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por Ellen Lloyd
del Sitio Web
EsoLibris
traducci�n de
Adela Kaufmann
Versi�n
original en ingles
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Seg�n algunas
tradiciones antiguas,
era la costumbre
colocar una l�mpara encendida en
el interior de
una tumba antes de que fuera sellada.
Cientos de a�os
m�s tarde, excavadoras han encontrado
las l�mparas en
perfecto estado y siguen encendidas...
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"Ahora, la Casa del Rey Salom�n
estaba iluminada como de d�a, en su sabidur�a �l hab�a hecho
perlas resplandecientes que eran semejantes al sol, la luna
y las estrellas en el techo de su casa."
(De "La reina de Saba y su
�nico hijo Menyelek")
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Imagine que usted encontrara una peque�a
l�mpara encendida oculta en una antigua b�veda.
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Esta misteriosa l�mpara, que se
encuentra en perfecto estado de conservaci�n, se ha quemado
continuamente sin combustible durante los �ltimos 2,000 a�os.
�Qu� pensar�a usted de su notable descubrimiento?
Lo m�s probable es que usted se preguntar�a si la preciosa l�mpara
que tiene en sus manos es un objeto m�gico, una obra de Dios,
o tal vez alg�n poder maligno.
Aunque pueda parecer incre�ble, y para
algunos, incluso imposible, que ciertos extraordinarios resultados
incluso muestran claramente que la luz perpetua era bastante com�n
en la prehistoria.
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Me ocupo de
la antigua tecnolog�a avanzada en "Voces de Tiempos
Legendarios" en gran medida. En el libro descubro una serie de
extra�os enigmas de todo el mundo. La luz perpetua es una tecnolog�a
antigua que hasta el d�a de hoy sigue siendo un misterio.
Durante la Edad Media, una serie de l�mparas siempre ardientes
fueron descubiertas en tumbas y templos antiguos.
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En base a los registros antiguos nos
enteramos de que estos misteriosos objetos fueron encontrados en
todo el mundo, en la India, China, Am�rica del Sur, Am�rica del
Norte, Egipto, Grecia, Italia, Reino Unido, Irlanda, Francia y
muchos otros pa�ses.
Desafortunadamente, los supersticiosos saqueadores, v�ndalos, y
excavadores que tem�an que estos objetos poseyeran poderes
sobrenaturales destruyeron muchas de las l�mparas.
Como todos sabemos, la Edad Media no puede caracterizarse como un
periodo particularmente cient�fico. Fue un tiempo oscuro para
aquellos que persegu�an el conocimiento.
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Sin embargo, la curiosidad es parte de
la naturaleza humana y se plantearon preguntas.
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�C�mo los antiguos eran capaces
de producir l�mparas, que pod�an quemarse sin combustible
durante cientos, y en algunos casos miles de a�os?
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�De quienes ganaron su
conocimiento secreto nuestros antepasados?
Naturalmente, el tema de la luz perpetua
se convirti� r�pidamente en una controversia, y las opiniones entre
las autoridades estaban divididas. Algunos autores rechazan la idea
de una llama sin fin, a pesar de las pruebas a las que fueron
confrontados.
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Un peque�o grupo de personas, de mente
m�s abierta e iluminada confirm� la existencia de una luz, que, si
bien no era eterna, por lo menos muy duradera.
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Muchos en cambio acusaron a los
sacerdotes paganos de realizar ingeniosos trucos. Sin embargo, la
mayor�a de los hombres "sabios" reconoci� los inusuales hallazgos y
declar� que las l�mparas perpetuas eran una obra del diablo.
Esta fue una explicaci�n com�n en la Edad Media. Tan pronto como
algo era desconocido, de origen pagano, o no concordaba con las
reglas establecidas por la temprana Iglesia romana era etiquetado
como un invento de las fuerzas de la oscuridad, el diablo y sus
demonios.
Algunos especularon que las sociedades secretas hebreas hab�an
conservado lo que en tiempos modernos conocemos como la
electricidad.
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Por ejemplo, el escritor ocultista
Eliphas Levi relata una curiosa
historia en su libro "Historia de
La Magia". �l
habla de un cierto misterioso rabino franc�s llamado Jechiele,
quien fue consejero en la corte de Louis IX del siglo XIII.
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Al parecer, Jechiele era due�o de una
l�mpara que utilizaba para colocar en el frente de su casa para que
todos la vieran. La "deslumbrante luz que se iluminaba a s� misma"
no pose�a aceite o mecha. Cuando el rabino le pregunt� acerca de la
fuente de energ�a, �l siempre respondi� que era un secreto.
