Diciembre 12, 2013

del Sitio WebHamptonInstitution

traducci�n de Adela Kaufmann
Versi�n original en ingles

Es de sentido com�n que lo que valoramos, lo queremos cuidar, preservar y tratar con respeto.

Muchas veces, este cuidado es expresado hacia los objetos materiales, tales como autom�viles, joyas y art�culos de lujo, o de manera m�s abstracta, hacia tradiciones como fiestas religiosas o familiares y costumbres culturales.

Pero �cu�l es el valor que otorgamos a lavida de un ser humano?�

Cuando echamos un vistazo a la forma en que tratamos nos tratamos unos a otros como personas, es seguro decir que no parece que los seres humanos se valoren mucho.En un sistema basado en el materialismo y la b�squeda de "�xito", �dinero y poder han llegado a definir el valor de un ser humano.

En consecuencia, nada tiene valor inherente - todo es s�lo un medio para obtener un fin deseado y satisfacer nuestra aparentemente obsesiva necesidad de reconocimiento y poder.�

En la b�squeda de estos objetivos, el medio ambiente est� siendo destruido con un fan�tico vigor que uno espera de una conciencia adolescente cuyo miope impulso de gratificaci�n instant�nea deja peligrosamente indiferentes las consecuencias de sus acciones y, al mismo tiempo, innumerablesvidas humanas son sacrificadas en las guerraspor recursos, mientras quela tiran�a financieraemprendida contra la clase obrera en la forma de austeridad est� hundiendo a millones de personas a la pobreza en todo el mundo.

Nada est� fuera de l�mites en la b�squeda suicida del capitalismo corporativo debeneficios.Pero, cuando todo tiene un precio, nada tiene valor inherente.�

Uno de los procesos m�s importantes y sagrados que cualquier ser humano experimenta es el desarrollo de su propia personalidad.Es la elecci�n muy personal de lo que queremos ser en el mundo y c�mo queremos expresar nuestra propia individualidad y singularidad, como parte de la comunidad humana.

Central a este desarrollo del Ser es la educaci�n.Pero en lugar de servir como un bloque de construcci�n para el desarrollo individual y colectivo,la educaci�n de hoyno es m�s que un medio para conseguir un "buen trabajo" y "ascender" en el mundo.�

No tiene ning�n valor intr�nseco:

la alegr�a y curiosidad que acompa�an el aprendizaje y el descubrimiento de nosotros mismos y el mundo ha sido completamente mercantilizada y convertida en lo que el Dr.Cornel Westa menudo se refiere como "escolarizaci�n barata".[1]

En esta "educaci�n barata", los planes de estudio se definen por lo que es rentable en el "mercado", no lo que es valioso para el crecimiento individual y de la humanidad en su conjunto.

Los estudios sociales, las humanidades, las artes, y todo lo que presenta una alternativa a la cultura corporativa est�ril y sin vida que ha permeado todos los rincones de nuestra existencia es degradada, ridiculizada, y considerada indigna por el "mercado", que s�lo busca emplear a personas sin mente propia, drones obedientes que van a hacer lo que les dicen.

El pensamiento cr�tico y la perspectiva �nica de una persona son muy indeseables en un sistema de propiedad jer�rquica y gesti�n vertical de los recursos e instituciones.

El derecho a cultivar nuestra personalidad es sacrificado en el altar del capitalismo corporativo, que nos proporciona un sustituto barato de la individualidad y la expresi�n personal a trav�s de un falso sentido de pertenencia, logros personales vac�os muy por debajo de nuestro verdadero potencial, y, por supuesto, la formaci�n de una identidad "�nica" de multitudes a trav�s de los productos de consumo de moda fabricados por esclavos asalariados en los pa�ses extranjeros, cuyas condiciones laborales causan regularmentemuertes masivasy llevan a otros asuicidarse.[2]

Como resultado, el sistema priva efectivamente a la humanidad de ciudadanos cuyo verdadero desarrollo de individualidad, identidad, y un verdadero sentido de s� mismo dar�an lugar a una sociedad m�s consciente que valora la vida, la diversidad de expresi�n, y que ve a ser como una parte muy valiosa de cada vida de la totalidad.

