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� � por Jake Horsley June 2002 del Sitio Web MindMined traducci�n de Editorial-Streicher
20 Septiembre 2012
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�La mente est� en su propio lugar, y de
por s�
de
Milton � La historia de La Matrix (1999) - probablemente la pel�cula de acci�n m�s detalladamente tramada alguna vez hecha - es aut�nticamente gn�stica.[1] � Es de hecho, y lejos m�s all� de "Los Archivos X", "gnosticismo renacido" [ver nota 1, al final]. Dondequiera que exactamente Andy y Larry Wachowski idearan su diab�licamente inspirada y perversamente efectiva par�bola pop sobre la esclavitud del hombre moderno bajo las m�quinas, ellos han aparecido con un original genuino. � Es una mezcla asombrosamente coherente de Philip K. Dick, H. P. Lovecraft, Jean Baudrillard, profec�a mesi�nica, ciencia apocal�ptica, misticismo de artes marciales y paranoia tecnol�gica. La Matrix bien puede ser la pel�cula estadounidense sobresaliente de los a�os '90. Pero es a la vez menos y m�s que una gran pel�cula promedio. �
Por una parte, es
resbaladiza y vagamente carente de alma, con toda la violencia
cargada de adrenalina que caracteriza a las pel�culas de MTV de a�os
recientes (est� producida por Joel Silver, despu�s de todo). Por
otra parte, puede ser la primera obra surrealista totalmente
comprendida del cine predominante hasta ahora. � La Matrix es todo esto y un poco m�s, pero tambi�n indudablemente no es para todos. A menos que usted est� preparado para aceptar su premisa - que la realidad es un sue�o, controlado por fuerzas secretas para esclavizarnos, y que s�lo mediante el so�ar consciente podemos escapar a nuestra esclavitud y reclamar nuestra naturaleza divina (una premisa realmente gn�stica, como digo) - la pel�cula entonces ser� puro disparate y caos y no m�s. Indudablemente, millones la vieron y disfrutaron de ella como tal. �
Pero La Matrix es bastante m�s que s�lo una pieza de
entretenimiento de primera clase: es un experimento art�stico
desbocado, una experiencia que doblega nuestros conceptos de lo que
es real y lo que no, y nos deja en un punto muy apremiante en verdad. � La pel�cula comienza a toda velocidad, y no nos da ning�n tiempo para ser orientados; est� explotando ya nuestro sentido de "lo que es real" antes de que hayamos establecido siquiera la m�s vaga idea de tal, al punto que, durante la primera media hora o m�s, no podemos estar seguros si estamos mirando el sue�o o la realidad, u otra cosa por completo. � Este es un mecanismo de desorientaci�n absolutamente eficaz, puesto que es la forma en que el mismo Thomas Anderson (interpretado por Keanu Reeves) siente, cuando su existencia repentinamente va m�s all� de lo extra�o... a lo sobrecogedor. Pero al mismo tiempo �sta es quiz� la debilidad m�s grande de la pel�cula. �
El hecho de que
nunca se nos da el tiempo para instalarnos en la falsa realidad de
Thomas antes de que logremos verla hecha trizas y expuesta como la
fantas�a de simulaci�n computacional que es, nos niega el m�ximo
�mpetu de la iniciaci�n de aqu�l (tanto al horror como al placer). � A pesar de la complejidad e ingeniosidad de la trama, la pel�cula carece de sutileza, carece de personajes, y por lo tanto carece de cualquier verdadera profundidad psicol�gica. �
Sus profundidades - que son
realmente carentes de seriedad - son todas subtextuales; ellas no son
profundidades textuales, porque no hay sombras ni matices en los
personajes o en sus acciones, todos los cuales se ven
inevitablemente abrumados por el alcance completo y la amplitud de
la historia. � Ya que esto bien pudo haber sido necesario para asegurar que la pel�cula fuera un �xito, sin embargo - y La Matrix simplemente ten�a que ser un �xito o no hubiera sido hecha en absoluto - esto realmente puede no ser tanto una cr�tica v�lida como algo importante que deplorar. � El milagro es que la pel�cula no fue modificada en lo m�s m�nimo; pero de todos modos, no podr�a imaginar una La Matrix de tres horas de largo, con una muda sensaci�n de los a�os '70 y con un verdadero actor en su centro, con el paso mesurado y la atenci�n al detalle cient�fico de "Alien", las profundidades humanas de "Invasion of the Body Snatchers" de Kaufman, y quiz�s un poco m�s del esp�ritu an�rquico de "Brazil". �
Pudo haber sido El Padrino de los a�os '90: un cl�sico de
ciencia-ficci�n para gente a la que no le gustan las pel�culas de
ciencia-ficci�n. Tal como es, es estrictamente para ciberpunks y
gn�sticos. � De alguna manera, a lo largo del camino, �l ha sido puesto en contacto con un hombre llamado Morfeo, un "terrorista" c�lebre con quien nunca realmente se ha reunido pero que ha estado buscando durante alg�n tiempo. � A Thomas (Tom�s el incr�dulo) [2] se le dan indicios y pistas, en primer lugar por la misteriosa Trinity, quien le env�a mensajes en su computador que predicen acontecimientos pr�ximos. � Poco despu�s Thomas es arrojado f�sicamente en "el juego", y dejado all� para correr, esconderse, hacer el salto o caer hasta su muerte. Su involucramiento en este juego comienza cuando �l est� en su trabajo y recibe una llamada de Morfeo, advirti�ndole que "ellos" est�n detr�s de �l. Bastante seguros, los siniestros hombres de negro (agentes del gobierno) en aquel preciso momento se dirigen a su escritorio. � Siguiendo intrincadas instrucciones de Morfeo (quien parece ser capaz de ver el trazado completo del mundo de Thomas como si mirara un mapa, o como un dios desde lo alto), Thomas se mueve sigilosamente por delante de los agentes hacia una oficina vac�a. All� se le pide hacer un salto improbable hacia la seguridad. �l deja de dar el paso - de hecho ni siquiera intenta hacerlo - y en vez de ello permite que sea capturado por los agentes del gobierno. � �l es detenido y se le ofrece un trato: cooperar en el rastreo de Morfeo a cambio de un historial limpio. � Cuando �l rechaza el trato, su mundo se transforma sin advertencia en una pesadilla surrealista, cuando el agente cuyo nombre es Smith literalmente hace desaparecer la boca de Thomas, dej�ndolo mudo y retorci�ndose de horror. Los otros agentes lo dominan cuando un ciber-organismo parecido a un par�sito met�lico pero definitivamente vivo es insertado en su cuerpo, por el ombligo. � En este punto, Thomas se despierta, como de un sue�o. Poco respiro se le concede, sin embargo, cuando �l es recogido con prontitud por el equipo de Morfeo (tambi�n vestido de negro), sujetado a la fuerza en la parte de atr�s de una limusina, y sometido a otro extra�o procedimiento, donde le remueven el implante par�sito. � Thomas grita de horror:
