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por Stanley WB Ewen a y Arpad Pusztai
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The Lancet
Volumen 354, Edici�n 9179, P�gina 684
21 Agosto 1999
del Sitio Web
TheLancet
traducci�n de
Adela Kaufmann
Versi�n
original
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Sr. Presidente, Su editorial del 29 de mayo1 acerca de los
riesgos en la salud por
alimentos gen�ticamente modificados (GM), era pertinente y aborda
vigorosamente algunos de los problemas m�dicos m�s importantes.
Cuesta creer que "experimentos mal dise�ados, mal realizados,
err�neamente interpretadas" podr�an haber perpetuado tal profundo
debate p�blico durante casi un a�o.
Lamentablemente, entre los corresponsales que respondieron a la
editorial, Peter Lachman (3 de julio, p 69) 2 le acusa a usted de
inexactitud factual, y parece pertinente recordarle a �l de la
secuencia de los acontecimientos.
El Instituto Escoc�s de Investigaci�n de cosechas (SCRI) no inici�
un estudio sobre las papas Gen�ticamente Modificadas. La propuesta
de investigaci�n para este "estudio totalmente razonable" fue, de
hecho, iniciada por Susan Bardocz y Arpad Pusztai, escrito y
presentado a partir del Rowett con la ayuda de SCRI y de los
cient�ficos la Universidad de Durham, y coordinado por Pusztai.
Su editorial se�ala acertadamente que no todos los hechos estaban en
posesi�n de la Sociedad Real.
Por lo tanto, es dif�cil entender c�mo ellos habr�an podido deducir
que los experimentos de modificaci�n gen�tica (transg�nicos) en
papas estaban "mal dise�ados y mal llevados a cabo" desde un informe
interno de Pusztai, que no conten�an tales detalles. La Real
Sociedad nunca hab�a considerado, o incluso pedido una copia de la
propuesta de investigaci�n original de 1995.
Esta omisi�n se complic� a�n m�s por la falta de voluntad de la Real
Sociedad para aceptar la oferta de Pusztai de plena cooperaci�n. Por
otra parte, los detalles cruciales de los hallazgos histol�gicos no
fueron divulgados a ellos, es m�s desconcertante que los expertos no
identificados de la Royal Society fueran tan contundentes en su
condena de los experimentos de modificaci�n gen�tica de las papas.
El informe no-solicitado de la Real Sociedad, producido por
�revisi�n por parte de pares� clandestinos, es despreciable, debido
a que muchos comit�s influyentes est�n de acuerdo con los asesores
vinculados a empresas de biotecnolog�a.
La prevaricaci�n comercial que impide el debate cient�fico est� bien
ilustrado por la experiencia de Eric Brunner y Erik Millstone
3 y
recomendamos encarecidamente su apoyo para la apertura en el proceso
de reglamentaci�n para nuevos alimentos.
Despu�s de que la FDA
(Administraci�n Estadounidense para alimentos
y F�rmacos) y estudios exhaustivos de seguridad por parte de varias
empresas de biotecnolog�a, s�lo se hizo una sola publicaci�n sobre
la alimentaci�n de soya transg�nica a animales hasta el comienzo de
1999.4
Lachmann afirma que,
"No hay evidencia experimental o ning�n mecanismo plausible por el
cual el proceso de modificaci�n gen�tica puede hacer a las plantas
peligrosas para los seres humanos", aunque ahora parece que la FDA
ha hecho caso omiso a sus propios expertos de seguridad.
Ser�a conveniente que tales opiniones autoritarias estuvieran
apoyadas por resultados publicados de ensayos biol�gicos,
nutricionales e inmunol�gicos en mam�feros antes de su introducci�n
en la dieta humana.
Se le ha dado una atenci�n muy escasa a la gente con la digesti�n
anormal como resultado de una enfermedad gastrointestinal cr�nica.
El acceso generalizado a la mucosa del ADN viral en los alimentos,
un punto caliente de recombinaci�n de ADN, podr�a permitir un
inesperada mejora de la infecci�n viral intercurrente. Del mismo
modo, en los pa�ses donde la infecci�n VIH-1 infecci�n es end�mica,
la suposici�n de que un componente viral de los alimentos
modificados gen�ticamente es inofensivo est� tal vez fuera de lugar.
Pocos cuestionar�an los sentimientos bien intencionados de sus
corresponsales, pero otras opiniones igualmente v�lidas no est� de
acuerdo con la opini�n de que la ruta de los transg�nicos (GM) es la
�nica salvaci�n para la humanidad. Esperamos que sus interlocutores
est�n en lo correcto acerca de las perspectivas de salud de millones
de estadounidenses y chinos que han estado consumiendo alimentos
modificados gen�ticamente, que se ha asegurado, son �seguros�, pero
sin ensayos previos, durante a�os.
