por�Charles T. Tart
Departamento de Psicolog�a
Universidad de California, Davis�
1981

Revista de la American Society for Psychical Research

Del sitio Web�ParadigmSys

recuperado a trav�s del Sitio Web WayBackMachine

traducci�n de Adela Kaufmann
Versi�n original en ingles

Este art�culo fue originalmente publicado en la revista de la Sociedad Americana para la Investigaci�n Ps�quica, 1981, volumen 75, p�ginas 121-141.�


Resumen

El concepto de Jung de significativos�eventosno-causales, eventos sincr�nicos,�ha intrigado y confundido a los cient�ficos durante d�cadas.�

Para mayor claridad, este art�culo distingue varios tipos de eventos causales de los sincr�nicos.�La causalidad f�sica postula un mecanismo f�sico para dar cuenta de las correlaciones significativas entre eventos, causalidad psicol�gica,� un mecanismo psicol�gico.

La presunta causalidad f�sica y la supuesta causalidad psicol�gica son categor�as de fe, que desconcertantes correlaciones eventualmente ser�n explicadas por extensiones directas de los conocimientos actuales.�

La causalidad de estado espec�fico reconoce las cualidades arbitrarias limitadas y semi-arbitrarias de nuestro estado ordinario-ordinario de conciencia, como se se�ala en los sistemas de enfoques de la autora a la conciencia, y a la posibilidad de que diferentes estilos cognitivos en lestados alterados pueden hacer desconcertantes correlaciones comprensibles y causales, mientras est� en estado alterado.

La� causalidadparanormal pasa cuando�las habilidades psi�(telepat�a, clarividencia, precognici�n, o psicokinesis) causan una correlaci�n entre acontecimientos, aunque la mec�nica de estos procesos es actualmente desconocida.�La causalidad espec�fica, sincr�nica del ser representa aut�nticamente las relaciones genuinamente causales que somos siempre incapaces de comprender satisfactoriamente, debido a los l�mites inherentes de la naturaleza humana.

La sincron�a absoluta es una relaci�n aut�ntica y significativa entre los eventos que en realidad son no-causales: la categor�a es definible, pero no puede ser emp�ricamente �til.�



INTRODUCCI�N

Durante muchos a�os, mi participaci�n en la�investigaci�n parapsicol�gica�me ha llevado a enfrentamientos intermitentes con el concepto de�sincronicidad,�un "principio de conexi�n acausal", principalmente como fue formulada por�Jung�(1973).�

Usualmente� he salido sinti�ndome confundida de estos encuentros!�Ahora pienso que, en retrospectiva, que la confusi�n surgi� porque varios diversos tipos de fen�menos, algunos de los cuales pueden muy bien ser causales, han sido tantas veces indiscriminadamente agrupados bajo el t�rmino sincronicidadque el concepto en s� se ha convertido por s� confuso.

Algunos de los ejemplos de Jung de sincronicidad, por ejemplo, me parece�[1]�m�s probable que ilustra lo que m�s tarde llamar� tipos de eventos "causales paranormales� en lugar de eventos no causales.�


Este trabajo es un intento de conceptualizar varios tipos de fen�menos causales y sincr�nicos, posiblemente con la esperanza de que una mayor claridad conceptual nos haga capaces de tratar m�s eficazmente con este tipo de eventos.�Lo que ordinariamente entendemos por "causalidad" se ilustra con algo como lo siguiente.

Sostengo una piedra en mi mano cerrada, en un momento dado abro mi mano, y la piedra cae al suelo.

Decimos que la apertura de la mano, el evento A es la causa inmediata de que la roca caiga al suelo, el evento B.� Inferimos en la causalidad de la proximidad temporal y espacial de los eventos A y B. En este caso particular, nuestra creencia en la causalidad ser�a ser a�n m�s fuerte porque creemos que entendemos el mecanismo causal, M: la constante atracci�n gravitacional sobre la roca que es libre de operar cuando el evento A, la apertura de la mano, se produce.

Lo que por lo general no os damos cuenta al pensar acerca de la causalidad de la experiencia de los acontecimientos ordinarios de este tipo es que la causalidad es en realidad una realidad psicol�gica, no una realidad "f�sica" o "externa" que simplemente observa o descubre, es decir, que nosotros com�nmente proyectamos una operaci�n psicol�gica en el mundo externo y olvidamos que se trata de una operaci�n psicol�gica.�

Una mirada a lo que actualmente entendemos sobre la historia del desarrollo que conduce a las ideas sobre la relaci�n de la causalidad pondr� esto en claro.

Vamos a suponer convencionalmente que la existencia independiente de un mundo exterior f�sico de materia, energ�a, espacio y tiempo - un mundo f�sico que existe y tiene sus propios acontecimientos de leyes independientes de nuestra propia percepci�n del mismo.�Supongamos, adem�s, que nuestra conciencia est� �ntimamente vinculada con el funcionamiento de nuestro cerebro, sistema nervioso y cuerpo (me referir� a esta trinidad como�el cerebro,�por conveniencia en el resto de este art�culo).

Hago hincapi� en "�ntimamente vinculado con," en lugar de ir a�n m�s lejos (aunque convencionalmente se hace) y suponiendo que la conciencia es id�ntica al funcionamiento del cerebro. Una consecuencia de estas dos hip�tesis es que la�conciencia no tiene contacto directo con� el mundo f�sico externo.�La conciencia s�lo tiene "contacto" con los impulsos neuronales.

Algunos de estos impulsos neuronales son formados por procesos f�sicos en nuestros �rganos sensoriales, que son a su vez moldeados por energ�as incidentes del mundo f�sico, por lo que err�neamente creemos que tienen contacto directo con el mundo f�sico.

EL DESARROLLO DE LA PERCEPCI�N, LA COGNICI�N Y LA IDEA DE LA CAUSALIDAD

La figura 1 hace� un diagrama del proceso por el cual percibimos la secuencia de los acontecimientos en el mundo f�sico externo y llegamos a ideas sobre la causalidad.

Figura.1 - construcci�n Psicol�gica de la causalidad.

Las energ�as f�sicas de los eventos estimulan nuestros �rganos sensoriales, donde son convertidas en impulsos nerviosos.

Estos impulsos neurales que a su vez experimentan una gran cantidad de modificaciones a trav�s de una variedad de procesos que he agrupado en la figura bajo la r�brica Procesamiento De Entrada.�[2]

El procesamiento de entrada est� casi totalmente automatizado y funciona pr�cticamente instant�neamente, en t�rminos de tiempo humano-percepci�n.�Es no-consciente.�Al momento de nacer y antes de que hayan comenzado los procesos de enculturaci�n a programarlo espec�ficamente, el�Procesamiento de entrada�es supuestamente mucho menos extenso que en el adulto, y las principales limitaciones en �l y los "valores inherentes" en el mismo son aquellos dictados por nuestra biolog�a, es decir, la fisiolog�a de los �rganos sensoriales los hace sensibles a ciertos tipos de eventos f�sicos y no a otros.�

Del mismo modo, ahora sabemos que hay algunos valores a priori o prejuicios o selectividades integrados en el sistema nervioso.�El sistema visual es inherentemente sensible a cosas como l�neas, �ngulos, movimientos, colores, etc., y, a un nivel m�s complejo, viene con una funci�n de valores integrados que hacen que el ni�o, por ejemplo, prefiera mirar rostros humanos m�s otros tipos de objetos visualmente estimulantes.