Por ahora no tenemos m�s
pistas que �l. Seg�n resulta luego, no es real, pero entonces nada
m�s en su vida tampoco lo es. � �sta es una secuencia genuinamente desquiciadora y espeluznante, y bien puede ser el vertiginoso punto culminante del cine de ciencia-ficci�n hasta la fecha. En primer lugar, despu�s de su discurso inaugural, �l ofrece a Thomas que haga una elecci�n: la p�ldora azul o la p�ldora roja. Si toma la primera, �l se despertar� otra vez y todo eso habr� sido s�lo un sue�o. � Si toma la roja, sin embargo, �l pasar� a trav�s del espejo y averiguar�,
Por supuesto, �l toma la roja. � Su decisi�n ya est� incorporada en la oferta de Morfeo, porque, si es s�lo un sue�o, �por qu� no tomar la roja?; y si no lo es, entonces �por qu� tomar la azul?. � Pero a lo que Thomas se somete a consecuencia de la p�ldora roja se parece al peor viaje de todo buscador psicod�lico. Como el traidor Cypher lo dice:
Thomas es desgarrado desde un no tan dichoso olvido, y se le da la horrible Verdad literalmente destructora de la mente: que �l es un esclavo para un orden de seres inorg�nicos que hasta ese momento �l ni siquiera sab�a que exist�an. �
Morfeo explica que el a�o no es realmente 1999,
que es de hecho probablemente un siglo m�s tarde, y que aquella
civilizaci�n mientras tanto ya ha sido destruida, y que a
consecuencia del descubrimiento de la Inteligencia Artificial (AI),
en alg�n punto a comienzos del siglo veintiuno, se produjo un
enfrentamiento entre el hombre y las m�quinas - entre la creaci�n y
el creador (exactamente como en The Terminator) - y las m�quinas
ganaron. � Ellos fueron puestos en un sue�o profundo, y se cre� un sue�o colectivo para mantenerlos manejables y d�ciles, como beb�s en sus cunas, mientras su fuerza vital les era succionada. La gente es engendrada y criada directamente en estas incubadoras, y alimentada intravenosamente con los restos licuados de los muertos. � Esto es ocultismo puro, y va lejos m�s all� incluso del mejor cine de ciencia-ficci�n, hasta los l�bregos reinos y las pesadillas veladas de Lovecraft, Heinlein, Kenneth Grant, Carlos Casta�eda, y otros, con sus relatos del "laberinto de la penumbra", y las entidades inorg�nicas que han esclavizado a la Humanidad y la han convertido en una fuente de alimentaci�n. � Por supuesto la moderna ciencia de los OVNIs de "los grises" adapta y desarrolla las mismas creencias at�vicas, completas y con adiciones tecnol�gicas como "implantes" y clones, etc. �
Todo lo cual pone a La Matrix en la mism�sima
primera l�nea de la moderna fabricaci�n del mito; �o es en realidad
psico-historia?. � Ellos son los "despertados" - Illuminati, si usted prefiere - quienes se han salido de la rejilla de fantas�a simulada por computador y han liberado sus cuerpos de las granjas de energ�a en "el mundo real" (es dif�cil tomar incluso este mundo como verdadero, ya que hemos pasado mucho m�s tiempo en los otros mundos, y ya que tambi�n �ste resulta ser el mundo m�s extra�o y surrealista de todos ellos). � Como consecuencia de haber liberado sus cuerpos, estos Illuminati son capaces de entrar a voluntad en la Matriz - el mundo so�ado - y funcionar all� con un potencial sobrehumano. �
Por
ejemplo, cualquier conocimiento, dato o entrenamiento requerido
puede ser simplemente descargado inmediatamente, directamente en su
conciencia, mediante computador. � A pesar de tales capacidades aparentemente sobrehumanas para navegar en la Matriz, sin embargo, los luchadores de la "resistencia" [3] est�n en una profunda desventaja cuando se trata de encarar a los siniestros hombres de negro, quienes son "de hecho" (!) proyecciones concentradas de la IA - campos de energ�a, si usted prefiere - enviadas por la Matriz a la Matriz para mantener una sujeci�n sobre su programa-realidad. �
Para este objetivo, estos agentes persiguen y
erradican a todos los potenciales "disidentes", a aquellos contra-agentes Illuminati empe�ados en interrumpir el hechizo de la Matriz y en
hacer colapsar la realidad tal como la conocemos. �
3. Lo m�s decepcionante en La Matrix es su confianza en los
t�rminos familiares de las pel�culas de acci�n, presentando la
violencia y la "resistencia" como los �nicos medios para vencer a la
tiran�a.
� Ellos pueden torcer, e incluso romper, algunas reglas de la Matriz, pero no todas ellas. Ellos no pueden simplemente pasar por encima de su tiran�a y asumir su status divino como hologramas dentro de un holograma, porque s�lo "el �nico" puede hacer esto. Por el momento ellos todav�a est�n todos restringidos por los l�mites de sus mentes, todav�a trabajando para erradicar el viejo programa impuesto sobre ellos por la IA. � De aqu� que el entrenamiento que Morfeo aplica sobre Thomas - ahora Neo, el �nico (Neo, One, Eon) - est� centrado en torno a la "liberaci�n de su mente", en hacerle comprender que de hecho �l no est� restringido por las leyes del cuerpo en absoluto sino s�lo por su creencia en ellas. � Como un artificial pero impresionante ni�o-Buda doblador Gelleresco de cucharas [a lo Uri Geller] explica a Neo:
Esto es puro Zen, y va m�s all� de Yoda y su
Fuerza, hacia
la f�sica cu�ntica. � Obviamente, la Matriz debe sustentar y mantener constante su espejismo de la realidad, porque de otra manera los durmientes comenzar�n a despertar. Entonces estos agentes deben moverse de manera sutil, dentro de restricciones, y al menos aparentar ser humanos. Aunque la Matriz pueda cambiar todo lo que quiera dentro del juego, todav�a tiene que tratar con las conciencias individuales vivientes que ha esclavizado all�. � De ah� que est� limitada por sus propios mecanismos: si quiere mantener su sujeci�n no puede realizar demasiados trucos excesivamente imposibles, porque esto s�lo servir� a largo plazo para dar poder a los luchadores rebeldes, liberando sus mentes de la "tiran�a de la continuidad� (Tiempo), de la cual el programa entero depende. �
Nada
de esto es explicado en la pel�cula, pero parece justo deducir que
la Matriz es limitada, a pesar de ser la creadora de la realidad, y
tambi�n que hay probablemente alguna raz�n para esta limitaci�n.