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Jechiele, obviamente experiment�
bastante con la electricidad. Para protegerse de los enemigos,
invent� un bot�n de descarga que env�a una corriente el�ctrica a la
aldaba de hierro en la puerta.
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Est� escrito que cuando Jechiele,
"toc� un clavo en la pared de su
estudio, una chispa azulada chisporrote� de inmediato y salt�
sucesivamente �Ay de aquel que tocase la aldaba de hierro en ese
momento!. �l ser�a doblado en dos, gritar�a como si se hubiera
quemado, entonces correr�a tan r�pido como sus piernas se lo
permit�an."
Hubo numerosas especulaciones sobre la
energ�a secreta de las l�mparas perpetuas.
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Durante la Edad Media y m�s tarde muchos
grandes pensadores trataron de resolver el problema de c�mo preparar
el combustible que se renovase con la misma rapidez con que se
consum�a.
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Sin embargo, ninguno de los experimentos
llevados a cabo fue verdaderamente exitoso. Result� imposible
obtener una copia de una l�mpara siempre encendida. La tecnolog�a de
los Antiguos permaneci� desconocida.
Los primeros relatos de la llama divina, de una fuente de luz eterna
pueden encontrarse en diversos textos mitol�gicos. Las descripciones
de la llama eterna, considerada una parte del fuego divino, est�
estrechamente relacionada con los dioses.
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El dios griego Prometeo fue castigado
por dar fuego a la humanidad. El secreto de la llama eterna fue
considerado como propiedad exclusiva de los dioses. El conocimiento
de la luz eterna no deb�a ser pasado a los seres humanos.
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Sin embargo, parece que algunos de los
dioses extraterrestres desobedecieron y revelaron su secreto divino
a la humanidad. Cuando los seres humanos aprendieron a producir la
luz perpetua, templos en todo el mundo fueron equipados con llamas
eternas del altar.
Seg�n las antiguas tradiciones egipcias, griegas y romanas, una
persona muerta puede ser que necesite algo de luz sobre ella en su
camino hacia el Valle de la Sombra. Por lo tanto, antes de que se
sellase la tumba, era costumbre colocar una l�mpara siempre
encendida en su interior.
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La l�mpara serv�a como una ofrenda al
dios de los muertos y manten�a alejados a los esp�ritus malignos. Su
luz tambi�n ofrec�a a los difuntos la orientaci�n requerida en el
viaje al inframundo.
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Cientos de a�os despu�s, cuando se
abrieron las b�vedas, los excavadores encontraron las luces en
perfecto estado y segu�an ardiendo.
Hasta ahora, s�lo hemos hablado en t�rminos generales acerca de la
existencia de la luz eterna en la antig�edad. Se ha estimado que
alrededor de 170 autores medievales han escrito acerca de las
fenomenales y misteriosas l�mparas siempre-ardientes.
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Veamos ahora algunos de los notables
descubrimientos.
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Plutarco escribi� de una
l�mpara que ard�a sobre la puerta de un templo a J�piter
Ammon. Seg�n los sacerdotes, la luz permaneci� encendida
durante siglos sin combustible, y ni el viento ni la lluvia
pod�a apagarla.
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San Agust�n describi� un templo
egipcio sagrado consagrado a Venus, con una l�mpara que ni
el viento ni el agua pod�an extinguir. La declar� como
siendo trabajo del diablo.
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En 527 A.D.,
en Edesa, Siria, durante el
reinado del emperador Justiniano, los soldados descubrieron
una l�mpara siempre encendida en un nicho, sobre una
pasarela, elaboradamente cerrada para protegerla del aire.
Seg�n la inscripci�n, fue encendida en el 27 D.C. La l�mpara
hab�a estado encendida durante 500 a�os antes de que los
soldados que la encontraron, la destruyeran.
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En el a�o 140, cerca de Roma, se
encontr� una l�mpara ardiendo en la tumba de Pallas, hijo
del rey Evandro. La l�mpara, que hab�a estado encendida por
m�s de 2,000 a�os, no pod�a ser extinguida por m�todos
ordinarios. Result� que ni el agua ni soplando la llama
pudieron evitar que siguiera ardiendo. La �nica manera de
extinguir la notable llama era drenando el extra�o l�quido
contenido en el recipiente de la l�mpara.
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Alrededor de 1540, durante el
papado de Pablo III se encontr� una l�mpara encendida en una
tumba en la V�a Apia en Roma. La tumba se cree que
pertenec�a a Tulliola, hija de Cicer�n. Ella muri� en el 44
A.C. La l�mpara que hab�a ardido en la b�veda sellada
durante 1,550 a�os se extingui� cuando fue expuesta al aire.
