Hay muchos retos y problemas que enfrenta la humanidad hoy, y en
generaciones venideras, pero de todos ellos, dos factores ser� lo
m�s importante: la definici�n de lo que es humano (lo que implica el
impacto del concepto, y por consiguiente todo ese temblor de los
derechos humanos ), y - en segundo lugar - el derecho a ser (y crear)
los hijos de un genoma humano libremente-generado y no reglamentado
(de origen natural).
En otras palabras, el derecho a existir sin genes deliberadamente
manipulados.
Se acerca el momento en el que pudiera ser considerado b�rbaro,
antipatriota e incluso malo el permitir la propagaci�n de
determinadas caracter�sticas gen�ticas que hoy se consideran
normales, naturales, y totalmente humanas en su naturaleza.
Nos equivocamos si nos llevan a creer que los seres humanos analizan
y regulan adecuadamente los resultados finales con respecto a estas
dos cuestiones supremas.
Las presiones financieras y pol�ticas tendr� su desafortunado e
hist�ricamente previsible efecto lamentable, quiz� por �ltima vez,
mientras las versiones cibern�ticas de la humanidad emerger�n de la
inevitable crisis y el caos que preceder� a la desaparici�n del ser
humano tal como lo conocemos, y del cuerpo humano, con todas sus
debilidades gen�ticamente incrustadas, a fin de ser creado (ingeniado)
y dise�ado en algo m�s predecible y duradero, agradable y manejable.
Corremos el riesgo de ser conocidos como los antepasados de algo que
ni siquiera puede parecerse a lo que consideramos como " humano" hoy:
al igual que los simios son escasamente considerados primates que
hay que apreciar, a pesar de que contienen hasta un 99% o m�s de los
mismos materiales gen�ticos que los seres humanos llaman los suyos,
de manera similar, aquellos seres "mejorados" que vendr�n despu�s de
nosotros tampoco lamentar�n la p�rdida de, ni reconocer�n como
valiosa su relaci�n primordial y esencial hacia nosotros mismos como
representantes aut�nticos de la humanidad: nosotros seremos sus
primitivos y toscos antepasados inferiores.
Sospecho que la riqueza de nuestra caja de Pandora de regalos
gen�ticos perder� su textura, flexibilidad y originalidad como "espec�menes
inconvenientes" - aquellas cualidades naturales que actualmente no
podemos controlar bien � se volver�n reguladas, y, finalmente
extinguidas a favor de las modas predominantes , climas pol�ticos,
eficiencia social y f�sica, as� como, (inevitablemente) econ�micas,
aunque podr�a ser incluso pol�ticamente incorrecto hablar de nuestra
extinci�n como algo m�s que una desafortunada consecuencia de
factores causantes de que debamos ser desechados: los genuinos seres
humanos tal como los conocemos ser�n tan ajenos a nuestros
descendientes como los monos lo son para nosotros.
S�lo si la definici�n de "Que es un Humano" fuera muy cuidadosamente
elaborado, y las manifestaciones gen�ticas de nuestra raza guardadas
como los tesoros que son - que no nos atrevamos a permitir que se
pierdan para nosotros - podemos aspirar a mantener el m�s m�nimo
v�nculo de algo tan tierno y fr�gil como la carne humana en los
milenios venideros.
Es posible que aferrarse a tal pasado s�lo continuara la
proliferaci�n de una cepa o una raya del mal o destrucci�n de
nuestra especie actual, sino que tambi�n podr�a llegar a ser la
fuerza de combate que mantiene nuestra forma de vida deseando vivir.
Tal vez s�lo sea que experimentar el amplio arco iris y el espectro
luminoso de la plenitud de nuestra "primitiva" existencia
proporciona aquella esencia que significa que la vida vale la pena
vivirla, que la gama de emociones que existente dentro de nosotros
que nos hace actuar de maneras que no son humanas , o, podr�amos
decir, son destructivas a lo que nos rodea a una mayor o menor
medida, tambi�n est�n las ra�ces de lo que crece y florece para
producir lo mejor de nosotros: nuestro sentido de alma, de amor, de
conciencia, de auto-valor, de lucha hacia una mayor individualidad.