En el Reino Unido, nadie puede estar completamente seguro de si han
o no han consumido alimentos modificados gen�ticamente, y los
consumidores en el extranjero no pueden ser declarados sin afectar
hasta que sean identificados, recogidos y publicados s�ntomas
cr�nicos.
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Referencias
1 - Editorial. Riesgos para la salud de los alimentos gen�ticamente
modificados. Lancer 1999; 353: 1811 2 - Lachmann P. riesgos para la salud de los alimentos gen�ticamente
modificados .. Lancet 1999; 354: 69 3 - Brunner E, Millstone E. riesgos para la salud de los alimentos
gen�ticamente modificados .. Lancet 1999; 354: 71 4 - BG Hammond, JL Vicini, GF Hartnell, et al. El valor alimenticio
de la soja alimenta a las ratas, pollos, bagre y ganado lechero no
se ve alterada por la incorporaci�n de gen�tica de la tolerancia al
glifosato .. J Nutr 1996; 126: 717-727 a - Departamento de Patolog�a, Universidad de Aberdeen, Aberdeen
AB25 22D, Reino Unido b - North Park Ashley, Aberdeen
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Efecto de Las Dietas Que Contienen...
Papas Gen�ticamente Modificadas
...Expresando Galanthus Nivalis Lectina en El Intestino Delgado de
Ratas
por el Dr. Stanley WB Ewen
y Arpad Pusztai PhD
The Lancet
Volumen 354, N�mero 9187, p�ginas 1353 a 1354
16 de octubre 1999
del Sitio Web
TheLancet
traducci�n de
Adela Kaufmann
Versi�n
original
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Las dietas que contienen patatas gen�ticamente modificadas (GM) que
expresan la lectina Galanthus nivalis aglutinina (GNA) tuvieron
efectos variables en diferentes partes del tracto gastrointestinal
de las ratas.
Algunos efectos, tales como la proliferaci�n de la mucosa g�strica,
se debieron principalmente a la expresi�n del transgen GNA. Sin
embargo, otras partes de la construcci�n o transformaci�n gen�tica
(o ambas) tambi�n podr�an haber contribuido a los efectos biol�gicos
globales de las patatas GNA-GM, sobre todo en el intestino delgado y
ciego.
Productos vegetales gen�ticamente modificados (GM) se est�n
volviendo cada vez m�s comunes en la cadena alimentaria humana, sin
embargo, en contraste con la aceptaci�n general de la necesidad de
pruebas biol�gicas en nuevos alimentos y piensos, se han realizado
pocos estudios sobre los posibles efectos de los productos GM en la
mucosa intestinal de los mam�feros.
Las papas transg�nicas que expresan una lectina de campanilla de
invierno (Galanthus nivalis aglutinina [GNA]) bajo el promotor
CaMV35s han sido desarrolladas para aumentar la resistencia a
insectos y nematodos.1
GNA fue seleccionado para la inserci�n en las patatas, ya que el
efecto inicial de esta lectina manosa-espec�fica en el intestino de
ratas peque�as se ha mostrado ser m�nimo,2 y debido a su uni�n a la manosa presente en la superficie epitelial de las vellosidades del
yeyuno de la rata es demostrable s�lo despu�s de alimentaci�n con
esto durante 10 d�as.
Comparamos los �ndices histol�gicos del intestino de ratas
alimentadas con dietas conteniendo papas transg�nicas de papa, papas
no-transg�nicas, o papas no-transg�nicas complementadas con GNA,
para averiguar si la inserci�n de genes GNA hab�a afectado los
efectos nutricionales y fisiol�gicos de la papa en los intestinos de
mam�feros.
Los
An�lisis ELISA confirmaron que el nivel de expresi�n de GNA en
papas crudas GM fue de 25.4 μg/g de materia seca, la
concentraci�n se redujo a 4.9 μg/g despu�s de hervir durante 1
hora.
Seis ratas fueron asignadas al azar a cada grupo, y fueron
alimentadas con dietas conteniendo patatas GNA-GM crudas o cocidas,
o papas-madre (Desiree), o patatas-l�nea-madre y suplementadas con
25.4 μg/g de GNA durante 10 d�as. Todas las dietas de patatas
fueron isocal�ricas y conten�an un promedio de 6% de prote�na.
Muestras histol�gicas del est�mago, yeyuno, �leon, caecum y colon
fueron tomadas 10 d�as despu�s del inicio de la alimentaci�n.
Las muestras, cada una de 2 cm de longitud, fueron abiertas a lo
largo del borde antimesent�rico. Se permiti� que la superficie
serosa se adhiriera a la tarjeta durante 3 min y luego fijada en
formalina neutra tamponada al 10% durante 18 horas a 20� C. Los
cortes de parafina (4 μm) fueron te�idos con hematoxilina y
eosina, y el grosor de la mucosa (est�mago) o longitud cr�ptica (yeyuno,
�leon, caecum y colon) se midi� mediante el an�lisis de imagen de
video.
