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por�Raghav Bubna� del Sitio Web�FractalEnlightenment
traducci�n de
Adela Kaufmann � � � � � � � Hasta que nacemos no tenemos ninguna percepci�n de la enigm�tica existencia dentro de nosotros, somos amorosamente empujados a nacer por la frivolidad biol�gica de la materia corporal y atestiguamos los primeros momentos en la vida de la m�s pura expresi�n.� � Cuando ni�os nos relacionamos a trav�s de la experiencia y la expresi�n libre de pensamiento y de cualquier forma de condicionamiento psicol�gico aplicado. �
Nuestras reacciones son respuestas espont�neas a cualquier acci�n en
nuestra presencia y no plagadas de sentimientos latentes de talla o
aversi�n con los que nos ocupamos, mientras viajamos hacia aquello
que nos hacen creer que es el crecimiento. � "Un ni�o puede ense�ar a un adulto tres cosas: ser feliz sin motivo, estar siempre ocupado con algo, y saber c�mo exigir con todas sus fuerzas lo que desea ". Paulo Coelho � � Estamos�adoctrinados con aceptaciones populares�de noci�n y limitaci�n forjada, velados dentro del disfraz de la autosuperaci�n y la educaci�n. � Los nombres son una especie peculiar de equipaje que nos agobia con un prop�sito socialmente fabricado.�Esto no est� presente con nosotros en nuestro tiempo de inicio, en este sue�o colectivo, y no obstante forjado de la herencia. � Nos oculta de nuestro prop�sito verdadero de conciencia de nosotros mismos y nos hace�evolucionar dentro de los confines de un sistema� nosotros�dise�amos. � �
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� Aunque notable, nuestro sistema de vida actual tiene una visi�n de selecci�n artificial en la evoluci�n humana, que ha moldeado nuestras mentes para aceptar aquello que no podemos entender.�Nuestro prop�sito e identidad deben ser encontrados, y no legados a trav�s del karma.�
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Crecemos compitiendo dentro de nosotros mismos por calificaciones
para poder legar a buenos colegios, a conseguir buenos empleos, para
promover la evoluci�n de este laberinto, nuestra iniciaci�n en
nuestra fabricaci�n de evoluci�n selectiva a trav�s de la
competencia, fomentando la divulgaci�n del hombre sobre la
naturaleza al hombre sobre la humanidad.
A medida que evolucionamos compitiendo dentro de nuestra propia
especie, nuestra maquinaria evoluciona a nuestras necesidades
deseadas para cumplir con sus fines deseados y con el tiempo esto
�ha descompensado nuestra armon�a con la naturaleza.� � Actualmente estamos siendo llevados a trav�s de nuestro reflejo en el mundo material para nuestras vanas y superficiales propensiones. � Estas reflexiones son el resultado de c�mo nuestra percepci�n nos ve a nosotros mismos.��C�mo el concepto fabricado de la persona a trav�s de su nombre y el prop�sito derivado eclipsan nuestras reflexiones m�s puras. � Nuestras vidas deben ser moldeadas alrededor de nuestras vibraciones de auras y espirituales, y la progresi�n necesita trasladarse de la persona a la conciencia. �
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� Si bien estos son todos terriblemente vitales para nuestra preservaci�n y evoluci�n, tambi�n es una limitaci�n a los l�mites del conocimiento experiencial.�Todos los medios de informaci�n son una forma de comunicaci�n y, por tanto, se ven influidos por la conciencia del int�rprete. � Su percepci�n act�a como traductor para la canalizaci�n esot�rica durante su experiencia de la pieza relevante de conocimiento.� � Todas las obras de expresi�n cuando se ven como una puerta a la experiencia real que lleva a la cognici�n de la tangibilidad manifestada hace se�as a la implicaci�n personal. � Un anhelo de experiencia, una sed de puro conocimiento auto-atestiguado. �
Es interesante ver estos portales como equivalentes de portales
dimensionales paralelos, ya que una vez que nos embarcamos en el
viaje de experiencia, nosotros revolucionamos para siempre la
progresi�n de nuestras percepciones y las posibilidades son
equ�vocamente inmensas.�
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