Introducci�n

Dice un antiguo axioma herm�tico que�todo es mente, todo vibra.

Debido a que cada ser vivo es consciente de manera �nica, cada ser vivo lleva una firma vibratoria �nica.�El alma emite un amplio espectro de vibraciones, que a trav�s del principio de la resonancia atrae un espectro correspondiente de experiencias.

Las almas de una frecuencia com�n comparten reinos comunes de experiencia y tienden a cruzarse en la vida.


Este es el estudio de la�din�micas de los reinos, de c�mo las vibraciones influyen en la experiencia, y de c�mo la experiencia influye en la vibraci�n.�La simplicidad de la correspondencia entre las vibraciones alma y la experiencia personal traiciona la sorprendente naturaleza de sus implicaciones.

Por ejemplo, la�din�mica reino�explica c�mo nuestras experiencias diarias son los efectos finales de procesos hiperdimensionales, por qu� las personas con mentalidad de v�ctima o depredador se atraen entre s�, c�mo la disonancia entre individuos atrae desencadenantes sincr�nicos de confrontaci�n, de c�mo el aprendizaje de una lecci�n antes de tiempo impide que se manifieste como experiencia, por qu� un coraz�n puro lo protege a uno del peligro, y de c�mo la partida personal de caminos y el inminente cambio son diferentes grados de precisi�n del mismo fen�meno.

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Vibraci�n


Cuando hablamos de vibraci�n, en realidad estamos hablando de ondas de amplitud, frecuencia y fase.

La amplitud es intensidad, frecuencia� la rapidez de la fluctuaci�n, y fase la alineaci�n o cronometraje de una onda.�Para que una onda exista y se propague debe haber una�fuente�y�un medio, que genera vibraciones y que las lleva hacia el exterior.�Por ejemplo, una cuerda de guitarra inicia vibraciones que viajan a trav�s del aire en forma de picos alternantes y bajones en la presi�n de aire.


Las Vibraciones del alma�no son menos tangibles que las ondas de sonido, aunque su naturaleza y su medio de propagaci�n son m�s ex�ticos.�Emplean el mismo medio a trav�s del cual las ondas de luz y de radio viajan, pero est�n hechas de�ondas potenciales�en lugar de�ondas electromagn�ticas.�

Esto significa que el�campo vibratorio del alma�(tambi�n conocido como el�aura) se compone de campos y ondas mucho m�s sutiles que los campos el�ctricos o magn�ticos, por lo que los instrumentos convencionales no pueden detectar el aura.�Sin embargo, este campo est� lleno de energ�a moldeada e informaci�n - la esencia misma de pensamiento�y�emoci�n.


La din�mica de los Reinos�es esencialmente acerca de�la f�sica cu�ntica, o al menos de c�mo los principios cu�nticos permiten a la conciencia interactuar con la realidad f�sica.

La f�sica cu�ntica calcula futuros probables y la conciencia selecciona cu�l de ellos va a experimentar.�Pero mientras que la ciencia convencional dice que los efectos cu�nticos se limitan a la escala subat�mica, aqu� reconocemos que tal vez los fen�menos cu�nticos son igualmente activos en el mundo macrosc�pico y en realidad conducen la progresi�n de nuestras experiencias.


Debido a que los procesos cu�nticos no s�lo determinan lo que percibimos, sino tambi�n a trav�s de qu� es que lo percibimos, somos inconscientes, en gran medida, de su influencia.

La situaci�n es similar para los ba�istas flotando en un r�o a una velocidad igual, cada nadador relativamente estacionario al otro, pero vi�ndose unos a otros, ellos podr�an concluir que est�n en aguas tranquilas, que el movimiento en el agua s�lo es evidente si se mira hacia abajo y se observan los peque�os remolinos alrededor.�La ciencia convencional s�lo mira hacia abajo y no se da cuenta de que una masiva corriente cu�ntica es lo que nos mueve a trav�s del tiempo.

Pero, �c�mo exactamente la consciencia manifiesta la experiencia?

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El holograma fractal


En cada momento del tiempo, nuestro universo no es m�s que una tajada de una compleja red de infinitas posibilidades que es inmutable y eterna.

T�cnicamente, este multiverso puede ser llamado "vector de estado" o "funci�n de onda" de la realidad.�Se trata de un holograma fractal que enfoca siempre hacia el futuro.�El propio fractal no cambia, es s�lo nuestra mente que se mueve a trav�s de �l, y por lo tanto genera por s� mismo la ilusi�n del espacio y tiempo.�Para entender este proceso, hay que entender c�mo funcionan los hologramas.


Los Hologramas�codifican la informaci�n grabando la figura de interferencia entre dos ondas de frecuencia com�n, una onda siendo uniforme en consistencia y la otra teniendo su fase alterada por la informaci�n a codificar.


La manera tradicional de hacer un holograma es el siguiente: un rayo l�ser es dividido en dos, una mitad brillando hacia una placa fotogr�fica y la otra rebotando en un objeto antes de reflejarse en la pel�cula.�Lo que se graba en la pel�cula es un patr�n de interferencia entre estos dos haces, codificando la topograf�a del objeto.

Despu�s de que se desarrolla la pel�cula, la misma iluminaci�n l�ser ser� modulada en fase e� intensidad por el patr�n y reproducir� la informaci�n codificada, proyect�ndola a partir de una r�plica visual del objeto.�La naturaleza de la imagen proyectada desde un holograma depende del �ngulo, intensidad y frecuencia (color) del l�ser.


La frecuencia determina qu� informaci�n puede ser accedida.�Si el holograma es grabado con un l�ser rojo, un l�ser verde fallar� en producir una imagen.�M�ltiples im�genes pueden ser codificadas en un holograma, cada una provocada por un l�ser de color correspondiente de l�ser.�

El �ngulo y la regi�n de iluminaci�n decide qu� informaci�n en particular de la gama disponible se ha seleccionado para su proyecci�n.�En el caso de la pel�cula hologr�fica, la imagen proyectada gira con una rotaci�n en �ngulo del l�ser de incidencia, o cambia a una imagen diferente si el l�ser brilla sobre una parte de la pel�cula en la que se registr� un objeto diferente.

El �ngulo y la posici�n son los dos tipos de fases, por lo que es la fase la que selecciona a partir de un rango dado qu� imagen proyectar�.


Por �ltimo, la intensidad de la iluminaci�n (amplitud de la onda) determina el grado de fidelidad en la imagen proyectada.�Cuanto mayor es la amplitud, m�s precisa y completa es la informaci�n decodificada.


El proceso hologr�fico tiene paralelos metaf�sicos.�La mente del Creador corresponde a la fuente l�ser, los arquetipos corresponden a los objetos registrados, y la matriz de la existencia corresponde a la pel�cula fotogr�fica.�

De ello se desprende que nosotros, como unidades individuales de conciencia, somos el l�ser iluminador.�El color del l�ser es la frecuencia de nuestras emociones, su fase nuestros patrones de pensamiento, y su amplitud nuestro nivel de intenciones.


As� como color del l�ser determina la capa de la informaci�n hologr�fica accesible, asimismo nuestra naturaleza emocional determina el rango arquet�pico de la experiencia accesible.�De este rango, nuestros pensamientos determinan el �ngulo de fase particular desde donde se experimenta este arquetipo.�Y la fuerza de nuestra intenci�n determina la precisi�n y de cu�n claramente se manifiesta.


Esta no es una met�fora;�el universo es, en efecto hologr�fico.�Pero tambi�n es fractal�como se ha mencionado brevemente.

Un fractal es infinitamente complejo y permite enfocar hacia adentro o hacia afuera sin l�mite.�Cada nivel de enfoque (zoom) hacia adentro es un subconjunto de todos los zooms anteriores.�

En nuestro estado actual, estamos enfocando en el fractal y percibiendo este movimiento como un avance hacia el futuro.�Y, naturalmente, el futuro es un subconjunto de todos los futuros probables anteriores, aunque la verdad, el tiempo es ilusorio porque todos los niveles del fractal existen simult�neamente.

Una vez m�s, este fractal es hologr�fico, nosotros iluminamos porciones del mismo, de acuerdo con nuestra naturaleza emocional,� pensamientos e intenci�n.

