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por John Lash
1 Junio 2011
Andaluc�a
del Sitio Web
Metahistory
traducci�n de
Adela Kaufmann
Versi�n
original
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01 de junio 2011 Andaluc�a
�ltimo d�a de doble turno bajo Bhuvaneshvari y el Col�rico Tara
Verde, el Selector. |
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Cuando Pistis vio la impiedad del Se�or Arconte se llen� de ira.
Actuando en su forma invisible, habl� de esta manera:
"Est�s equivocado, ciego -. falsa deidad que no puedes ver. Hay un
ni�o inmortal luminoso, el Anthropos, que entr� en existencia antes
de que t� y que aparecer� entre tus formas moldeadas (plasmata).
Este ni�o luminoso te pisotear� con desprecio al igual que se muele
la arcilla del alfarero (en un bulto). Y t� te hundir�s de inmediato
a su zona apropiada, el abismo (de gravedad), junto con aquellos que
pertenecen a tu legi�n.
"Porque en la consumaci�n de yu trabajo, todo el defecto [de la
ilusi�n arc�ntica] expuesto a la luz de la verdad ser� abolido, y [esa
ilusi�n] ser� como si nunca hubiera existido."
- Sobre el Origen del Mundo
(On the Origin of the World), 103.15-30
Hablando en La charla en-Grok- en abril de 2011, me aventur� a una
grandiosa afirmaci�n: es decir, la correcci�n de Sophia inici� el 19
de marzo, ocho d�as despu�s del
terremoto de Fukushima.
Si las ense�anzas gn�sticas que sobreviven de los Misterios son
correctas, este evento ser�a de singular y trascendental importancia
para la especie humana y el futuro del planeta. Por un lado,
significa que la Terma del Despertar de Gaia (Terma of Gaia
Awakening), que he descubierto en
agosto de 2008 est� ya totalmente en marcha como un evento
interactivo yendo hacia adelante en un tiempo lineal - y,
posiblemente, tambi�n, en tiempo paralelo.
Por "tiempo paralelo" me refiero a un evento de bifurcaci�n de la
humanidad que implica la toma simult�nea de dos cursos diferentes:
di-�rtesis, la soluci�n dual o de divisi�n.
Para hacer lo m�s claro posible los distintos aspectos y
perspectivas y de esta fant�stica oportunidad, les ofrezco este
ensayo.
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Comentario de audio sobre este ensayo
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Atrevimiento Divino
En este momento, a tres a�os desde el descubrimiento de la Terma del
Despertar de Gaia, de la correcci�n (diorthosis griego) de la diosa
de la sabidur�a
Sophia hay grandes posibilidades de que se convierta
en un tema de considerable fascinaci�n.
Su correcci�n es el �nico elemento destacado del escenario de la
diosa ca�da, o historia de la visi�n de los misterios que se dej�
abierta, sin definir. Es tambi�n la clave de la interactividad
humana con Gaia-Sophia:
el papel del ser humano en la correcci�n, de alguna manera determina
la forma en que se lograr�.
�Por qu�?
Bueno, de acuerdo con las fuentes textuales gn�sticas, que es como
Pistis - nombre de la diosa que tiene confianza en la humanidad -
desea que sea! As� que el mito nos informa, seg�n lo registrado en
un importante texto cosmol�gico, El origen del mundo -
On the Origin of the World
(citado
anteriormente).
La correcci�n consiste en una especie de desaf�o c�smico, o
atrevimiento divino. Un acto de desaf�o por el E�n Sophia en su
forma pre-terrestre, dirigido contra
las fuerzas Arc�nticas y
asegur�ndoles su derrota final. Su desaf�o a los enga�osos poderes
que amenazan la experiencia divina en la Tierra es una declaraci�n
de pistis, su confianza en la humanidad, la especie clave en el
experimento.
Griego pistis: "fe, confianza."
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Figura Arc�ntica
vista flotando sobre Gaucin, Espa�a. Abril de 2011
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Sue�o Extraterrestre - El Enigma de los Arcontes
(Alien Dreaming - The Enigma of The Archons) presenta la imagen
del tipo Arconte embrionario ("como un feto prematuro"), parecido a
una fuga de gas que emana de la Coco de Mer (CDM).
Hay dos versiones del CDM, siendo lo que representa el protennoia
trim�rfico o sistema de tres cuerpos de la intenci�n original de
Sophia. El CDM representa la semilla mundial, el germen de la
conjunto de tres cuerpos para un experimento divino en el potencial
humano.
En su sue�o de un mundo en el que una cepa del Anthropos pudiera
surgir y evolucionar, promulgando una experiencia divina, Sophia
tuvo la visi�n de una estrella, un planeta y una luna o sat�lite. Ya
que la tierra a�n no se hab�a formado, la parte central de la carne
del CDM preterrestre no tiene X para marcar el lugar de la
metamorfosis de Sophia en un planeta vivo.
La estrella-sol protot�pica y la luna son de color azul oscuro,
sugiriendo que estos cuerpos a�n no han salido a la luz de la
oscuridad del fondo c�smico.
En la segunda versi�n del CDM, la semilla del mundo es de color
verde claro, la estrella-sol es roja, la luna es de color malva, y
un suave X o hendidura cuadrada marca el lugar donde la tierra ha
aparecido:
Este CDM (imagen de arriba) es el icono para el sue�o del mundo del
E�n Sophia, ya que lleg� a ser realizado por su metamorfosis en el
contexto de la experiencia divina que hab�a previsionado en el
Pleroma, el n�cleo gal�ctico.
El original sistema de tres cuerpos est� intacto, pero llega a ser
capturado en la relojer�a celestial del sistema planetario
inorg�nico construido por los Arcontes. Tal es la perspectiva de
dos mundos de la cosmolog�a gn�stica.
�Cu�l es la "confianza" de Sophia en la humanidad?
En consonancia con la l�nea del trama del mito gn�stico, ella espera
que el Anthropos (Adam
Kadmon) se den cuenta de su potencial original en el
sistema de los tres mundos, a pesar de que est� capturado en otro
sistema. En otras palabras, ella cuenta con la especie humana para
despertar y liberarse de la
Matrix de los poderes arc�nticos e
involucrar a la divina oportunidad de la vida en la tierra, de forma
interactiva con su propio despertar a la pesadilla de la historia
humana.
Ahora hay una clara propuesta para la pr�ctica de im�genes.
El CDM del momento preterrestre muestra que hay una especie de fuga
o falla en el sue�o original. Sophia no esperaba que la influencia
desviada de los Arcontes viniera a influir en el experimento divino
con el Anthropos. Bajo esta influencia, la humanidad est� sometida a
una segunda realidad sustituta o realidad simulada.