Esto es lo �nico que parece mantenerse firme. � Y esto por supuesto �l lo lleva a cabo. Lo que es tan satisfactorio en la pel�cula es que al final - a pesar de su confianza en la violencia y la destrucci�n - es el poder de la imaginaci�n el que triunfa finalmente. Una vez que Neo alcanza una cierta comprensi�n �l es capaz de simplemente detener las balas con su mente - puesto que ellas no existen, en primer lugar - y proyectarse en el cuerpo (hologr�fico) del Enemigo (cumpliendo as� el propio secreto deseo de �ste de llegar a ser real), y hacerlo explotar desde dentro. � Dentro de la fantas�a de acci�n de Hollywood, hay un ave much�simo m�s extra�a esperando escaparse. � No lo hace completamente en esta pel�cula, pero el potencial est� all� para las secuelas, si ellas han de venir y si ellas demuestran tan s�lo la mitad de esta temprana promesa (una posibilidad de la que estoy obligado a dudar, obviamente). Pero en este y otros momentos, The Matrix consigue la simetr�a perfecta, y ofrece algo parecido al �xtasis cham�nico. �
�sta no es s�lo una pel�cula; es una experiencia.
� Keanu Reeves, como Thomas/Neo, es una personalidad bastante atractiva, pero �l es tambi�n un centro decepcionantemente insulso para un drama tan intenso girando alrededor. � �l juega al arquet�pico h�roe reacio, el hombre de ayer, una c�scara quemada con apenas la energ�a para sonre�r. Como tal, es el candidato ideal para ser el salvador del mundo - mitol�gicamente hablando - porque no hay nada ni remotamente heroico en �l. �
La pel�cula es sobre su propio
renacimiento espiritual - su acceso a la conciencia - y �sta es su
fuerza principal, la que le da su resonancia, m�s all� de todos los
trucos y volteretas y las patadas de karate. �ste es tambi�n su
defecto, sin embargo, porque Neo, seg�n lo interpreta Reeves, nunca
es realmente verdadero para nosotros, sino que es como un zombie o
como un superhombre. � �sta puede ser una cosa gen�tica, pero si la pel�cula no se detiene mucho sobre el asunto, lo mantiene entonces vaga pero espec�ficamente mental. Neo es un hechicero nacido naturalmente, uno podr�a decir. �l tiene la capacidad de suspender la incredulidad, junto con aquellos espantajos gemelos, el miedo y la duda, y lanzarse hacia lo desconocido, confiando en que sus alas brotar�n a tiempo para llevarlo a trav�s del Abismo, y por la cuarta dimensi�n. � La pel�cula hace un uso dram�tico de un salto f�sico y real - Neo intenta saltar de un edificio a otro - para representar el proverbial salto de la fe. �sta es para Blake la liberaci�n de la percepci�n hacia la Imaginaci�n, y est� perfectamente a prop�sito aqu�. Tal como la Fuerza en las Star Wars, viene directamente de las obras de Carlos Casta�eda, y est� hecha a la medida para la fantas�a. � Por supuesto, Neo falla al hacer el salto; su "fe" lo abandona (como a Pedro caminando sobre el agua) y �l cae en picada, tal como (nos dicen) todos lo hacen la primera vez. � Es inconcebible que Neo no sea confrontado con dudas mortales y miedos que paralizan ante la mera idea de ser el hombre que va a salvar el mundo. Cuando �l visita a la Pitonisa (the Oracle, Gloria Foster), en probablemente la mejor escena de la pel�cula (una peque�a joya surrealista en s� misma), ella comienza, como una buena vidente, jugando con la mente de �l y confundiendo todas sus expectativas. � Ella le dice categ�ricamente que �l no es el Elegido, a�adiendo (ante la propia insistencia de Neo) que Morfeo nunca aceptar� esto, sin embargo, y morir� probablemente defendiendo su creencia en Neo. En virtud de esto, el h�roe reticente es presentado a su propio desaf�o. A �l se le da la opci�n imaginaria de retirarse de una situaci�n insostenible, pero si�ndole presentadas tales circunstancias, �l no puede probablemente, en conciencia, hacer tal cosa; �l simplemente tiene que luchar por Morfeo y por aquello en lo que cree, aunque ahora crea que es falso �l mismo. �
Esto recuerda las
burlas de Don Juan Matus a Casta�eda, en el primero de los libros de
�ste, para asegurarse de que �l lleve adelante el aprendizaje. � A partir de aqu� �l es liberado de la duda de s� mismo y es puesto en libertad para actuar, con plena conciencia de su insuficiencia, sin ninguna restricci�n. Neo es efectivamente "configurado" en la misma manera por la Pitonisa (the Oracle). � Ya que �sta parece ver el tiempo presentado ante s� como un mapa, sin embargo, ella probablemente sabe que Morfeo no morir�, y que Neo es el elegido, pero que ambos hechos - ambas posibilidades - dependen de que Neo crea lo contrario (tal como su rotura del jarr�n depend�a de que ella le dijera que no se preocupara de ello). � A fin de convertirse en "el Elegido" - ser digno de su vocaci�n - �l debe primero ser liberado de la carga intolerable que este llamado implica, haci�ndolo para �l peor que algo inconducente, hasta que �l mismo se d� cuenta de que aqu�l es verdadero. Por consiguiente �l tiene que demostrarlo, no a nadie sino a �l mismo. � Como Don Juan le ense�a a Casta�eda, al comienzo mismo de su asociaci�n:
�sta es la materia prima m�s apasionante y existencial imaginable para un melodrama de acci�n, y le da a La Matrix la clase de poder emocional que uno generalmente s�lo obtiene de las obras de arte. �
En
cuyo caso, esto es lo que es; como tal, bien puede ser la m�s
desfachatada, m�s audaz y m�s estimulante obra de arte desde el "Ciudadano
Kane". � Pero la agresi�n contin�a y �l es abrumado, sucumbe ante la duda, y muere. Mientras tanto, en el mundo real, Trinidad (Carrie-Anne Moss) viene a su rescate. � Firmemente persuadida por fin (de que Neo es el Elegido) por sus propios sentimientos hacia �l (el Or�culo le dijo a ella que se enamorar�a alg�n d�a y que lo ser�a del Elegido), ella susurra en el o�do de Neo:
La verdad, representada aqu� en quiz� la m�s simple y conmovedora imagen po�tica que hay - el beso de los amantes - resucita a Neo a su nueva vida. � Lo pone en libertad. �l se levanta, nacido de nuevo. Los agentes (esos fastidiosos demonios) reanudan su ataque, pero Neo simplemente se encoge de hombros y sacude su cabeza, con quiz� la m�s d�bil de las sonrisas. Su gesto es elocuent�simo: la confianza que excede lo humano, la confianza de un holograma dentro del universo hologr�fico, de uno quien es todo - la cuchara, las balas, el universo - porque �l no es nada en absoluto. �
De aqu� que su muerte
no sea simb�lica ni figurada, sino literal. Cham�nicamente, �l cruza
por el puente del arco iris hacia el mundo superior y all� su cuerpo
es reemplazado por los esp�ritus; �l regresa, con una imagen
perfecta en el lugar de la carne. Como Jes�s y su gemelo. � �l es "el Elegido" (the One), no en el sentido de �nico sino m�s bien como el primero: el primero en comprender su verdadera naturaleza y en llegar as� a convertirse en un gran conocedor, un creador de realidad, un so�ador tolteca. �l ha llegado a la totalidad de s� mismo, �l est� completo (hologr�fico). El hecho de que su momento de muerte-renacimiento tambi�n implica la uni�n con su compa�era espiritual o �nima (Trinidad, nada menos) tiene un perfecto sentido alqu�mico. � Aparece entonces el divino andr�gino. � Hasta aqu� al menos, Keanu Reeves est� bien elegido para el papel, teniendo una cualidad naturalmente andr�gina, la que tambi�n probablemente le consigui� la parte del Peque�o Buda de Bertolucci. Despu�s de su resurrecci�n Neo detiene las balas y se zambulle dentro del demonio (Smith) y as� lo hace explotar desde dentro. �
�ste es el momento en el cual �l es
totalmente reconocido como el �nico (es decir, la Unidad de
masculino y femenino, mente y cuerpo, simulado y real, cerebro
izquierdo y derecho, raz�n e imaginaci�n), y la realizaci�n de
cultura pop de la Gran Obra (opus magnus) por excelencia. �ste es
punto por punto el elevado cl�max que la pel�cula nos ha prometido
desde el principio. � La forma en la cual esto trasciende esta limitaci�n potencialmente invalidante, sin embargo, es integral para el atractivo de la pel�cula en su conjunto. � Ya que los personajes est�n interactuando en gran parte en una realidad simulada por computador, la violencia puede ser imposible sin estirar nuestra paciencia o creencia; las circunstancias requieren que ella sea no-convencional (la �nica vez que realmente sobrepasa sus l�mites es cuando Neo le dispara a una pieza llena de agentes en la cual Morfeo tambi�n est� cautivo, sin que �ste reciba ni un rasgu�o en el proceso). � La absurdidad de la violencia aqu� se mueve libremente en lo surreal, que es a donde pertenece. Y ya que la surrealidad de ella conduce inevitablemente a su propia obsolescencia - donde est� el verdadero poder ya no es necesaria la fuerza - hay all�, quiz� por primera vez, un prop�sito, un punto, un objetivo, para todo ese exceso. � La Matrix es un mapa de la realidad para que potenciales artistas y so�adores y aspirantes a chamanes consideren cuidadosamente durante horas. � La posibilidad de que todo en ella sea exacta y precisamente verdadero - si esto es enunciado metaf�ricamente - y de que la pel�cula misma sea un trabajo innovador en el programa de propaganda-iluminaci�n de las ocultas fuerzas rebeldes "del futuro" (es decir, el mundo real), es una posibilidad que no deber�a ser dejada como una l�nea desechable al final de un cat�logo de pel�culas sobre la violencia. �
Es una posibilidad que
invita a nuestra consideraci�n m�s seria, aunque fuera s�lo por el
puro placer que hay en ello. � Quiz�s estamos reprimiendo un miedo que est� al acecho que, si comprendi�ramos que es posible, tambi�n podr�amos comprender que es igualmente inevitable, y que en efecto ya ha sucedido. �
Percibiremos la matriz
de nuestra mente como la trampa mortal en que se ha convertido. Y en
ese punto no tendremos sino una de dos opciones: la p�ldora azul o
la roja.
La cosa m�s notable de todas acerca de La Matrix consiste en que crea expectativas casi imposibles y luego no decepciona. � Es todo lo que intenta ser; no tiene verdaderas pretensiones, siendo un gran espect�culo de efectos de acci�n, y cuando tiene aspiraciones heroicas cumple con ellas casi sin esfuerzo. � Presenta el final del mundo, la batalla final entre la luz y la oscuridad, como el �ltimo videojuego en el cual los riesgos son reales y s�lo los medios son artificiales. Por supuesto, el hecho de que en La Matrix el Apocalipsis ha sucedido ya - tecnol�gicamente hablando, no psicol�gicamente - (�aunque nadie lo haya notado!) a�ade un giro extra a los procesos. � Sobre todo permite que la pel�cula evite atascarse en la cansada y agotadora mec�nica de la victoria y el fracaso, el bien contra el mal, etc., que caracteriza a las pel�culas de acci�n y que garantiza que sean invariablemente una decepci�n al final. Se entiende intuitivamente aqu� que lo que est� en juego, en esta arena, y a pesar de todo el hardware dentro del software, no es el mundo (ya ha sido perdido) sino el alma del mundo. �
Y como en The Terminator, aunque m�s expl�citamente aqu�, puede
verse que la inteligencia-m�quina que oprime y se opone al esp�ritu
individual en realidad lo sirve, permiti�ndole que evolucione y que
desarrolle todo su potencial, usando los obst�culos y desaf�os que
la m�quina suministra para ello. � Es la selecci�n natural al nivel de las almas. Es dentro de esta "prisi�n de hierro negro" de la mente que al alma se le permite que se incube y florezca, con la opci�n - pero de ning�n modo la garant�a - de recolectar su poder a tiempo para salir del estado de cris�lida y emerger completamente formada en la realidad, m�s o menos exactamente como la mariposa extiende sus alas para volar, en el mismo momento en que destruye su anterior y temporal morada. Lo que fue una vez construido para su protecci�n se ha convertido ahora simplemente en su esclavitud. � El deseo del agente Smith de llegar a ser real de alguna manera y de serlo en la �ltima ocupaci�n humana sobreviviente, Si�n [4], es una amplia indicaci�n de la voluntad secreta o agenda de la m�quina. �
�sta quiere nacer, quiere
experimentar la carne, no s�lo simularla. Lo m�s cercano que
consigue, sin embargo - hasta ahora al menos - es cuando Neo ingresa
dentro del campo de energ�a de la IA y causa con ello que se
interrumpa, que estalle, probablemente (estoy conjeturando
nuevamente) por una sobrecarga de energ�a, de informaci�n, o quiz�
incluso de emoci�n.