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Reinos


Pero nuestra naturaleza emocional es compleja y las frecuencias que la componen son numerosas.

Por lo tanto nuestra conciencia vibra con un espectro de frecuencias y, por consiguiente accede desde el holograma un espectro de arquetipos experienciales. Cada persona tiene un espectro vibratorio �nico, aunque diferentes individuos pueden compartir ciertas frecuencias.�

Este espectro identifica no s�lo la composici�n alma, sino tambi�n el propio camino �nico de aprendizaje en la vida.�Nuestro temperamento refleja nuestra naturaleza del alma y determina el reino de nuestras experiencias.


Los reinos�son los mundos personales que habitamos, nuestra esfera de influencia, rango de percepci�n, y regi�n de actividad.�Son �reas espec�ficas del holograma que se iluminan de acuerdo con nuestro espectro vibratorio, nuestro ser, nuestra esencia.

Cada individuo proyecta y ocupa un territorio �nico, pero no necesariamente independiente; algunas frecuencias son m�s o menos compartidas y dan cuenta de la realidad consensual y experiencias mutuas.

Por lo tanto, los reinos pueden cruzarse, sustituirse, o ser subconjuntos de otros reinos.

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Reinos como Temas de Experiencia

Los habitantes de dos reinos que se cruzan inevitablemente cruzan caminos e intercambian lecciones.�

Estas lecciones son de una naturaleza arquet�pica determinadas a qu� parte del holograma ambos reinos com�nmente tienen acceso.


Cuando un reino es el subconjunto de otro, aquellos ocupando el reino superior plenamente comprender�n y percibir�n a aquellos del reino m�s limitado, pero no al rev�s.

La diferencia puede ser peque�a entre el profesor y el estudiante o adulto y un ni�o, o grande entre el hombre y el animal o el ser hiperdimensional y el hombre.�Las peque�as diferencias dan cuenta de las diferencias en el nivel de comprensi�n mientras que las grandes diferencias entre los reinos dan lugar a diferencias de percepci�n. Esto simplemente significa que uno tiene un espectro vibratorio que comprende y supera al otro.


A veces dos reinos son independientes, compartiendo poco, pero la m�s fundamental de las frecuencias.�Por ejemplo, dos personas pueden compartir las frecuencias m�s bajas coloc�ndolas en el mismo plano f�sico, pero su diferencia en la trayectoria de vida har� de cada uno un car�cter insignificante y sin importancia en la vida del otro.�Pueden cruzarse, pero s�lo de un modo superficial.

Y si se ven obligados a interactuar o comunicarse, podr�a haber malentendidos mutuos y falta de inter�s en el mejor y aversi�n o confrontaci�n en el peor.�Cuando la diferencia entre los reinos es extrema, los seres de cada reino ni siquiera pueden percibirse f�sicamente entre s�.


Los reinos�son algo as� como guiones de cine, cada persona es la estrella de su gui�n, pero todos los guiones, incluyen a otros como personajes principales, secundarios o de fondo.�Cuanto mayor es la congruencia entre dos reinos, m�s importante es el papel desempe�ado por cada personaje en el otro gui�n.

La importancia de un personaje no est� determinada por la frecuencia con la que interactuamos con ellos, sino que cu�n significativo lo hacemos.�Podemos cruzar caminos con un personaje de fondo todos los d�as, tal vez un vecino o un compa�ero de trabajo y no dejan m�s que una impresi�n descolorida en nuestras almas.

Otros podemos encontrarlos s�lo una vez en la vida durante una experiencia tan significativa que nos marca de por vida.

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Limitaciones perceptivas


Los reinos�tambi�n significan los l�mites de nuestra percepci�n.

A veces no podemos ver el punto que otro est� tratando de hacer, o no podemos entender por qu� hacen lo que hacen, lo que indica que nuestro reino no se extiende hacia ciertas regiones del holograma con las que ellos est�n familiarizados.�As�, en un nivel mundano, los reinos delinean aquello con lo que usted puede identificarse y notar.


En un nivel m�s significativo, los reinos definen lo que usted tiene capacidad de percibir; es posible que otro ser est� tan lejos de su reino que ni siquiera lo puede percibir y viceversa.�Esto es para seres cuyos reinos son independientes entre s�.


En cuanto a los seres que ocupan aquellos reinos de los cuales el suyo es un peque�o subconjunto,�los seres hiperdimensionales, por ejemplo, est�n normalmente fuera de su rango de percepci�n, pero pueden optar por manifestarse visiblemente, proyectando su conciencia en una estrecha banda de vibraci�n que coincide con la suya.�

Este concepto es f�cil de entender si se tiene en cuenta la interpretaci�n mundana de "reino".

Cuando se encuentra con alguien cuyo reino es un subconjunto de los suyos, por ejemplo un ni�o peque�o que a�n tiene que aprender las lecciones que usted ya ha aprendido, usted puede elegir simplificar el lenguaje y la comunicaci�n a su nivel.�

A menudo, esto requiere el uso de met�foras que ellos pueden comprender. Asimismo�las entidades hiperdimensionales�se envuelven en formas visuales que nosotros podemos comprender.

Estas formas visuales son expresiones alternativas de sus arquetipos vibratorios, as� como las met�foras son expresiones alternas de significado.

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Futuros Probables

[Si la f�sica le da dolor de cabeza, vaya directamente a "Metaf�sica de la Din�mica de los Reinos"]


La f�sica cu�ntica�define una funci�n de onda como un campo de probabilidad.�Cuando se especifica como una ecuaci�n, puede dar informaci�n acerca de la probabilidad de que una part�cula subat�mica, por ejemplo un electr�n, estar� en una determinada posici�n o estado de energ�a, cuando es medido.

Las funciones de onda pueden ser pensadas como una nube de posibilidades de las cuales s�lo una posibilidad se manifiesta cuando es observada.�Es una peque�a regi�n del holograma universal desde donde es proyectado un �ngulo de informaci�n.�Las funciones de� las ondas cu�nticas son la base f�sica de los "reinos" y los reinos definen el alcance de nuestras funciones de onda personales.

A diferencia de los electrones, nosotros somos incre�blemente complejos, y la funci�n de onda de nuestro ser es mucho m�s rica en su composici�n que la de cualquier part�cula subat�mica.�Sin embargo, los principios de la�f�sica cu�ntica�son tan v�lidos para nosotros en el reino macrosc�pico como para los electrones en el reino subat�mico.

En la escala macrosc�pica estos principios cu�nticos se manifiestan como principios de la din�mica reino.

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Fase de Selecci�n


Cuando una part�cula subat�mica se mide en el laboratorio, su funci�n de onda bloquea la fase con la funci�n de onda del instrumento.

Quien sea que lea el instrumento bloquea fase con su funci�n de onda y al final, la part�cula observada, instrumento, y observador, todos ocupan la misma realidad teniendo cero fase de diferencia entre ellos.

Esta fase es una cantidad f�sica y es com�nmente llamada "fase geom�trica" ​​o "baya fase" o "fase de Aharonov-Bohm" (diferentes nombres para la misma fase en diferentes situaciones).�Esta fase no es m�s que la alineaci�n f�sica de la funci�n de onda.�Para repetir, para que dos cosas compartan la misma realidad e interact�en causalmente entre s� deben tener cero diferencia de fase entre ellos.


En�la din�mica de los reinos, la situaci�n es un poco m�s compleja.�La fase geom�trica no dice nada acerca de las caracter�sticas de la conciencia.�Para eso necesitamos la fase esot�rica.�Matem�ticamente hablando, mientras que la fase geom�trica es real, la fase esot�rica es imaginaria.

Metaf�sicamente hablando, mientras que la fase geom�trica es una propiedad de la materia, la fase esot�rica es puramente una propiedad de la conciencia.

Las fases geom�trica y esot�rica son solo los componentes reales e imaginarios de una fase "cuaterni�n", caracterizando la alineaci�n de las funciones de onda tanto mentales como materiales.


Para entender el papel de las fases esot�ricas y geom�tricas en el contexto del principio hologr�fico, recuerde c�mo la imagen proyectada desde un holograma �ptico depende del �ngulo del l�ser, su frecuencia, y d�nde en el holograma brilla este l�ser.