Dada la existencia de necesidades /valores biol�gicamente activos en el ni�o, tales como el hambre, la evitaci�n del dolor, la continuaci�n de la sensaci�n de placer, y las necesidades homeost�ticas en general, estas transformaciones neuronales procesadas son evaluadas,� y alg�n tipo de decisi�n es tomada al respecto.�

Para los lactantes muy peque�os, las evaluaciones y la decisi�n puede ser muy simple, como seguir chupando el pez�n porque la sensaci�n de hambre sigue presente: el� valor inherente de los infantes a ingerir la nutrici�n con el fin de eliminar la sensaci�n de hambre.�

La decisi�n se expresa a trav�s del motor desubsistemas de salida,�nuestra musculatura, y el ambiente f�sico externo es interactuado en cierto modo.�En la Figura 1, he dibujado un c�rculo de puntos para indicar la ubicaci�n general de la conciencia: incluye la parte experiencial de los impulsos neurales transformados, procedentes del Procesamiento de entradas, los procesos de Evaluaci�n y Toma de Decisiones, y por lo menos algunos de los procesos del motor de salida.

En general, estamos inclinados a atribuir tal conciencia a los ni�os peque�os, pero la conciencia ser� cada vez m�s importante a medida que desarrollan y crecen.�Tambi�n he mostrado en la figura 1 que el procesamiento de entrada afecta y es afectado por dos procesos que yo he etiquetado como valores OCR�(Orientaci�n de Consenso de Realidad) los valores y valores personales.

Estos son procesos entrelazados que no son importantes en el ni�o muy joven, pero que se vuelven cada vez m�s importantes y predominantes en gran parte a medida que avanzamos hacia la infancia y la edad adulta.�La orientaci�n del Consenso de Realidad�es el conjunto de aprendizajes perceptivos impl�citos que da forma a nuestras percepciones, por lo que percibimos las cosas como lo hace la gente en nuestra cultura, y alcanzamos el estado de conciencia "normal" o lo que podr�a ser mejor llamado "conciencia de consensual".

As�, por ejemplo, alguien sostiene un l�piz blanco en frente de nosotros y nosotros de inmediato lo percibimos como un l�piz.�Este es el resultado del procesamiento de la entrada inconsciente y pr�cticamente instant�nea de conformidad con la ORC.�


Nuestros valores personales son los valores m�s idiosincr�sicos que hemos desarrollado en el curso de la enculturaci�n, como una preferencia por mirar viejas monedas, notando anuncios de restaurantes gourmet, etc. La potencia de estos valores personales sobre el procesamiento de entrada var�a con los diferentes estados de necesidad .�Considere mundo experiencial del ni�o.

Generalmente asumimos que hay un flujo cambio de flujo de la experiencia, lo que�William James�(1890) postula que es una "floraci�n, zumbido de confusi�n".�Se confunde porque suponemos que no hay orden a lo largo de las l�neas "sensibles", es decir, hay un territorio en constante cambio con ning�n mapa para reconocer d�nde nos encontramos en el territorio en el momento.

Esto, por supuesto, es una proyecci�n de las�creencias adultas�acerca de la mente infantil, y nunca podemos estar seguros de ello.

De hecho, puede haber algunos mapas parciales, innatos que son determinados biol�gicamente, tal como la visi�n de un rostro humano siendo una experiencia deseable, una especie de punto de referencia en el flujo de la experiencia. No obstante, parece razonable suponer que la experiencia del ni�o es en gran parte ca�tica y desorganizada.�La tarea cognitiva del beb� es producir orden entre el flujo ca�tico de los acontecimientos, porque el orden es m�s propicio a la interacci�n con los acontecimientos de una manera que asegura la m�xima satisfacci�n de las necesidades.�

Para utilizar nuestra analog�a del mapa y territorio, los ni�os necesitan construir mapas internos de los territorios de experiencia que andan dispersos por el fin de reconocer d�nde se encuentran en el territorio de la experiencia, y as� poder tomar decisiones significativas al trasladarse a zonas m�s deseables de ese territorio.�

El territorio de la experiencia incluye tanto lo puramente interno, experiencias psicol�gicas como aquellas que surgen de las transformaciones neurales de los est�mulos f�sicos externos que llegan a los �rganos sensoriales.

Nos concentraremos en este �ltimo, as� que por lo tanto dir�a que la tarea cognitiva del ni�o es la de construir un buen mapa interno del mundo externo con el fin de operar con eficacia (en t�rminos de necesidades y valores) en la interacci�n con el mundo f�sico externo.�

Dos categor�as mentales fundamentales u operaciones deben desarrollarse con el fin de crear un buen mapa interno del territorio externo.�La primera operaci�n es el reconocimiento experiencial o mapeo de lo que podr�amos llamar proximidad/orden.�Proximidad/orden�puede tratar, ya sea con las relaciones espaciales o temporales.�Se trata b�sicamente de una cuesti�n de darse cuenta de que dos o m�s cosas van de la mano.

Como un simple ejemplo, mientras estoy sentado en mi estudio, me doy cuenta de que hay un par de auriculares colocados al lado de una l�mpara de mesa, est�n en proximidad espacial entre s�. O miro por mi ventana y me doy cuenta de que un Ford verde pasa y poco tiempo despu�s, un Buick rojo.�Aqu� tenemos un orden temporal.�El ni�o tiene que desarrollar el concepto de proximidad/orden.

Probablemente la proximidad espacial/orden se desarroll� por primera vez, ya que para llegar a la proximidad temporal, los ni�os deben haber dado el salto importante en el desarrollo (por lo general ocurre alrededor de un a�o despu�s del nacimiento) de desarrollar la constancia del objeto, desarrollando una representaci�n mental interna de un objeto que se retiene despu�s de que el objeto se ha quitado de la vista sensorial.�

Ahora�proximidad/ orden�no es equivalente a la�causalidad,�pero est� claro que es una base para ello.

Yo no dir�a que los auriculares est�n donde est�n porque la l�mpara de mesa est� donde est�, o que el Buick rojo apareci� debido a que el Ford verde hab�a pasado.�La simple proximidad/orden espacial o temporal no es suficiente para establecer la causalidad para el adulto, aunque�Piaget�(1928) observa que hay un periodo de desarrollo en el que parece funcionar de esta manera para el beb�, un per�odo que �l llama "pensamiento m�gico".

En este breve per�odo, si un acontecimiento placentero inesperadamente le sucede a un ni�o, como que la madre entra y juega con �l durante un minuto y luego se va, el ni�o a menudo puede observarse mirar decepcionado cuando la madre se va.�A continuaci�n, puede repetir el acto que estaba haciendo justo antes de que la madre entrase, y luego mirar hacia arriba, expectante, como si estuviera operando en el supuesto de que, como A precedi� a B, simplemente repitiendo A� har� que suceda B.

(Creo que una buena parte de este tipo de�pensamiento m�gico�tambi�n contin�a en la edad adulta, pero no queremos reconocerlo.)�

La segunda operaci�n mental fundamental subyaciendo el concepto de causalidad es un supuesto de que las regularidades observadas en alguna proximidad/orden de alguna manera son inherentes a la naturaleza de las cosas, son el resultado de las interacciones entre las cosas fiables en lugar de ser s�lo un orden aleatorio.