� Hay dif�cilmente una escena sola que no sirva para hacer progresar o para protestar contra su trama o para establecer alg�n personaje, y por lo tanto la pel�cula tiene una sensaci�n entrecortada, forzada, como de interminables patadas de Kung-fu. Carece quiz�s del placer m�s escurridizo de todas las obras de arte: el momento superfluo, los peque�os detalles, las felicidades fortuitas. � Al mismo tiempo, a consecuencia de esta carencia, ninguna de las realidades nos parece completamente verdadera, porque nunca se nos da el tiempo para acostumbrarnos a ellas, para habitarlas. � La pel�cula nunca sit�a sus escenas sino que simplemente se lanza de cabeza en ellas. Este punto d�bil es m�s especialmente deplorable en las secuencias del mundo real, que nunca se toman el tiempo para darnos una idea de este mundo post-apocal�ptico y de a qu� se parece (m�s all� de las im�genes de los "campos" interminables en los cuales las entidades inorg�nicas est�n parasitando a los humanos, la imagen m�s espeluznante e inspirada de la pel�cula). � Nos quedamos con poco m�s que el interior del aerodeslizador de Morfeo, el Nabucodonosor, en el cual los rebeldes funcionan, sin ning�n sentido de sus movimientos (con relaci�n a Si�n por ejemplo, que est� localizado cerca del centro de la Tierra) o de por qu� esta fuerza rebelde es tan limitada en n�mero, si hay otros grupos trabajando para el mismo objetivo, etc., etc. � Ya que ellos son simplemente veh�culos humanos para los temas y la trama de la pel�cula, no se permite que ninguno de los personajes se desarrolle. La m�s bien deslucida actuaci�n en toda la pel�cula apenas compensa esta debilidad, en cualquier caso (las excepciones principales son Fishburne, Foster como el Or�culo, y Hugo Weaving como el demonio-agente Smith). �
�ste es el nivel en el cual la
pel�cula es m�s d�bil, y bastante ir�nicamente, es el nivel humano. � Y lo mismo se aplica para el resto de los personajes: ellos son casi tan sustanciosos como los hologramas que ellos pueden ser o no (no tendemos a distinguir mucho entre las tres diferentes "modalidades" o realidades que la pel�cula nos da, en todo caso). � Esta no es obviamente ninguna cr�tica menor cuando se refiere a una supuesta obra de arte, aunque al mismo tiempo la pel�cula nunca realmente sufre mucho por su debilidad. Tiene tanto car�cter en s� misma que esto pasa inadvertido. Y La Matrix debe ser tambi�n la �nica pel�cula de su tipo en salir adelante sin un villano standard. � Aunque el Smith que interpreta Weaving sirva para esta funci�n b�sica, ya que �l es evidentemente s�lo un pe�n del "gobierno", carece de la grandiosidad del genio del mal standard ni tampoco es particularmente detestable (aunque Weaving lo interpreta con maravilloso talento haciendo veros�mil su amenaza, d�ndonos la mejor interpretaci�n en la pel�cula). � En La Matrix el enemigo est� en todas partes y en ninguna. � Ya que la IA es una creaci�n de la Humanidad, obviamente el enemigo somos nosotros mismos. Pero al mismo tiempo las entidades de la m�quina inorg�nica han evolucionado en una especie hacia ellas mismas, y de ah� que puedan ser vistas como encarnaciones vivientes de este "mal", aunque es nuestro propio mal. � Ciertamente ellas cumplen admirablemente con tal definici�n (ellas dejan a los Daleks en el polvo), y las escenas de la infernal Tierra bald�a, que apesta a azufre, hacia 2099, son lejos las m�s inquietantes en la pel�cula. Dentro del reino "humano" - dentro de la Matriz - el enemigo es difuso, descentralizado, huidizo, y efectivamente se extiende a la Humanidad misma. Aquellos que no est�n listos para ser despertados, estos aut�matas fabricados en serie, han llegado a ser uno con la m�quina. � Como Morfeo dijo:
5. Como Morfeo lo dice, "Ellos son todav�a parte del sistema, y eso los convierte en nuestros enemigos... La mayor parte de esta gente no est� lista para ser desconectada. (Ellos) son tan inertes, tan desesperanzadamente dependientes del sistema, que luchar�n para protegerlo". Puesto que los agentes de la IA son capaces de entrar en - de "poseer" - cualquier ser humano que est� a�n conectado a la m�quina, y de convertirlos por lo tanto en aut�matas sin inteligencia que hacen la voluntad de �sta, en asesinos programados, nada menos, cualquier humano que no haya sido reclutado activamente por los Illuminati es una amenaza potencial para �stos.
� Tales cualidades, aunque bastante prodigiosas, son tambi�n (lo confieso libremente) completamente discutibles. Es como un fen�meno social, a la par con y tambi�n �ntimamente relacionado con "The X-Files", que La Matrix merece la atenci�n y el respeto, m�s all� de cualquier otra pel�cula en la memoria reciente. � Llegando como lo hizo en la misma v�spera del E�n (fue estrenada durante la �ltima Pascua de Resurrecci�n del milenio [mi�rcoles 31.3.1999]), resume eficazmente un cuerpo entero de miedos, creencias, fantas�as, esperanzas y paranoias que est� ganando una acogida cada vez m�s firme en la imaginaci�n colectiva (al menos en la del mundo occidental). �
The
Matrix re�ne una serie enorme de temas milenarios en un conjunto
resbaladizo y extraordinariamente ameno, que parece dise�ado para
provocar su propio grupo de seguidores de culto, en alg�n punto a lo
largo de los acontecimientos de unas Star Wars para adultos. � Considerando todo esto, La Matrix sirve a la m�s antigua y m�s respetable, la m�s reverenciada, causa del arte: la de sacar de la oscuridad a la masa, por medios tanto profundos como rid�culos, hacia la Verdad. � Quiz�s uno entre mil de aquellos que ven la pel�cula reconocer� o incluso notar� sus principios gn�sticos; pero independientemente de esto, cualquiera que ve la pel�cula ha sido efectivamente expuesto a ellos. Por supuesto, usando la l�gica de los ni�os de la pel�cula The Faculty, podr�a igualmente argumentarse que La Matrix sirve a la funci�n precisamente opuesta, ya que al presentar la verdad como ciencia-ficci�n la est� despojando de su credibilidad. �
Este
argumento s�lo se mantiene firme sin embargo si la obra en cuesti�n
es verdaderamente rid�cula en s� misma. En el caso de La Matrix, la
obra es simplemente demasiado inspirada y efectiva (e impresionante)
para ser cualquier cosa menos un trabajo de revelaci�n. � La Matrix tiene un impulso y una l�gica internos m�s all� de la mec�nica de su trama basada en la paranoia, y su base m�tica se compara con (y finalmente excede a) lo mejor del cine de ciencia-ficci�n, desde Metropolis a Invasion of the Body Snatchers, Alien y The Terminator, todas pel�culas que han surgido - con grados variados de integridad y poes�a - del inconsciente colectivo de la Humanidad. � Ya que la ciencia-ficci�n por definici�n implica nuestro futuro tanto como nuestro presente, puesto que intenta proyectar la imaginaci�n colectiva hacia adelante, y as� percibir mejor lo que est� sucediendo ahora (viendo a d�nde nos est� conduciendo), la gran ciencia-ficci�n es intr�nsecamente m�s reveladora - m�s progresiva - que los otros g�neros. (Las posibles excepciones son el horror y la fantas�a, que est�n igualmente obligados a saquear el inconsciente). � La Matrix es la proyecci�n m�s completamente realizada y apasionada de nuestros miedos y aspiraciones colectivos en una pel�cula de ciencia-ficci�n desde Metropolis de Fritz Lang; y ya que ha sido calculada con alarmante precisi�n para aparecer al final mismo del milenio, no se ha simplemente ganado sino que activamente se ha apoderado de su lugar en la historia del cine. �
Es un verdadero
sujetalibros para una �poca.