Esto ser�a eliminados, muy probablemente, a causa de tales
revoluciones de cosas, y sin esas cosas, me temo, la misma voluntad
de vivir pudiera ser extinguida.
Se necesitar�a mucho tiempo para que el ser humano descendiera a
aquel robot m�s peque�o, m�s eficiente, menos sensible, m�s leal,
pero el resultado se asemejar�a a lo que los reinos de insectos
sociales han desarrollado. Lo que comienza como una mentalidad de "multitud"
(reba�o) se convierte en una mentalidad de una "mentalidad de colmena".
Tenemos la capacidad y la propensi�n a evolucionar en esa direcci�n,
ya que la individualidad no es valiosa en comparaci�n con el
esfuerzo de masas, en la medida en que se ejecutan las econom�as.
Y el fondo en la sociedad moderna no es la sociedad misma, sino que
su estado financiero.
Donde reina la estabilidad, las cosas tienden a permanecer
c�modamente iguales. Si nos atrevemos a generalizar un poco sobre
ello, aprovechando el viento y el aprovechamiento de la voluntad
humana son igualmente gratificantes para la econom�a. La estabilidad,
la suavidad, la armon�a, la buena �tica de trabajo, el empleo
garantizado, la vida de todos garantizada para ser productivos y
�tiles hasta el mismo final - suena como el para�so.
Pero lo que realmente estamos describiendo es la
vida en la colmena.
Las abejas en las colmenas son todos iguales, y tremendamente
eficientes, dando sus vidas por completo a las rutinas para las que
fueron creadas, para la reina, para la colmena. Ellos se matan
trabajando, viviendo apenas 35 d�as. Si el dinero sigue siendo
nuestro Dios, nuestros futuros se�ores castigar�n la individualidad,
en aras de la eficiencia, la previsibilidad, la larga vida, y la
econom�a.
Al mismo tiempo, el genoma humano natural, que pudiera ser el �nico
reservorio que ser� capaz de preservar lo impredecible - necesario
para cumplir los factores de estr�s de un universo que es
implacablemente diverso en sus desaf�os a la propia existencia
consciente - pudiera ser de lo m�s inoportuno . La normalizaci�n
significa "una talla para todos" - o m�s.
Pero deber�amos querer conservar la emoci�n del
SER-humano: si esta
esencia es eliminada, tambi�n pudi�ramos eliminar esa calidad de
auto-conciencia �nica, que tan a menudo es abrumadora en nuestro
pecho - las emociones galopantes, las r�fagas de ideas, los sue�os
de placer y �xito, y el poder del amor incandescente.
Si todo es ya sabido y forzado a ser predecible, el resultado pudiera
ser una uniformidad mejor representada por las figuras con aspecto
de clones de �alien�genas� que tan f�cilmente podemos ahora imaginar:
ojos grandes, mirada fija, cabezas con grandes cerebros, bocas y
rostros inexpresivos, calvos, pieles ultra-lisas � criaturas de
aspecto similar que andan desnudas, delgadas, y disciplinadas.
De manera eficiente, esas mismas 'criaturas' representan las
pesadillas de nuestra imaginaci�n - pero podemos estar mirando algo
que "es humano" a dos siglos a partir de ahora.
Vamos a ser "humanos", entonces?
Me temo que tendr�amos m�s probabilidades de ser alien�genas - tal
vez sin ning�n tipo de carne que cargue a nuestra econom�a, capaz de
"vivir" durante milenios, y viajar a las estrellas. Por codicia,
corrupci�n y sed de poder conducen a la gente a tomarse el dominio
sobre los dem�s, para crear reba�os de ovejas sumisas. Las ovejas
van a donde son conducidas por ellos, y les encanta ser conducidas.
Se siente bien: no tenemos que pensar. �Qui�n quiere ser una oveja
negra, de todas formas?
Permanecer� alguna chispa de "lo que es humano" dentro de las
criaturas gen�ticamente dise�adas del pr�ximo siglo?
Es hora de abordar la definici�n misma de lo que es ser humanos - lo
que significa respecto a los derechos humanos, y lo que significar�
nuestra definici�n para el futuro del genoma humano natural y la
raza humana.
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