La fase geom�trica de la f�sica cu�ntica es simplemente el �ngulo de iluminaci�n.�S�lo es importante despu�s de que la frecuencia y la regi�n de iluminaci�n ya han sido seleccionadas.�As� como la selecci�n del �ngulo del l�ser determina el �ngulo de visi�n de la imagen final, as�, seleccionando la fase geom�trica precipita un estado observable a partir de una funci�n de onda.

�Qu� hay de la regi�n de iluminaci�n y frecuencia del l�ser? �stos corresponder�an a la fase esot�rica.�

Los pensamientos, las emociones y la intenci�n forman la fase esot�rica para determinar qu� parte del holograma se ilumina, esto especifica el propio reino.�La fase geom�trica entonces selecciona qu� experiencias tangibles manifiesta desde el determinado rango de futuros probables.

Para que la mente experimente un futuro probable espec�fico, debe obtener a la vez el enganche de la fase esot�rica y geom�trica.�En conjunto, las fases geom�trica y esot�rica determinan d�nde estamos situados en el fractal hologr�fico universal en cualquier momento en el tiempo.

Nuestro reino es por lo tanto una funci�n de onda que se extiende desde esta ubicaci�n esf�rica hacia el exterior en todas las direcciones del espacio, el tiempo y dimensi�n.

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Electromagnetismo y el Aura


La fase geom�trica es sensible a los campos sub-electromagn�ticos, conocidos como campos potenciales.

Estos son los bloques de construcci�n de los campos el�ctricos y magn�ticos y son comparativamente m�s simples en estructura.�Mientras que los campos magn�ticos son an�logos a un paquete de v�rtices de agua, los campos potenciales son m�s parecidos a las corrientes de agua.�

Al desenroscar un campo magn�tico uno puede generar un llano campo potencial capaz de cambiar la fase geom�trica de un electr�n, por ejemplo.�Existe la tecnolog�a para crear estos campos y permitir la manipulaci�n de la fase geom�trica.


La fase esot�rica�s�lo puede ser modulada por�campos superpotenciales, que son incluso m�s simples en estructura que los campos potenciales.�Mientras que los campos potenciales son como las corrientes de agua, los campos superpotenciales representan el agua misma.�S�lo dos cosas son capaces de generar y manipular tales campos: la conciencia y ciertas tecnolog�as hiperdimensionales.


Los seres conscientes� irradian campos potenciales y superpotenciales�conteniendo varios patrones, vibraciones, e intensidades paralelas a la regi�n de iluminaci�n del l�ser, la frecuencia, y el brillo.�

Este campo sub-electromagn�tico se extiende esf�ricamente hacia el exterior en el holograma universal, iluminando las regiones dentro de la proximidad f�sica, temporal y dimensional.�Este capullo brillante define el reino de uno.


La porci�n de este campo multidimensional intersectando nuestro plano f�sico se conoce como�el aura.�El aura�es una combinaci�n de campos potenciales y superpotenciales emitidos por entidades vivas y sirviendo como una matriz de interfaz entre la conciencia de origen y el entorno externo. Los instrumentos est�ndar no pueden detectarlo porque los campos que componen el aura son estructuralmente m�s simples que los campos electromagn�ticos.

Se necesita tecnolog�a especializada, algunas de las cuales han sido patentadas y el resto restringidas de su uso por avanzadas facciones militares y alien�genas.


El aura�es un campo de resonancia que codifica qu� regi�n del holograma es accesible para el bloqueo de fase y por lo tanto qu� experiencias son atra�das.�Hasta cierto punto, el aura mapea la funci�n de onda de uno y el reino.�Se disminuye linealmente con la distancia, causando que los reinos sean a menudo f�sicamente localizados.�Esta es la raz�n por la cual la vibraci�n de una persona o un lugar se hace evidente s�lo cuando uno est� lo suficientemente cerca.

Pero debido a que el aura es s�lo el componente f�sico, aunque sutil, de todo el campo vibratorio y el resto estando en un espacio imaginario, los reinos tambi�n pueden extenderse a trav�s de la mente-espacio y caer con el grado de proximidad consciente.�

Dos personas m�s all� del alcance del rango del aura de cada uno a�n podr�an compartir sus reinos a trav�s de proximidad mental y emocional.�Las relaciones de larga distancia o foros de discusi�n en Internet son algunos ejemplos.


En resumen, se podr�a decir que el aura es un campo sub-electromagn�tico que atrae temas de experiencia, pero no selecciona expl�citamente cual experiencia particular, manifiesta.

Esta �ltima se deja a elecci�n personal y circunstancia.

Los elementos arquet�picos dentro de la conciencia se convierten en patrones simb�licos en el aura que resuenan y atraen experiencias correspondientes desde el holograma universal.


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Metaf�sica de la Din�mica de los Reinos


Con la f�sica de la din�mica de los reinos detr�s de nosotros, estamos listos para examinar la metaf�sica.

Como se ha explicado,�la conciencia�genera un campo que resuena y atrae experiencia significativa.�Pero lo que es significativo para una persona puede ser noticia vieja para otra.�De ah� que sus vibraciones del alma esbozan su camino de aprendizaje emocional - cuales secuencia de experiencias son significativas y tienen suficiente carga emocional para catalizar su crecimiento espiritual.

Las emociones como sabemos son motivadores sustitutos.�Esto significa que nos empujan a hacer aquello que est� m�s all� de nuestra motivaci�n normal.�Sin emoci�n, hacemos s�lo aquello que est� dentro de nuestra comprensi�n y programaci�n hacer.�Ese es nuestro estado natural de ser, nuestro reino en equilibrio.


Cuando somos felices, sonre�mos y nos volvemos m�s animados que de costumbre, y nuestro reino moment�neamente se extiende ligeramente a lo largo de esa direcci�n.�Cuando estamos enojados, podemos lanzar insultos u objetos y nuestro l�mite de reino tambi�n se deforma para reflejar y reforzar esas acciones y sus consecuencias.


As�, las�emociones alteran los l�mites de reino�iluminando moment�neamente regiones nuevas del holograma. Tambi�n influyen en qu� reinos ocupamos.�

Como se afirma en�Mensajeros del Alba, las emociones nos pueden llevar a otras dimensiones.�Mudarse a un estado� de un reino diferente puede ser simple como cambiando su actitud y con ello accediendo a una secuencia de experiencias felices o tan profundo como� cambiarse fuera de esta realidad a una densidad superior.

Cuando el l�ser cambia de color, saca partes del holograma que antes eran inaccesibles.


El crecimiento espiritual es la expansi�n sin fin del propio reino para abarcar los aspectos m�s profundos y amplios del holograma, para aumentar la vitalidad y la fuerza de nuestro ser.�

Esto implica enriquecer y ampliar el espectro vibratorio de uno y aumentar la intensidad de la iluminaci�n.�Cuanto m�s rico es el espectro, m�s cerca se mueve hacia la luz blanca que contiene todos los colores, significando esto que est� llegando m�s cerca� la conciencia para unificarse con el holograma y la Fuente que lo grab�.


Cuando estamos necesitando una lecci�n, nuestro espectro vibratorio est� careciendo de ciertas frecuencias, el aura carece de un patr�n particular.�Si a nuestro espectro vibratorio le falta un componente, no hay nada dentro de nosotros que repela, a trav�s de la disonancia, el componente correspondiente en el holograma.

As� que nosotros esencialmente permitimos la manifestaci�n lo que m�s necesitamos experimentar.


Dicho de otra manera, en el equilibrio, nuestros l�mites del reino contienen �reas que faltan en la que caben correspondientes futuros probables.�Estos futuros probables contienen experiencias significativas cuyo componente emocional es suficiente para alimentar la expansi�n de nuestra frontera del reino y llenar el vac�o.

Una vez que una lecci�n que se ha aprendido, el nuevo estado de equilibrio ya no invita a esos tipos de experiencias porque la brecha est� llena, pero al fallar en aprender la lecci�n deja el espacio un poco m�s amplio que antes.�Esto es por qu� el no aprender una lecci�n la primera vez hace que se repita de varias formas de creciente gravedad.