Al comienzo de La Matrix, Neo es uno de los muertos vivientes, un son�mbulo perdido en el laberinto de su propio estupor mundano; pero �l tiene pasiones, sentimientos, anhelos, que le dicen dos cosas sobre todo: que �l es de alguna manera especial, diferente de todos los dem�s; y que algo de alguna manera no est� precisamente bien en el mundo en el que vive. � En virtud de esto, cuando �l es contactado por Morfeo por los canales telef�nicos computacionales de la Matriz (que representan la mente inconsciente), y se le pide que siga las pistas, �l no puede sino responder. � �ste es (cham�nicamente hablando) el "descenso del Esp�ritu" (el polvo del sue�o de Morfeo), anunciado en la pel�cula por un llamar a la puerta, tradicionalmente adecuado en los c�rculos de hechicer�a. Se le pide, como a Alicia, que siga al conejo blanco; el conejo significa el temor, entre otras cosas. � En esta etapa, impulsado sobre todo por la curiosidad, la naturaleza primaria de la experiencia que aguarda a nuestro ne�fito (una vez que �l haya dado el primer paso activo en el camino cham�nico, y as� entrado en el laberinto que el Esp�ritu ha armado para �l) ser� el miedo. Bastante seguro, la siguiente reuni�n de Thomas es con Trinidad, la mujer Esp�ritu Santo que susurra en su o�do (las tentadoras palabras de Eva) que ella conoce lo que �l ha estado ansiando conocer, equiparado al menos parcialmente (b�blicamente) con el sexo. �
De este modo por supuesto �l es enganchado, y permite
que sea atra�do - en un paso voluntario - hacia la trampa de Morfeo,
el se�or de los sue�os: el cham�n. � Un hombre Negro era la obvia siguiente opci�n. Un maya habr�a sido simp�tico, supongo, pero ya que no hay actores mayas en Hollywood, podemos estar agradecidos al menos de haber conseguido a Laurence Fishburne (pudo haber sido Will Smith). Fishburne hace de Morfeo una presencia hipn�tica desde el principio. Ya que �l est� viviendo m�s all� del Apocalipsis, �l est� m�s all� de la serenidad tambi�n. � �l es tan tranquilo que parece una piedra, como una pir�mide, emanando poder, exactamente como el cham�n deber�a. �l influye en Thomas por medio de la transparente fuerza de su personalidad y su presencia. �l no se ablanda frente a su potencial aprendiz sino que se la da directamente. Morfeo le deja sentir a Thomas que es �ste quien est� eligiendo, pero se asegura de que haya s�lo una elecci�n que �l pueda hacer. � Ya que �l sabe que Thomas es el Elegido, sabe que el esp�ritu de �ste es la cosa m�s fuerte en �l. De ah� que �l s�lo tiene que despertarlo, y el resto llegar� solo. Y �l fuerza a Thomas a enfrentar su miedo desde el primer momento, cuando lo conduce al precipicio en el edificio de oficinas. � Morfeo indudablemente sabe que �l no ser� capaz de hacer el salto, de manera que �l est� seg�n parece simplemente present�ndoselo como la tarea que le espera. El primer enemigo del hombre de conocimiento, seg�n Don Juan, es el temor. Pero Morfeo (como Don Juan) se asegura de que su aprendiz no sea abrumado por este miedo, sino que realmente lo usa para espolearlo. � Puesto que la curiosidad de Thomas es tan formidable, �l es obligado a encarar su miedo, a fin de encontrar su fuente, y esto �l lo hace directamente. Ya que Thomas ha visto ya demasiadas cosas extra�as para siquiera dar algo por supuesto nuevamente, �l simplemente tiene que averiguar lo que est� sucediendo. � Y entonces �l toma la p�ldora roja, y es lanzado sin m�s pre�mbulos hacia la Zona, la dimensi�n astral, el inframundo, el inconsciente, ll�melo como usted prefiera. �
�l llega a
la conciencia corporal despu�s de toda una vida de estupor, y se
encuentra en el Infierno. �l es r�pidamente rescatado por su
gu�a-cham�n, sin embargo (habiendo lo inorg�nico dej�ndolo por muerto),
y all�, en su nuevamente aumentado estado de conciencia, le cuentan
los hechos. � Es la verdad literal y horrible, y Morfeo puede demostr�rsela. No obstante, �l le muestra otra realidad, una que est� totalmente bajo el control consciente de Morfeo, su mismo propio mundo de ensue�o, en el cual �l es Dios. � De aqu� que Thomas - ahora Neo, al menos en esp�ritu - a pesar de la tensi�n casi intolerable sobre su raz�n y su valent�a, sea obligado a aceptar la verdad y, haciendo eso, encararla y cambiarla. A �l se le muestra el enigma insondable - de su propia identidad - y se le dice que s�lo yendo all�, y present�ndole batalla a los monstruos all�, puede �l esperar sobrevivirlo. � Ya no hay m�s ning�n lugar hacia el cual �l pueda retroceder: �l se ha tragado ya la p�ldora; �l ha elegido la vida. � (Otro personaje en la pel�cula - un pobremente trazado pero clave jugador, Cypher - realmente intenta tal fuga, volver a su sopor de muerte y olvidar que �l alguna vez lo dej�; �l es el Judas de la pel�cula, y �l por muy poco casi destruye el movimiento entero de Neo en el proceso). �
Una vez que se conf�a a su gu�a-cham�n, el iniciado es
lanzado a la clase de existencia a la que s�lo un guerrero puede
sobrevivir, y es por ello que �l es entrenado en artes marciales,
aprendiendo por osmosis, por as� decirlo, transmitiendo el cham�n su
conocimiento directa y corporalmente sobre el aprendiz, y s�lo
entonces mostr�ndole c�mo estimar su conocimiento como poder. Neo es
por supuesto un estudiante premiado - �l es despu�s de todo "el
Elegido" - y muy pronto �l estar� en condiciones de equipararse a
Morfeo. � Las ense�anzas del cham�n han asegurado sin embargo que el aprendiz retorne al mundo con algo nuevo: la conciencia de que el mundo es s�lo una simulaci�n, un punto de vista, y que, m�s a�n y en gran medida, no es ni siquiera propio. Su tarea es cambiar esto, pero �l s�lo puede comenzar a hacerlo primero estando perfectamente distanciado de ello, aprendiendo c�mo "no creer", para comprender que el mundo es un sue�o, sujeto a su propia voluntad consciente. � Es en este punto que el segundo enemigo del hombre de conocimiento - la claridad, la percepci�n n�tida - surge. � Neo est� tan convencido de su punto de vista, de su interpretaci�n de la realidad, que �sta lo esclaviza (que es exactamente para lo que la Matriz est� dise�ada, obviamente). Para vencer esto �l debe liberar su mente, derrotar su raz�n, o claridad, y simult�neamente liberar su "cuerpo" tambi�n, comprendiendo que �l es simplemente un modo de percepci�n, un sentimiento. �
De aqu� que �l sea liberado para
convertirse en poder puro: un cham�n, o un "caminante del cielo".
