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por�Laird Scranton�
02 Marzo 2012�
traducci�n de
Adela Kaufmann � �
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� Velikovsky, quien lamentablemente muri� en 1979, fue un m�dico y psicoanalista nacido en Rusia.� � Sali� por primera vez a la luz p�blica en 1920 para fundar el�Scripta Universitatis,�revista acad�mica en Berl�n, y m�s tarde trabaj� junto a otros para establecer la Universidad Hebrea en Jerusal�n. � Velikovsky era un hombre intensamente curioso que hab�an sido ampliamente educado en diferentes campos de estudio tan diversos como la ciencia, la medicina, la filosof�a, la historia antigua y la ley.�Estudi� psicoan�lisis bajo el aclamado protegido de Sigmund Freud,�Wilhelm�Stekel. � Velikovsky primero trabaj� junto a�Albert Einstein�en Berl�n, cuando Einstein editaba art�culos matem�ticos en�Scripta�Universitatis,�de nuevo en Jerusal�n durante sus esfuerzos para ayudar a fundar la Universidad Hebrea, y m�s tarde en la vida como amigos cercanos y colegas en la Universidad de Princeton.� � En 1939, Velikovsky trajo su familia a la ciudad de Nueva York, planeando pasar el verano dedicado a la investigaci�n en la biblioteca de la Universidad de Columbia.��l estaba compilando un texto psico-hist�rico para delinear los muchos paralelismos interesantes que hab�a descubierto entre el personaje literario griego�de Edipo�y el fara�n egipcio�Akenat�n. � Esta investigaci�n, sin embargo, pronto fue marginada, cuando Velikovsky descubri� un papiro egipcio llamado�"Las�amonestaciones de�Ipuwer - The Admonitions of Ipuwer",�un texto que parec�a proporcionar confirmaci�n hist�rica de relatos b�blicos de las 10 plagas de Egipto en la �poca de Mois�s. � Intrigado que el relato b�blico, posiblemente, podr�a tener fundamento en hechos hist�ricos reales, Velikovsky comenz� a buscar otras referencias antiguas que podr�an servir para defender ese punto de vista.� � El uso de las t�cnicas de un mit�logo comparativo, Velikovsky inici� una revisi�n exhaustiva de los textos antiguos de todo el mundo datando de ese mismo per�odo de tiempo, y produjo un conjunto de elementos de prueba de que eran m�s importantes de lo que en un principio se imagin�. � Los textos antiguos presentaban lo que �l vio como una especie de universalidad del tema relativo a reportes de calamidades globales - descripciones de,
... y desastres similares de aparente proporci�n m�tica.� � Al mismo tiempo, tambi�n comenz� una b�squeda de referencias que podr�an apuntar a alg�n agente en el mundo real capaz de infligir el tipo de desgracias descritas en el libro del �xodo.�Finalmente se decidi� por el acercamiento te�rico de un cometa a la Tierra como el tipo de evento natural que m�s se ajusta al perfil de las consecuencias destructivas descritas en los textos. � Esta conclusi�n tentatival fue confirmada en su mente por muchas referencias antiguas expl�citas a un terror�fico cometa errante asociado con gran calamidad. � Las referencias a este cometa fueron dadas por las diferentes culturas bajo varios nombres como�Seth�y�Tif�n. Velikovsky tambi�n se vio confundido al saber que en algunas culturas, los nombres que se hab�an asignado inicialmente a este terror�fico cometa tambi�n llegaron m�s tarde a ser asociados con el planeta Venus.� � Mientras tanto, Velikovsky se dio cuenta de la repentina subida, alrededor de ese mismo per�odo hist�rico, de lo que parec�a ser una obsesi�n global con el seguimiento de los movimientos�de�Venus. � Muchas culturas diferentes comenzaron a mantener cuidadosos recuentos escritos del n�mero de d�as entre las salidas y puestas de Venus.�El seguimiento de Venus es el motivo probable citado por algunos historiadores como habiendo inspirado los�textos de los Or�culos Escritos en Hueso�- la primera forma de registro escrito conocido de existir en China. � Para Velikovsky, estos hechos en su conjunto parec�an implicar a Venus como el agente temible de terribles acontecimientos que cre�a que podr�an haber asolado nuestro planeta. � Velikovsky asocia este mismo per�odo de destrucci�n con,