Diferentes personas pueden aprender la misma lecci�n de maneras diferentes, ya que cada persona tiene una trayectoria �nica de aprendizaje emocional.

Qu� experiencias son importantes para uno puede ser incomprensible o innecesariamente duro para otro.�De c�mo se manifiesta el arquetipo de lecci�n como experiencia depende de la capacidad de respuesta emocional del individuo en cuesti�n.�Algunos aprenden mejor con la compasi�n y la alegr�a, otros con miedo y dolor - lo que sea m�s eficiente como motivador sustituto.

Cada emoci�n tiene una frecuencia determinada (una oscilaci�n en la fase esot�rica) y como el l�ser accediendo a una capa hologr�fica en particular de acuerdo con su frecuencia, las personas con diferentes temperamentos tienen acceso a las diferentes capas del holograma y de ese modo atraen diferentes futuros probables para cualquier arquetipo de lecci�n dado.�

Por lo tanto, es el temperamento el que m�s influye significativamente en la naturaleza de las propias experiencias personales.�El temperamento es simplemente una actitud de vida y clima emocional, el espectro de frecuencias en las que el alma, en su estado actual, naturalmente, puede resonar.�Mide nuestra capacidad de respuesta a las oportunidades de aprendizaje.�Podemos colocar temperamento en una escala con reactividad programada en el extremo inferior y actividad consciente en el extremo superior.�


Los temperamentos que son neur�ticos, paranoicos, preocupados, temerosos, enojados u hostiles son impl�citamente reactivos.�El espectro de resonancia asociado a su alma est� centrado en las frecuencias m�s bajas, cerca de la materia f�sica.�

La materia es perfectamente reactiva y determinista, para cada acci�n hay una reacci�n igual y opuesta.�Las personas con bajas frecuencias vibratorias son altamente reactivas y a merced de las influencias externas.


Los temperamentos que son tranquilos, observadores y perspicaces son�activos�en lugar de�reactivos,�porque la conciencia y el libre albedr�o subyacente responde a la experiencia.�Las asociadas frecuencias de resonancia del alma son m�s altas en la escala, m�s cercanas a aquella de la conciencia pura.�

En contraste con las reacciones, las acciones son no deterministas ya que se derivan de verdadera elecci�n en lugar de ser el efecto de una causa determinada.


La escala de�reactividad absoluta�a�la actividad absoluta�est� limitada por la materia en el extremo m�s bajo y la conciencia infinita en el extremo m�s alto.�Nosotros, como individuos estamos en el medio, nuestra ubicaci�n est� determinada por nuestro camino de aprendizaje emocional.�Por lo tanto el espectro de vibraci�n nuestra alma mide d�nde nos encontramos en el gran ciclo de evoluci�n espiritual.


Las personas que pisan el camino de la reactividad requieren catalizadores relativamente abrasivos para ponerlos en movimiento.

Pero debido a que cada experiencia de aprendizaje ofrece una elecci�n en c�mo proceder, siempre existe la oportunidad de subir la escala de frecuencia y ser m�s consciente y menos reactivo, que a su vez hace menos abrasivas las experiencias de vida.

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Decisiones colectivas y lecciones


Cuando la gente se re�ne en proximidad mutua, f�sica o mental, sus campos vibratorios se suman para producir un campo colectivo resonando fuertemente en frecuencias compartidas entre ellos.

Las lagunas en este campo invitan a clases colectivas y experiencias.�Este campo colectivo se refuerza a s� mismo, ya que ejerce repulsi�n a cualquier persona o cosa cuyo espectro sea disonante con la frecuencia colectiva.�Por ejemplo, las personas que entran en el campo o bien ser�n repelidos o atra�dos, dependiendo de cu�n cerca coincidan sus perfiles auricos con el del colectivo.


Las ciudades y los barrios son ejemplos de grupos f�sicos que generan un campo colectivo cuya intensidad disminuye con la distancia f�sica.

Acercarse demasiado a un �rea con vibraciones muy disonantes a la propia puede evocar sentimientos de desasosiego, asfixia, o p�nico, entrar en zonas con vibraciones resonantes invitar� a los sentimientos de comodidad y vitalidad.


A veces la gente se traslada a un lugar particular porque proporciona los futuros probables necesarios que catalizan la evoluci�n personal.�Pero una vez que los catalizadores se han agotado, las lagunas del l�mite del reino anteriormente invitando a rellenarse con esas experiencias, causan disonancia.�Esta disonancia autom�ticamente es evocada a partir de los variados catalizadores del holograma para la separaci�n.�

En otras palabras, cuando es hora de que alguien se mude a un lugar m�s fruct�fero, se manifiestan eventos improbables para forzar la reubicaci�n.


Cuando la disonancia es d�bil entre el individuo y el grupo, la repulsi�n puede manifestarse como malestar emocional o apat�a, cuando es fuerte, la fricci�n puede encender fuego emocional a trav�s de experiencias negativas que catalizan la ruptura de la interacci�n f�sica o mental entre los elementos disonantes.

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Guerras de Frecuencia


Por debajo del umbral de la conciencia ordinaria, las "guerras frecuencia" tienen lugar entre grupos que compiten en el mismo entorno f�sico o mental.

Cuando sutil, estas batallas tienen lugar, no tanto con confrontaci�n, como con el establecimiento de frecuencias dominantes que agobian y subconscientemente repelen el lado opuesto.�Debido a que la amplitud de vibraci�n es el factor decisivo, unos pocos individuos con bajas vibraciones, pero fuertes pueden invadir un grupo m�s grande con vibraciones superiores, pero m�s d�biles, o al menos amortiguar sus frecuencias y, por tanto arrastrarlas hacia abajo.�


Los tableros de mensajes de Internet son ejemplos de grupos mentales cuyos campos colectivos disminuyen con la distancia mental.�Como se se�al� anteriormente, la distancia mental implica que cuanto menos se invierte la energ�a emocional y la concentraci�n mental en un grupo en particular no f�sico como un foro, cuanto menos se siente su campo colectivo.

Por ejemplo, toma s�lo unos pocos individuos muy "negativos" o fragmentados unirse e infectar un tablero de mensajes si el miembro es inconsciente y d�bil en su vibraci�n.�Ellos no tienen que ser violentos u hostiles, s�lo firmes y fuertemente arraigados en sus bajas vibraciones.

Otros miembros pueden interpretar los sentimientos crecientes de apat�a emocional o inquietud como propios y retirar sus fuerzas del campo colectivo por falta de entusiasmo, lo que permite que domine una baja vibraci�n y repela a todos los miembros presentes y futuros de inclinaci�n positiva.�Y si la disonancia es especialmente fuerte, una visible confrontaci�n estallar� y forzar� la expulsi�n de individuos disonantes con lals vibraciones dominantes del reino colectivo.


Pero estos son s�lo�reflejos microsc�picas�o�din�mica de subconjunto de reino� de una guerra de mayor frecuencia teniendo lugar entre las�fuerzas hiperdimensionales�de opresi�n y liberaci�n.�

Los seres hiperdimensionales est�n m�s all� del tiempo lineal y lo que es para nosotros una gama de futuros posibles, presentes, pasados es simult�neamente su territorio nativo.

Ellos poseen un mayor grado de libertad que nosotros navegando por el holograma.

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Guerras Hiperdimensionales


Las guerras f�sicas utilizan la fuerza f�sica para lograr avances en el territorio f�sico.

Pero una�guerra hiperdimensional�se libra en un campo de batalla hiperdimensional extendi�ndose hacia adelante y hacia atr�s en el tiempo y hacia los lados a trav�s de dimensiones paralelas.�

Nuestras vibraciones del alma y el reino que elegimos ocupar determinan qu� futuros probables accedemos, o alternativamente, a que territorio hiperdimensional nos conectamos y reforzamos de ese modo.�La guerra hiperdimensional es ampliamente combatida�a trav�s de nosotros, a trav�s de las frecuencias que elegimos sostener.


Para cualquier arquetipo de lecci�n, una variedad de experiencias son viables para el aprendizaje.�Los caminos de baja frecuencia atraen m�s crudas experiencias que las trayectorias de mayor frecuencia.�Por ejemplo, una lecci�n individual o colectiva sobre la independencia puede requerir el dolor de la esclavitud por el camino inferior mientras que la victoria sobre la tiran�a puede ser suficiente para las trayectorias m�s altas.

