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por�V.�Susan Ferguson 2013 del Sitio Web�MetaphysicalMusing
traducci�n de
Adela Kaufmann � � � A medida que la Internet nos ha tra�do un mayor acceso al mundo, somos a�n m�s conscientes de la brutalidad sin fin de la existencia humana. � En s�nscrito, la palabra placer y el dolor son a menudo escritos en una sola palabra: sukhaduhkha. � La sabidur�a en igualar el placer y el dolor siempre me ha parecido un entendimiento que s�lo pod�a surgir de una civilizaci�n antigua con un sentido profundo, incluso primordial de la historia - una cultura venerable que con el tiempo hab�an experimentado en repetidas ocasiones todas las etapas ineludibles, ineluctables, inevitables de todas las civilizaciones, las recurrencias c�clicas de pureza inicial y la cohesi�n, seguidas por desorden consecuente corrupci�n y decadencia.� � A�n as�, la pregunta persiste. � ��Por qu� el Creador eligi� hacer de este plano de existencia, este planeta Tierra tan brutal?
El santo y erudito Shaivita de Cachemira,�Swami Lakshmanjoo�ha dicho,
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Las Redes que Tejemos � �Qu� es el bien, el prop�sito del dolor, el sufrimiento, la decadencia y tanta brutalidad extrema?�Una respuesta es simplemente que en un universo de polaridad, un extremo de la pureza y la bondad no puede existir sin el otro extremo, es decir, la contaminaci�n y el mal. � En el�holograma ilusorio temporal, todo se pudre.�Es simple f�sica, o m�s bien metaf�sica. � Una explicaci�n orientada m�s occidental de la finalidad para tales energ�as brutales y destructivas es ofrecido por el lenguaje directo, con los pies en la tierra del fil�sofo americano�Eric Hoffer�en su cl�sico libro astuto y perspicaz, 'El Verdadero Creyente - Reflexiones Sobre la Naturaleza de los Movimientos de Masas�- The True Believer - Thoughts on the Nature of Mass Movements' [1951]:
A partir de esta evaluaci�n pragm�tica podemos acercarnos a la idea de que aquellos que consideramos que son la escoria de la sociedad, los perdedores, y las diversas formas de erosi�n de la contaminaci�n, qu�mica o ideol�gica - son, de hecho, el almac�n de semillas de nuevas formas. �������������������� Las bacterias y los virus, que destruyen las c�lulas vivas debilitadas, han estado con nosotros siempre.�En un universo c�clico, debe haber energ�as que se desintegran, disuelven y se destruyen. �
A menudo, estos se esconden m�s all� de nuestra vista,
descomponiendo materia bajo las rocas, en la p�trida baba asquerosa
de la basura, o silenciosamente al acecho dentro de nuestros cuerpos
humanos.�
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"S�lo ellos pod�an hacerlo!" � Hoffer cuenta a los fan�ticos pol�ticos y religiosos, como Hitler, Lenin y otros entre estos "verdaderos creyentes" que a lo largo de la historia han asesinado a miles de personas en nombre de la verdad.� � Eric Hoffer trabaj� en los muelles de San Francisco como estibador en la d�cada de 1940.� � �l era autodidacta y sus experiencias en el mundo del trabajo f�sico combinado con una falta de torre de marfil de acondicionamiento intelectual, que es tan a menudo extra�da de cualquier vida real, y por lo tanto produce una extraordinaria visi�n de la condici�n humana. � Le� por primera vez 'El Verdadero Creyente' en la escuela secundaria, tal vez en 1962, y admito que yo no pod�a y no pude haber entendido eso en aquellos d�as - pero incluso en mis tiernos verdes de la adolescencia, me di cuenta de que hab�a algo profundamente cierto en este libro. � Debido a los recientes�rumores de revoluci�n, record� y, por tanto rele� este cl�sico, que fue reeditado en 2010.� � Hoffer hace inequ�vocamente claro que lo que motiva al verdadero creyente en el fanatismo es su propia carencia.� � Son como �l dice los descontentos, los pobres, los desempleados, los inadaptados, marginados, las minor�as, los j�venes adolescentes, el ambicioso, el obsesionado, impotente en mente o cuerpo, el excesivamente ego�sta, el aburrido y los pecadores.