[6]
� Esta comprensi�n sin embargo no puede ocurrir sin enfrentar primero sus dudas, y aqu� es donde el Or�culo entra. Antes de reunirse con la Pitonisa, Neo hace una pausa en la sala de espera para recibir una breve lecci�n m�gica del ni�o parecido a Yoda y su cuchara. Este incidente de la cuchara que se dobla lo prepara adecuadamente para la curvatura de la mente que la Pitonisa har� para �l, moment�neamente. � Ella confunde sus expectativas y lo deja libre de obligaciones antes de que venga el golpe grande. Ella lo deja en el estado an�mico apropiado para su completa iniciaci�n como guerrero-cham�n: �l es abandonado (�l no es el Elegido, as� que no importa lo que �l haga en adelante), pero controlado (�l no puede no hacer nada y ver morir a Morfeo); y salvando a Morfeo (y a Trinidad juntamente), Neo confirma su poder, y el aprendiz se convierte en maestro. �
Neo est� listo ahora para lo real. � Todo lo que le sucede es parte de su iniciaci�n, son los medios para que �l "libere su mente". � Por lo tanto, por vez primera, todo el caos tiene un sentido: es literalmente apocal�ptico. Y �sa es la belleza de La Matrix, porque realmente practica lo que predica. No es s�lo acerca de un viaje cham�nico, velado tras una forma dram�tica y engalanado al mejor estilo de Hollywood, sino que al mismo tiempo es este viaje mismo, en miniatura. � Es como un laberinto flexible, en el cual la percepci�n del espectador puede vagar y espiar y avanzar lentamente y elevarse, a voluntad, para su propia desesperaci�n o su deleite, como sea. Es un medio para enfrentar de manera divertida al inconsciente; y si es tomado (o hecho, pues La Matrix es la primera verdadera obra de cine participativo, de "realidad virtual") con el esp�ritu correcto, es un b�lsamo potencial para el alma fatigada y deprimente del espectador. � Tal vez incluso sea una bendici�n. Brinda la clase de regocijo, expectativa y alegr�a (para este espectador al menos) que puede ser asociada m�s con la infancia que con otra cosa. O con los sue�os. �
Ver La Matrix puede hacerle parecer que cada d�a
es Navidad. Verla libera la mente. �
A d�nde podr�an llegar los hermanos Wachowski a partir de aqu�, es la pregunta m�s intrigante de todas. � Ellos han declarado que dos pel�culas m�s de La Matrix est�n en camino, pero si ellas ser�n continuaciones o historias previas, o ambas, permanece en la inc�gnita (lo ideal ser�a una de cada una, ya que La Matrix no nos muestra ni el final ni el comienzo de la historia). � Hay un potencial aqu� que verdaderamente sobresalta la mente. Despu�s de todo, como un semidi�s hologr�fico - s�lo uno de un creciente n�mero, o de una raza viniente - literalmente no hay ning�n l�mite para aquello de lo que Neo sea capaz, con el tiempo. � El objetivo parecer�a ser no terminar simplemente la tiran�a del viejo programa sino tambi�n introducir un nuevo programa en el antiguo, para hacer por lo tanto posible la transici�n; de otro modo, la mayor�a de los humanos (como la pel�cula lo se�ala) simplemente no es lo bastante fuerte para dar el salto, desde el beato olvido a la realidad infernal, sin perder su mente en el proceso (la l�nea entre "liberaci�n" y "p�rdida" aqu� es muy fina en verdad). � Puesto que Neo y su compa�eros Illuminati est�n destinados no simplemente a navegar y derrocar a la Matriz sino realmente a remodelarla - para reorganizar sus componentes en algo m�s viable, algo m�s abierto, algo que conduzca a la libertad - su trabajo ya no es simplemente el del terrorismo. �
Es algo
infinitamente m�s exigente, y si los hermanos Wachowski - inspirados
como est�n - son capaces de prever tal proceso de una iniciaci�n
mundial, s�lo el tiempo lo dir�. Parece dudoso, a menos que ellos
puedan ignorar con �xito la presi�n de los estudios y de los
espectadores y simplemente seguir su propia inspiraci�n hasta el
final, y asumir tantos riesgos la pr�xima vez como lo hicieron esta
vez, apareciendo por lo tanto con algo igual de inesperado. � Una pregunta que nunca surge en la pel�cula est� relacionada con esto, a saber:
Porque la tiran�a del programa est� relacionada directamente con esto:
De all� la necesidad de un nuevo programa, puesto que en el antiguo no hay ninguna posibilidad de crecimiento, de cambio. � Toda la novedad ha sido exprimida, quedando s�lo una repetici�n interminable, una reconfiguraci�n de los mismos elementos infinitas veces bajo plantillas agotadas ya muy conocidas. �
Este
"final de la novedad", en relaci�n a la explosi�n de la informaci�n
del presente siglo, ha sido postulado por el escritor-cham�n Terence McKenna, quien imagina un punto en el tiempo en el cual todo el
conocimiento (racional) habr� sido acumulado, reunido, asimilado, y
el programa como tal completado. Esto es referido por �l como
el "eschaton"
[έσχατον, "fin, final, extremo"], o de otra manera (para usted y
para m�), el final del mundo (o de la palabra). [7]
Posteriormente �l comenta:
La Matrix, �hecha por encargo,
cree alguno?.
