por Dr.�William Baldwin
01 Noviembre 2017

del Sitio Web�VeilOfReality

traducci�n de Adela Kaufmann
Versi�n original en ingles

La�condici�n de posesi�n por esp�ritus�(es decir, la toma total o parcial de control de un ser humano vivo por un ser "desencarnado") ha sido reconocida o al menos teorizada en todas las �pocas y en todas las culturas.

En el 90% de las sociedades en todo el mundo hay registros de fen�menos similares a la posesi�n (Foulks, 1985).

La amplia evidencia cl�nica contempor�nea sugiere que los seres desencarnados, los esp�ritus de humanos fallecidos, pueden influir en las personas vivas al formar una conexi�n o uni�n f�sica o mental, y posteriormente imponer condiciones y s�ntomas f�sicos y/o emocionales perjudiciales.

Esta condici�n se la ha llamado,

  • "estado de posesi�n"

  • "trastorno de posesi�n"

  • "posesi�n por esp�ritus"

  • "adherencia o adjunto espiritual"

Los esp�ritus atados a la Tierra, la conciencia sobreviviente de los humanos fallecidos, son las entidades m�s prevalentes que poseen, se obsesionan o se adhieren a los seres humanos.

La conciencia desencarnada parece unirse y fusionarse total o parcialmente con la mente subconsciente de una persona viva, ejerciendo cierto grado de influencia en sus procesos de pensamiento, emociones, comportamiento y el cuerpo f�sico.

La entidad se convierte en un par�sito en la mente del anfitri�n.

Una v�ctima de esta condici�n puede ser totalmente amn�sica en episodios de control completo.


�... Un adherido puede ser�ben�volo�por naturaleza, totalmente ego�sta,�malintencionado�en su intenci�n o completamente neutral.�La adherencia a cualquier persona puede ser completamente aleatoria, incluso accidental.

Puede ocurrir simplemente por la proximidad f�sica a la persona moribunda en el momento de la muerte.�En aproximadamente la mitad de los casos encontrados en la pr�ctica cl�nica es una elecci�n aleatoria, sin conexi�n previa en esta u otra encarnaci�n.

En el resto, se puede encontrar alguna conexi�n, alg�n�asunto pendiente de esta u otra vida�.

... Cualquier s�ntoma o condici�n mental o f�sica, emoci�n fuerte, sentimiento negativo reprimido, necesidad consciente o inconsciente puede actuar como un im�n para atraer a una entidad desencarnada con la misma emoci�n, condici�n, necesidad o sentimiento.

La ira y la rabia, el miedo y el terror, la tristeza y la pena, la culpa, el remordimiento o los sentimientos de necesidad de castigo pueden invitar a entidades con sentimientos similares.

El estr�s severo puede causar susceptibilidad a la influencia de un esp�ritu intrusivo.�Alterando la conciencia con alcohol o drogas,�especialmente los alucin�genos, afloja los l�mites de tu yo externo y abre la mente subconsciente a la infestaci�n por seres desencarnados.

Lo mismo ocurre con el uso de analg�sicos fuertes y los anest�sicos necesarios en la cirug�a.�Una tableta de code�na tomada para aliviar el dolor de una extracci�n dental puede alterar suficientemente la conciencia para permitir la entrada a un Esp�ritu.�

Las intrusiones f�sicas, como la cirug�a o la transfusi�n de sangre, pueden conducir a una adherencia o intrusi�n de entidad.�En el caso de un trasplante de �rgano, el esp�ritu del donante de �rganos puede seguir literalmente el �rgano trasplantado al nuevo cuerpo.

El trauma f�sico por colisi�n de auto, ca�das accidentales, golpes o cualquier golpe en la cabeza puede volver a una persona vulnerable a un Esp�ritu intrusivo.


La apertura y la rendici�n�
durante las relaciones sexuales�pueden permitir el intercambio de entidades adjuntas entre dos personas.�El abuso sexual como violaci�n, incesto o abuso sexual de cualquier tipo crea una vulnerabilidad a la invasi�n del Esp�ritu.

La violencia durante el abuso sexual aumenta la probabilidad de intrusi�n por un esp�ritu oportunista.

Un esp�ritu puede estar ligado a la tierra por las emociones y sentimientos relacionados con una muerte traum�tica repentina.�La ira, el miedo, los celos, el resentimiento, la culpa, el remordimiento, incluso los fuertes lazos de amor pueden interferir con la transici�n normal.


Las�
creencias religiosas err�neas sobre la vida futura pueden evitar que un esp�ritu se mueva�hacia la "Luz",�porque la experiencia despu�s de la muerte no coincide con las falsas expectativas o nociones preconcebidas de la manera en que se supone que es.

Despu�s de la muerte por sobredosis de drogas, un esp�ritu reci�n fallecido mantiene un fuerte apetito por la droga, y esta hambre no puede satisfacerse en el �mbito no f�sico.

El ser debe experimentar la droga a trav�s del�sensorium de una persona viva que usa la sustancia.�Esto solo puede lograrse a trav�s de un v�nculo parasitario con la persona.

Muchos usuarios de drogas son controlados por el esp�ritu adjunto de un drogadicto fallecido.