Los chiquillos deben esforzarse para un trazar un mapa de adecuado de esta clase de relaci�n, de la causalidad, porque esto es conocer los verdaderos factores causales en su mundo experimentado que les da una oportunidad de tomar una acci�n eficaz. El mapa interno que es desarrollado, entonces, no s�lo debe notar el ordenamiento de proximidad espacial y temporal de cosas, pero tambi�n debe notar las relaciones eficaces causales entre ellos.

En la pr�ctica normal decimos que "A causa B", si cada vez que aparece A, le sigue B, es decir, si en el 100 por ciento de nuestras observaciones nos damos cuenta que B sigue a la aparici�n de A. Podr�amos llamar a este criterio de contingencia invariable para postular la causalidad. Sin embargo, siendo curiosos, no solemos contentaron con establecer la causalidad s�lo sobre la base de la contingencia invariable, queremos conocer el mecanismo subyacente que da lugar a A causando B.

Cuando podemos especificar el mecanismo de que somos mentalmente mucho m�s c�modos (incluso si el mecanismo postulado es una fantas�a de nuestra parte).�

Una tercera situaci�n en la que nos sentimos mucho m�s seguros de poder entender la relaci�n causal real es aquella en el cual deliberadamente podemos provocar el resultado B produciendo la causa A.�

Pensando acerca de las relaciones del desarrollo, podemos ver cuando los infantes y los chiquillos son presentados con situaciones f�sicas externas donde los eventos se agrupan juntos con fuerte o total regularidad, ellos son prove�dos de material para un concepto de causalidad.

Tambi�n son provistos con retroalimentaci�n sobre los resultados de los numerosos intentos de manipular deliberadamente el mundo para probar deliberadamente, por as� decirlo, una hip�tesis interna, una funci�n de mapa interno que indica que si llevan a cabo la acci�n A, B va a ser el resultado de ello.�"Causa", en este sentido, es un concepto muy antropom�rfico, una sensaci�n directa de los resultados efectivos de la aplicaci�n del poder personal.

A medida que los ni�os crecen, sin embargo, el mecanismo que especifica se vuelve importante en sus conceptos de causas, especialmente porque ahora han tenido experiencia con una amplia variedad de ordenamientos de proximidad que no se repiten en un patr�n regular, por lo que es claro para ellos que la causalidad debe ser m�s que un orden de simple proximidad.�

Ahora podemos ver el sentido de mi argumento original de que�relaci�n�y�causalidad�son realidades psicol�gicas.�

En la visi�n convencional, nuestra �nica experiencia directa es de impulsos nerviosos.�Los componentes experienciales de estos impulsos nerviosos se convierten en nuestros mapas mentales, mapas que tratan de ordenar y dar cuenta de los resultados de las operaciones en el flujo de las experiencias que hemos llegado a atribuir al mundo f�sico externo.�Nuestra �nica validaci�n de la efectividad del mapa es en t�rminos de experiencias repetidas que suponemos son causadas por los acontecimientos en el mundo f�sico externo.

As�, lo que validamos es un tipo de experiencia (que llamamos nuestros mapas mentales o ideas) con otro tipo de experiencias (que llamamos actuales experiencias sensoriales y atribuidos al mundo externo).�"Validaci�n" es la coherencia entre las diferentes clasificaciones de experiencia mental.�

La creencia com�n de que descubrimos que las secuencias causales legales, en el mundo f�sico externo son s�lo una hip�tesis (trabajo �til).�En la medida en que nuestras experiencias directas son s�lo impulsos nerviosos, nunca directamente podremos validar o invalidar esta hip�tesis.�

La relaci�n y la causalidad, por tanto, en �ltima instancia, se refieren a las consistencias experienciales, y es en cierto modo una falacia l�gica asumir impl�citamente y de forma autom�tica que realmente lidiamos con el mundo f�sico externo postulado.�Los ni�os peque�os deben aprender a tratar con dos tipos de matrices experimentales para manejar observaciones de proximidad/orden.

El primer tipo son aquellos en los que se sienten que est�n activos, haci�ndoles creer que est�n haciendo que algo suceda.�

Los segundos son aquellos en los que no son particularmente activos, o aquellos en los que eventualmente se dan cuenta de que su actividad parece no tener relaci�n con lo que est� pasando, a pesar de que existen regularidades en la proximidad observada/ordenamientos que cumplen con la idea de la causalidad.�La reflexi�n del adulto de esto es una afirmaci�n tal como "�Lo hice!"�versus el reconocimiento abstracto que "A causa B."

Tenga en cuenta tambi�n que el impl�cito "otro lado de la moneda" de la idea de la causalidad, ya sea, personal o abstracto, es la idea de la inercia: la idea de que si A no aparece o alguien no hace algo, nada va a suceder, es decir, que esos objetos unitarios y aut�nomos objetos no hacen nada a menos que act�en por alg�n tipo de fuerza causal.

Una roca en el suelo se queda donde est� hasta que alguien o algo la mueva.�En t�rminos de escalas de tiempo humanas ordinarias, la roca es un objeto aislado, s�lido, entero.�Aparentes excepciones a esta noci�n, como en el caso de un objeto que parece estar aislado en proceso de cambio, nos lleva a la idea de que el objeto tiene componentes que no son visibles de inmediato, pero si entendemos las acciones de estos componentes tendr�amos el mecanismo para el cambio observado.

As�, las hojas y otras materias org�nicas en mi dep�sito de compuesto sigue disminuyendo en volumen, aunque yo no pueda ver nada quitando parte de ello o apelmaz�ndolo en una masa m�s peque�a.�Pero el bi�logo me dir�a que es porque las hojas y materia org�nica no son unidades atomistas sino estructuras compuestas, y si pudiera ver la qu�mica y la acci�n bacterial a un nivel de menor escala, entonces la causa de la contracci�n en el volumen ser�a muy comprensible.�

Podr�amos decir que la causalidad evidente, entonces, se refiere a los objetos sensorialmente perceptibles a nivel macrosc�pico (el palo golpea la pelota y por lo tanto la pelota vuela), mientras que una causalidad� m�s sofisticada trata con los aspectos causales que no son inmediatamente evidentes a los sentidos sin ayuda.

Con la naturaleza psicol�gica de la relaci�n de causalidad ahora en mente, consideremos ocho tipos de causalidad discriminable y dos tipos de pseudo-causalidad.


TIPOS DISCRIMINABLES DE CAUSALIDAD


La causalidad f�sica
Aqu� se observa una relaci�n, una proximidad/orden de dos o m�s eventos f�sicos externos y, en t�rminos de nuestra comprensi�n actual de la f�sica, podemos explicar retrospectivamente y, en principio, predecir futuras relaciones entre este tipo de eventos.

En el peor de los casos, la previsibilidad es s�lo estad�stica, a lo sumo, es extremadamente precisa y basada en el conocimiento (un mapa mental que ordena la experiencia) del mecanismo, M. As�, decimos que A causa B, a causa de M.�


Presunta Causalidad F�sica
Aqu� nuevamente observamos una relaci�n entre dos o m�s eventos f�sicos, y aunque no podemos en este momento dar una buena explicaci�n o hacer una buena predicci�n en t�rminos de las ciencias f�sicas desarrolladas, suponemos que en principio se podr�a hacer una, una vez que hemos desarrollado las disciplinas cient�ficas necesarias.