S�lo el primero es ventajoso a la tiran�a.�Por lo tanto las�fuerzas hiperdimensionales�de opresi�n tienen de un inter�s fundamental en la reducci�n de la frecuencia de aquellos que quieren esclavizar, a fin de que los esclavizados atraigan subyugaci�n como su modo preferido de aprendizaje.


Esta es la raz�n por la cual las fuerzas hostiles a menudo parecen respetar el libre albedr�o - requieren que los objetivos est�n dentro de un ancho de banda de frecuencia de resonancia determinada a la suya antes de que puedan bloquear y manipular de manera causal.�

Recuerde que el bloqueo de fase es necesario para que las dos cosas interact�en causalmente, para que las sutilezas de la din�mica del reino hiperdimensional se evaporen y dejen s�lo las leyes f�sicas de causa y efecto.

Al resonar dentro de su espectro de frecuencias, usted de adentra en su territorio hiperdimensional y adquiere la capacidad de dominar f�sicamente.

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Din�mica de reinos de abducciones


Las abducciones�son un buen ejemplo.

Hay un sinn�mero de personas, incluido yo mismo, que hemos sido blanco para la eliminaci�n.�La pregunta es �por qu� los secuestradores no se limitan a matar a sus objetivos.�A veces lo hacen, pero s�lo porque a veces pueden hacerlo.


Los individuos ocupando una�vibraci�n de alma de baja como el�personal militar�o los individuos extremadamente paranoicos�est�n lo suficientemente dentro del espectro vibratorio adecuado para ser abducidos y mutilados o consumidos.�

Lo mismo puede decirse de los individuos cuyas�auras son d�biles, como es el caso de�los toxic�manos cr�nicos (drogadictos).�Adem�s, las auras de los ni�os peque�os no est�n completamente formadas, porque el alma no se ha asentado completamente en el cuerpo, por lo que sus reinos son mucho m�s f�ciles de penetrar que los de los adultos.

Los secuestros tienen lugar con mayor frecuencia durante la infancia, cuando la mente es maleable y el reino f�cilmente traspasado, permitiendo la instalaci�n oportuna de los sistemas de programaci�n mental.


Como se ha mencionado, la frecuencia m�s baja del alma es la que nos mantiene conectados al plano f�sico e interactuando causalmente entre s�.�

Las abducciones emplean tecnolog�a hiperdimensional de teletransportaci�n�que moment�neamente lo saca a uno del plano f�sico.�Esto presenta ciertos problemas para los secuestradores, ya que el camino m�s viable para la fase de sincronizaci�n debe ser moment�neamente abandonado.�

Esto corta el hilo de la causalidad que de otro modo proporcionar�a una clara l�nea de continuidad entre la elecci�n encarnativa del individuo a someterse a las leyes de la fisicalidad y la incidencia final en manos de los secuestradores.


La manipulaci�n por lo tanto debe ocurrir a trav�s de las aberturas m�s sutiles en los l�mites del reino, a trav�s de diversas vulnerabilidades espirituales, psicol�gicas y emocionales del individuo.

As�, el m�todo preferido de la manipulaci�n es la programaci�n mental.�En un nivel superior, el individuo permite la explotaci�n de sus debilidades, porque siempre hay una posibilidad marginal para el aprendizaje de una lecci�n y el parcheo de la debilidad.

Por ejemplo,�la programaci�n mental�es permitida s�lo porque el individuo puede, a trav�s del auto-control y auto-observaci�n, volverse cada vez m�s centrado y consciente si �l o ella elige ser activo y no reactivo.�

Cada experiencia atra�da puede mover hacia arriba o hacia abajo la escala de frecuencia en funci�n de c�mo se elige percibir y utilizar estas experiencias.�Es lamentable, sin embargo, que muchos abducidos sucumben y en alg�n nivel eligen el camino de la manipulaci�n posterior e incluso la muerte.


Es peligroso llegar a la proximidad f�sica de una base subterr�nea porque uno est� entonces lo suficientemente cerca para ser f�sicamente secuestrado sin el uso de la teletransportaci�n.�El hilo de la causalidad se mantiene intacto y ofrece a los secuestradores mayor libertad en el manejo de la meta.�

En los casos m�s afortunados en los que el individuo tiene suficiente defensas residuales�no causales�para evitar las peores consecuencias, pero mucho m�s se puede hacer durante esos secuestros que a trav�s de procedimientos m�s convencionales que implican la teletransportaci�n a grandes distancias.

Estas oportunidades son frecuentemente utilizadas para instalar nuevo "hardware" y "software", tal vez implantes y sistemas subconscientes de codificaci�n proporcion�ndoles facilidad de programaci�n a distancia a modo que futuros secuestros no sean necesarios.

Las facciones militares/gubernamentales est�n muy interesados ​​en esta tecnolog�a.�Les permite enviar se�ales de programaci�n de objetivos a distancia en cualquier momento y en cualquier lugar.�No es raro para los secuestrados que sean hipn�ticamente programados para viajar a un lugar peligroso donde pueden ser f�sicamente secuestrados.

As� que a pesar de las limitaciones de los reinos, las fuerzas hostiles son expertas en aprovechar sus recursos.

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Atractores negativos


El grado en el que las�fuerzas hiperdimensionales�negativas se manifiestan tangiblemente en la vida var�a con la resonancia.

Algunas personas est�n m�s en sinton�a con las vibraciones de baja frecuencia y experimentan la presencia de entidades negativas mucho m�s objetivamente que aquellos cuyas vibraciones est�n principalmente en otras partes del espectro, �stas �ltimas encuentran las fuerzas hostiles mucho m�s subjetiva, fugaz, y ambiguamente.


Los�grandes atractores de fen�menos relacionados con alien�genas�son,

  • el miedo

  • la paranoia

  • el nerviosismo

  • la obsesi�n

Estas son las caracter�sticas de frecuencias m�s bajas que lo hacen a uno reactivo, f�cilmente previsible, y por lo tanto f�cilmente controlable.�Los abducidos que sufren la variedad m�s indudable de encuentros con entidades hostiles suelen ser neur�ticos, obsesivos, temerosos, y / o paranoicos.


Se podr�a argumentar que el tener experiencias objetivas de car�cter horripilante lo har�a a uno neur�tico, pero estas experiencias no son m�s que el resultado final de un ciclo vicioso de frecuencia� atrayendo la experiencia, y la experiencia polarizando la propia frecuencia.

En cada vuelta del ciclo hay opci�n de recuperar el control de las propias emociones y la reactividad a trav�s de la pr�ctica de la indiferencia, la tranquilidad, y una actitud positiva.


Pero algunos de los secuestrados son resistentes, disfrutan de sentirse "elegidos", y no est�n a favor de poner fin a sus encuentros con alien�genas.�O tal vez simplemente no pueden escapar de sufrir las consecuencias k�rmicas de las elecciones en esta vida o en las anteriores, tales como�hacer un pacto con el lado oscuro.

El hilo causal establecido por dicho pacto es dif�cil pero no imposible de cortar, hacerlo implica renunciar a los acuerdos anteriores y elevar la propia frecuencia y conciencia.

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Depresores de los Reinos

Manteniendo constantemente una frecuencia elevada de alma�es absolutamente esencial para mantenerse fuera de problemas.

Pero esto requiere esfuerzo, porque estamos inmersos en campos ambientales que pueden sesgar los nuestros.�Algunos de estos campos son de origen�astrol�gico� y fluct�an con los diferentes ciclos lunares y planetarios.�Otros ejemplos son los reinos colectivos generados por las reuniones f�sicas o mentales de los individuos.


Si estos campos son lo suficientemente fuertes pueden arrastrar las vibraciones del alma de las personas dentro de su alcance.�Por ejemplo,�la luna genera un campo de baja frecuencia extremadamente fuerte en el lapso de unos pocos d�as de luna nueva o llena, y esto sesga negativamente los temperamentos de las personas vulnerables a su influencia.�La reactividad se eleva y las lecciones de car�cter emocional muy abrasivas tienden a aumentar en torno a estos d�as.


