por�Vic Bishop

01 Diciembre, 2015

del Sitio Web�WakingTimes

traducci�n de Adela Kaufmann
Versi�n original en ingles


Camila Ver�n, 2, nacida con m�ltiples problemas de �rganos y tiene una grave discapacidad,

parada fuera de su casa en Avia Terai, en la provincia del Chaco, Argentina, 31 de Marzo de 2013.

Su madre le dijo, "el agua hace que esto suceda, ya que roc�an mucho veneno aqu�."
CR�DITO: Natacha Pisarenko / AP

Las comunidades argentinas del "cintur�n de granjas", con una poblaci�n de 12 millones de personas saben, tal vez m�s que otros, los costos de convertirse en uno de los primeros en adoptar modelo de agricultura biotecnol�gica de Monsanto.

El pa�s, hist�ricamente conocido por su industria de la carne de vacuno alimentada con pasto, ha experimentado un profundo cambio en los �ltimos 20 a�os, ya que la transici�n para convertirse en uno de los mayores productores mundiales de soya(GM gen�ticamente�modificada).

En 1996,Monsantoentr� con sus promesas de mayor rendimiento de los cultivos y un uso m�s bajo de pesticidas, vendiendo sus semillas de soya modificadas gen�ticamente, as� como semillas de ma�z y algod�n.

Las comunidades agr�colas creyeron en estas promesas s�lo para encontrarse utilizando nueve veces m�s agroqu�micos para el a�o 2013 en un total combinado de 84 millones de galones por a�o, frente a los nueve millones de galones en 1990, y frente a un aumento de problemas de salud tales como el hipotiroidismo, las enfermedades respiratorias cr�nicasy el�c�ncer.

Los agroqu�micos son encontrados ahora rutinariamente en los hogares, escuelas y de beber agua potable cerca de plantaciones de soya, algod�n y ampos de ma�z.Ellos se manejan dentro de barrios residenciales con poca formaci�n o el cumplimiento en relaci�n con el equipo de protecci�n y las concentraciones de mezclas.

Recipientes de almacenamiento de plaguicidas a menudo son reutilizados en las comunidades agr�colas, a veces, para mantener incluso el agua potable.�

Envases de agroqu�micos vac�os yac�an descartados

en un centro de reciclaje en Quimili,

Provincia de Santiago del Estero, Argentina, 2 de mayo de 2013.

CR�DITO: Natacha Pisarenko / AP


Aunque rociar herbicidas y pesticidas junto a los hogares y escuelas residenciales est� prohibida en muchas provincias argentinas, la realidad es que la mayor�a de las leyes relacionadas con el uso de agroqu�micos se ignoran y su cumplimiento es indiferente, en el mejor de los casos.

Algunas provincias permiten pulverizar a una distancia de 55 yardas de las zonas pobladas, y alrededor de un tercio de las provincias no tienen l�mites de ning�n tipo.Hay muchos casos documentados en los que los cultivos transg�nicos se plantan a pocos pies de distancia de las casas y ventanas de salones de clases, lo que resulta en aerosoles qu�mico a la deriva hacia escuelas llenas de ni�os y casas de familias.


Con la soya que vende por alrededor de $ 500 por tonelada, los cultivadores de plantas donde pueden , a menudo sin tener en cuenta las directrices de Monsanto y la ley provincial pulverizan sin previo aviso, e incluso en condiciones de viento.

"Prepar� millones de litros de veneno sin ning�n tipo de protecci�n, ni guantes, m�scaras o ropa especial", dijo."Yo no sab�a nada. Me enter� m�s tarde de lo que me hizo a m�, despu�s de contactar cient�ficos."

[Fuente]

Un colectivo de m�dicos y cient�ficos ahora est�n advirtiendo activamente contra el uso no controlado de agroqu�micos.

Estos profesionales creen que los productos qu�micos son responsables de un aumento en los problemas de salud en las comunidades agr�colas y en todo el pa�s.

"El cambio en la forma en que se produce la agricultura ha tra�do, francamente, un cambio en el perfil de las enfermedades. Hemos pasado de una poblaci�n bastante saludable a una con una alta tasa de c�ncer, defectos de nacimiento y enfermedades rara vez vistas antes."

Dr. Medardo �vila V�zquez,

pediatra y neonat�logo quien ha con-fundado �Doctores de Pueblos Fumigados�

parte de un creciente movimiento exigiendo el cumplimiento de las normas de seguridad agr�colas

La Prensa Asociada document� docenas de casos en los que se utilizan agroqu�micos de forma no-segura y el consiguiente impacto en las familias y las comunidades, muchas de ellas se reflejan en las im�genes de abajo.

El ex trabajador agr�cola Fabi�n Tomasi, de 47 a�os, de Basavilbaso, en la provincia de Entre R�os, Argentina, el 29 de marzo de 2013. Tomasi sufre de polineuropat�a."Prepar� millones de litros de veneno sin ning�n tipo de protecci�n, ni guantes, m�scaras o ropa especial. Yo no sab�a nada. Me enter� m�s tarde de lo que me hizo a m�, despu�s de contactar cient�ficos", dijo.