Esto puede implicar un acto relativamente peque�o de fe que parece una extrapolaci�n razonable de los conocimientos actuales (vamos a ser capaces de predecir el tiempo una vez que entendemos mejor la actividad de las manchas solares con mayor precisi�n), o puede ser un acto global de fe, una declaraci�n de que todo eventualmente se explica en t�rminos del tipo de explicaciones f�sicas que ahora tenemos, sin importar lo mucho que estas observaciones parezcan contradecir los tipos actuales de explicaciones f�sicas.�Este tipo de fe mundial est� muy extendida entre la comunidad cient�fica por razones sociales.

Llevado a un extremo de "Tiene que haber una explicaci�n racional cient�fica de lo que acabo de ver, sin importar lo milagroso que parece", que puede ser una patolog�a psicol�gica el hecho de cegarnos a la observaci�n adecuada de los datos y el pensamiento creativo.�



Causalidad Psicol�gica
Aqu� observamos una relaci�n entre dos o m�s personas, entre una persona y un objeto f�sico, o entre experiencias totalmente internas, y explicar la proximidad/ordenamiento observada por medio de factores psicol�gicos dentro de una o m�s de las personas involucradas.

A modo de ejemplo, alguien se da cuenta que Bill, en una fiesta, prefiere la compa��a de mujeres mayores muy apropiadas.�El psicoterapeuta de Bill comenta que esto se debe a que Bill no ha trabajado a trav�s de su complejo de Edipo con su madre, y por eso se busca inconscientemente a su madre en las mujeres a su alrededor.

Las relaciones de causalidad psicol�gica tambi�n pueden ser vistas en t�rminos de eventos mentales puramente internos, (estoy pensando en esto por tal o cual proceso psicol�gico que pas� antes), pero nos quedaremos con nuestro enfoque sobre eventos externos f�sicos.�


Presunta Causalidad Psicol�gica

An�logo a la presunta causalidad f�sica, observamos una relaci�n psicol�gicamente significativa entre los eventos que son interacciones entre las personas, entre una persona y un objeto, o entre dos acontecimientos mentales, y aunque no podemos dar una explicaci�n causal en t�rminos del desarrollo actual de las ciencias psicol�gicas, suponemos que el futuro desarrollo de estas ciencias eventualmente proporciona una explicaci�n (no s� por qu� pens� en esa cosa loca, pero alg�n d�a ellos entender�n c�mo funciona la mente).

Al igual que con la supuesta causalidad f�sica, esto puede implicar extrapolaciones bastante peque�as del estado actual de las ciencias psicol�gicas o ser un acto de fe mundial que podr�a convertirse en una patolog�a cognitiva distorsionando la percepci�n de los acontecimientos que podr�an ser el pensamiento creativo perturbador y/o inhibir el pensamiento creativo sobre enigm�ticos acontecimientos.�

Es bueno tener en cuenta que, en la medida que adoptamos la hip�tesis muy extendida y convencional que los procesos mentales son id�nticos a los eventos cerebrales, ambos tipos de causalidad psicol�gica se convierten en casos m�s bien especializados y derivados de la causalidad f�sica y la supuesta causalidad f�sica, es decir, una necesidad de recurrir a una explicaci�n psicol�gica en varias instancias casos s�lo refleja nuestra lamentable (pero presumiblemente curable) ignorancia en saber c�mo reducir los fen�menos mentales a eventos fisiol�gicos.

De acuerdo con este punto de vista, las explicaciones f�sicas parecen m�s "fundamentales" y por lo tanto son los tipos preferidos de explicaciones que siempre debemos buscar.�

Aunque no voy a desarrollar mi argumento aqu�, he fuertemente sugerido en otro lugar (Tart,1975) que los eventos psicol�gicos implican un conocimiento b�sico que es de un orden diferente que los eventos f�sicos, y que las explicaciones psicol�gicas, por lo tanto, pueden ser en �ltima instancia diferentes y ciertamente tan v�lidas como las explicaciones f�sicas.�Este punto de vista se ha desarrollado a�n m�s en Tart (1979).�

Observe que los cuatro tipos de causalidad discutidos hasta ahora, sobre todo los tipos f�sicos, asumen impl�citamente la capacidad de la mente humana para "descubrir" las leyes causales del mundo f�sico, o, por mejor decir, supongamos que la capacidad de la mente humana para hacer representaciones mentales del mundo (hip�tesis) son excelentes representaciones f�sicas a experiencias de otros, presumiblemente procedentes de este mundo f�sico.

La presunta causalidad f�sica, llevada al l�mite en que todo se explica de esta manera, impl�citamente hace la grandiosa suposici�n de que la mente humana es capaz de hacer representaciones de toda la realidad f�sica.

Adem�s, dado que pr�cticamente toda nuestra ciencia (y toda ella, "oficialmente")� ha sido desarrollada en un estado ordinario de conciencia, la impl�cita presunci�n es que en nuestro estado ordinario de conciencia podemos hacer estos mapas cada vez mejores y quiz�s en �ltima instancia, mapas perfectos del supuesto reino f�sico de existencia independiente.�



Estado espec�fico de causalidad
Este tipo de causalidad pudo ser observado, tanto para la causalidad f�sica como para la causalidad psicol�gica.�

Una persona observa algunos eventos en su estado ordinario de conciencia, que no hace ning�n sentido fiable": �l no puede observar un orden evidente, predecir el futuro, ni postular un mecanismo plausible de los hechos observados.

Pero, despu�s de entrar en uno u otro�estado alterado de conciencia�(EAC),��l percibe un patr�n en esos mismos acontecimientos.�El concepto de estado espec�fico de causalidad reconoce que las percepciones y l�gicas de nuestra conciencia ordinaria no son absolutos ni deben darse por sentado, o la �nica clase de l�gica, pero semi-arbitraria.�

El EAC constituye una reorganizaci�n temporal de la mente de una manera radical que trae consigo, tanto nuevos estilos de percepci�n (cambios en el procesamiento de la entrada) como nuevos tipos de l�gicas.

Las percepciones y l�gicas son s�lo comprensibles en el estado alterado.�Mientras hay memoria de un episodio del estado alterado al siguiente, la memoria del estado alterado, en el estado ordinario, es pobre, por lo que el conocimiento del EAC es espec�fico de cada estado.�Uno, por lo tanto, podr�a tener una causalidad espec�fica en ese estado, es decir, en el estado alterado observar proximidades/ordenamientos fiables,� y/o un mecanismo causal plausible que se puede pensar y/o lograr previsibilidad

Las predicciones, en la medida en que hacen frente a acontecimientos p�blicamente observables en el mundo f�sico, tal vez nos permitan validar que esta comprensi�n espec�fica de cada estado de causalidad es correcta (que tiene raz�n en sus predicciones, incluso si no puedo darle ning�n sentido a lo que dice acerca de c�mo lleg� a las predicciones).�Las predicciones tambi�n pueden referirse a acontecimientos psicol�gicos internos, donde la validaci�n observacional de predicci�n s�lo se pueden realizar en la propia EAC.

