por Stephen Smith
08 Septiembre 2011
del sitio Web Thunderbolts

traducci�n de Adela Kaufmann
Versi�n original

Un rayo estalla desde el cr�ter del Monte Shinmoedake en la isla de Kyushu en Jap�n.
Reuters Nueva Agencia


Las descargas de rayos en la atm�sfera son conocidas, pero �qu� pasa con las subterr�neas?

El fen�meno el�ctrico que llamamos rel�mpago no es bien entendido. La interpretaci�n m�s com�n consiste en la circulaci�n del vapor de agua hacia arriba y hacia abajo a trav�s de las nubes, en un proceso llamado convecci�n. El agua es calentada por el sol hasta que se evapora, elev�ndose en el aire, donde se acumula en las nubes. El vapor de agua sigue subiendo m�s y m�s, finalmente refrigerando lo suficiente como para condensar en l�quido.

La gravedad de la Tierra, entonces, se tira de nuevo a la superficie, donde se repite el ciclo.

De acuerdo a las opiniones de consenso, las gotas de agua tienden a chocar durante la convecci�n, arrancando electrones uno del otro, creando una separaci�n de cargas. Los electrones se acumulan en la parte inferior de la nube, donde adquieren una carga negativa.

Como las gotas que han perdido un electr�n siguen subiendo, �stos llevan una carga positiva en la parte superior de la nube.

Las regiones de carga diferencial, o separaci�n de carga, causan un campo el�ctrico que se forman entre ellos, con una fuerza directamente proporcional a la cantidad de carga en la nube. El campo el�ctrico puede llegar a ser tan poderoso que repele los electrones en la superficie de la Tierra, obligando a que se conviertan en carga positiva. Un camino conductor entre las dos regiones puede iniciar un golpe l�der de rel�mpago que eventualmente se conecta con algunas corrientes positivas que salen de la tierra.

Este proceso no puede explicar un rayo volc�nico. La mayor�a de los cient�ficos planetarios suponen que la causa es similar, pero no hay evidencia experimental para confirmar la idea.

En los �ltimos doscientos a�os de reportes, los rel�mpagos han sido vistos en las nubes de cenizas arrojadas por numerosas erupciones volc�nicas.

Gigantescas exhibiciones de ramificaciones fueron fotografiados durante el la erupci�n del monte Chait�n en mayo de 2008 (imagen abajo).

Hubo reportes de bolas de centellas m�s grandes que pelotas de playa rodando por el suelo cuando el monte. St. Helens entr� en erupci�n en 1980.

Eyjafjallaj�kull produjo destellos que iluminaron el cielo a muchos kil�metros (video abajo).

Grandes "corrientes tel�ricas" han sido encontradas circulando a trav�s de la corteza terrestre porque nuestro campo magn�tico induce flujo de corriente en los estratos de conducci�n.

Miles de amperios de flujo bajo la superficie, variando de acuerdo a la conductividad. Dado que el Sol puede afectar el campo magn�tico de la Tierra a trav�s de las tormentas geomagn�ticas, las fluctuaciones de las corrientes tel�ricas pueden ocurrir cuando hay un aumento en las manchas o erupciones solares, ya que crean oscilaciones en la ionosfera.

A veces los terremotos pueden producir destellos de luz y otros eventos luminosos tambi�n.

Han sido reportados rel�mpagos acompa�ando a los terremotos, al igual que formaciones de nubes brillantes y coloridas flotando en el cielo por encima de los estratos fracturados. No es de extra�arse que se produzcan descargas de luz antes y despu�s de los terremotos: el cuarzo comprimido crea un flujo de corriente el�ctrica. Esa es una raz�n por la cual se puede detectar el ruido de radio procedente de zonas bajo extrema tensi�n.

�Es ese estr�s s�lo debido a la compresi�n?

El cuarzo reacciona al estr�s produciendo electricidad, pero cuando la corriente el�ctrica fluye a trav�s del cuarzo vibra con una frecuencia que coincide con los vatios de potencia de la energ�a proporcionada. En una previa imagen del d�a, nuestro planeta fue comparado con un condensador, capaz de ser cargado y descargado por campos el�ctricos externos.

Un condensador almacena carga el�ctrica. Los condensadores son construidos de dos conductores, o "placas", separados por un aislante diel�ctrico.

La carga el�ctrica en una placa atrae una carga opuesta a la otra, lo que da como resultado un campo el�ctrico entre ellos.

A medida que aumenta la carga del condensador, se aumenta su campo el�ctrico, haciendo hincapi� en la capacidad del aislante para separar las cargas opuestas. Si un potencial lo suficientemente alto crece entre las dos placas conductoras, el aislante diel�ctrico fallar� y el condensador har� corto circuito, repentinamente liberando la energ�a almacenada.

Es ese fen�meno el que muy probablemente contribuya a las descargas el�ctricas atmosf�ricas. La energ�a el�ctrica almacenada en las nubes y en el suelo superan la capacidad del ambiente para mantener los dos cargas separadas, por lo que se alcanzan una a otra como "golpes l�der".

Cuando los dos rayos l�deres se encuentran, se completa un circuito entre las nubes y el suelo (o entre una nube y otra) y una r�faga de destellos de corriente el�ctrica relampaguea a lo largo del camino de conducci�n.

Dado que el magma puede ser considerado una forma de plasma l�quido, tambi�n puede conducir electricidad. A medida que la ionosfera es cargada por las llamaradas solares, la carga opuesta se siente atra�da por el magma subterr�neo. Las corrientes el�ctricas en el plasma pellizcan hacia abajo en forma de filamentos y forman capas dobles.

Las fuerzas electromagn�ticas entre los filamentos de corriente y entre las capas dobles pueden provocar bruscas variaciones de presi�n. Si, como hemos dicho, la diferencia de carga entre las capas se vuelve demasiado grande, una doble capa puede explotar, liberando todo su flujo de energ�a de forma instant�nea.

Por lo tanto, los terremotos pueden ser considerados como una forma de rayos subterr�neos. Si hay una ruptura en los estratos, permitiendo que el magma alcance la superficie, la descargad en arco puede conectarse con el exterior y un rayo saltar� desde el cono de un volc�n.

Si los terremotos son rayos de rel�mpagos subterr�neos, entonces tal vez las ondas s�smicas son los truenos.

En ese caso, parece probable que la mayor liberaci�n de energ�a durante un terremoto no es de la fractura y el movimiento de los estratos de roca, sino que es el resultado de la energ�a el�ctrica detonando dentro de la matriz.