Este es el reino de las "esferas planetarias", donde la tierra es
capturada, que se describe como un sistema penitenciario en los
escritos gn�sticos. Por lo tanto, el prototipo del "planeta prisi�n,"
un
meme asociado con el movimiento de guerra de informaci�n de Alex
Jones .
Los Telestai (los gn�sticos como los entendemos hoy en d�a)
describen los Arcontes como guardas y porteros en el laberinto de la
prisi�n planetaria. El recinto penitenciario indicado aqu� no es la
tierra, que es el escenario ed�nico para un experimento divino en
libertad, descubrimiento y novedad.
No, es
LA MATRIX, el laberinto hologr�fico de enga�os arc�nticos
en la que la raza humana parece ser la progenie de dioses de fuera
del planeta, esclavizados por
intra-especies predadoras que dicen
descender de tales dioses, o que pretenden actuar como dioses
ense�ore�ndose sobre el resto de la humanidad y reclamando todos los
recursos del planeta para ellos mismos, o que est�n falsamente
atribuidos de poderes divinos por los seres humanos que caen bajo su
hechizo de control mental, incluso en el mismo acto de exponerlos a
ellos, etc. etc. etc.
El se�or�o de los Arcontes, por supuesto, es la afirmaci�n
ampliamente aceptada del
escenario Anunnaki de Sitchin, que ha
demostrado ser desinformaci�n teocr�tica, expuesta y deconstruida
por el telestai de los Misterios.
"Y la monarqu�a (autoridad teocr�tica) descendi� del cielo", como
afirma la mentira en las primeras l�neas del mito babil�nico de la
creaci�n,
Enuma Elish.
Con la historia de la visi�n Sofi�nica como marco de referencia,
esta mentira puede ser expuesta y la historia ver�dica de la
prehistoria de nuestra especie puede ser desarrollada, en
consonancia con la ciencia astron�mica y evolutiva (aunque no
necesariamente los conceptos y nociones actuales aceptados por la
ciencia).
El CDM preterrestre presenta la sub-trama del "sue�o alien�gena", es
decir, el esquema de las mentes-par�sitas de los Arcontes
insinu�ndose en la realidad humana y tomando el control, haciendo
que los humanos se vuelvan como ellos, rob�ticos, serviles,
incapaces de intenci�n, descubrimiento o novedad.
En realidad, la tierra, la luna y el sol son inmunes a la presencia
arc�ntica, fuera de los l�mites.
Al igual que el sistema inmunol�gico humano, pueden sufrir ataques
espor�dicos sin ser completamente aplastados. As� los Arcontes hacen
incursiones espor�dicas en el sistema de tres cuerpos, pero no
pueden permanecer all�, no pueden lograr efectos a largo plazo, y no
pueden conquistar ni habitar permanentemente, ya sea al sol, la luna
o la tierra.
Los tres cuerpos operan como una unidad, estructuralmente acoplados
para usar un t�rmino de la teor�a Gaia.
Ellos, en efecto, forman un solo s�per-organismo con la tierra como
su n�cleo central sensible. La amenaza del sol acabando con la vida
en la tierra, es decir, siendo esencialmente hostil a las criaturas
terrestres, o que la luna sea un puesto de avanzada de
extraterrestres depredadores, y otros escenarios relacionados con
esta l�nea tendr�a que ser descartado como paranoia delirante, si el
Telestai estuviera en lo correcto en su percepci�n del orden c�smico.
Si realmente estuvieran en lo correcto, su punto de vista fuera
epist�mico, y por lo tanto se puede probar. Sin embargo, la prueba
ha de realizarse en rigurosa observaci�n de la continuidad de la
historia de la visi�n, es decir, encajado en la trama.
Tal es el desaf�o a la imaginaci�n humana que representa el mito
supremo de participaci�n que ha sido producido por nuestra especie.
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Insectos �caros
La fuga en el sue�o de Sophia se debi� a la generaci�n espont�nea de
la especie como-langosta afines a los arcones, debido al impacto de
su vida y se intencional luminosidad plasm�tica (Luz Org�nica) en el
caos (la material de la sombra) de las extremidades gal�cticas:
Existe un velo entre el mundo de arriba [en el centro gal�ctico], y
los reinos que est�n por debajo [exterior, en las extremidades
gal�cticas], y la sombra lleg� a la existencia bajo el velo. Algunas
de las sombras [masa oscura] se convirtieron en materia [at�mica], y
se proyectaron hacia fuera [parcialmente formados en matrices
elementales, la dema].
Y lo que Sophia cre� [por su impacto] se convirti� en un producto en
la materia [la dema], [una forma neonata] como un feto abortado.
Y [una vez formado] tom� una forma de pl�stico moldeado de la sombra,
y se convirti� en una arrogante bestia que se asemeja a un le�n. Era
andr�gino, porque era de la materia [neutral, inorg�nica] de la que
se deriv�. (La Hip�stasis
de los Arcontes -
The Hypostasis of the Archons
- II, 4, 93:30 y siguientes, con mis
glosas entre par�ntesis.)
El mito de la creaci�n de los misterios puede ser entendido, no como
un mito en el sentido de una ficci�n sin fundamento o una invenci�n
cocinada debido a la ignorancia de los hechos, sino como un
verdadero relato de los acontecimientos que sucedieron en el cosmos,
dictado en los t�rminos mito-po�ticos y metaf�ricos.
Esta descripci�n no es una mera alegor�a, sino una met�fora
funcional que codifica los hechos, fen�menos, procesos que se
despliegan en la escala c�smica durante largos per�odos de tiempo.
Plutarco, uno de los �ltimos iniciados conocidos, conden� la
alegor�a e insisti� en que los mitos eran descripciones de hechos
reales:
"Quienquiera que aplicase estas alegor�as a la Bendita Naturaleza
Divina, merece ser tratado con desprecio. Sin embargo, no debemos
creer que eran meras f�bulas sin sentido, como aquellas de los
poetas. Estas representan para nosotros lo que realmente ocurri�".
(Isis y Osiris -
Isis and
Osiris)
Cuando originalmente restaur� el mito gn�stico de la creaci�n con su
v�vida descripci�n de la generaci�n espont�nea de los Arcontes, me
pregunt� c�mo alguien le dar�a cr�dito a tal extravagante evento.
Desde entonces, he descubierto el notable y a�n inexplicable caso de
la
abiog�nesis de los insectos Acari:
En 1837, Andrew Crosse inform� a la Sociedad el�ctrica de Londres
respecto a la espont�nea generaci�n el�ctrica accidental de la vida
en forma de insectos del g�nero Acurus, mientras estaba realizando
experimentos en la formaci�n de cristales artificiales por medio de
una exposici�n prolongada a una d�bil corriente el�ctrica.