Para ilustrar esto, algunas de las versiones m�s abstractas de las matem�ticas modernas son como ciencias espec�ficas de cada estado.

Requieren un cierta mentalidad, que llega luego de a�os de entrenamiento, con el fin de manipular correctamente las ecuaciones matem�ticas y llegar a ciertos tipos de conclusiones.�El forastero, el no-matem�tico, pudiera no ser capaz de seguir las operaciones matem�ticas en absoluto, ya que para �l no tienen sentido, pero a su vez, los resultados finales, como una mejor forma de dise�ar un ala de avi�n para que tenga menos fricci�n del aire, resulta que tiene validez en el mundo f�sico.�

A�n no hemos desarrollado las ciencias espec�ficas de estado, a pesar de que propuse la idea hace unos a�os (Tart, 1972), pero la idea de la causalidad espec�fica a cada estado puede ampliar enormemente nuestras posibilidades de encontrar relaciones causales: cosas que parecen parad�jicas y no tienen sentido en nuestro estado ordinario de conciencia pueden producir un an�lisis causal por parte de profesionales debidamente capacitados, que pueden entrar en el requisito EAC.

Sospecho, por ejemplo, que algunas de las paradojas sobre lo paranormal ser�an mucho m�s f�cil de entender a las ciencias espec�ficas de estados que podr�amos desarrollar en el futuro.


Causalidad Paranormal
Aqu� observamos ordenamientos fiables (Smith intenta enviar mensajes telep�ticos a Jones, y Jones� recoge un porcentaje importante del tiempo), pero, por las leyes actualmente vigentes del mundo f�sico, estos ordenamientos no podr�an haber ocurrido, las leyes causales que entendemos del reino f�sico, aparentemente proh�ben lo que hemos observado, aunque lo hayamos observado.

Sin embargo, debido a que presumiblemente B ha sido iniciado por A (a pesar de que, en esta etapa temprana del juego, tenemos solamente un bajo nivel de fiabilidad estad�stica), es f�cil creer que est� involucrado un mecanismo causal.

Entonces asumimos, como en el caso de la presunta causalidad f�sica, que el desarrollo de la ciencia de la parapsicolog�a eventualmente nos llevar� a un control m�s fiable y predicci�n sobre fen�menos paranormales, y que vamos a comenzar a postular mecanismos para los fen�menos que a su vez ayudar�n a aumentar su fiabilidad y control.�

Como ejemplo, considere el tipo de caso cl�sico de crisis, donde una madre que no ha visto a su hijo desde hace muchos a�os se despierta angustiada por una pesadilla en la que su hijo� fue atropellado y muerto por un coche, y poco despu�s recibe una llamada telef�nica indicando que hab�a sido en realidad muerto por un coche en esos momentos.

El bloqueo de las se�ales sensoriales y la extrapolaci�n razonable como hip�tesis, como podemos en muchos casos reales, parece razonable suponer que, o bien una parte inconsciente de la mente de la madre era continuamente sensible a trav�s del PSI para el bienestar de su hijo y/o el acontecimiento altamente traum�tico de la muerte ocurriendo al hijo desencaden� una especie de env�o telep�tico de su parte, as� la muerte del hijo caus� el sue�o de la madre.

Podemos o no podemos ser capaces de entender los mecanismos de los fen�menos paranormales en nuestro estado ordinario de conciencia, o tal vez tengamos que desarrollar una ciencia espec�fica de cada estado y entrar en estados espec�ficos de causalidad con el fin de entenderlos, pero, en principio, muchos eventos paranormales encajan bien dentro de una forma causal de conceptualizar la realidad.

As�, los eventos paranormales per se no deben ser utilizados indistintamente para ilustrar el concepto de sincronicidad.�


Causalidad Sincr�nica Espec�fica del Ser
Aqu� comenzamos a reconocer los l�mites actuales y �ltimos de nuestra capacidad de comprender la realidad, de nuestros l�mites psicol�gicos, los l�mites de nuestro ser (incluyendo cualquier ayuda tecnol�gica que puedan producir nuestras mentes).

A veces podemos sentir relaciones significativas entre eventos aqu�, y por motivos estad�sticos o similares nos sentimos seguros de que estas relaciones son aut�nticas, pero nunca seremos capaces de predecir la ocurrencia de eventos de este tipo con alg�n grado de precisi�n, manipularlos con fiabilidad, o postular plausibles mecanismos causales.

Debido a que podemos conseguir una comprensi�n parcial, aunque inadecuada de alg�n tipo de acci�n significativa trabajando, se postula que existen factores causales involucrados, pero estos factores son, o muy complejos y/o de un orden diferente de la realidad de la mente humana (y sus instrumentales ayudas) que se quedar�n para siempre m�s all� de los l�mites de nuestra comprensi�n.�

Postular la causalidad espec�fica sincr�nica del ser, pues, equivale a una proyecci�n antropom�rfica de nuestra creencia de que todo es causado, aunque reconozcamos que nunca seremos capaces de demostrarlo.�

Conseguiremos fascinantes pistas de las relaciones: esto es lo que nos hace considerar la idea de que la causalidad espec�fica sincron�stica del ser, en primer lugar, coincidencias significativas cuando no parece haber ninguna causa f�sica o psicol�gica, pero nunca seremos capaces de probar o refutar estas relaciones como ciertas.

A modo de ejercicio, podr�amos postular que podr�a haber alg�n tipo diferente de ser inteligente que nosotros, que casualmente pod�a comprender acontecimientos que para nosotros deben siempre permanecer espec�ficos sincr�nicos del ser.�[3]

Ciertamente podemos pensar en analog�as. Mi gato tiene una comprensi�n muy inteligente de ciertas facetas de la realidad f�sica, pero puede asustarse con el estallido s�nico de un avi�n a reacci�n que fue dise�ado por la aplicaci�n del c�lculo a la realidad f�sica, y �l nunca ser� capaz de entender tal cadena causal como (c�lculo>avi�n de propulsi�n>estallido> susto), es ser sincr�nico espec�fico con respecto a su mentalidad de gato, aunque sea causal para nosotros.

Del mismo modo, podr�amos postular la existencia de entidades que causalmente podr�an comprender lo que para nosotros son eventos espec�ficos sincr�nicos del ser. Estos no necesariamente podr�an ser entidades "superiores" en el sentido de superior a nosotros en todos los sentidos, sino simplemente seres con un tipo diferente de inteligencia. Algunas de las cosas que para ellos podr�an estar siendo espec�ficas sincr�nicas podr�an ser causal clara para nosotros.

La Figura 2 abajo esboza el "mecanismo" de la causalidad sincr�nica espec�fica del ser. Los eventos A y B muestran una relaci�n, por lo que nuestra atenci�n se siente atra�da por ellos.

Nosotros los observamos, pero, de acuerdo con la causalidad f�sica y la presunta causalidad f�sica, no hab�a canales f�sicos disponibles para conectar A y B.

Figura. 2 - Funcionamiento de� causalidad sincr�nica espec�fica de ser

Lo que sucedi� fue que el evento S, en un nivel diferente, influenci� y/o se vio influenciado, ya sea por uno o dos eventos A y B en nuestro nivel, por lo tanto "indirectamente" (para nosotros) los vinculamos de una manera que cre� una relaci�n y atrajo nuestra atenci�n.