Lo interesante de este descubrimiento en particular fue
tambi�n el desconocido l�quido transparente en el que la
fallecida estaba flotando. Poniendo el cuerpo en este
l�quido, los antiguos lograron conservar el cad�ver en tal
buena condici�n que parec�a como si la muerte se hubiese
producido hac�a tan s�lo unos d�as.
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Cuando el rey Enrique VIII se
separ� de la Iglesia Cat�lica en 1534, orden� la disoluci�n
de los monasterios en el Reino Unido y muchas tumbas fueron
saqueadas. En Yorkshire, una l�mpara ardiente fue
descubierta en una tumba de Constancio Cloro, padre de
Constantino el Grande. Muri� en el a�o 300 D.C., que
significa que la luz hab�a estado ardiendo desde hac�a m�s
de 1,200 a�os.
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En Francia, cerca de Grenoble, a
mediados del siglo XVII, un joven soldado suizo tropez�
accidentalmente con la entrada de una antigua tumba.
Desafortunadamente para el joven, �l no descubri� los
tesoros de oro que �l pens� que podr�an estar ocultos en el
interior. Sin embargo, su sorpresa debi� de ser muy grande
cuando fue confrontado con una l�mpara ardiente de cristal.
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Du Praz, que era el nombre del
soldado, retir� la misteriosa l�mpara de la tumba sellada y
la llev� a un monasterio. Mostr� su notable descubrimiento
de los asombrados monjes, y la l�mpara permaneci� en el
monasterio. Se quem� durante varios meses hasta que un monje
anciano la dej� caer y fue destruida.
Ciertos descubrimientos indican que los
antiguos quer�an preservar su conocimiento en secreto.
En sus notas a St. Augustine en 1610, Vives Ludovicus escribe
acerca de una l�mpara que fue encontrada en la �poca de su padre, en
1580 D.C. Seg�n la inscripci�n, la l�mpara hab�a estado encendida
durante 1,500 a�os, sin embargo, cuando fue tocada, cay� en pedazos.
Obviamente, Vives Ludovicus no compart�a algunas de las vistas de
San Agust�n. A su juicio, las l�mparas perpetuas eran un invento de
hombres muy sabios y expertos, y no del diablo.
�Estaban los Rosacruces familiarizados con los secretos de la luz
eterna? Eso parece.
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Cuando la tumba de
Christian Rosenkreuz,
alquimista y fundador de la Orden Rosacruciana fue abierta 120 a�os
despu�s de su muerte, fue encontrada
una l�mpara brillando en el interior.
Otro caso interesante digno de mencionar ocurri� en Inglaterra,
donde se abri� una misteriosa y muy inusual tumba. Se cre�a que el
sepulcro era de un Rosacruz.
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Un hombre, que descubri� la tumba, vio
una l�mpara encendida colgando del techo, iluminando la c�mara
subterr�nea. A medida que el hombre di� algunos pasos adelante,
cierta parte del suelo se movi� con su peso. A la vez, una figura
sentada en la armadura empez� a moverse. La figura se puso de pie y
golpe� la l�mpara con alg�n tipo de arma. La preciosa l�mpara fue
destruida.
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El objetivo se hab�a cumplido, la
sustancia de la l�mpara permaneci� secreta.
Los descubrimientos que menciono en este art�culo son s�lo una
peque�a representaci�n de todos los hallazgos significativos en todo
el mundo. Qui�n sabe cu�ntas m�s l�mparas siguen ardiendo escondidas
en las b�vedas antiguas, sin descubrir y protegidas del mundo
exterior.
Los antiguos estaban familiarizados con la luz perpetua. Como
Eliphas Levi se�ala:
"es cierto que los zoro�stricos Magi
ten�an medios de producir y dirigir la energ�a el�ctrica
desconocida para nosotros."
S�, de hecho y los antiguos egipcios,
griegos, romanos y otras culturas poseen el mismo conocimiento.
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El rey Salom�n era un hombre sabio,
cuando escribi�:
"... No hay nada nuevo bajo el sol.
�Hay algo de lo que se pueda decir: �He aqu�, esto es nuevo�?
Porque ya estaba en anta�o, que fue antes de nosotros."
En "Voces de Tiempos Legendarios" hice
claro que una serie de maravillosas y muy avanzadas culturas han
existido antes que nosotros. Lo que descubrimos hoy son pedazos
dispersos de sus magn�ficos mundos.
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Las civilizaciones prehist�ricas
comparten el conocimiento cient�fico y tecnol�gico universal.
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Su sabidur�a secreta FUE UN LEGADO DE
LOS DIOSES ALIEN�GENAS...
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