Pero, �c�mo podemos esperar que la gente aprecie nada por su valor innato cuando la mayor�a de nosotros ni siquiera reconoce el valor inherente de un ser humano?

  • Nos discriminamos unos a otros que nos parecen inaceptables y, por tanto, no lo suficientemente dignos de nuestro respeto

  • Nos matamos y mutilamos a otros humanos en escalas masivas a trav�s de las guerras y los conflictos en nombre de las ganancias, que a la vez son enmascaradas como heroicas �causas� en� �defensa� de la propia tribu "superior"

  • En un nivel m�s social, asignamos precio y valor a los seres humanos en funci�n de su situaci�n socioecon�mica y si son miembros� "productivos" de la sociedad

Esta es la raz�n por la cual el "fracaso" puede ser tan devastador para el bienestar y la propia imagen mental de una persona:

porque nuestro precio, el valor y sentido de prop�sito es definido por logros externos que, si se quitan, diezman nuestro sentido de autoestima y nos hacen v�ctimas invisibles de la cultura desechable del capitalismo corporativo.

Lo que estos pocos ejemplos nos muestran es que ser s�lo un ser humano no es suficiente.

Uno tiene quehaceralgo oseruna manera particular con el fin de ser considerado valioso o digno.Esta mentalidad - la creencia en lainherentefalta de valorde un ser humano - est� en el centro del odio y la condena que dirigimos unos hacia los otros.

El mensaje es claro:

a menos que usted cumpla las normas de la sociedad de lo que significa ser "valioso", usted no vale nada.

Lospropietarios del sistema - los oligarcas empresariales- a trav�s de la propaganda de masas y el condicionamiento cultural en el tiempo, nos han ense�ado que el valor se trata de condicionamiento,

  • de cu�nto dinero tiene una persona

  • el tipo de trabajo que tienen

  • la cantidad de propiedades y bienes que poseen

  • cu�n "exitosos" son (es decir, qu� tan bien se reflejan los valores de la cultura dominante)[3]

En este tipo de sociedad, el materialismo y lo trivial se� han convertido en nuestros dioses a los que juramos lealtad en una econom�a que se beneficia constantemente de nuestra desesperaci�n por ser aceptados y vistos como dignos.

El sentido de la vida se reduce a lograr el "�xito" y el reconocimiento, mientras que los deseos profundos del alma de uno por la verdad y la conexi�n son voluntariamente sacrificados por logros superficiales cuyas promesas de "felicidad" y "valor" nunca parecen materializarse.Al final, la vida misma pierde su significado.

Cuando el dinero, el reconocimiento, y el materialismo determinan el valor de un ser humano, s�lo unos pocos son vistos como valiosos

ComoChris Hedgesexplica en "Empecemos esta Guerra de Clases", el resto de nosotros son considerados,[4]

"seres humanos sin valor, desechables" al servicio de los oligarcas corporativos que ven a las clases bajas como "par�sitos toscos, molestias que tienen que soportar, a veces, aplacados y siempre controlados en la b�squeda de acumular m�s poder y dinero."�

Nuestros gobernantes olig�rquicos nos han convencido exitosamente que sus valores son los nuestros - la mayor�a de nosotros parecen creer que los seres humanos intr�nsecamente son sin valor y s�lo sirven como medios para el logro de los propios objetivos personales.

En este tipo de cultura, todo y todos - incluyendo a amigos y familiares - se convierten en mercanc�as desechables para ser usados, explotados y agotados por el inter�s propio y con poca visi�n del ego deseos.

Como era de esperar, en una sociedad as�, la amistad es un concepto extra�o y se practica en ambientes superficiales y artificiales "encuentros" que enmascaran un sentido interno de aislamiento y soledad, un subproducto natural de una cultura egoc�ntrica.