Vamos a considerar un posible ejemplo de este mecanismo-un ejemplo que ilustra tambi�n la complejidad, distinguiendo los diferentes tipos de causalidad o sincronicidad en el caso de eventos espec�ficos.

Mientras me preparaba para escribir los cuatro p�rrafos anteriores, mi tel�fono son�. Era un colega de la Costa Este llamando. Yo no hab�a o�do hablar de �l en casi dos meses y no esperaba que �l me llamara en el futuro previsible. Estaba muy sorprendido e intrigado por su llamado cuando lo hizo, ya que s�lo un par de horas antes hab�a dictado una carta a �l sobre diversos asuntos de inter�s mutuo.

As�, la "coincidencia" involucrada en su llamado a m� luego de haber� dictado una carta a �l y mientras yo estaba escribiendo un trabajo sobre sincronicidad (m�s precisamente, justo cuando estaba comenzando la secci�n anterior sobre sincronicidad, y pregunt�ndome qu� pod�a utilizar como un ejemplo ilustrativo) parece bastante sorprendente!

La raz�n consciente de mi colega para llamarme ten�a que ver con la publicaci�n de un cap�tulo en el que yo hab�a contribuido a un libro que �l estaba editando, y esto ciertamente no ten�a ninguna relaci�n con mis actividades f�sicas o mis pensamientos en este momento, pero es el hecho de que hab�a dictado la carta para �l, estaba preocupado con la sincronicidad, y necesitaba un ejemplo ilustrativo de alg�n acontecimiento real que hizo que la proximidad particular/orden de los eventos pareciera sincr�nico.

La explicaci�n de la causalidad especifica sincron�stica del ser de �l llam�ndome requerir�a que alg�n evento S a nivel sincron�stico nos afectara a los dos: el acontecimiento S afect� las actividades de mi colega, por lo que �l me llam� por tel�fono en el momento particular que lo hizo, mientras mis propias actividades se vieron afectadas por el evento S, de modo que no s�lo pas� pensando en la sincronicidad sino que tambi�n pas� a escribirle ese mismo d�a, aunque bien podr�a haber escrito esa carta en cualquier otro momento durante los meses anteriores a esta.

En la medida en que este evento es sincr�nico, nunca llegaremos a comprender la naturaleza del evento S en el nivel sincron�stico que provoc�, ni vamos voluntariamente a ser capaces de repetir este tipo de patr�n - es decir, no voy a ser capaz de hacer que las personas a quienes les he escrito al principio del d�a, que me llamen por tel�fono en el futuro s�lo decidiendo que necesito un ejemplo de sincronicidad.

Por definici�n, los eventos provocados por la sincronicidad espec�fica del ser no muestran un patr�n consistente y controlable. Este ejemplo en particular es complicado porque se toma solo, yo podr�a argumentar con la misma fuerza de una explicaci�n causal paranormal. Tal vez no era especialmente significativo que pensara en mi colega justo cuando lo hice y decid� escribirle.

Pero esto, combinado con mi deseo de tener alg�n tipo de ejemplo de sincronicidad, pudo haber activado alg�n tipo de proceso de� "agente-telep�tico" de mi parte, fuera de mi conciencia, que le llev� a hacer la llamada telef�nica precisamente cuando lo hizo, en lugar de en cualquier otro momento.

Sin embargo, observe cuidadosamente que, a diferencia de eventos sincr�nicos espec�ficos del ser, los eventos paranormales causalmente producidos son susceptibles a la explicaci�n causal en principio, aunque el nivel de explicaci�n que tenemos ahora (mis "deseos" activaron un proceso de "agente-telep�tico") es tosco e impreciso. Cabe la posibilidad de a trav�s de experimentos m�s refinados, aprendamos m�s sobre el proceso telep�tico, y podamos ser capaces de producir este tipo de actos m�s o menos a voluntad.

He definido la causalidad sincron�stica espec�fica del ser de una manera absoluta como refiri�ndome a eventos significativos y presumiblemente causales que est�n m�s all� de nuestro nivel de entendimiento.

Sin embargo, debemos distinguir entre una variante de una causalidad espec�fica sincr�nica� del ser, en la cual nuestra futura evoluci�n podr�a desarrollar nuestra inteligencia, de tal manera que las observaciones que antes estaban siendo espec�ficas sincr�nicas nos parecer�an comprensibles, llegando a ser reducido a la f�sica bien entendida o supuesta causalidad psicol�gica o causalidad paranormal.

Tambi�n debemos se�alar que un evento que est� siendo espec�fico sincr�nico del ser en nuestro estado ordinario de conciencia podr�a llegar a ser inteligible en algunos EAC, por lo que podr�a confundir un caso de estado espec�fico de causalidad por uno espec�fico sincr�nico del ser.

Esta �ltima distinci�n s�lo puede hacerse en la pr�ctica, tratando de desarrollar explicaciones de estado-espec�fico causal: eventos que no se producen en este m�todo despu�s de un esfuerzo sostenido son probablemente sincr�nicos espec�ficos del ser.

Aunque cualquier instancia individual de eventos significativos conectados sin ninguna conexi�n f�sica entre ellos podr�an ser instancias de, ya sea causalidad paranormal o causalidad sincron�stica espec�fica del ser, en el (muy) largo plazo, hay que distinguir ambos. Algunos parapsic�logos, por ejemplo, que se han visto desalentados por a�os de investigaci�n que no parece conducir a una comprensi�n fiable o control de psi, est�n empezando a pensar en sucesos paranormales como sincr�nicos.

Si las tendencias futuras de investigaci�n continuasen en esta direcci�n, e incluso si llegamos a vislumbrar las relaciones aqu� y all�, pero no podemos ponerlos juntos significativamente, esto, de hecho podr�a argumentar a favor de la sincronicidad espec�fica del ser de lo que hoy llamamos fen�menos paranormales.

Lo que puede muy bien suceder, sin embargo, es que entre la amplia gama de cosas que ahora se consideran paranormales, algunos empezar�n a acudir a explicaciones causales paranormales, mientras que otros no podr�an nunca podr�a ceder y as� constituyen fen�menos sincr�nicos espec�ficos del ser.

Sincronicidad Absoluta

Aqu� tenemos el concepto de sincronicidad que es probablemente el m�s dif�cil para nuestras mentes para ocuparse.

Observamos las relaciones entre dos o m�s eventos, pero a pesar de que los eventos ocurren en un patr�n significativo, no son causados en ning�n nivel.

No es una cuesti�n de causalidad espec�fica� sincr�nica del ser, donde c�modamente podemos creer que la causalidad funciona en todos los niveles, pero nuestras mentes est�n demasiado limitadas como para entenderlo: aqu� tenemos un principio absoluto de patrones significativos que aparecen, pero no existe ning�n mecanismo causal para lograrlos.

Tal vez esto es lo que los f�sicos cu�nticos quieren decir cuando afirman que el comportamiento de cualquier y todas las part�culas individuales es imprevisible, no causal, sin embargo, el comportamiento estad�stico de estas part�culas, los patrones que forman, es significativo y regular.

Para la causalidad sincr�nica espec�fica del ser nosotros, en efecto, postulamos que podr�a haber un tipo de inteligencia que podr�a comprender los mecanismos causales que est�n cerrados a nosotros: aqu� ning�n tal tipo de inteligencia puede ser postulado.