No todos estos campos de influencia son naturales. Unos pueden ser tecnol�gicamente generados v�a la fluctuaci�n de campos potenciales y superpotenciales. Por ejemplo, puede ser posible para torres de microondas para triangular ondas electromagn�ticas permanentes cuyos componentes de sus campos magn�ticos y el�ctricos se cancelan, dejando s�lo un potencial campo oscilante capaz de suprimir el aura y exacerbar la sensibilidad emocional.

La rejilla conductora formada por�las estelas qu�micas�tambi�n puede crear vibrantes campos potenciales que suprimen el equilibrio mental y emocional, as� como la integridad �urica de las poblaciones irradiadas.

A veces no es necesario usar tales m�todos avanzados... a menudo m�todos m�s crudos para manipular el pensamiento y las emociones son empleados que simplemente tiran fuera de balance los niveles neuroqu�micos y hormonales.

Sin embargo, es importante recordar que la frecuencia de alma temporalmente puede caerse cuando es dominada por campos ambientales sub-electromagn�ticos, como cuando uno est� dentro de la proximidad mental o f�sica de una fuente de frecuencia baja.

Desde luego es posible rechazar tales influencias si uno es suficientemente consciente, vitalizado, y centrado. Cuando los campos de frecuencia ambientales bajos se amplifican, se siente como si alguien hubiese levantado la "gravedad" y es necesaria m�s fuerza para quedarse erguido y equilibrado.

Es posible que durante tales tiempos conectarse mentalmente con una esfera de frecuencias m�s altas y por lo tanto permanecer centrado.�Esto requiere una meditaci�n interior y la contemplaci�n de ideales m�s altos y arquetipos.


Otras fuentes de�depresores de frecuencia�incluyen:

  • tormentas

  • escaramuzas ps�quicas directas entre facciones hiperdimensionales

  • proximidad f�sica a sus naves

  • ataques ps�quicos

  • presencia inmediata de entidades astrales demon�acas o formas de pensamiento negativas

Los ataques ps�quicos requieren que una entidad use la intenci�n meterse dentro de la proximidad mental de un objetivo y desatar una andanada de energ�a de baja frecuencia.

Estos intentos de dominar el propio campo del blanco y lograr el bloqueo de fase, despu�s de lo cual pueden proceder las formas causales de da�o (tal como se especifica a trav�s de la visualizaci�n).


Las tormentas el�ctricas�son reflejos f�sicos de la tensi�n y la liberaci�n asociada con el reino de la disonancia y la separaci�n, por lo tanto la cl�sica asociaci�n entre tempestades emocionales y los tipos atmosf�ricos.�Precediendo a este tipo de tormentas, los bajos campos de energ�a de frecuencia se intensifican.�(
Wilhelm Reich�llam� a esta energ�a "org�n mortal.")

A menudo, este arquetipo de conflicto se extiende hacia los�reinos hiperdimensionales�y se correlaciona con las batallas que tienen lugar en otras dimensiones, cuyos efectos se derraman en nuestro reino, por lo que nuestras experiencias personales a menudo reflejan "las batallas entre los dioses".

Curiosamente, ya sea si sucumbimos a las frecuencias m�s bajas o elegimos "capear el temporal" puede afectar el resultado de esas escaramuzas hiperdimensionales.

Para que un reino influya en el otro requiere un cierto grado de entrelazamiento mutuo. Algunas nubes reflejan la presencia de�naves hiperdimensionales�flotando m�s all� del velo dimensional.


Estas nubes tienden a ser de formas geom�tricas.�

Las Naves-Nubes pertenecientes a entidades oscuras irradian un intenso campo de baja frecuencia que puede inducir sentimientos de fatalidad o agresi�n en la poblaci�n abajo y un extra�o comportamiento defensivo en los animales.

Mientras m�s oscura es la energ�a, m�s presagios trae la nube y� m�s violentas las tormentas que se precipitan.

Estas naves tienden a reunirse cerca de los puntos cr�ticos en la l�nea de tiempo donde la realidad es m�s f�cilmente influenciada en su beneficio.�

Al acercarse lo suficiente al lugar y la hora de una "interesante" regi�n del holograma, las entidades oscuras pueden leer con mayor precisi�n las trayectorias locales de futuros probables y calcular las manipulaciones que son necesarias para asegurar un futuro probable m�s devastador.

En el caso de los desastres humanos, esto ayuda a la mayor�extracci�n de energ�a de fuerza vital.

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Energ�a


Las interacciones causales implican intercambios de energ�a.

Para que dos reinos intercambien energ�a� deben compartir cierto grado de resonancia.�Cuanto m�s d�bil es la resonancia, m�s energ�a se necesita para que las entidades de un reino a afecten directamente a los de otro.

Las entidades negativas no est�n por lo general en plena resonancia con sus objetivos y por lo tanto limitados en lo que pueden hacer directamente a ellos.�Sin embargo, con energ�a adicional ellos pueden compensar la resonancia d�bil e impactar reinos que de lo contrario est�n m�s all� de su influencia.


Esta energ�a se conoce como�loosh, id�ntica a:

  • la energ�a de fuerza vital cosechada del sufrimiento humano

  • la energ�a emocional invertida en el aprendizaje de las lecciones

  • la energ�a ps�quica expulsada a trav�s de la oraci�n y el ritual

Para cada frecuencia de vibraci�n, el alma puede emitir�loosh�(t�rmino gen�rico para energ�a emocional)�en esa frecuencia.

Podr�amos hacer una comparaci�n a la energ�a l�ser de un color particular.�Las entidades con las frecuencias bajas de alma consumen energ�a de una frecuencia baja.


El�loosh no s�lo alimenta la expansi�n y cruza las fronteras de los reinos, como se explic� anteriormente en el contexto del aprendizaje de lecciones y motivadores sustitutos, sino que tambi�n permite que las entidades negativas se manifiesten con m�s fuerza en los reinos de sus objetivos.�Loosh�es un producto b�sico en los reinos superiores, ya que es el combustible de navegaci�n y conquista transdimensional.


La energ�a obtenida de una regi�n puede ser desviada a otra.�Por ejemplo, un desastre natural en una parte del mundo puede ofrecer entidades negativas con la energ�a suficiente para penetrar en los reinos de los objetivos en otros lugares.

Otras fuentes de energ�a incluyen�rituales ocultos y religiosos.�El culto dominical ofrece cantidades de energ�a "masivas" y proporciona a las fuerzas negativas m�s f�ciles oportunidades de ataque el domingo que los otros d�as de la semana.

La luna�juega un papel importante en la captaci�n de energ�a mediante la pulsaci�n frecuencias globales dos veces al mes y el inicio de un verdadero frenes� de alimentaci�n para las entidades negativas, esto es lo que�Gurdjieff�entiende por� la humanidad siendo alimento para la luna�.

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Penetraci�n de los reinos


El objetivo final de cualquier�emboscada hiperdimensional�es la penetraci�n de los reinos, la penetraci�n a trav�s de una frontera del reino. Como una jeringa rompiendo la piel, la penetraci�n de un reino permite la inyecci�n directa de influencias negativas en el territorio de destino.�

Esta operaci�n consiste en tres pasos:�

  • acoso

  • hostigamiento�

  • acortamiento

El acoso es el acto de leer los puntos d�biles de un blanco y moverse a la posici�n para explotar esas debilidades.�

Esto se logra a trav�s de monitoreo remoto o muestreo directo del campo �urico.�Los m�todos de control remoto incluyen�la visi�n remota�y los datos recogidos a trav�s de implantes neurales.


La visi�n remota requiere que el observador se encuentre dentro de la proximidad mental de su objetivo y tener suficiente frecuencia de ancho de banda para acceder a una buena parte de los futuros probables del objetivo.�Los alien�genas hostiles y sus subordinadas facciones militares humanas ocupan un estrecho ancho de banda y deben utilizar abducidos con mucho talento ps�quico que posean mayor ancho de banda para ver remotamente una gama m�s amplia de futuros probables.