Ya que la realidad de la Matriz est� siendo continuamente descargada en la conciencia colectiva de la Humanidad en tanto �sta est� en su sopor - y ya que Neo y su equipo son capaces de funcionar tanto dentro como fuera de esta realidad (actuar a trav�s de ella pero tambi�n sobre ella) - no es dif�cil imaginarlos desarrollando la capacidad de congelar temporalmente el flujo de informaci�n (como Morfeo lo hace en una de sus simuladas caracterizaciones) a voluntad, e incluso quiz� revertirlo o adelantarlo, m�s o menos como uno hace una pausa o adelanta en una videograbadora. � Esto les dar�a el poder realmente divino de alterar y reordenar las cosas dentro de la conciencia humana colectiva, dentro de la Matriz, y as� reorientarla constantemente y de manera creativa hacia un resultado deseado. �
Y
puesto que este resultado no es simplemente el derrocamiento de la
tiran�a de la IA sino tambi�n el despertar de la Humanidad, se
requerir�a no tanto la crueldad del terrorista sino la sutileza del
artista, la magia del hechicero, el poder
del cham�n.
Morfeo le ense�a a Neo c�mo funcionar - con un potencial sobrehumano - dentro de un simulado campo de entrenamiento, de modo que �l pueda luego moverse adecuadamente en la Matriz con el conocimiento que ha obtenido, y funcionar all�; esto aunque �l no pueda menos que seguir percibi�ndolo como la realidad verdadera. � De modo que si el final y el objetivo �ltimo de todo esto es liberar su mente y as� demostrar que la realidad es un asunto puramente subjetivo - una ciencia participativa, si usted prefiere (como la f�sica cu�ntica nos asegura) - entonces seguramente esta misma conciencia - este mismo poder - �debe tambi�n aplicarse a la "realidad" misma, esto es, al mundo post-apocal�ptico donde la IA reina? � Ciertamente es una conclusi�n l�gica e irresistible que �ste tambi�n es s�lo otra simulaci�n, aunque de un orden muy diferente. � Pong�moslo de otra manera: despu�s de descubrir, m�s all� de toda posibilidad de duda, que lo que �l una vez pens� que era la realidad concreta y emp�rica es realmente una proyecci�n mutable y pl�stica de la realidad - sin leyes fijas m�s all� de las leyes (las limitaciones) de la mente - �c�mo es posible para Neo - habiendo comprendido esta verdad que acaba con todas las verdades - tomar alguna vez algo como "s�lido" otra vez? � Obviamente, no lo es. Uno no puede liberar la mente s�lo en parte; uno debe liberarla completamente, o nada en absoluto. � De aqu� que la Matriz misma no es m�s que un campo de entrenamiento - exactamente como las simulaciones de Morfeo para Neo, s�lo que del siguiente nivel - para la iniciaci�n en el universo m�gico, como est� programado por "Dios", si debemos darle un nombre. �
Y aqu� es donde los hermanos Wachowski podr�a
volverse realmente estrafalarios con La Matrix.
McKenna cree que el d�a en que se descubra que el viaje en el tiempo es f�sicamente posible - el d�a en el cual la Humanidad en su conjunto se d� cuenta de este hecho (y parece estar cercano) - efectivamente ser� el final del tiempo como lo conocemos. � �l postula una especie de portal que se abre en el espacio-tiempo a trav�s del cual el futuro vendr� derram�ndose hacia el presente. Si el viaje en el tiempo se llega a hacer posible, sostiene McKenna, l�gicamente entonces nuestras futuras individualidades llegar�n por lo tanto a ser conocidas por nosotros. � Pero para no abolir completamente nuestra ilusi�n de la cronicidad (el gobierno de Cronos, o Saturno, o el Tiempo) - a fin de permitirnos todo el beneficio de la instrucci�n y preparaci�n con la que esta corriente del tiempo nos est� proveyendo - obviamente nuestras futuras identidades deben ser cautelosas. � Tal como los agentes de la IA de La Matrix, ellas pueden andar entre nosotros pero no pueden hacerse conocidas para nosotros, por la simple raz�n de que hacer aquello efectivamente colapsar�a el programa y, como se dice com�nmente, har�a estallar nuestras mentes. � De esto se desprende, sin embargo, que el momento en el que los viajes en el tiempo se hagan posibles para el individuo corriente, y en el cual el hombre de ayer consigue un atisbo del dios del ma�ana, estos seres divinos - que son tanto nuestros demonios como nuestros �ngeles, nuestros creadores y nuestros descendientes - pueden finalmente caminar libremente entre nosotros. � Por lo tanto (seg�n McKenna), el momento en el que el viaje en el tiempo sea descubierto, ocurrir� un influjo masivo y verdaderamente apocal�ptico - una ola gigantesca, si usted prefiere - de energ�a alien�gena, o datos no procesados de unidades absolutamente nuevas de informaci�n, o, para decirlo m�s derechamente, de seres sobrehumanos. �
Los dioses llegaron hoy. Por
supuesto, uno tambi�n podr�a "reducir" este escenario escatol�gico a
t�rminos menos apocal�pticos diciendo que todo lo que esto realmente
implica es la apertura de las compuertas entre el lado izquierdo y
el lado derecho del cerebro, conocida por otro nombre como un apocalipsis... � �D�nde est� el Para�so? [8] � La pel�cula s�lo ofrece una variedad de purgatorios (donde el alma es purgada y preparada), y un solo Infierno. No hay ninguna menci�n de a d�nde realmente podemos ir desde aqu�. Nadie pregunta; nadie se atreve. La pel�cula parece presentar una situaci�n a puertas cerradas (huis clos), una situaci�n carente de salida, excepto por el hecho singular de que est� ante todo preocupada por la naturaleza de la ilusi�n, por c�mo usarla y c�mo vencerla. � Como tal, La Matrix nunca realmente desciende a la "realidad" en absoluto. �sta a�n debe venir, y puede ser que la mente humana, tal como es (y la Matriz no es ni m�s ni menos que esto), no puede conocer la realidad directamente en absoluto sino que s�lo percibe una serie interminable de interpretaciones, de simulaciones. � Estas ilusiones no son el territorio, pero con el tiempo podemos ver que ellas son m�s seguramente mapas, mediante los cuales podemos alg�n d�a llegar all�, a tierra firme por fin, donde podremos desechar todos los mapas e ilusiones de una vez para siempre. Y, en aquel d�a, podemos encontrar que la verdad era la que ten�amos desde el principio, s�lo que no pod�amos comprenderla. � Tanto la Serpiente del Ed�n como Jes�s Cristo silbaron la misma melod�a, aunque por diferentes razones:
Aparentemente, el Para�so no es para todos.
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