A lo largo de numerosos y estrictos experimentos en una amplia
variedad de condiciones totalmente contrarias a la vida tal como la
conocemos, los insectos continuaban manifest�ndose. El gran Michael
Faraday tambi�n report� ante el Instituto Real de �l hab�a
reproducido el experimento.
Poco despu�s, todos los aviso notaron que este fen�meno dej� de ser
reportado, y el asunto no ha sido resuelto desde entonces.
La Luz Org�nica, la luminosidad plasm�tica del n�cleo gal�ctico, es
la forma de energ�a natural de los Eones, o divinidades c�smicas.
No es el�ctrica, como tal, pero acarrea un componente de luz
el�ctrica. Este hecho es evidente en contacto directo con el OL, que
induce en el testigo un aumento sutil de la fuerza estimulante, como
un leve choque el�ctrico, que produce un fino sudor fr�o.
Significativamente, el experimento de Crosse s�lo se requiere una
carga el�ctrica de luz para genera ar los insectos en un medio
inorg�nico de part�culas similares a los dema de los brazos de la
galaxia.
He terminado la exposici�n de mi caso.
Teniendo en cuenta este evento cosmol�gico, la aparici�n de los
Arcontes similares a
Acari antes de la formaci�n de su eventual
h�bitat, el sistema solar, es importante tener en cuenta la
secuencia cosmol�gica tal como Sophia vivi� a trav�s de ella:
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En el Pleroma o n�cleo gal�ctico, Sophia, junto con su consorte Thelete (el "Anticipado") dise�aron el genoma humano, el Anthropos.
Lo codificaron con una capacidad de evoluci�n en una variedad de
cinco: ennoia, metanoia, dianoia, ep�noia, todas las variaciones del
nous (inteligencia divina), y cargado de ent�mesis, pasi�n o deseo.
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El Anthropos es sembrado en los brazos gal�cticos, depositado en
una nube molecular en la Nebulosa de Ori�n, donde se puede propagar
a trav�s de esporas que flotan libremente (prop�gulos) y echar
ra�ces en diversos sistemas planetarios. Por lo tanto, la
panspermia, declarada por videntes gn�sticos milenios antes de Svante
Arrhenius en 1903.
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El E�n Sophia se dedica a so�ar unilateralmente, sin c�nyuge o
contraparte E�nico. Al hacerlo, envisiona un sistema de tres cuerpos,
donde una cepa de Anthropos podr�an surgir y evolucionar de acuerdo
a sus dise�os, su idea preconcebida de un experimento de lo divino
en novedad y aprendizaje - un experimento totalmente abierto, que no
finalizar� en ning�n evento final o resultado determinado de
antemano por Sophia o cualquier otra divinidad Pler�mica.
Ella establece las condiciones iniciales y deja el resultado abierto.
En otras palabras, Sophia prev� el experimento de desarrollo dentro
de ciertas pautas conforme a las capacidades dotadas en el Anthropos,
pero sin imponer su prescrito "plan divino" de esa especie. Ella
misma no sabe el resultado final o el �ltimo fruto del experimento.
De acuerdo con la generosidad sublime de los Eones, Sophia desea ver
c�mo el experimento humano se desempe�a de manera independiente, en
sus propios t�rminos.
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Debido a la intensidad de su propia ent�mesis, deseo, Sophia es
arrastrada desde el centro gal�ctico, el Pleroma, el reino del
potencial infinito. Fuera de los l�mites que definen, se cae o se
hunde en la regi�n del Kenoma, el reino de la materia y la sombra
potencial finita. La diosa en realidad se somete a la contradicci�n y a la confusi�n:
ahora est� din�micamente involucrada en el experimento para el cual
no ha determinado un resultado espec�fico.
�Ya no es individual, est� implicada en el resultado! Al
desarrollarse las condiciones iniciales del experimento con el
Anthropos, tambi�n lo hace hip�stasis de Sophia, su enredo en
reducci�n en la f�sica de los brazos de carrousel de la galaxia. Se
trata de un desarrollo an�malo e imprevisto en el orden c�smico.
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El impacto de Sophia en el DEMA, los densos y elementales
despliegues de materia de las extremidades gal�cticas producen una
zona de fractura en donde los Arcontes, como langostas, surgen por
generaci�n espont�nea, como los insectos Acari en el experimento de
Crosse. Este es el primer evento imprevisto en la aventura de Sophia
en los brazos del carrusel.
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Los Arcontes salen en enjambre en una masa circular, como abejas.
Se trata de una especie m�mica con un mentalidad de colmena, no
poseyendo ninguna de las capacidades o atributos codificados en el
genoma humano. Son drones inorg�nicos, rob�ticos en su naturaleza,
sin embargo, sobresalen en imitaci�n y simulaci�n, HAL, la t�cnica
de la realidad virtual.
Sophia abarca este extra�o enjambre con la columna de su luz
org�nica, d�ndose forma a s� misma en una especie de
Ur�boros, una
serpiente mordiendo su propia cola. De esta manera, ella trata de
atraparlos, arri�ndolos hacia un espacio con fronteras definidas.
Dentro de estos l�mites, el disco protoplanetario del emergente
sistema solar tomar� forma.
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Varados en los brazos gal�cticos, y gradualmente perdiendo el
contacto con los eones del n�cleo, Sophia revolotea en las
proximidades de la Nebulosa de Ori�n, donde el genoma humano es
depositado como un patr�n de roc�o en una tela de ara�a.
Al mismo tiempo, se enfrenta a
los arcontes y es testigo de la
aparici�n de una violente mutaci�n en medio de ellos. Una figura drac�nica o reptil asume el papel de amo de la colmena: el Se�or
Arconte,
Ialdabaoth
(Yaldabaoth) tambi�n llamado Samael y Saklas,
"el ciego". Este es el segundo evento inesperado en su aventura
fuera del n�cleo gal�ctico.
Aqu� el mito se pone bastante complejo. Las interacciones entre
Sophia y el Se�or Arconte implican varios episodios cosmol�gicos a
gran escala. Voy a cubrir estos eventos en detalle en otro ensayo...
Por ahora, vamos a considerar la escena descrita en Sobre el origen
del mundo.
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Sophia se enfrenta al Se�or Arconte, invocando la presencia del Anthropos, que esa entidad no puede ver o comprender. Ella le dice,
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"Hay un ni�o inmortal luminoso, el Anthropos, que entr� en
existencia antes que t�, y que aparecer� entre tus formas modeladas
(plasmata)."