Los linfocitos intraepiteliales son equitativamente distribuidos en
todas las partes del intestino delgado, y se sabe que aumentan
cuando se produce un da�o intestinal inespec�fico. Por lo tanto,
para evaluar los da�os potenciales, los linfocitos intraepiteliales
se contaron en ocho vellosidades del yeyuno de cada una de las seis
ratas alimentadas con dietas que conten�an patatas GNA-GM o patatas
madres, tanto crudas como cocidas.
No se hicieron tales mediciones para el grupo alimentado con patatas
madres sobrecargadas con GNA, porque la dieta de GNA u otras
lectinas no provocan la infiltraci�n de linfocitos. El GNA vinculado
al yeyuno y el �leon GNA fue medido mediante eluci�n con 0.1 mol/L manosa, seguido por ELISA.
La presencia de GNA en las dietas, independientemente de si proceden
de patatas GNA-GM o de dietas de papas-madres y complementadas con
GNA, fueron asociadas con el significativamente mayor grosor de la
mucosa del est�mago en comparaci�n con las dietas de papa-madres (cuadro
1).
Este efecto fue observado tanto con patatas crudas como con patatas
cocidas. La longitud de la cripta en el yeyuno de ratas alimentadas
con dietas de papa cruda GNA-GM fue significativamente mayor que en
aquellas alimentadas con dietas de patatas de l�nea-madre o
l�nea-madre m�s GNA. Sin embargo, el incremento de la longitud de la
cripta yeyunal no fue observado en las ratas alimentadas con patatas
cocidas GNA-GM (tabla 1).
El GNA no tuvo efectos significativos en el �leon, pero las ratas
alimentadas con patatas cocidas ten�an una menor longitud de las
criptas ileales que las ratas que recibieron las dietas respectivas
de papa cruda. Las ratas alimentadas con patatas cocidas GNA-GM
tuvieron una mucosa cecal significativamente m�s delgada que las
ratas tratadas con patatas-madre cocidas, con o sin suplementaci�n
GNA (tabla 1).
La cuenta de linfocitos Intraepiteliales de 48 vellosidades fueron 7.6 (SD 2.7) en ratas alimentadas con patatas-madre hervidas,
comparadas con 10.3 (3.3) en ratas alimentadas con papas transg�nicas hervidas (p<0.01). Con dietas de papa cruda, el
recuento de linfocitos intraepiteliales fueron de nuevo
significativamente diferentes: 5.3 (2.0) y 9.3 (2.6) en las patatas madre y en patatas GM respectivamente (p<0.01).
Las placas de Peyer aparec�an normal en todas las ratas. La
vinculaci�n del GNA en el yeyuno y el �leon fue aproximadamente el
mismo, independientemente si fueron alimentados con patatas
pinchadas con GNA o papas GM (tabla 2).
La medici�n de la uni�n de GMA por medio de la inmunocitoqu�mica
tambi�n mostr� un patr�n similar.2
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Tabla 1
Efecto de patatas crudas o cocidas, patatas madres+GNA y patatas
GNA+GM
en los �ndices histol�gicos de intestinos de ratas
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En la ma�ana del d�a 10, a las ratas se les dio la dieta asignada de
1.5g y estaban muertas dos horas m�s tarde.
Despu�s de la disecci�n,
el es�fago, el p�loro y la uni�n ileocal estaban pegadas, y el
intestino
delgado
fue lavado a fondo con soluci�n salina. El intestino delgado
fue cortado en tres segmentos:
jejunum (primeros 20 cent�metros),
ileum (�ltimos 20 cent�metros) y remanente.
Los tejidos finos fueron
homogeneizados con soluci�n salina amortiguada con fosfato,
conteniendo 0.1 mol/L de mannose, y las soluciones fueron utilizadas
para la determinaci�n del contenido de GNA por el competitivo ELISA.
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Tabla 2
GNA vincul�ndose al yeyuno y al �leon de ratas que recibieron dietas
que contienen las patatas GNA-GM o dietas de patatas-madres
sobrecargadas con GNA
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Se sugiere que la promoci�n del crecimiento yeyunal fue el resultado
de la transformaci�n de la papa con el gen de GNA, ya que el yeyuno
de ratas se demostr� que era estimulado s�lo por las papas
transg�nicas, pero no por la dieta GNA (cuadro 1), de acuerdo con un
estudio previo en el que el aporte dietario de GNA era 1000 veces
m�s alta que la utilizada en este estudio.2
Por lo tanto, proponemos que el efecto proliferativo inesperado fue
causado por la expresi�n de otros genes de la construcci�n, o por
alg�n tipo de efecto de posicionamiento en el genoma de la papa
causado por la inserci�n de genes GNA.