CR�DITO: Natacha Pisarenko / AP

Los estudiantes montan una moto junto a un campo de ma�z biotecnol�gico en su camino a la escuela en Pozo del Toba, provincia de Santiago del Estero, Argentina, 3 de Mayo de 2013.

CR�DITO: Natacha Pisarenko / AP

Los lugare�os esperan hablar con el Dr. Damian Verze�assi sobre los problemas de salud que tienen por los agroqu�micos en la plaza principal de Alvear, en la provincia de Santa Fe, Argentina 9 de marzo de 2013.

CR�DITO: Natacha Pisarenko / AP


Aixa Cano, 5, que tiene lunares peludos en todo el cuerpo, est� sentada sobre una escalinata frente a su casa en Avia Terai, en la provincia del Chaco, Argentina, 1 de abril de 2013. Los m�dicos dicen que el defecto de nacimiento de Aixa puede estar vinculado a los agroqu�micos, aunque esto no puede por demostrar.En Chaco, los ni�os tienen cuatro veces m�s probabilidades de nacer con devastadores defectos cong�nitos desde el auge de la biotecnolog�a.

CR�DITO: Natacha Pisarenko / AP

Silvia Alvarez se inclina contra la pared de su casa, mientras que mantener un ojo en su hijo, Ezequiel Moreno, que naci� con hidrocefalia, en Gancedo, en la provincia del Chaco, Argentina, el 1� de abril de 2013. El reporte de nacimiento del Chaco provincial muestra que los defectos cong�nitos se cuadruplicaron en la d�cada despu�s de que llegaron los cultivos transg�nicos.

CR�DITO: Natacha Pisarenko / AP


Activista Oscar Alfredo Di Vincensi ha estado luchando que la fumigaci�n de agroqu�micos no sea permitida a 1,000 metros de las casas.En la foto en la plaza principal de Alberti, en la provincia de Buenos Aires, Argentina, 16 de abril de 2013. Di Vincensi se situ� en un campo agitando una orden judicial de restricci�n de pulverizaci�n a 1,000 metros de las viviendas en su ciudad de Alberti;un tractorista le roci� con pesticidas.

CR�DITO: Natacha Pisarenko / AP

Erika, izquierda, y su hermana gemela Macarena, que sufren de una enfermedad respiratoria cr�nica, juegan en su patio trasero, cerca de envases de agroqu�micos reciclados llenos de agua que se utilizan para el lavado de su aseo, la alimentaci�n de sus gallinas y lavar sus ropas, cerca de la localidad de Avia Terai , en la provincia del Chaco, Argentina, el 31 de marzo de 2013.

CR�DITO: Natacha Pisarenko / AP

F�lix San Rom�n camina en su propiedad en Rawson, en la provincia de Buenos Aires, Argentina, 16 de abril de 2013. San Rom�n fue golpeado por los agricultores cuando se quej� de las nubes de productos qu�micos a la deriva sobre su propiedad."Esta es una peque�a ciudad en la que nadie se enfrenta a nadie, y las autoridades miran hacia otro lado. Todo lo que quiero es que ellos sigan la ley vigente, que dice que no pueden hacer esto dentro de los 1,500 metros. Nadie sigue a esto. �C�mo puede usted controlarlo? " dijo �l.

CR�DITO: Natacha Pisarenko / AP


El glifosato est� catalogado como uno de los delherbicidas m�s'seguros' del mundo,lo que ha dado lugar a que los agricultores los usen en concentraciones m�s altas y lo mezclen con otros venenos da�inos.

El gobierno argentino se ha basado en la industria de investigaci�n proporcionada porla EPApara ayudar a guiar sus recomendaciones acerca del uso del glifosato.

En su p�gina Web, la EPA afirma,

"El glifosato tiene baja toxicidad para los seres humanos. Se recomienda gafas de protecci�n para los pocos productos que pueden causar irritaci�n en los ojos. La entrada en campos agr�colas es permitida 12 horas despu�s de la aplicaci�n de estos productos."

Por lo tanto, cualquier esfuerzo o recomendaciones hacia regulaciones m�s estrictas en Argentina contin�an esfum�ndose o han sido completamente ignorados.

El glifosato mezclado con otros productos agroqu�micos se sigue aplicando directamente a los cultivos a gran escala en todo el pa�s.

El bi�logo molecular Dr.Andr�s Carrascoen la Universidad de Buenos Aires, dice que la carga de los c�cteles qu�micos es preocupante, pero incluso s�lo el glifosato podr�a significar un problema para la salud humana.

�l encontr� que la inyecci�n de una dosis muy baja de glifosato en embriones puede cambiar los niveles de �cido retinoico, haciendo el mismo tipo de defectos espinales en ranas y pollos que los m�dicos cada vez m�s est�n registrando en las comunidades donde los productos qu�micos agr�colas son omnipresentes.


Este �cido, una forma de vitamina A, es fundamental para mantener bajo control los c�nceres y provocando la expresi�n gen�tica, el proceso por el cual las c�lulas embrionarias se desarrollan en �rganos y miembros.