Tales abducidos pudieran ser, ya sea teletransportados a una base subterr�nea o bajo trance hipn�tico dictar informaci�n acerca de los objetivos asignados, o si est� implantados con tecnolog�a de programaci�n mental remota pueden ser utilizados como tales mientras duermen en sus camas.


El muestreo directo del campo �urico�requiere tanto la proximidad f�sica como una emisi�n estimulada de energ�a vibratoria.�Por ejemplo, los helic�pteros negros equipados con equipos de frecuencia de muestreo pueden flotar ruidosamente cerca del objetivo con el fin de inducir una reacci�n de miedo/p�nico que estimula el alma a desprenderse de una respuesta vibratoria mensurable.

Por lo menos esto proporciona una lectura inmediata de las propias vulnerabilidades, y en su mayor�a empuja hacia un profundo miedo y paranoia que lo pone a uno todav�a m�s cerca de su territorio vibratoria.�El aura tambi�n puede muestrearse cuando un objetivo interact�a cara a cara con ciertos individuos implantados.�

Una vez que� las vulnerabilidades han sido determinadas, el objetivo puede ser programado en consecuencia y hostigado para que abandone su frecuencia, cometiendo auto-sabotaje, y atrayendo a trav�s de brechas en la frontera del reino una perturbadora variedad de lecciones de aprendizaje.

La sobre-reacci�n exagerada a estas experiencias disruptivas pudiera disminuir a�n m�s la frecuencia y permitir una ronda m�s intensiva de programaci�n y hostigamiento.�A trav�s de este proceso, los programadores pueden derribar al suelo a un objetivo descuidado.


Una forma com�n de�acoso del reino�implica extra�eza por el bien de la extra�eza, experiencias extra�as que no tienen ning�n punto que no sea para despertar la intriga obsesiva en el blanco.

Para los desafortunados destinatarios, la curiosidad no les� lleva a ninguna parte, sino a�n m�s a la trampa.�Que estas experiencias inexplicables o misteriosas son reales es innegable, sin embargo, son a menudo se�uelos vac�os de un significado m�s profundo.�Tratando de encontrar un significado m�s profundo es simplemente abrir la puerta a m�s de lo mismo, y de esta manera la vida puede volverse realmente extra�a y la locura no es un resultado poco com�n.

Cada ca�da en la frecuencia baja otro puente sobre el foso del castillo.

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Sincronicidad


Seg�n�Jung, las�sincronicidades�son�coincidencias significativas.

Funcionan como s�mbolos on�ricos de vigilia y comunican la presencia de algo significativo por debajo del umbral de la conciencia.�Las sincronicidades�tienden a aparecer durante la actividad hiperdimensional�o antes de los eventos con carga emocional y expansiones en la conciencia.�

En general,�son ya sea los precursores de una expansi�n del reino o una penetraci�n del reino.


Mover las fronteras del reino genera ondas de choque que irradian esf�ricamente hacia la regi�n hologr�fica alrededor.�Una experiencia emocional de varias horas en el futuro puede enviar ondas de choque hacia atr�s en el tiempo, que al impactar el reino presente induce vibraciones que resuenan y atraen sincronicidades correspondientes.

Estas coincidencias significativas comparten la misma base arquet�pica que el evento emocional que ha generado la onda de choque; la onda comparte la frecuencia de su fuente.�As�, las sincronicidades a menudo preceden a las experiencias de aprendizaje y llevan un car�cter simb�lico que refleja la naturaleza del acontecimiento inminente.

De hecho, cualquier perturbaci�n en la frontera del reino inevitablemente va a generar sincron�as precursoras que dan informaci�n acerca de la fuente de interferencias.

Una inminente penetraci�n de reino, por ejemplo, ser� precedido por presagios de sincronicidades como�ag�eros�o el�avistamiento de cierto n�mero de advertencias.�Debido a los filtros de arquetipo a trav�s de un l�xico simb�lico antes de la manifestaci�n, la misma advertencia puede manifestarse de forma diferente para diferentes personas en funci�n de cuales s�mbolos encuentran significativos.

Algunos s�mbolos son m�s universales que otros.�La interpretaci�n de ellos debe ser manejada de manera similar que al interpretar s�mbolos on�ricos.

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Discontinuidades


Cuando varias personas comparten el mismo entorno, su campo colectivo atrae a un conjunto coordinado de experiencias.

Esto significa que un probable futuro se manifiesta para todos, debido a que todos de alguna manera dan cabida a las necesidades de aprendizaje de cada individuo.�Cuanto mayor es la disonancia entre las personas que contribuyen a un campo colectivo, m�s retorcido e improbable debe ser este futuro para suavizar las discontinuidades.


La realidad puede volverse extra�a cuando el propio espectro vibratorio est� significativamente fuera de sincron�a con el medio ambiente.�Considere la posibilidad de las personas que son, ya sea temporalmente o cr�nicamente obsesivas y paranoicas sobre las abducciones extraterrestres, e monitoreo del gobierno, o el sistema de control de la matriz.

Por las razones ya expuestas, pueden atraer formas evidentes de acoso y una gran cantidad de�extra�os fen�menos paranormales�que la mayor�a de la gente no podemos imaginar y mucho menos creer.��Qu� pasa si entran en un reino colectivo cuyo espectro vibratorio es muy diferente al suyo, por ejemplo en alg�n lugar p�blico con mucha gente promedio que requiere una experiencia relativamente mundana?

Entonces la realidad se contorsionar� para dar cabida a ambos reinos, aunque a veces sin mucho �xito cuando surgen fallos extra�os indicando grietas en la ilusi�n. En lugar de ver alien�genas o entidades demon�acas en p�blico, lo que sin duda asustar�a a todos los dem�s, sus experiencias de monitoreo y hostigamiento vendr�n a trav�s de elementos que parezcan ordinarios para la gente com�n.

De esta manera ambos pueden tener su reino y vivirlo tambi�n.�Pueden escuchar algunas frases cr�pticas murmurando al azar un poco demasiado extra�as para ser mera coincidencia, podr�an notar a la vente observ�ndolos y sigui�ndolos, podr�an encontrarse con acosadores cuyos ojos indican la presencia moment�nea de un ser demon�aco.

Pero para todos los dem�s estos veh�culos de acoso parecen caracteres ordinarios: el hombre sin hogar por la gasolinera, aparentemente pidiendo a alguien monedas, el grupo de comensales participando en un poco de observar a la gente, el chico que sirve caf� poni�ndose un poco de mal humor con alg�n cliente.


La esquizofrenia de lado, estas� inquietantes experiencias�son muy reales y pueden ser registradas como evidencia objetiva, a pesar de que el intentar hacerlo a menudo niega su capacidad de manifestarse.�

Una prueba objetiva es la que puede traer las experiencias de un reino forzosamente a otro, sin pasar por el proceso de aprendizaje y de violar el libre albedr�o.


Pero las experiencias improbables no tienen por qu� ser negativas.�Uno puede tener una frecuencia alta y atraer experiencias que son extra�amente positivas con las cosas funcionando bien.�Algo tan simple como conseguir nada m�s que luces verdes todo el camino a un destino significativo para el que lo experimenta, pero para todos los dem�s m�s es s�lo otro coche que pasa.

Si la discontinuidad es extrema, uno se encuentra con las m�s extra�as sincronicidades positivas y caracteres �tiles.

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N�meros primos como reinos arquet�picos


Otra manera de entender c�mo los reinos se coordinan es pensar en t�rminos de n�meros.


Dado que la frecuencia no es m�s que un n�mero, podemos asignar un n�mero �nico a cualquier reino �nico para representar la longitud de onda de la vibraci�n fundamental.


Recordemos que el bloqueo de fase es necesario para que las entidades de un reino interact�en con las de otro � las ondas s�lo pueden bloquearse en alineaci�n si son coincidentes, aunque sea si es s�lo peri�dicamente.�Este intervalo peri�dico es simplemente el m�ltiplo menos com�n de sus diversas longitudes de onda.�El m�nimo m�ltiplo com�n de varios n�meros de reinos representa el n�mero de su reino colectivo.

A trav�s de este reino colectivo, los subconjuntos pueden entrar en mutua fase de bloqueo porque todos ellos "encajan" en su n�mero.�Por ejemplo, los reinos 2 y 3 se adaptan perfectamente al reino colectivo 6. Los reinos 7, 9 y 11 encajan perfectamente en el colectivo 693.


