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por�Claire
Bernish�
traducci�n de
Adela Kaufmann � � � �
� � � Budweiser ahora extra�a y acertadamente se ha�cambiado el nombre�para el verano, cambiando su lata para que se lea�America�- pero el inc�modo empuje patri�tico de la compa��a desmiente la realidad de que su producto sigue siendo la sustancia m�s letal en el pa�s que ahora lleva en su etiqueta:
Mientras que la cerveza en lata podr�a ser percibida como Estadounidense ('Americana') como, bueno, casi cualquier cosa, el alcohol,
Lo peor de todo, mientras que Budweiser y otros pilares alcoh�licos se mantienen firmemente su lugar como legales - y, de hecho, intoxicantes estadounidenses - las guerra contra las drogas rabia en toda su fuerza contra lo que muchos consideran�la planta milagrosa, el cannabis. � A pesar de larga historia de la cerveza, los estadounidenses a menudo no se dan cuenta, y mucho menos se adhieren a l�mites que habr�an sido aceptables para aquellos que comenzaron primero con la elaboraci�n de la cerveza. � Populares ritos de paso entre los j�venes implican beber grandes cantidades de alcohol - y los que tienen �xito en los juegos de beber en la universidad son aquellos capaces de beber enormes cantidades sin sucumbir f�sicamente a sus perjudiciales efectos. � El alcohol fluye m�s f�cilmente que el agua en los eventos deportivos y conciertos en todo el pa�s, sin embargo, la conducci�n bajo los efectos del alcohol es una de las principales causas de muerte. � Mientras tanto, el cannabis - una planta que no s�lo puede salvar vidas, las mejora tratando todo, desde�el TEPT�hasta�la epilepsia�- inexplicablemente encabeza la lista de sustancias prohibidas por el gobierno. � De hecho, un reciente informe de la Fundaci�n de seguridad de la AAA�encontr��escasamente a personas responsables de accidentes automovil�sticos mortales debido a una debilitaci�n raramente hab�an consumido s�lo cannabis - y en su lugar tambi�n hab�an ingerido alcohol o hab�an consumido otras sustancias il�citas. � Como�Harold Pollack�escribi��para el�Washington Post,
Sin embargo, no es un estiramiento, para decir que la relaci�n de Estados Unidos con el alcohol ha sido una historia de amor neur�tica. � La prohibici�n llev� a estar fuera de la ley a casi todos los miembros de la sociedad - a excepci�n de los abstemios m�s ardientes.�Los mercados negros y clandestinos proliferaron durante la prohibici�n, su fin result� ser menos riesgoso que la bebida que hab�a sido prohibida en el primer lugar. � Por supuesto, es nuestra opini�n esa prohibici�n en cualquier nivel es inmoral e injusta.�Secuestrando, enjaulando y matando a la gente para hacer la elecci�n personal de ingerir sustancias arbitrarias es trabajo de villanos y nada cerca de "servicio p�blico". � Pero a medida que la cerveza y otras bebidas alcoh�licas ahora fluyen f�cilmente desde el grifo, lo mismo ocurre con un mejor juicio. � Los estadounidenses se emborrachan en reuniones sociales y son m�s propensos a tomar el volante de un coche o volverse violentos - o tomar cualquier n�mero de otros riesgos graves, donde una aguda conciencia de lo contrario impedir�a una situaci�n de este tipo.�Como explic� Pollack, el alcohol impregna los cuerpos de las v�ctimas con tanta frecuencia como impregna a los autores de delitos graves � Sin embargo, el gobierno federal se niega obstinadamente a ceder en las pol�ticas relacionadas con el cannabis. � La guerra contra las drogas�por lo tanto ha volcado la l�gica a favor de paranoia de la locura del porro - la campa�a de�Nixon contra el cannabis recientemente revel��que se inici� simplemente para demonizar a lo hippies y a la poblaci�n negra. � La inexcusable negativa del Gobierno a ceder en la prohibici�n del cannabis demuestra que la pol�tica carece de l�gica y raz�n - sobre todo si se compara con los riesgos asociados con el consumo de alcohol. � La elecci�n de Budweiser de adornar sus latas con "Am�rica" - cuando es presentado en contraste con el cannabis - no s�lo parece rid�cula, pero encaja con un gobierno que se preocupa m�s por las ganancias monetarias y la imagen que por el bienestar de su gente.
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