit
Releasement Therapy"
por el Dr. William Baldwin