Estamos desconectados unos de otros, porque no valoramos nada su esencia - el valor inherente de la cooperaci�n, la amistad y la fraternidad genuina es considerado un aburrimiento y una p�rdida de tiempo.

Siempre parece haber alg�n inherente inter�s oculto en nuestras relaciones que satisfacen nuestro apetito fugaz para la compa��a - Rara vez la gente se re�ne por un genuino deseo de conectarse y compartir honestamente a s� mismos unos con otros.

Nuestra devaluaci�n de las personas y la vida misma no es m�s que un reflejo de nuestro propio sentido personal, profundamente arraigado de falta de valor como seres humanos.

Es lo que el psiquiatraCarl Jungdenominaproyecci�n- el acto de prescribir la propia calidad interna inconsciente sobre un objeto que se encuentra fuera de uno mismo - que,

"Cambiar al mundo a una r�plica del propio rostro desconocido".[5]

Lo que estamos reflejando en el exterior es la creencia de que no somos nada m�s que in�tiles seres biol�gicos que estamos aqu� para consumir, acumular, amasar, y tener "�xito" (l�ase: dominar) sobre aquellos que nos rodean y para gran parte de la humanidad, una creaci�n vil cuyo �nico prop�sito es arrepentirse y recuperar su existencia a una figura de un Dios autoritario, iracundo.

No es de extra�ar que no tengamos respeto a la vida ni unos a otros.

La ra�z de nuestro sentido de falta de valor (y la capacidad de la �lite gobernante para convencernos de ello) es quiz�s nuestra separaci�n del mundo natural y del ciclo de la vida.Los seres humanos se ven como parados encima de la naturaleza en lugar de ser una parte de ella.

Debido a nuestra autoproclamada supremac�a, nos hemos aislado del mundo natural y reinamos sobre toda la vida mostrando poco respeto por constantemente violar, destrozar, extraer, destruir, matar y explotar todos los aspectos del medio ambiente.

No tenemos ning�n respeto por la naturaleza y s�lo recurrimos a ella para extraer m�s combustible para alimentar nuestro insostenible estilo de vida o de objetivar su belleza cuando nos sirve.

Rara vez nos encontramos en temor y respeto de la incre�ble e intrincada red compleja de la vida que entrelaza los animales, las plantas, y un sinn�mero de otras formas de vida en una sofisticada y misteriosa existencia� - una existencia que ha ido evolucionando durante millones de a�os, mientras que la corta presencia de la humanidad en la Tierra amenaza con desestabilizar el ecosistema, lo cual, a su vez, sin duda, conduce a nuestra desaparici�n.

El error fatal de la humanidad es su enraizada arrogancia en la il�gica e incre�blemente narcisista creencia que los seres humanos son m�s poderosos que la naturaleza.

Una especie racional se dar�a cuenta de lo obvio:

que los seres humanos dependen de la naturaleza para su supervivencia.

Sin embargo, es la pomposa mentalidad de� supremac�a que lo ciega a uno reconocer la interrelaci�n entre uno mismo y el mundo exterior, lo que finalmente trae el inconsciente reinado de los dominadores a un alto desastroso.

Es precisamente esta separaci�n de la naturaleza y toda la vida que ha llevado a una crisis de identidad - una confusi�n acerca de nuestro lugar en el mundo que nos obliga a buscar significado y valor a trav�s de la dominaci�n, la represi�n, y la conquista del mundo exterior y entre s�.

Sin lugar a dudas, estamos sembrando las semillas de nuestra propia aniquilaci�n.Es tal vez el deseo inconsciente de la humanidad destruir el valor interno, porque lo que est� desprovisto de valor es insignificante, sin sentido, in�til, y no merece ninguna atenci�n ni �amor - y sobre todo - no merece existir.