La adherencia de un esp�ritu no requiere el permiso del anfitri�n.�Esto parece ser una "violaci�n"�
del libre albedr�o.�Tambi�n parece refutar la noci�n popular de que cada persona es totalmente responsable de crear su realidad y que no hay v�ctimas.

El aparente conflicto aqu� se deriva de las definiciones de permiso y elecci�n de libre albedr�o.�La ignorancia y la negaci�n de la posibilidad de interferencia espiritual no son una defensa contra el apego espiritual.

La creencia o la falta de creencia con respecto a la existencia de entidades intrusivas no tiene relaci�n con la realidad de estos seres y su comportamiento.�

En negaci�n e ignorancia, la mayor�a de las personas no niegan el permiso a estos intrusos no f�sicos.�Los seres soberanos individuales tienen el derecho de negar cualquier violaci�n o intrusi�n por parte de otro ser.

Con conocimientos limitados, si acaso, de conocimiento y percepciones distorsionadas de la naturaleza del mundo espiritual, la realidad no f�sica,�muchas personas se dejan abiertas�y crean su propia vulnerabilidad como parte de la creaci�n de su propia�realidad.�

Hoy en d�a, muchos entusiastas de la "Nueva Era", tratando de canalizar un�poder superior, un�maestro espiritual�o�maestro�que usar� el mecanismo de voz de cualquier persona dispuesta a hablar "palabras de sabidur�a".

Algunos usan la terminolog�a "para mi mayor bien" cuando llaman para que un esp�ritu los canalice.

Esta actividad constituye permiso y bienvenida para un esp�ritu desencarnado.�Las entidades afirmar�n ser "maestros" que quieren "el mejor bien" como identificaciones personales y v�lidas, cualidades o atributos�

El anfitri�n generalmente no es consciente de la presencia de esp�ritus adheridos.

Los pensamientos, deseos y comportamientos de una entidad adherida se experimentan como los propios pensamientos, deseos y conductas personales.�Los pensamientos, sentimientos, h�bitos y deseos no parecen extra�os si han estado presentes durante mucho tiempo, incluso desde la infancia.

Este es un factor importante en la negaci�n generalizada del concepto y la falta de aceptaci�n de los fen�menos de interferencia desencarnada y apego espiritual, obsesi�n o posesi�n.�

En la mayor�a de los casos, una persona solo puede experimentar y reconocer la realidad de la condici�n despu�s de que ha sido liberado de una entidad adherida.�La realizaci�n puede llegar algunos meses despu�s de una sesi�n de liberaci�n, ya que la persona de repente nota la ausencia de una actitud familiar, deseo, adicci�n o comportamiento.

Los s�ntomas del apego con el esp�ritu pueden ser muy sutiles.�Un esp�ritu adherido puede estar presente sin producir ning�n s�ntoma notable.

... Una persona viva puede tener docenas, incluso cientos de esp�ritus conectados a ella, ya que no ocupan espacio f�sico.�Pueden unirse al aura o flotar dentro del aura fuera del cuerpo.

Si alguna parte del cuerpo del anfitri�n tiene una debilidad f�sica, el atacante puede unirse a esa �rea debido a una debilidad o lesi�n correspondiente al cuerpo f�sico del esp�ritu antes de morir.

Un esp�ritu puede alojarse en cualquiera de los chakras del anfitri�n, atra�dos por la energ�a particular del chakra o por las estructuras f�sicas de ese nivel del cuerpo.

... Una entidad adherida puede asociarse con cualquier rastro emocional de una persona viva, como ira, miedo, tristeza o culpa.

La energ�a emocional de la entidad intensifica la expresi�n de una emoci�n espec�fica, lo que a menudo conduce a reacciones exageradas inapropiadas en situaciones de la vida cotidiana.

... La influencia mental, emocional y f�sica de una entidad adjunta puede alterar el camino original de las opciones k�rmicas y las oportunidades del anfitri�n.�Puede interrumpir la l�nea de vida planificada al acelerar la muerte o prolongar la vida, lo que interfiere con cualquier punto de espec�fico de salida.

Una entidad del sexo opuesto puede influir en la preferencia sexual y la orientaci�n de g�nero.�Una entidad adjunta puede influir en la elecci�n de los c�nyuges y la elecci�n de un compa�ero para una relaci�n extramatrimonial.�

Muchas �reas de la vida de una persona pueden verse influenciadas por una o m�s entidades adjuntas.

En resumen, el apego con el esp�ritu puede interferir con cualquier aspecto de la vida del desprevenido anfitri�n.

... Los s�ntomas del apego con un esp�ritu pueden ser muy sutiles.

Un esp�ritu adherido puede estar presente sin producir ning�n s�ntoma notable.�Sin embargo, las entidades adheridas siempre ejercen alguna influencia que va desde un drenaje de energ�a menor a un mayor grado de control o interferencia.

La posesi�n completa y la toma de control pueden resultar en la supresi�n de la personalidad original.�El esp�ritu terrestre no reemplaza el esp�ritu leg�timo en el cuerpo en tal caso, simplemente usurpa el control.

Un esp�ritu unido a la tierra no puede mantener la vida en un cuerpo humano despu�s de que el ser espiritual original se haya separado del cuerpo en la transici�n de la muerte.


De "Spirit Releasement Therapy"

por el Dr. William Baldwin