Con su propia atenci�n fijada en el Anthropos, le lee al Se�or
Arconte su destino: ser derrotado por la humanidad en el momento en
que �ste completa su obra, es decir, el acto de enga�o por el cual
se desv�a la raza humana de la experiencia divina, de como Sophia
originalmente lo hab�a so�ado.
En pocas palabras, esta es la pistis de la diosa de la sabidur�a: su
confianza en la humanidad para detectar y superar los poderes
arc�nticos, las Autoridades o Gobernantes.
Di�logo del Salvador, NHC III, 5,85:
-
Judas dijo: "He aqu�, las Autoridades (Arcontes) moran sobre
nosotros, por lo que son ellos los que gobernar�n sobre nosotros."
El Salvador dijo: �Eres t� quien va a gobernar sobre ellos. Pero
s�lo cuando os liber�is de la envidia, y tom�is la protecci�n de la
Luz, y entr�is en la nymphion (c�mara nupcial) ".
De la escasa evidencia textual sobreviviente del mito, est� claro
que la telestai se imagin� que Sophia pod�a prever la amenaza de las
Autoridades para la humanidad y el divino experimento de su sue�o
original.
Bien, s�, pero la pregunta que cabe hacerse ahora es:
Incluso antes de que la Tierra se formara por la metamorfosis de sus
propias corrientes energ�ticas - �otro evento inesperado en su
aventura! - Sophia contaba con la intrusi�n de los Arcontes en el
experimento divino.
Pero, �fue ella capaz de prever el alcance de la intrusi�n?
Tal vez incluso la propia diosa de la sabidur�a no
anticip� cuan
lejos penetrar�an los Arcontes en la realidad humana y desviar�an el
experimento divino que ella previ� para el Anthropos. Esto podr�a
explicar, en t�rminos mitol�gicos, por qu� se tarda hasta el �ltimo
minuto antes de detectar el error e iniciar su correcci�n.
En el Origen Del Mundo se presenta una especie de advertencia
prof�tica pronunciada por la diosa de la sabidur�a, sugiriendo un
cambio de �ltima hora:
En este escenario, Sophia, antes de transformarse en la tierra,
prev� un momento en que los poderes arc�nticos ser�n vencidos, el
momento de la consumaci�n de sus obras.
En otras palabras, la derrota llega en el momento de desesperaci�n
extrema al completar su agenda, la hora und�cima.
En el a�o 2011 estamos viviendo en esa �ltima hora, e incluso hacia
el final de la hora. 11/11/11 es una fecha que obliga a poner
atenci�n e incluso a una fijaci�n obsesiva de inter�s.
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Arconte Plexus
Muchos de los que pretenden exponer la "agenda alien�gena" de las
Autoridades (Psic�patas del Nuevo Orden Mundial, o NOM) le
atribuyen como poderes m�gicos a esos perpetradores.
Esto es una exageraci�n que, a mi modo de ver, los perpetradores no
merecen. Les invierte con un aura de poder oculto, como si fueran
los amos del universo, tan invencibles como los monstruos de ciencia
ficci�n de los c�mics. Les mistifica a la exclusi�n de cualquier
consideraci�n de poderes m�gicos inherentes a la raza humana en su
conjunto. Exagera sus capacidades y su visi�n del futuro, de
capacidad de planificaci�n.
Tenga cuidado con este tipo de cr�dula exageraci�n en depredadores
de intra-especies.
Por supuesto, los 'cerebros' globalistas usan o parecen utilizar
ciertas fechas simb�licas o claves numerol�gicas y c�digos
cronol�gicos en orquestaciones de maldad social. Estos patrones son
innegables, pero pudiera ser un error considerarlos como indicando
deliberadas operaciones m�gicas.
En realidad, pudiera haber otro mecanismo de operando en ventaja de
las Autoridades, muy distinto de las habilidades y estrategias que
les atribuyen aquellos que los exponen, como
David Icke, Michael
Tasrion, y Jordan Maxwell.
�Y cu�l ser�a ese mecanismo?
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El complejo R (Arconte Plexus)
se compone de la parte extendida del tronco cerebral
integrado en el sistema l�mbico o cerebro medio de los mam�feros (resaltado
en amarillo)
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Bas�ndome en mi larga relaci�n con estas entidades, combinado con
las instrucciones adquiridas en trance cham�nico, propongo lo
siguiente:
Los Arcontes y sus contrapartes humanas ganan control sobre la
humanidad a trav�s de una particular "convulsi�n" que opera en la
parte posterior del cerebro y en el campo de la visi�n perif�rica de
forma simult�nea.
La �toma� de la parte trasera del cerebro del fascinante poder de
encanto arc�ntico puede ser detectada en las funciones del complejo
R: juego de palabras en Arconte plex, el plexo Arconte o
cerebro
reptil en su modo anormal o exagerada.
Cuando esta parte del cerebro domina, reemplaza o sobre-escribe los
programas de adaptaci�n del cerebro medio y el cerebro anterior, el
comportamiento humano toma una inclinaci�n demente y un r�gido
doblez repetitivo, que puede ser le�do como ritual.
Sin embargo, el comportamiento ritual no es lo mismo que la acci�n
ritual intencional, es decir, actos deliberados de magia.
Un robot pre-programado no act�a de manera ritual, ya que no hay
intenci�n auto-determinada detr�s de sus espeluznantes gestos
mec�nicos. Sus acciones muestran una m�mica predeterminada, y
noautonom�a auto-determinada: al igual que con los arcontes y los
seres humanos Arcontificados, incluyendo a los depredadores
globalistas y los asesinos en serie, que son una y la misma raza de
manipuladores, asesinos desviados
La observaci�n de fechas y n�meros por las Autoridades no son
evidencia de su dominio de una fascinante magia negra, sino que
evidencia de sus "mentes rutinarias",
seg�n se�al� Casta�eda, en
relaci�n con
los 'voladores' (ver
El Lado Activo del Infinito).
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Ellos repiten estos programas para
mantenerse en buen camino, ya que no tienen autonom�a gu�a, habiendo
renunciado a ese aspecto de nuestra herencia divina en favor de la
ilusi�n de poder arc�ntico, promulgada a trav�s de misteriosos
juegos de enga�o y dominaci�n. �Est� claro mi amigo?
Un psic�pata asesino en serie trabaja compulsivamente en estrictas
rutinas, a menudo usan patrones repetitivos preservados en c�digos,
cifras y s�mbolos.
Pero teniendo en cuenta que esto es as�, �se podr�a decir que una
persona asesina, enga�osa, est� ejecutando verdadera y eficaz magia?