Los n�meros de los reinos m�s altos indican una menor probabilidad y menos armon�a, una mayor discontinuidad y contorsi�n.�

De c�mo esto se entrelaza con extra�as experiencias causadas por las discontinuidades de frecuencia se ilustra como sigue: considerar un campo colectivo formado por individuos en los reinos 2, 4, y 5.�El campo colectivo es 20, un n�mero bastante com�n.

Entonces digamos que alguien con el reino 53 entra.�El campo colectivo salta a 1060 para acomodar a todos, lo que indica un nivel bastante alto de improbabilidad y extra�eza.�Esto simplemente significa que un futuro mucho menos probable es atra�do cuando existe abrasi�n entre las vibraciones.�Tambi�n ilustra por qu� la disonancia entre los individuos produce escenarios improbables de confrontaci�n y separaci�n.


Tenga en cuenta que algunos n�meros encajan en otros.�El reino 13 encaja en el reino 39, por ejemplo.�En t�rminos cualitativos, esto dice que el �ltimo es un subconjunto del primero.�Los individuos en� el reino 13 pueden entrar en el reino 39, pero no al rev�s.�

Para ilustrar, nosotros en la tercera dimensi�n podemos ocupar el reino 39, mientras que los seres hiperdimensionales son nativos de campo 13 - pueden optar a la fase de bloqueo con nosotros si as� lo desean, o permanecer fuera de nuestro rango de percepci�n.

Menor n�mero de reino significa menor longitud de onda y una frecuencia m�s alta.


El n�mero del reino de la existencia f�sica en s� misma debe ser astron�micamente grande debido a la participaci�n de las variedades insondables de la vida consciente. Esto, por supuesto significa que la vibraci�n de la fisicalidad tiene la m�s larga longitud de onda y la frecuencia m�s baja.

La existencia f�sica es el �ltimo subconjunto de todos los reinos.�Es la arena a trav�s de la cual los seres pueden optar por participar en la interacci�n causal mutua.�El reino colectivo de toda la conciencia en este universo puede ser grande, pero no es infinito.�As� que la frecuencia de la fisicalidad es infinitesimal, pero no id�ntica a cero, de ah� la existencia de la energ�a del punto cero.


Los n�meros primos (1, 2, 3, 5, 7, 11, 13, 17, etc...) son s�lo divisibles por s� mismos y 1.�Obviamente, los reinos con longitudes de onda de n�meros primos son los reinos m�s fundamentales.�Ellos son los principales, todos los otros reinos son subconjuntos subordinados.

Los n�meros primos por lo tanto, se refieren a las "frecuencias eigen=(propias)" de la Creaci�n.

Cada n�mero primo representa un arquetipo universal �nico cuyos m�ltiplos arm�nicos generan los diversos reinos y futuros probables asociados a ese arquetipo.�Por ejemplo, si 3 es el reino fundamental de la alegr�a, entonces reinos 3, 6, 9, 12, etc. ... son reinos donde la alegr�a es la t�nica fundamental de vibraci�n, aunque cada reino abarca una diversa expresi�n de alegr�a que se vuelve m�s distorsionada con los n�meros m�s altos de reinos.


Lo anterior est� simplificado.

En t�rminos realistas, nosotros, como individuos tenemos un�espectro de frecuencias�y por lo tanto un�espectro de n�meros de reinos�definiendo nuestro reino personal.�Los componentes de los n�meros primos representan lecciones que hemos aprendido bien, mientras que los componentes no-primos son los que tenemos que aprender todav�a.�El aprendizaje es c�clico, cada arquetipo revisado con mayor claridad y precisi�n que antes.


El gran ciclo de evoluci�n espiritual comienza con el n�mero m�s alto de� reino y converge sobre el m�s bajo.�El primo m�s bajo es el Creador.�

El n�mero primo m�s alto es el demiurgo�Ormethion�que suscita en el umbral del olvido.�El reino 1 vibra con el arquetipo del amor infinito, es el hogar del Creador Primario.�Es el reino primario, todos los otros son subconjuntos.

As� como 1 divide a todos, tambi�n el Creador preside sobre todos.

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El Cambio


El�mundo est�
experimentando una separaci�n de caminos entre los sectores de la poblaci�n�que ya no resuenan entre s�.�Es una fracci�n de reinos, una escisi�n de los campos colectivos en varios m�s peque�os.


Los catalizadores experimentales est�n empujando a la gente fuera de la valla, oblig�ndolos a descubrir qui�nes realmente son y lo que representan.�Sus vibraciones del alma est� purific�ndose e intensific�ndose, trayendo un retiro de lo superfluo y un regreso al destino.


Lo que una vez fue una mezcla emulsionada de diversos reinos se est� separando en capas, y cuando la taza se incline ser�n los estratos m�s bajos de densidad los que se verter�n por el desag�e.

El fen�meno de la polarizaci�n se inicia con un mutuo desinter�s entre individuos de caminos poco comunes.�Es posible que haya enfrentamiento y separaci�n, o simplemente la circunstancia puede traer una divisi�n suave de sendas.�Pero a medida que pasa el tiempo y la gente se re�ne en sus reinos colectivos m�s armoniosos, el abismo entre estos reinos ser� tan profundo que al final incluso el intercambio colectivo de la percepci�n y la experiencia ser� cortado.

Las necesidades de aprendizaje de�cada reino colectivo�pueden llegar a ser tan contradictorias entre s� que ya no comparten el mismo espacio, la misma l�nea de tiempo, la misma densidad.

Esto implicar�a una�divisi�n de l�nea de tiempo, cada reino principal siguiendo una trayectoria diferente en el futuro que mejor se adapte a las necesidades colectivas de aprendizaje de sus habitantes.�

Lo que inclinar� la copa queda por verse.

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Anclas de frecuencia


Por supuesto que no todo est� predestinado.�Hay factores ca�ticos dejados al libre albedr�o.

Algunas�fuerzas hiperdimensionales�conscientes del inminente cambio�est�n contando con la supresi�n masiva de frecuencias para bloquear a la humanidad en un futuro probable donde estas fuerzas cosechen el m�ximo de energ�a y puedan retener el control, ya sea en esta densidad o en o en la siguiente.�Esto puede implicar cualquier cosa, desde la p�rdida masiva de vidas hasta la asimilaci�n gen�tica y la esclavitud espiritual.

Una opci�n colectiva para elegir tal escenario ser�a consentir suficiente libre albedr�o para dar rienda suelta a esas fuerzas para volver a escribir la historia con el fin de expandir y consolidar el control en el presente y el futuro.�Hasta cierto punto, esto ya ha ocurrido y el mundo tal como lo conocemos hoy en d�a es el resultado final de la m�s reciente�revisi�n de l�nea de tiempo.

Y sin embargo, el tiempo sigue su curso y el futuro "final"� sigue abierto.

Esto nos lleva a lo que nosotros como individuos podemos hacer.�Las fuentes m�s sabias dicen que simplemente debemos ser nosotros mismos, recordar qui�nes somos y de irradiar la esencia de nuestra alma.�De hecho, somos�los anclajes de frecuencia.�La vibraci�n que tenemos determina el reino que establecemos, y nuestro reino contribuye al reino colectivo.


Hay frecuencias de supresi�n y frecuencias de liberaci�n.�Viviendo exultantemente desde el coraz�n, usted no s�lo es un ejemplo para otro, tambi�n ayuda a levantar el peso del reino colectivo local y global.�Nada levanta la gravedad como la alegr�a y el amor.

Esto ayuda a aquellos que de otro modo ser�an inconscientemente aplastados por los campos de baja frecuencia existentes.�Es recomendable tomar acci�n y hacer algo cuando se le llama, pero mientras tanto simplemente aferrarse a su centro es suficiente.�Esto le pone en el camino alto fuera del alcance y de la vista de los elementos m�s oscuros y despeja el camino para que otros vengan con usted.

Mantenga su equilibrio a trav�s de la turbulencia y af�rrese firmemente a su m�stil cuando las sirenas lo quieran atraer al agua.

Brille como un faro en medio de la niebla.

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