Las cosas "s�lo suceden" ser significativas. No me queda claro a�n si pudi�ramos distinguir en la pr�ctica, la absoluta causalidad sincr�nica espec�fica de ser espec�fico.

Vamos a completar este an�lisis observando dos tipos de pseudo-causalidad.

PSEUDO-CAUSALIDAD

Significado Proyectado

Aqu� estamos frente a un error psicol�gico.

Se observa que dos o m�s eventos se unen y forman una proximidad/orden que creemos que es significativo. Podemos rastrear la cadena causal independiente de cada uno de los eventos separados y comprender c�mo llegaron a esa uni�n particular que vimos como algo significativo, y hacia donde se va de all�.

El error que cometemos es creer que hay un significado en esta uni�n.

Hay que decir que fue probablemente una coincidencia, y aunque podemos proyectar significado a ello, si as� lo deseamos, no debemos cometer el error de creer que nuestras proyecciones son una declaraci�n acerca de lo que est� sucediendo en el mundo f�sico o psicol�gico.

Para aplicar esto a nuestro ejemplo, podr�amos argumentar que mi colega me llam� por tel�fono porque el d�a anterior� u editor le hab�a telefoneado acerca de mi cap�tulo en el libro que estaba editando, y ahora ten�a que hacerme algunas preguntas.

Esta es una cadena causal perfectamente normal de acontecimientos.

Del mismo modo, yo le hab�a escrito una carta a �l varias horas antes debido a una presunta causalidad psicol�gica, y estas cadenas causales se cruzaron a cruzar en el momento particular que lo hicieron. El argumento dice que porque yo quer�a un ejemplo de sincronicidad, simplemente proyect� el concepto de sincronicidad de estos eventos, y que no hay ninguna raz�n para creer que estaba contenido en los eventos mismos. Fue s�lo una "coincidencia".

Esto no quiere decir que la proyecci�n del significado es necesariamente mala: la proyecci�n puede llevar a hip�tesis �tiles. Muy al margen de si la causalidad paranormal o alg�n tipo de sincronicidad estaba "realmente" operando para dar cuenta de la llamada telef�nica, la interpretaci�n que he colocado (o proyectado?) en los eventos es �til para ilustrar diversos conceptos.

Como cualquier proceso psicol�gico, sin embargo, si yo proyecto un significado con demasiada frecuencia obtendr� un mapa muy inadecuado del mundo que eventualmente me conducir� a problemas.

Causalidad Projectada
Aqu� tenemos dos o m�s eventos ocurriendo, y creemos que percibimos c�mo est�n causalmente relacionados, pero en realidad no existe una relaci�n causal o sincr�nica de ning�n tipo entre ellos.

Es una falacia que nos hizo pensar en una relaci�n causal, o incluso una sincron�stica, cuando no estaba all�. Si pudi�ramos rastrear las cadenas causales en todos los eventos, nos encontrar�amos con que realmente no se cruzan por ninguna parte.

Volviendo a mi ejemplo anterior de los auriculares en el escritorio, al lado de la l�mpara de mesa, podr�a decidir que la luz me hizo poner los auriculares en ese lugar en particular porque yo quer�a tener luz para verlos, en realidad, la realidad podr�a haber sido que puse los auriculares en el primer espacio claro que encontr� en el escritorio, y que la l�mpara de mesa no ten�a nada que ver con eso.

Estoy dibujando en una conexi�n equivocada en mi mapa mental de ese segmento particular de la realidad. Este tipo de pseudo-causalidad es particularmente frecuente para "explicar-descartar" cualquier acontecimiento que nos perturba.

Si se somete a la prueba b�sica de una explicaci�n causal, que debe coincidir con los hechos observados y predecir otros nuevos, obviamente va a fallar, pero en la causalidad proyectada no solemos poner a prueba nuestras explicaciones.

CONFIRMACI�N SINCRON�STICA?

Una de las cosas m�s interesantes sobre eventos aparentemente sincr�nicos es que cambian eventos aparentemente sin relaci�n, sin sentido hacia importantes acontecimientos significativos, iluminando los aspectos aburridos de la vida.

Ahora voy a describir una serie de acontecimientos aparentemente sincr�nicos acompa�ando una presentaci�n m�s temprana de estas ideas que yo interpreto como una "confirmaci�n"� sincr�nica de la utilidad de pensar acerca de la sincronicidad de este modo.

El texto de la presentaci�n fue pasado por una m�quina copiadora el Jueves 29 de enero de 1976, y una docena de copias estaban listas para llev�rmelas de vuelta a mi casa en Berkeley esa noche, para poder distribuirlas la noche siguiente en una reuni�n de un grupo de cient�ficos locales de California interesados en parapsicolog�a. La reuni�n fue la primera de una serie planificada para estos cient�ficos, que iban a reunirse en mi casa una vez al mes para discutir su investigaci�n actual y los intereses.

Los asistentes a esta primera reuni�n, adem�s de m�, fueron los siguientes:

Una serie de acontecimientos ocurridos en relaci�n con nuestro ir a cenar antes de que empez�ramos nuestra reuni�n formal que fueron sincr�nicas en la forma en que se suele utilizar este t�rmino.

Estos eventos fueron tan a prop�sito para mi presentaci�n sobre la sincronicidad y ara el prop�sito formal de la reuni�n, la descripci�n de Targ de las �ltimas investigaciones SRI en visi�n remota, que yo las interpreto como una confirmaci�n sincr�nica de la utilidad de la presentaci�n de mi ponencia.

Primero, la informaci�n de fondo sobre algunos de los participantes en la reuni�n ser� necesario para mostrar por qu� los eventos sincr�nicos eran tan apropiados. Aunque la reuni�n no hab�a sido convocada espec�ficamente para discutir experiencias fuera-del-cuerpo (EFC), varios parapsic�logos activos en EFC investigaci�n estaban presentes.

Mi primera contribuci�n (Tart, 1968) para� la investigaci�n EFC fue un estudio sobre las correlaciones fisiol�gicas de experiencias fuera del cuerpo en un sujeto identificado como Miss Z en el reporte original. Esta investigaci�n atrajo considerable atenci�n entre los parapsic�logos, y es generalmente considerado de haber estimulado m�s investigaciones de laboratorio en esta �rea.

Palmer es uno de los investigadores m�s activos de EFC, habiendo publicado varios art�culos (Palmer y Lieberman, 1975; Palmer y Vassar, 1974) sobre el tema en los �ltimos a�os.

�l trabajaba conmigo en el an�lisis de una colecci�n grande de casos de experiencias fuera del cuerpo en el momento de las reuniones, y esperamos hacer la investigaci�n fisiol�gica de los sujetos talentosos enEFC en el futuro. Hastings era un viejo amigo de la se�orita Z, y me hab�a ayudado a llevar a cabo la investigaci�n con ella m�s de una docena de a�os atr�s. Targ tambi�n estaba familiarizado con la se�orita Z en el momento en que se realiza la investigaci�n original con ella, y �l ha tenido un inter�s a largo plazo en las EFC.

Sus experimentos de visi�n remota con Harold Puthoff (Puthoff y Targ, 1976; Targ y Puthoff, 1977) representan un fen�meno que es similar a un aspecto de algunas EFC - la adquisici�n de informaci�n a una distancia del cuerpo f�sico. Aunque creo que la EFC es un fen�meno diferente de la visi�n remota, cuando miramos a ambas de cerca, Targ y yo hemos discutido a menudo las similitudes y diferencias.