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La brutalidad de la Historia Humana
Este ingenuo rechazo para ver la existencia humana como tragedia c�clica y cat�strofe es particularmente americana - y algo que yo s� muy bien despu�s de haber crecido en los Estados Unidos despu�s la Segunda Guerra Mundial. � Yo me cri� con optimismo, sobre "el progreso es nuestro producto m�s importante", y la mentalidad de 'poder hacerlo'. � La obra de�Edward Bernays�hab�a saturado a mi pa�s en la Avenida Madison de publicidad y propaganda, un bizarro y dominante miasma prevalente y enga�o que fue dise�ado para promover el comercio. � Por supuesto sospechamos de otra manera y las atrocidades en Viet Nam obligaron a la rebeli�n de una generaci�n contra el sistema de creencias prevaleciente. � Una vez m�s de T.R. Fehrenbach:
La brutalidad es descomposici�n, el catalizador de disoluci�n amenazando todas las formas establecidas.�La vida en la Tierra es a menudo una locura de masas.�Uno de estos fue la Europa del siglo 14, cuando las plagas conocidas como�la Muerte Negra�azotaron a miles. � La historiadora�Barbara W. Tuchman�prev� una perspectiva c�clica en su libro, "Un Espejo Distante - El calamitoso siglo 14 - A Distant Mirror - The Calamitous 14th Century" [1978]:
�Tom� una cat�strofe tan enorme para comenzar la erosi�n del sistema feudal, que durante siglos rob� a la mayor�a de los hombres de su libertad, riqueza y creatividad? � Nosotros, los humanos parecemos capaces de acostumbrarnos a cualquier cosa y tendemos a resistirnos al cambio.�Esta compulsi�n de comportamientos repetidos se deriva de lo que se llama las GUNAS en la ense�anza metaf�sica del s�nscrito. � El significado literal de la palabra s�nscrita�gunas�es "nudos" - y por lo tanto se refiere a los modos de comportamiento humano que se forman a partir de las acumulaciones de nuestros propios pensamientos y actos, y que nos unen y nos atan, tejiendo nuestra conciencia en el holograma ilusorio temporal. � Nosotros creamos estos nudos durante incontables vidas a medida que pasamos a trav�s de los interminables ciclos de tiempo. � He explicado�las gunas�en detalle en art�culos anteriores e incluyen los siguientes enlaces.
Las�gunas�son nuestra propia creaci�n y son los modos como-Borgs de nuestras inclinaciones, tendencias y compulsiones que forman nuestra programaci�n gen�tica, nuestra naturaleza humana individual. � Obligados como estamos por nuestras propias "naturalezas" somos impulsados a repetir patrones que nos atraen a ciertas experiencias, para determinados grupos de personas, tal vez v�nculos ancestrales, e incluso nacionalidades, razas y afinidades religiosas. � La mayor�a de nosotros�no tenemos idea de c�mo controlamos estamos por nuestros propios mecanismos de programaci�n, por lo que la mayor�a permanece inconsciente al pasar de una vida a otra.� � Todos estamos obligados por nuestras�gunas. � Los textos s�nscritos ense�an que, de hecho, somos impotentes para actuar en contra de nuestra propia naturaleza. � En�el Bhagavad Gita, Krishna le dice a Arjuna a pesar de su renuencia temporal para hacerlo, Arjuna luchar�, porque �l es un guerrero Rajasic y luchar, por lo tanto, es su naturaleza.
Nuestro libre albedr�o reside �nicamente en la Ilustraci�n, en la observaci�n y el desapego a nuestras tendencias habituales y compulsiones. � Nos convertimos en,
De otra manera nos quedaremos en este universo de polaridad brutal,
atrapados en las redes que tejemos en�la
esclavitud de las ilusiones�en
ciclos cada vez m�s recurrentes, yuga tras yuga, manvantara despu�s
manvantara, kalpa tras kalpa - un mundo sin fin.� � Fue nuestra elecci�n, por lo que debe ser que en nuestro estado original, esta ubicaci�n del plano de la tierra parec�a una aventura desafiante, una prueba emocionante. � Quiz�s el cansancio con todo, especialmente la brutalidad es una se�al de que estamos de hecho listos para volver a casa!� � � � � |
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