Creo que ser�a m�s una sobre-atribuci�n. �l o ella est�n simplemente
actuando por r�gidas compulsiones, comportamientos impulsados por el
temor inherente al ansioso plexo Arconte con un cerebro posterior
estresado, sobre-trabajado.
Esta distinci�n es fundamental.
Caer bajo el hechizo de las Autoridades es concederle el poder a su
falsa magia: bajo el poder del enga�o, nos enga�amos acerca de lo
que realmente es el poder y perdemos todo el sentido de nuestro
propio poder.
Nuestro poder es inherente a la oportunidad �nica de nuestro papel
en la experiencia divina de Sophia, la magia interactiva con la
diosa de la sabidur�a. Afirmando este poder es la �nica manera
segura y directa, y la mejor manera, para detectar y derrotar el
poder ilusorio de las Autoridades.
Seg�n esta definici�n, que es puramente telestica, las Autoridades
son seres humanos, desviados por el exceso de trabajo del plexo
Arconte, el cerebro reptil. En gran medida, el poder casi m�gico u
oculto atribuido a los perpetradores globalistas es un enga�o, que
opera bajo el efecto del
Mago de Oz.
Tenga en cuenta que para hacer valer sus presuntos poderes m�gicos,
los perpetradores necesitan ejercer un enorme y continuo esfuerzo de
dos tipos:
lavado de cerebro
a trav�s de los medios de comunicaci�n, y amenaza
de fuerza a trav�s de los militares.
Sin un constante aluvi�n de doble ca��n, requiriendo la complicidad
de los seres humanos para reprimir y enga�ar a sus semejantes, su
tan cacareada magia r�pidamente se desvanecer�a y se disipar�a.
En realidad, el Nuevo OM s�lo se puede mantener la ilusi�n de
supremac�a m�gica, siempre y cuando reprima y desv�e el potencial
humano, donde mora la verdadera magia: es decir, en la capacidad
innata de nuestra especie de magia interactiva con los poderes de
animaci�n de la diosa planetaria.
A menos que el Nuevo OM pueda todo el tiempo suprimir la capacidad
de una manera brutal, natural y espont�neamente se afirmar� a s�
misma. Cuando lo haga, la verdadera magia del Anthropos, el "ni�o
luminoso," entrar� de inmediato en acci�n. Esto es lo que Sophia
misma desea: que la humanidad sea due�a y habilite su verdadero
potencial para la magia y lo utilice para derrotar a los arcontes y
desterrarlos a su propio dominio, el pozo de gravedad (abismo) del
sistema planetario inanimado.
En t�rminos geof�sicos, la fuerza de gravedad no es inherente a las
leyes de bioenerg�ticas del planeta viviente, ya que permite a los
arcontes colonizar el Complejo R y manipular as� el comportamiento
humano mediante la exageraci�n de los patrones
r�gidos y habituales del cerebro reptiliano.
Repito, la repetici�n que se hace evidente en los n�meros, s�mbolos
y c�digos, no es una prueba de genuina habilidad m�gica, sino
simplemente de la compulsi�n a la repetici�n que es la marca del
�rea reptil del cerebro: la repetici�n de reptil.
Las funciones del complejo R tienen un valor limitado de
supervivencia, pero cuando es exagerado act�a en contra de la
supervivencia y hacer cumplir y permite a los poderes arc�nticos a
desviar los impulsos humanos en una red de comportamiento de
esclavitud rob�tica.
Esa desviaci�n en una rob�tica sin sentido es la esencia de la
influencia arc�ntica: no se debe a nada original por parte de los
par�sitos alien�genas, sino simplemente a la exageraci�n de las
tendencias preexistentes en la estructura psicosom�tica de la
humanidad - en el plasmata, forma modelada del Anthropos.
En t�rminos f�sicos, los Arcontes disfrutan de esta toma de las
funciones del cerebro posterior, porque la tierra est� capturada en
el pozo de gravedad del sistema solar.
En consecuencia, los objetos en la tierra parecen caer a la misma
tasa, sin importar su tama�o. Un mito err�neo de la ciencia dice que
Galileo demostr� este fen�meno dejando caer de dos objetos de pesos
diferentes desde la torre inclinada de Pisa.
Este es un bonito cuento de hadas, en el mejor de los casos.
�
�
Este experimento pudo nunca haber ocurrido.
En cualquier caso, puede ser repetido con un resultado bastante
diferente. Con una estrecha observaci�n, es claro que los objetos de
diferente peso y masa, u objetos cargados con un campo magn�tico, no
caen a la misma tasa uniforme.
La afirmaci�n de la ca�da uniforme para todos los objetos
independientemente de su peso, tama�o y masa es falsa - un"efecto
especial" arc�ntico que se ha convertido en un dogma establecido de
la ciencia.
Y hay m�s a este dogm�tico enga�o.
La ciencia establecida ense�a que los objetos en ca�da libre
demuestran aceleraci�n por gravedad: caen a una velocidad creciente,
ganando velocidad a una tasa de 32 pies por segundo.
Este aumento en la velocidad de ca�da libre es planteada como una
ley universal de la f�sica, como si nada pudiera ser de otra manera
en el cosmos. Es cierto que hay un efecto detectable de la
aceleraci�n de los objetos en ca�da. Puede ser observado y medido,
pero, �Cu�l es realmente la causa? Y, �es realmente universal e
invariable, como se supone?
La aceleraci�n por gravedad es repetici�n ciega de un efecto
mec�nico:
la velocidad de ca�da libre se incrementa cada segundo por la misma,
infinitamente repetida cantidad de 32 metros por segundo.
Puramente arc�ntico...
Pero uno se puede imaginar un estado diferente de las cosas, una
operaci�n diferente de las leyes f�sicas: cada objeto se comenzar�a
a acelerar (de lo contrario se quedar�a suspendido en el espacio y
no cayera en lo absoluto), y luego alcanzar�a un �nico l�mite de
velocidad de descenso en funci�n de su masa relativo a la tierra. En
otras palabras, por otro conjunto de leyes f�sicas todos los objetos
caer�an a la tierra a una velocidad constante, sin aceleraci�n,
determinada �nicamente por la relaci�n de la masa de ese objeto
espec�fico, a la masa de la Tierra.
As� es como podr�a suceder la ca�da libre si la tierra viviente no
estuviera capturada en el pozo gravitatorio de los planetas
inorg�nicos.
Conclusi�n desde una perspectiva gn�stica:
la aceleraci�n por gravedad es el insinuado efecto fantasma del
sistema planetario arc�ntico sobre la viviente din�mica de la tierra,
no una propiedad inherente de la tierra o del sistema de tres
cuerpos.
Este mismo efecto que act�a sobre el cuerpo humano permite que los
par�sitos arc�nticos de la mente "confisquen y congelen" las
funciones instintivas del Complejo R.