En apoyo de esta tesis ortodoxa, Velikovsky se�al� que los textos de la mayor�a de las culturas antiguas anteriores a 1500 AC - en particular los hind�es, babilonios y egipcios - se refieren s�lo a cuatro planetas - J�piter, Saturno, Marte y Mercurio. � Las referencias a Venus antes de esa fecha son inexplicablemente dadas usando palabras y s�mbolos que fueron tradicionalmente reservados para los cometas. � Describen a Venus como pareciendo "peluoa" o haciendo referencia a sus "cuernos" o "larga cola".�(Hay referencias anteriores a 1500 AC a diosas como la�sumeria�Innana,�sin embargo, la iconograf�a asociada a estas diosas t�picamente involucran im�genes de cometas.)� � Dos sistemas independientes pero sincronizados de antiguos registros astron�micos - uno de China y el otro de Corea - describen la primera aparici�n de una supernova en la misma fecha de observaci�n y ambos lo comparan en tama�o y brillo a Venus "con sus rayos." � Adem�s, pr�cticamente todas las culturas antiguas pasaron por un per�odo durante el cual clasificaban Venus junto con el Sol y la Luna, en lugar de con los planetas, basados en su brillo.�Si bien es cierto que, incluso ahora, en circunstancias adecuadas, el planeta Venus puede permanecer visible durante las primeras horas de luz del d�a, hay informes antiguos que hacen referencia al brillo de Venus como rivalizando con el del Sol� � Velikovsky cambi� el enfoque de su estudio de Edipo a los or�genes de Venus, y en 1950, MacMillan y Compa��a publicaron su muy controvertido libro sobre el tema llamado�Mundos en�Colisi�n. � En el libro Velikovsky postula - basado en una amplia gama de cuentas y referencias antiguas - que el planeta Venus se debe haber formado dentro de la memoria hist�rica de la humanidad como consecuencia del impacto de un gran cuerpo astron�mico con J�piter.�Este evento fue grabado en un mito griego en el que J�piter se dec�a que hab�a tragado a una diosa embarazada llamada Metis, poco despu�s de que Athena estall� reci�n nacida, de la cabeza de J�piter. � Seg�n Velikovsky, Venus - cuyo nombre en griego significa "el reci�n llegado" - en un primer momento "ard�a tan brillantemente como el sol", ya que vagaban por el cielo, lejos de los l�mites de Newton de su �rbita familiarizada de hoy en d�a. � Propuso que Venus, en sus viajes, hab�a hecho considerables estragos en el sistema solar, que su trayectoria hab�a tra�do a un tiro errado con la Tierra alrededor del a�o 1500 antes de nuestra era y que Venus hab�a impactado directamente a Marte. � Este impacto caus� que Marte, a su vez, saliera de su �rbita y se convirtiera en el catalizador de una segunda serie de encuentros cercanos entre Marte y la Tierra.�El peor de ellos sucedi�, seg�n Velikovsky, alrededor de 750 AC. � Una seria consecuencia de esta interacci�n final con Marte, seg�n Velikovsky, es que afect� el periodo orbital de la Tierra, alargando desde un antiguo a�o de 360 d�as a nuestro familiarizado a�o de 365 d�as, y expulsando a Marte su �rbita actual.� � Varios factores conspiraron juntos para ayudar a posicionar el libro de Velikovsky para convertirse en un �xito de ventas.
Con la ayuda de un poco de muy efectivo avance publicitario - incluyendo una condensaci�n del libro que apareci� en una revista y anticipados populares ejemplares del libro que fue enviado a varios astr�nomos principales - la indignaci�n de los astr�nomos fue alimentada con eficacia. � Su indignaci�n profesional ayud� a propulsar el libro a la condici�n de un bestseller fugitivo.� � La creciente popularidad del libro de Velikovsky volvi� al mundo astron�mico de cabeza.�El estruendo de alboroto contra el hereje Velikovsky se acerc� a niveles que no se hab�an o�do desde de la infame persecuci�n de Galileo, por la Iglesia Cat�lica a mediados de 1600. � En retrospectiva, la indignaci�n era comprensible:
Varios primeros astr�nomos escribieron a la gesti�n de MacMillan instando a la empresa a bloquear la publicaci�n del libro de Velikovsky. � El Dr.�Harlow Shapley�(entonces director del Observatorio de Harvard) trabaj� entre bastidores para organizar los colegios y universidades en un boicot de la divisi�n de libros de texto de alta rentabilidad de MacMillan, esperando financieramente torcer-el- brazo de ellos para que dejaran caer el libro. � MacMillan - con la esperanza de calmar el boicot sin tener que ceder a las demandas de los astr�nomos - tom� la medida altamente inusual de transferir sus lucrativos derechos de publicaci�n de un libro m�s vendido de Doubleday a, uno de sus competidores que no ten�an participaci�n en la venta de libros de texto.�
� Ciertamente la visi�n de Velikovsky de un joven y ardiente Venus iba en contra de la sabidur�a convencional en 1950, la cual presum�a que Venus ten�a una atm�sfera similar a la Tierra y en �ltima instancia podr�a llegar a ser colonizable. � Los requisitos aparentemente acrob�ticos para los movimientos de Venus dispuestas por Velikovsky en su libro - movi�ndose primero como un cometa, pero entonces de alguna manera con el tiempo de venir a habitar en una de las �rbitas m�s circulares y regulares de todos los planetas - parec�an rotundamente contradecir las leyes de Newton del movimiento . � Carl Sagan�se�al� que la gran cantidad de energ�a necesaria para extraer un cuerpo del tama�o de Venus a J�piter probablemente habr�a vaporizado porciones grandes de J�piter y dejado esas �reas intensamente calientes, incluso hoy en d�a. � Incluso�Einstein,�cuyo impulso natural era ser comprensivo con su amigo y colega, al principio del lado contra Velikovsky, rotundamente descontando su sugerencia de que las fuerzas electromagn�ticas deb�an jugar un papel importante en la din�mica planetaria. � La teor�a de Velikovsky, cuando se considera con cuidado, lleva consigo una serie de eventualidades l�gicas o consecuencias que, si no estaban todas dentro del alcance de los cient�ficos para probar o refutar experimentalmente en 1950, seguramente se volver�an comprobables en alg�n momento en el futuro cercano. � Por ejemplo, un nacimiento geol�gicamente reciente para Venus requerir�a que el planeta fuera intensamente caliente.�Del mismo modo, implicar�a que Venus presenta un conjunto aparentemente no evolucionado de formaciones geol�gicas. � Adem�s, si Venus hab�a vagado por el sistema solar como un cuerpo astron�mico salvaje durante siglos entonces esperar�amos encontrar ciertas anomal�as en su orientaci�n y rotaci�n en comparaci�n con los otros planetas. Seguramente podr�amos finalmente ser capaces de detectar si ya sea Marte o Venus habr�an sufrido alguna vez un impacto directo con un cuerpo de tama�o planetario. � Si Venus y Marte hubieran hecho planteamientos cercanos a la Tierra en los tiempos antiguos, deber�amos ser capaces de identificar qu�micos, firmas geol�gicas o magn�ticas asociados a esos eventos. � Por otra parte, el propio Velikovsky hab�a proporcionado una larga lista de sus "pron�sticos" - observaciones consecuentes que se sent�a finalmente debe mostrarse para ser verdad, si los hechos eran para defender lo que vio como los pilares inamovibles de su teor�a.� � Poco despu�s de la publicaci�n del libro, algunos de los "pron�sticos" de Velikovsky comenzaron a afirmarse, aunque no siempre por las razones precisas que ofrece Velikovsky. � Por ejemplo, las pol�micas perspectivas que Velikovsky sostuvo sobre el papel del electromagnetismo en la interacci�n de los cuerpos planetarios - la que hab�a sido en un principio�opuesta�por Einstein - fue confirmada por el descubrimiento accidental de las emisiones de radio de J�piter y la aceptaci�n basada en el trabajo de Van Allen de la existencia de un campo magn�tico significativo rodeando la Tierra. � Por la d�cada de 1960, Velikovsky era considerado una autoridad suficientemente cre�ble sobre las cuestiones de astronom�a para ser contratado por una cadena de televisi�n para consultar y comentar durante los alunizajes en vivo de la NASA. � En 1974, se celebr� un simposio de cient�ficos (incluyendo a Velikovsky) en San Francisco para debatir las teor�as de Velikovsky que terminaron enfrentando a varios cr�ticos importantes contra Velikovsky.�El "giro" oficial que sali� de esa conferencia - y la impresi�n que dejada en el p�blico en general - era que las teor�as de Velikovsky hab�an sido desmentidas por fin y definitivamente.� � Sin embargo, desde ese momento, ya que nueva evidencia continuaba emergiendo, ha habido una tendencia persistente para los nuevos hallazgos - al menos en apariencia - pareciendo defender muchos de los 'pron�sticos' de Velikovsky. � En los �ltimos a�os, cuando se hacen nuevos descubrimientos que podr�an estar relacionados con la controversia, estos hallazgos m�s a menudo son presentados sin menci�n oficial de Velikovsky.