Debido a espesor cecal fue similar en las ratas a las que se les
administr� papatas madres hervidas, en la presencia o ausencia de
GNA, nosotros sugerimos que la disminuci�n del espesor de la mucosa
caecal visto en ratas alimentadas con dietas de papa hervida GM era
consecuencia de la transferencia del gen GNA a la papa.
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El espesor
cecal en ratas que recibieron dietas de patata cruda fue
significativamente mayor que en las que recibieron las
correspondientes patatas cocidas. As�, el principal efecto de la
ebullici�n era reducir el espesor de la mucosa, este v�nculo se
ajusta plenamente a las expectativas.
Las dietas con patatas crudas de l�nea-parental suplementadas con
GNA fueron asociadas con una mucosa cecal significativamente m�s
delgada que la de ratas que recibieron dietas con papas de l�nea-parental.
Una tendencia similar se observ� tambi�n en ratas alimentadas con
patatas crudas GNA-GM, pero la diferencia no alcanz� significaci�n
estad�stica (tabla 1).
Como era de esperar, la longitud cr�ptica del colon fue generalmente
m�s alta en las ratas tratadas con dietas de patata cruda que en la
propuesta, de patatas hervidas, a excepci�n de los animales
alimentados con dietas suplementadas con GNA-papa cruda o hervida,
entre los cuales no hubo diferencias significativas.
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La alimentaci�n
de ratas con dietas que contienen papas transg�nicas,
independientemente de si crudas o cocidas, no tuvo ning�n efecto
significativo sobre el largo cr�ptico del colon en comparaci�n con
la de animales alimentados con las correspondientes papas de l�nea-parental
(tabla 1).
Las ratas alimentadas con patatas madre complementadas con GNA
tuvieron significativamente longitudes cr�pticas del colon m�s
cortas que aquellas alimentadas con papas madre de papas GNA-GM, y
la raz�n de este hallazgo no est� clara.
En conclusi�n, el efecto estimulante de las patatas GNA-GM en el
est�mago se debi� principalmente a la expresi�n del transgen GNA en
la papa. En contraste, el potente efecto proliferativo de las
patatas crudas GNA-GM en el yeyuno, y el efecto antiproliferativo de
las papas transg�nicas hervidas en el caecum puede ser atribuida
s�lo en parte a la expresi�n g�nica del GNA.
Otras partes de la construcci�n GM, o la transformaci�n, podr�an
haber contribuido a los efectos generales.
Una vez unido, el GNA es internalizado por medio de la endocitosis,2
alg�n otro componente de la construcci�n en la papa GNA-GM o la
expresi�n del gen de su producto tambi�n podr�a ser capaz de
penetrar y afectar a las c�lulas de la mucosa de ratas en una manera
similar.
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El efecto promotor del crecimiento de las patatas crudas GNA-GM en el yeyuno, evidente como hiperplasia cr�ptica, se debe
probablemente a un efecto directo estimulador sobre las c�lulas
cr�pticas, el aumento de la infiltraci�n de linfocitos T puede ser
importante en la eliminaci�n de da�os enterocitos.3
La posibilidad de que un vector de plantas de uso com�n en algunas
plantas GM pueda afectar la mucosa del tracto gastrointestinal y
ejercer efectos biol�gicos de gran alcance puede tambi�n aplicarse a
las plantas GM que contienen construcciones similares, en particular
aquellas conteniendo lectinas, como la soya o plantas que expresan
genes lectina o transgenes.
Este estudio fue apoyado por la Oficina de Escocia: Agricultura,
Medio Ambiente, y Departamento de Pesca (el n�mero de concesi�n FF
818).
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Referencias
1 - RE AMR Gatehouse, Abajo, KS Powell, et al. Las plantas
transg�nicas de papa con mayor resistencia al �fido de melocot�n-papa.
Myzus persicae. Ent APPL Exp. 1996; 79: 295-307. 2 - Pusztai A, Ewen SWB, Grant G. Relaci�n entre la supervivencia y
la uni�n de las lectinas de plantas durante el paso por el intestino
delgado y su eficacia como factores de crecimiento. Digestion 1990;
46 (Suppl 2): 306-316. 3 - Marsh NM, Ensari A. El tejido linfoide asociado al intestino y
al sistema inmunol�gico. En: I Whitehead, ed. Patolog�a
gastrointestinal y esof�gica. Churchill Livingstone, 1995: 201-225
Edimburgo.
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Efectos de Alimentaci�n...
Alimentaci�n
con Patatas OMG A Ratas
por
DebunkerSam
18 Abril 2010
del Sitio Web
YouTube
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El Dr. Arpad Pusztai discute las investigaciones sobre los efectos
de la alimentaci�n patatas OMG a las ratas.
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Parte 1
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Parte 2
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Informaci�n Adicional
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