En consecuencia, los Arcontes nos agarran por esa parte del cuello
donde se siente un cosquilleo cuando es sujeto de una mirada
constante desde atr�s. Ellos realmente alcanzan un control sobre el
comportamiento humano de esta manera, y simult�neamente congelan o
bloquean la percepci�n humana a trav�s de otro tipo de influencia de
par�lisis que ejercen en el campo de la visi�n perif�rica,
frontalmente.
Ellos nos hacen ir y venir, como lo dice la vieja expresi�n.
�
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Revelaci�n hecha Oficial
En Origen del Mundo se nos informa que la derrota de los Arcontes es
un asunto de �ltima hora que depende del alcance de toda la
extensi�n de sus poderes fantasmas sobre la humanidad.
El resultado depende de la intervenci�n de la humanidad en el �ltimo
momento. El mito indica claramente un dr�stico y repentino giro.
Sophia le advierte al Se�or Arconte:
"Hay un ni�o inmortal luminoso, el Anthropos, que entr� en
existencia antes que t�, y que aparecer� entre tus formas modelados
(plasmata). Este ni�o luminoso te pisotear� con desprecio al igual
que es golpeada la arcilla de alfarero (en un trozo de nada)."
En lugar de moldear a la humanidad a su imagen, los Arcontes ser�n
reducidos pulpa, al igual que el descarte de un extractor de jugos.
En abril estuve en el pueblo blanco de Gauc�n al atardecer, cuando
observ� una formaci�n de nubes en el cielo (en la foto arriba). El
sol se hab�a puesto detr�s de El Hacho y sobre los tejados de la
ciudad flotaba una figura que me record� v�vidamente la imagen del
Arconte que yo hab�a dise�ado en los primeros d�as de este sitio.
El parecido era notable, especialmente en el primer momento en que
observ� la larga formaci�n de nubes horizontales, antes de darme
cuenta que la pod�a fotografiar con mi tel�fono celular. Durante un
per�odo de media hora vi la cabeza de la criatura transformarse en
un cr�neo tipo-ET, a una apariencia como de perro o de mono. Asumi�
la cabeza de un perro - mono.
Los textos cosmol�gicos, tales como el Ap�crifo de Juan (Apocryphon
of John) menciona
Arcontes, tanto con cabeza de mono como con cabeza de perro.
Yo estaba muy obsesionado por esta aparici�n en el cielo sobre el
pueblo de postal en Andaluc�a. Se me meti� como un presagio. Al
releer el texto antes citado, pude ver lo que el presagio era, tal
vez indicando:
el momento de la "revelaci�n", cuando los poderes arc�nticos
alcanzan toda la extensi�n completa de sus poderes.
En ese momento, la verdadera forma de las Autoridades por fin ser�
revelada.
Su presencia en la tierra como poderes fantasma operando a trav�s de
sustitutos humanos ser�n expuestos para que todos los vean.
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T�pica imagen de Hollywood de una invasi�n alien�gena hostil por
parte de naves a�reas extraterrestres de alta tecnolog�a.
Acontecimiento real, ilusi�n hologr�fica, operaci�n de bandera falsa,
guerra psicol�gica (psyops), divulgaci�n arc�ntica,
o combinaci�n de los anteriores?
�
En la visi�n gn�stica, la divulgaci�n o revelaci�n no es el momento
en que las Autoridades gubernamentales anuncian la presencia de
extraterrestres en la tierra, haci�ndolo as� "oficial".
Nada hecho oficial en este mundo cuenta para nada m�s que para otra
t�ctica en el enga�o globalista, avanzando en la agenda de las
Autoridades. Sin embargo, para que los arcontes hagan su movimiento
final, deber�n revelarse.
Debido a que su naturaleza es el enga�o, lo har�n de forma enga�osa.
Incluso al mostrar su presencia, jugando su carta de triunfo sobre
la especie humana, ellos van a enga�ar, porque eso es todo lo que
ellos hacen, todo lo que pueden hacer.
La prueba de ese momento cae sobre la humanidad: de ver c�mo las
Autoridades est�n estafando al mundo con su magia enga�osa del
control de la mente, las tan cacareada operaciones psicol�gicas
globales.
Sophia tiene la intenci�n de que la humanidad tenga la oportunidad
de llevar a cabo el experimento divino que ella pens� originalmente
para ella, libre de la desviaci�n arc�ntica - es decir, libre de la
falsa coerci�n de las Autoridades que afirman que su agenda de
dominaci�n asegura la seguridad social y libertad del caos moral .
Pero este tipo de libertad es realmente esclavitud.
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En t�rminos Sophi�nicos, la libertad es la verdadera anarqu�a de la
vida en la tierra, que se distingue de la falsa amenaza de caos
social ideado por las Autoridades.
�Qu� medidas definitivas requeridas en el juego final arc�ntico? �Hasta
d�nde llegar� antes de la consumaci�n de las obras del Se�or Arconte?
Y cuando el momento crucial venga, ser� la humanidad tal vez capaz
de utilizar la guerra psicol�gica en contra los la misma inter-especie
de los depredadores? De liquidarlos con sus propias t�cticas?
Se podr�a suponer que el factor arc�ntico en el comportamiento
humano se jugar� en varios movimientos finales, no s�lo un evento.
Podr�a ser asumido que el factor arc�ntico llegar� a su fin en
varios movimientos finales, no solamente en un acontecimiento.
Por ejemplo: la Tercera Guerra Mundial, en parte escenificada y en
parte real. Tambi�n, un evento simulado de invasi�n alien�gena con
la utilizaci�n de armas hologr�ficamente encubiertas desarrollado en
los programas de operaciones negras. Adem�s, un evento Armageddon,
haciendo cumplir la profec�a b�blica, incluyendo el regreso de un
Mes�as (Operaci�n Rayo Azul - Operation Blue
Beam), tal vez en coordinaci�n
con la Tercera Guerra Mundial y un ataque nuclear sobre Jerusal�n?
Cualquiera que fuera caso, el enga�o arc�ntico no terminar� hasta
que el �ltimo acto del gui�n haya sido dramatizado en la historia
del mundo.
Ese acto final est� escrito en el libro del Apocalipsis, la antigua
escritura forzada y aprobada incluso por aquellos que no creen en
ella.
�
�
Ilusi�n Moral
En una ilusi�n �ptica, uno ve con sus propios ojos algo que
realmente no est� all�, o al menos no existe en la forma que uno
supone.