�En cambio, por lo general son anunciados empaquetados con una nueva teor�a acompa�ante, cuyo efecto neto es distanciarse del hallazgo de las teor�as controversiales de Velikovsky. � Por ejemplo, cuando las sondas a Venus, de hecho, mostraron que el planeta�era intensamente�caliente�- un punto clave que Velikovsky hab�a citado como una demostraci�n crucial de la exactitud de su teor�a - los cient�ficos eludieron por completo el problema de forma preventiva postulando un fugitivo efecto invernadero para explicar las inesperadas altas temperaturas. � Cuando se encontr� que Venus ten�a muchos menos cr�teres de impacto de los que se esperar�an para un planeta miles de millones a�os, los astr�nomos de nuevo propusieron que "fuerzas geol�gicas desconocidas" deb�an de alguna manera haber provocado una geol�gicamente reciente repavimentaci�n global de Venus, limpiando de este modo ante la evidencia de los cr�teres�
� Por ejemplo, su sugerencia de que un planeta podr�a estar formado como consecuencia de un gran impacto en un planeta gigante de gas parece tan razonable como cualquiera de las teor�as tradicionales de dos l�deres de la creaci�n planetaria - ambos de los cuales se cree por algunos astr�nomos que sufren de graves (tal vez mortales) dificultades te�ricas. � Del mismo modo, lo que ya es una parte aceptada de la teor�a astron�mica tradicional que nuestra Luna se form� como el subproducto de un impacto.�Seguro que no es descabellado pensar que lo que puede suceder en una peque�a escala en nuestro sistema solar tambi�n podr�a suceder en una escala m�s grande. � Algunos de los cr�ticos de Velikovsky dicen que no es razonable pensar que la��rbita errante de Venus como un cometa�podr�a haberse circularizado para el planeta Venus en un per�odo tan corto - y sin embargo, es bien sabido que hay�algunos cometas que aparentemente han logrado �rbitas circulares alrededor nuestro�Sol. � Algunas teor�as sugieren que la cola de un cometa puede proporcionar la resistencia necesaria para circularizar su �rbita.�Otros afirman las fuerzas de marea de la gravedad pueden causar que las �rbitas se circularicen.� � De la forma en que est� estructurado el argumento de Velikovsky, hay un n�mero de preguntas de puntos de falla conectados a su escenario. � Por ejemplo, si se pudiera demostrar definitivamente que existe granito en Venus (un tipo de roca que lleva millones de a�os en formarse), entonces gran parte de la teor�a de Velikovsky simplemente se caer�a al suelo. � Lo mismo ser�a cierto si un arque�logo de repente apareciera con un documento antiguo de antes de 1500 AC que se hace referencia expl�cita a Venus como planeta. � Del mismo modo, si la evidencia expl�cita podr�a ser producida por la existencia de un a�o de 365 d�as en la antig�edad, entonces, una de las reivindicaciones fundamentales de Velikovsky ser�a refutada efectivamente. � Mi prop�sito al escribir mi libro m�s reciente�The Velikovsky Heresies�es para ayudar a traer Immanuel Velikovsky y la muchas preguntas a�n sin respuesta, planteadas en relaci�n con Venus de vuelta en la conciencia del p�blico lector. � Mi objetivo es recordar a esta audiencia que - a pesar del simposio celebrado en 1974 - una actual controversia abierta todav�a existe en relaci�n con Velikovsky.�Esa controversia contin�a siendo coloreada por la sugerencia preocupante de largo plazo,�la manipulaci�n por motivos pol�ticos de los resultados�cient�ficos. � Otro de mis objetivos principales es actualizar la controversia Velikovsky con la �ltima evidencia astron�mica relacionada�a�Venus,�Marte�y J�piter. � Gran parte de esta nueva evidencia se extrae de la riqueza de los datos recogidos por las sondas recientes como de la Agencia Espacial Europea�Venus�Express,�y estudios recientes de primera mano que se han llevado a cabo en relaci�n con los cometas.� � Una de mis esperanzas originales - desafortunadamente a�n no realizada - era de identificar un solo hecho sobre el que la controversia podr�a decirse que se convierta su vez - una evidencia esencial, poco ilusoria de la que una persona podr�a apuntar a una prueba tan incuestionable de que la teor�a de Velikovsky o bien debe ser en gran medida correcta o espec�ficamente y fatalmente defectuosa.� � En cambio, creo que he tra�do nuevos ojos y nuevas evidencias para influir en muchas de las cuestiones cr�ticas y cr�ticas que dan forma a la controversia �nica y perdurable fomentada hace m�s de sesenta a�os por los Mundos en Colisi�n de Velikovsky. � � � |
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