Rauscher, un f�sico de la Universidad de California, Berkeley, hab�a realizado un trabajo experimental sobre visi�n remota, y planeaba llevar a cabo un experimento m�s completo, m�s adelante ese a�o.

Antes de comenzar la reuni�n, tuvimos que decidir a d�nde ir a cenar. Nombr� varios restaurantes dentro de un viaje en coche de cinco minutos de mi casa, y el grupo eligi� la Pizzer�a de Shakey, en Solano Avenue, Berkeley. Fuimos all� en dos coches. Los que llegaron en el primer coche tomaron asiento en una de las mesas largas para guardar un lugar para el grupo, mientras los otros ordenaron la pizza.

Yo estaba entre los �ltimos, y mientras estaba de pie en el mostrador, Hastings se me acerc� y anunci� que la se�orita Z estaba sentada en el extremo opuesto de la larga mesa de nuestro grupo!

Despu�s de completar mi investigaci�n con la se�orita Z hac�a m�s de una d�cada, ella mud� al sur de California y perd� la noci�n de ella; entonces o� indirectamente que hab�a emigrado a Israel. Finalmente me enter� de que hab�a regresado a California, y me encontr� con ella en San Francisco hace un par de a�os antes de la fecha de nuestro encuentro.

Hab�amos charlado un rato sobre si segu�a teniendo experiencias fuera del cuerpo (que era muy raro en ella ahora).

La �nica otra ocasi�n en la que yo me la hab�a encontrado fue hace como un a�o y medio antes, cuando Hastings y yo la conocimos en la l�nea de entrada para un espect�culo de San Francisco. Dijo que muy rara vez visitaba Berkeley. Me pareci� una notable "coincidencia" de que la se�orita Z apareciera en la misma mesa que un grupo de personas incluyendo a varios de los investigadores m�s activos en experiencias fuera del cuerpo.

Hastings, Palmer, y yo hablamos brevemente con ella, y ella se march� poco despu�s de que nosotros llegamos. Los otros miembros de nuestro grupo estaban demasiado absortos en la conversaci�n en el momento para ser conscientes de lo que estaba sucediendo.

Shakey mostraba continuamente viejas pel�culas y varios cortos seleccionados. Mientras est�bamos hablando sobre que la se�orita Z estaba all�, un corto lleg� a contar la historia de Mary Poppins: La se�orita Z fue el tema parapsicol�gico bien conocido que aparentemente hab�a dejado que su cuerpo a "flotara" por el techo.

Ahora era Mary Poppins flotando en el aire con su paraguas y haciendo varias otras cosas "m�gicas". Esto no s�lo era apropiado para el paralelismo espec�fico EFC, sino tambi�n para el tema paranormal de la reuni�n en general. Adem�s, yo hab�a estado en una peque�a tienda de diversos productos usados esa tarde, y hab�a observado a una mujer mirando y manejando un paraguas bastante antiguo.

Esto me pareci� extra�o en ese momento, ya que hab�amos tenido una sequ�a, y los paraguas no eran necesarios. Siguiendo la pel�cula Mary Poppins, luego de otra pel�cula intermedia, estaba la versi�n en dibujos animados de Alicia en el Pa�s de las Maravillas, titulado "Alicia y el conejo blanco", mostrando una variedad de cambios "m�gicos" subrayando eventos parapsicol�gicos.

Adem�s, la pel�cula intermedia inclu�a una especie de sincronicidad menor personal para m�, ya que era una caricatura del "Conejo Brer y el TarBaby", una historia que mi hija hab�a le�do en voz alta a nuestra familia el fin de semana anterior, mientras est�bamos en un viaje de tienda de campa�a.

Es muy raro para mi familia� leer este tipo de historias en voz alta o para nosotros mismos. Yo eleg� interpretar estos acontecimientos como un ejemplo de e causalidad espec�fica o sincron�stico del ser. La causalidad paranormal no parece particularmente plausible, ya que hay tantos eventos que organizar para dar al �ltimo suceso todo su sabor.

Parece bastante complicado imaginar la mente inconsciente de alguien usando psi para asegurarse de que algunos activos investigadores EFC estuvieran justo en ese lugar, influyendo en la actividad de la se�orita Z para enviarla desde San Francisco a Berkeley en el momento justo, afectando la proyecci�n de s�lo aquellos films particulares.

Esto equivale a decir es que el patr�n de los acontecimientos parece tan significativo que no puedo descartarlos como nada m�s que una coincidencia, o un significado meramente proyectado o causalidad proyectada por mi parte, pero tampoco me siento c�modo tratando de encajar en un marco de causalidad paranormal .

Me inclino a pensar que este patr�n de eventos fue un ejemplo de causalidad espec�fica� sincr�nica del ser, porque mi propio deseo, una semana antes, de ver un ejemplo de sincronicidad s�lo se hab�a cumplido parcialmente por la llamada telef�nica de mi colega de la costa este.

Eso era interesante, pero no es del todo convincente.

Si bien esta misma falta de "sobre-convencimiento" fue muy �til para m� para ilustrar las dificultades en las categor�as distintivas de la sincronicidad, una parte de m� todav�a esperaba algo mejor.

CONCLUSIONES

He tratado de distinguir una variedad de formas de causalidad y sincronicidad.

Creo que es importante hacer estas distinciones conceptuales, aunque no est� claro c�mo podemos llevar todos a la pr�ctica. No s�lo debe mejorar la claridad de nuestra comunicaci�n sobre estos asuntos, sino que tambi�n nos puede proteger de un peligro inherente en el concepto de sincronicidad.

Este peligro es la tentaci�n de la pereza mental.

Si, en el trabajo con los fen�menos paranormales no puedo replicar mis experimentos y no puedo encontrar alg�n patr�n en los resultados, entonces, tan apegado como estoy a la idea de la causalidad, ser�a muy tentador decir: "Bueno, es sincron�stico, estar� siempre m�s all� de mi comprensi�n ", y as� (prematuramente) dejar de tratar de encontrar una explicaci�n causal.

El uso descuidado del concepto de sincronicidad se convierte en una forma de ser intelectualmente perezoso y esquivar nuestras responsabilidades.�



Notas Finales

  1. Quiero expresar mi agradecimiento a Stephen Braude, Lila Gatlin, Arthur Hastings, John Jungerman, Stanley Krippner, Edward May, John Palmer, Harold Puthoff, Elizabeth Rauscher, y Russell Targ por sus valiosos comentarios sobre una versi�n preliminar de este documento. La versi�n actual se basa en una que fue presentada en la convenci�n de 1980 de la Asociaci�n de Parapsicolog�a, Reykjavik, Islandia.

  2. He discutido estos subsistemas de la conciencia m�s extensamente en los Estados de Conciencia (1975 Tart,).

  3. Usar� el t�rmino "espec�fico sincr�nico del ser o variantes de ello cuando mi �nfasis est� en nuestra incapacidad para comprender causalmente los eventos, y el t�rmino "causalidad espec�fica sincr�nica del ser" cuando mi �nfasis est� realmente en nuestro postulado de causalidad aunque no la podamos comprender.�

Referencias

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