Por lo tanto, un espejismo. En una ilusi�n psicol�gica, en la que
uno proyecta en la realidad externa aquello que existe en su propia
psique. Tale como el t�rmino "sat�nico", un t�rmino comod�n para las
proyecciones paranoicas de la mente humana. En una ilusi�n moral,
uno lo atribuye a las capacidades de la conducta humana o
condiciones que no aplican a la manera en la cual los seres humanos
realmente act�an.
Por ejemplo, el dogma religioso del pecado original atribuye culpa a
la acci�n humana, incluso antes de que haya habido algo para
sentirse culpable. Para hacer que la gente se sienta y act�e desde
la culpa, y luego decir que lo hacen debido a un evento anterior que
nadie ha experimentado, es una ilusi�n moral en absurda
extravagancia.
El supuesto pagano de la bondad innata (ver
Marco Aurelio) tambi�n
pudiera ser considerado como una ilusi�n moral. Sin embargo, la
evidencia de que las personas act�an a partir de la bondad innata,
sin que nadie les tenga que decir que lo hagan, es lo
suficientemente fuerte, y contrasta con la acci�n impulsada por la
culpa que debe ser artificialmente forzada desde el exterior - con
la amenaza de la condenaci�n eterna, por ejemplo.
Las ilusiones morales pueden ser sutiles o directas. El tema es un
enorme pantano, terreno ideal para que los arcontes tomen su �ltima
resistencia.
Sin embargo el juego final arc�ntico tiene como escenario los
acontecimientos mundiales - un falso ataque alien�gena junto con la
llegada de un Mes�as hologr�fico, sazonado con una fuerte dosis de
una guerra nuclear, quizas - El Modus Operandi de los par�sitos
alien�genas de la mente revela dos caracter�sticas sobresalientes:
la ilusi�n moral y el factor de lo absurdo.
Este �ltimo ser� eminente, si no preeminente, en la consumaci�n de
sus obras que tienen que ocurrir antes de que sean derrotados por la
humanidad.
Para deleite de las Autoridades es amargo y su belleza es depravada.
Su disfrute es el enga�o y su dise�o es la carencia de divinidad.
NHC
BG 56.6-8
Y el plan que ellos dise�aron para m� [el Revelador], liberar su
error y absurdidad - Yo no sucumb� a ellos, como ellos lo hab�an
planeado ".
NHC
VII, 2, 55.10
La ilusi�n moral de los Arcontes es sobre la "autoridad".
Puesto que ellos pudieran ser llamados Autoridades o Gobernantes,
esta ilusi�n se aplica a su propia naturaleza. En otras palabras,
ellos hacen cumplir la ilusi�n de su propia naturaleza, para
ejecutar su efecto sobre la humanidad. Mienten para hacer cumplir el
enga�o sobre lo que realmente son: z�nganos sin sentido, impulsados
por una mezcla de envidia y enemistad.
Al no tener agenda, lo absurdo se convierte en la t�ctica del juego
final, la firma del alcance total de sus esfuerzos en contra del
Anthropos.
La ilusi�n moral suprema confrontando a la humanidad opera de esta
manera: aquellos que falsamente asumen la autoridad sobre otros
demandan obediencia a sus �rdenes, afirmando que la desobediencia
resultar�a en un caos social y en anarqu�a. Ellos afirman preservar
el orden social y moral por medio de reglas y restricciones
impuestas y mantenidas por pura fuerza brutal.
Las auto-nombradas Autoridades propagan la creencia de que los seres
humanos, abandonados a sus propios impulsos, producir�an un mundo de
desorden, conflicto y caos. Todos somos terroristas potenciales, en
la mente de las Autoridades.
En nuestro estado natural de libertad y autonom�a, somos
supuestamente peligrosos para nosotros mismos y debemos ser frenados,
acorralados, y protegidos por un poder superior.
En resumen, las auto-denominadas Autoridades afirman salvar a la
humanidad de tendencias ca�ticas o anarquistas de la naturaleza
humana.
Quieren hacernos creer que solos, sin su dominaci�n, crear�amos un
mundo de caos social. En realidad, la evidencia d�a a d�a muestra
que aparentemente, ellos organizan y provocan el caos para mantener
su intento de controlar el mundo. M�s y m�s a menudo lo hacen hasta
el punto de la absurdidad teatral que producir�a carcajadas de burla
y rid�culo si estuviese siendo actuada en un escenario, ante un
p�blico.
Sin embargo, pasa por ser normal.
�
Revisi�n de las autoridades, de un ni�o sospechoso de terrorismo.
Un ejemplo de lo extremo absurdo extremo de las Autoridades "en la
consumaci�n de sus obras."
Desafortunadamente, el absurdo comportamiento de este tipo es un
acto de violaci�n.
Tambi�n puede ser mortal y asesino.
Alentado-y con legitimidad concedida por las Autoridades,
el Complejo R hace que las personas act�en inhumanamente.
�
La mentira acerca de la naturaleza propia de poner en peligro los
impulsos humanos es muy insidiosa.
Representa la ra�z de todas las variantes del mal social. Esta
ilusi�n moral particular es el �ltimo desaf�o al discernimiento
humano, la prueba suprema para la genuina integridad moral de
nuestra especie.
Romper a trav�s de eso es la clave para la liberaci�n del enga�o
arc�ntico.
Los Gn�sticos ense�aban que el mal no es un poder aut�nomo en el
cosmos, sino que es un fen�meno de desviaci�n que surge al amparo
del enga�o. Sin enga�o y ocultaci�n, el mal no se puede cometer. �Por
qu� no? Debido a que siendo expuesto y opuesto, inmediatamente ser�a
derrotado por la tendencia natural de la naturaleza humana a elegir
la verdad, la bondad y la convivencia.
Pero las Autoridades afirman que nuestras tendencias naturales deben
ser reprimidas y controladas, si no totalmente erradicadas y
reemplazadas por la obediencia rob�tica.
El poder de las Autoridades es una ilusi�n moral forzada como una
mentira tan transparente que necesita la aplicaci�n continua de la
fuerza bruta para ser sostenida. Esta mentira es lo contrario de la
verdad: s�lo la libertad para explorar y expresar sus tendencias
naturales permitir� a la humanidad alcanzar su verdadero potencial.
Esta libertad es la verdadera anarqu�a de la vida en la tierra. Es
la base de la confianza de la sabidur�a de la diosa Sophia, el
fundamento de su dependencia en las especies que ella dise��.
Los textos gn�sticos que desarrollan el tema de lo que la diosa
desea para la humanidad, o a trav�s de la humanidad se suele llamar
su Pistis, "fe" o "confianza".
Pistis Sophia, "la fe de la diosa" significa que la madre planeta o
madre tierra tiene confianza en su especie favorita, o mascota, el
ser humano. Esta confianza brilla desde el reto divino que Sophia
expresa la hora de afrontar al Se�or Arconte en aquel episodio de El
Origen del Mundo (On the Origin of the
World).