Con el fin de detener nuestra marcha hacia el inconsciente suicidio colectivo, debemos realizar el laborioso proceso de auto-descubrimiento y transformar las estructuras de creencias personales que delatan nuestro propio sentido de inutilidad.[6]

No hay mayor poder, ni Dios, ni Mes�as que por arte de magia vaya a bajar y salvarnos de nosotros mismos:

le corresponde a cada uno de nosotros ampliar nuestra conciencia y canalizar los ideales m�s altos de cooperaci�n, unidad, justicia y compasi�n en la Tierra.

S�lo podemos hacerlo una vez que reconozcamos nuestro propiovalor inherentey decidamos actuar en nuestro potencial como creaciones �nicas de una conciencia en constante evoluci�n, cuya existencia vale salvar.

Visto desde esta perspectiva,

"Nosotros somos aquel a quien hemos estado esperando."�

�Vamos a prestar atenci�n al llamado?


Notas

  1. La "Escolarizaci�n barata" es diferente de la "educaci�n profunda", a la que el doctor West se refiere como la "formaci�n de la atenci�n" ...el,

"Cambio de lo superficial a lo sustancial, de lo fr�volo a lo serio, del 'bling, a luchar con la vida, la muerte, el dolor, la tristeza, [y] la alegr�a [.]"

El Dr. Cornel West, Discurso en Hobart y William Smith Colleges, Transcripci�n, �ltimo acceso el 3 de diciembre de 2013http://www.hws.edu/about/presidentsforum/west_speech.aspx.

Ver tambi�nSonoma Estado Estrella "El Activista Cornel West se reune con los estudiantes, da conferencia," el 16 de abril de 2013 "la escolarizaci�n barata"); Smiley y West, Conversaci�n: Julian Assange (Remastered), publicada el 2 de Agosto, 2013https://soundcloud.com/smileyandwestshow/august-2-2013-julian-assange(referencia a "barato escolarizaci�n").

Jason Burke, "colapso de f�brica en Bangladesh deja rastro de vidas destrozadas",The Guardian, 06 de junio 2013,http://www.theguardian.com/world/2013/jun/06/bangladesh-factory-building-collapse-community; Aditya Chakrabortty, "La mujer que casi se muere haciendo su iPad,"The Guardian, 05 de agosto 2013,http://www.theguardian.com/commentisfree/2013/aug/05/woman-nearly-died-making-ipad

  1. Ser "exitoso" a los ojos de la sociedad con mayor frecuencia incluye tener una familia, un trabajo "respetable" o carrera, ser due�o de propiedad, y en general vivir una vida de acuerdo con las expectativas culturales y sociales.

  2. Chris Hedges, "Comencemos esta guerra de Clases," TruthDig.com, 20 de octubre de 2013,https://www.truthdig.com/report/item/lets_get_this_class_war_started_20131020/

  3. CG Jung, Aion: investigaciones sobre la Fenomenolog�a del Ser, Vol.9, pinta.II (Serie Bollingen XX / Princeton University Press 1959), pp 8-9�

  4. Para principiantes, preg�ntese estas preguntas b�sicas:

�Qu� significa para m� precio y valor?

�Qu� es lo que me hace valioso ...el simple hecho de que soy un ser humano o es que eso no es suficiente?

�Creo yo que los seres humanos son intr�nsecamente dignos o pongo condiciones sobre el valor de la vida humana?

�Veo la naturaleza como un medio para un fin, algo que debe ser conquistado y dominado o veo a la humanidad como una parte intr�nseca de la naturaleza cuya existencia depende de la cooperaci�n con el medio ambiente?

Nuestros pensamientos acerca de nosotros mismos y nuestra relaci�n con la naturaleza revelan mucho acerca de nuestro actual estado de conciencia.

Debido a que gran parte de nuestra existencia descansa sobre la obediencia ciega a la autoridad y dogmas culturales, rara vez hacemos estas preguntas fundamentales y as� permanecemos en gran parte inconscientes de nuestra participaci�n en la autodestrucci�n de la humanidad.