�
El drama cosmol�gico es el escenario c�smico de un reto social y
existencial que viene a ser promulgado en el escenario mundial en
nuestro tiempo, en estos momentos.
Su fruto es un veneno sin cura y su promesa es una muerte en vida. Y
en cuanto a su dise�o de vida, el implante que falsea el verdadero
dise�o, le voy a ense�ar acerca del misterio de sus maneras.
Es el esp�ritu de falsificaci�n (antimimon pneuma), el poder
gastando una broma dentro de ellos, que los conduce por mal camino.
Por ello, a su vez no llevan por mal camino, desviando el verdadero
potencial del Anthropos a fin de que uno no pueda saber de su propia
plenitud, su don infinito
El �rbol de su dise�o es amargura, y sus ramas son oscurecidas por
la muerte. Sus hojas son el odio y el enga�o, y su aroma rebosa del
mal (poneria).
NHC
BG (Ap�crifo de Juan) 56ff
El genio de la creaci�n de mitos gn�sticos es inherente en el doble
aspecto de su mensaje a la humanidad:
Presenta una clara y veraz descripci�n de los hechos que realmente
ocurrieron en los reinos c�smicos, con la participaci�n del E�n
Sophia y los Arcontes, y convierte ese escenario c�smico de lleno en
el marco de las condiciones sociales, psicol�gicas y existenciales
reflejadas en las situaciones reales que enfrenta la humanidad en la
prueba de poseer y poner en pr�ctica nuestro potencial divino.
"El conocimiento de lo que est� vivo, y es el �nico que puede
desterrar el terrorismo".
Para enfrentar el terrorismo, la firma de las Autoridades, uno debe
estudiarse a uno mismo y preguntar,
�Qu� es lo que es m�s vivo en m�?
�No es su amor por la libertad, ser y hacer lo que usted gusta sin
da�ar a otros? Si la respuesta fuera algo menos que esto, usted bien
pudiera estar preparado para el esquema globalista de esclavitud que
est� en estos momentos acerc�ndose a su
Escenario del JuegoFinal.
La historia de visi�n Sophianic de los Misterios es actional, capaz
de ser promulgado. Tal acci�n tiene que ser apoyada por el
conocimiento espec�fico, la experiencia para la supervivencia humana.
Principal en nuestra experiencia ser�a la capacidad para descubrir a
depredadores y psic�patas. El
nuevo g�nero de ponerolog�a
introducido por el psiquiatra polaco
Andr�s M. Lobaczewski puede ser
enormemente instructivo a este final. Esto representa una especie de
m�todo telestico forense para detectar el cruel enga�o de las
Autoridades.
Derivado de la palabra griega poneria encontrada en los escritos
gn�sticos (arriba), ponerolog�a es el diagn�stico y la
deconstrucci�n de las causas y los mecanismos del mal social.
Lobaczewski utiliza el sorprendente t�rmino
patocracia para
describir la dominaci�n de la sociedad por una facci�n de miembros
psic�patas, estimados de ser un 4-5 por ciento de la poblaci�n.
Si usted no puede
perfilar a un psic�pata, usted no es un miembro
responsable de la sociedad humana.
Si usted no puede detectar y vencer el comportamiento psicop�tico,
como se presenta a s� mismo en su realidad personal inmediata, usted
no est� calificado para vivir en un mundo libre. La libertad no es
un almuerzo gratis. Tal es la humilde opini�n de un guerrero del
equio de Kali.
Por �ltimo, se podr�a decir que el desaf�o presentado al Se�or
Arconte por Sophia representa el forma en que la humanidad se
compromete en su correcci�n y regresa a la experiencia divina, libre
de interrupciones y subterfugios arc�nticos.
La diosa de la sabidur�a cuenta con nuestra especie para hacer
precisamente eso ...
Sin embargo, pude requerir demasiado un gran tramo de imaginaci�n
para darse cuenta de esta proposici�n de confianza divina en el ser
humano mortal. Para poner la misma proposici�n, en estricto lenguaje
secular: no podemos darnos cuenta de nuestra verdadera humanidad sin
golpear a las Autoridades.
Hay m�s de una manera de hacerlo, pero la forma central y decisiva
es elegir la anarqu�a en desaf�o de cualquier autoridad que no
demuestre benevolencia hacia la vida en todas sus formas.
La verdadera anarqu�a de la especie humana es la garant�a de Sophia
del �xito del divino experimento que ella preconcibi� para el Anthropos, sin establecer un fin predeterminado a ella.
La Gnosis hoy es la espiritualidad abierta de potenciaci�n del
c�digo imaginal y moral que optimiza las perspectivas de la anarqu�a
creativa. As�, en la Gnosis, podemos cumplir la promesa ed�nica de
la vida en la tierra.
Incluso la palabra lleva el mensaje esencial:
an-arc-, "en contra de la autoridad, en contra de los arcontes".
He se�alado antes que el compromiso en la correcci�n de Sophia es
un proceso voluntario que implica un acto de des-selecci�n para cada
individuo humano. Dar marcha atr�s del amenazante absurdo de las
Autoridades, uno se des-selecciona de su correcci�n.
Haciendo esto, uno tambi�n renuncia a su verdadera identidad como
ser humano, la oportunidad de vivir y desarrollarse como un miembro
activo en funciones del Anthropos.
"Los Arcontes me obligaron a hacerlo".
No, usted pierde un papel en la correcci�n de Sophia. Usted se
derrota a s� mismo perdiendo la mayor oportunidad que la vida puede
ofrecerle.
Las Autoridades s�lo les han cedido el poder a trav�s de la
ignorancia y la negaci�n de nuestro potencial divino, nuestra
dotaci�n de la madre animal planetaria y los Eones.
Un pasaje en el Segundo Tratado del Gran Seth -
The Second Treatise of the Great Seth (64.4f) capta la
tragedia b�sica de la raza humana:
ser enga�ado de su verdadero potencial por medio de la simulaci�n,
cayendo a una versi�n falsa de uno mismo.
Esta advertencia parece ser exclusiva de la protesta radical de los
gn�sticos.
Las palabras aplicadas aqu� a Jes�s, Mois�s y a los patriarcas
puede tambi�n ser aplicada a aquellos de la raza humana que sucumben
a la ilusi�n moral de las Autoridades:
Ellos nunca conocieron la verdad,
ni la conocer�n
porque hay un gran enga�o
en su alma, y no pueden
nunca encontrar el esp�ritu de
la libertad, a fin de conocer
ellos mismos, en verdadera humanidad.
�
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