por John E. Mack, M.D.
1991
Originalmente publicado en la revista ReVision
Octubre de 1991, Vol. 14, N� 2, P�g. 108-110
del Sitio Web
UFODisclosure

traducci�n de Adela Kaufmann
Versi�n original

Hemos o�do la expresi�n "realidad consensuada" utilizada cada vez m�s y m�s a menudo para distinguir la visi�n convencional occidental/Newtoniana /cartesiana del mundo de otras posibles filosof�as o marcos de pensamiento.


El frecuente horquillado de estas palabras en la escritura y la conversaci�n implica que hay una versi�n aceptada de la realidad que incluye un acuerdo social sobre lo que la mente puede o no puede leg�timamente tolerar, si su due�o desea permanecer comunicado dentro de la corriente principal. Sin embargo, hay tambi�n una connotaci�n de cuestionamiento o duda en el uso del adjetivo que modifica "consenso", incluso una cierta actitud defensiva.

Es como si el orador, que por lo general puede aceptar el paradigma dominante, no est� completamente de acuerdo en que lo que hemos sido aculturados a creer que es, de hecho, la �nica realidad.

Con el fin de llevar adelante mi argumento, voy a tratar de definir el punto de vista dominante occidental de la realidad con mis propias palabras, reconoce que esto puede ser una simplificaci�n excesiva.

Los dos pilares de esta visi�n del mundo son el materialismo y el dualismo mental.

  • De acuerdo a la convicci�n materialista, todo lo que existe fuera de nosotros es el mundo "material" o f�sico aprehendido por nuestros sentidos. Todo aquello no sea esta realidad "objetiva" es "subjetivo", es decir, pertenece al reino del sentimiento, la psique, el esp�ritu, o algo similar.

  • El dualismo mental es la capacidad de la psique de experimentar la separaci�n y la diferencia, a partir de la distinci�n entre la propia psique y el mundo material. El pensamiento dualista se caracteriza por las tendencia dicot�mizantes que damos por sentado, como los estereotipos, los pares de palabras opuestas y frases como bien y el mal, o blanco y negro, que llenan nuestro lenguaje, y la insistencia de los padres que los ni�os aprendan a distinguir lo que es "real" de los productos de su imaginaci�n.

La versi�n materialista/dualista de la realidad ha demostrado ser �til para la sociedad occidental en sus intentos de dominar el mundo material, otros pueblos, y la naturaleza.

Esta filosof�a tambi�n nos ha llevado al borde de una guerra nuclear - la m�xima expresi�n de la auto-divisi�n de otros - y la extinci�n de muchas de las formas de la vida del planeta, al perseguir los seres humanos su propio bienestar material a costa del debilitamiento de otros seres humanos, animales y plantas.

La visi�n del mundo occidental est�, sin embargo, bajo asalto, debido a una serie de descubrimientos cient�ficos. Estos incluyen investigaciones han demostrado que las ambig�edades parad�jicas y probabil�sticas de la materia y la energ�a a nivel subat�mico, y los estudios contempor�neos de la conciencia humana que nos han demostrado que lo que ya hemos aceptado como "realidad" es s�lo uno de un n�mero virtualmente infinito de formas de construir o experimentar la existencia.

Es un hecho curioso, tal vez un reflejo de la operaci�n de alg�n tipo de inteligencia universal, que el asalto a la visi�n del mundo occidental es a la vez cient�fica y exigente en su naturaleza.

El punto de vista occidental est� en contradicci�n con los nuevos conocimientos del mundo f�sico y la naturaleza de la psique, mientras que la necesidad simult�nea de rechazar este punto de vista es demostrativa de una imperiosa necesidad frente a la crisis planetaria que los seres humanos han causado.

Es como si nuestras mentes se estuvieran abriendo a nuevas realidades en una especie de sincron�a con la percepci�n consciente e inconsciente, individual y colectiva, que no podemos seguir como hemos estado sin destruir la vida misma. La ciencia, la necesidad, el pragmatismo y la moral se han fusionado. La versi�n establecida de la realidad ya no "funciona" en todos los sentidos operacionales y normativos de esa palabra.

Dicho de manera m�s positiva, los hechos que estamos descubriendo acerca de la naturaleza, y de nosotros mismos en la naturaleza, parecen corresponder a los conocimientos que ser�n necesarios para preservar la vida y el bienestar en el planeta.

El nuevo paradigma emergiendo de los descubrimientos actuales de la ciencia de laboratorio y de investigaci�n de la conciencia es en cierto modo vergonzosamente antiguo edad y familiar.

Este modelo abarca las verdades conocidas de virtualmente todas las culturas del pasado y la mayor�a de las sociedades contempor�neas, no obstante, mucho que esto �ltimo puede estar influenciado por el materialismo y el dualismo en su b�squeda de la modernizaci�n, poder pol�tico, y ventaja en el mercado. �C�mo nosotros, los occidentales, podr�amos haber tenido �xito olvidando este conocimiento es una de las historias m�s grandes de nuestro tiempo.

B�sicamente lo que estamos re-aprendiendo es que la inteligencia y la conexi�n son penetrantes, no s�lo en este planeta, sino en todo el universo, y que las relaciones complejas existen en el cosmos, y que estamos s�lo empezando a captar.

Ya sea que aceptemos o no el modelo hologr�fico (la idea de que el todo est� contenido en cada parte) del universo, parece claro que el universo funciona como un vasto sistema de informaci�n interconectado, en el que una acci�n o pensamiento que ocurre en una parte tiene un efecto impredecible en otras dimensiones del sistema.

Las tareas centrales que enfrenta la humanidad en esta cr�tica coyuntura son para limitar nuestra capacidad destructiva, para aprender a vivir en armon�a en el mundo natural, y para descubrir los puntos adecuados de salida para nuestras notables energ�as creativas. Tambi�n tendremos que cultivar, en realidad liberar, aquellas capacidades de la psique que nos permiten experimentar lo numinoso en la naturaleza y percibir las realidades m�s all� del mundo f�sico emp�ricamente observable.

Con el fin de que los psic�logos ayuden a sostener el paradigma emergente descrito anteriormente, debemos primero mirar nuestra nueva profesi�n. El hecho es que los departamentos acad�micos de psicolog�a y psiquiatr�a, e incluso modelos terap�uticos, est�n dominados por una visi�n mecanicista y dualista de la psique basado en la visi�n newtoniana/cartesiana del mundo.

Las defensas y las estructuras mentales r�gidamente definidas, las divisiones compartimentalizadas de la psique y las dicotom�as propias o de otros son materia de discurso cotidiano en la psicolog�a y en los campos de salud mental.

Sin embargo, el cambio se est� produciendo gradualmente, debido a la influencia de varios factores: la experiencia y el crecimiento, promoviendo modelos de transformaci�n, el movimiento de psicolog�a transpersonal, la introducci�n de m�todos de curaci�n no-occidentales, un nuevo �nfasis en la espiritualidad en el di�logo terap�utico, y el �nfasis feminista inspirado en las relaciones y la conexi�n.

Pero el miedo de la subjetividad y del "misticismo", la confusi�n de la espiritualidad con la religi�n tradicional, la dependencia exclusiva sensorial/emp�rica o cognitiva/conocimiento intelectual, y dependencia habitual en la cuantificabilidad de la respetabilidad acad�mica y el progreso han hecho a las profesiones de la psicolog�a particularmente lentas para avanzar hacia la nueva visi�n del mundo.

Acercamientos psicol�gicos nuevos, o, m�s exactamente, los enfoques psico-espirituales est�n ayudando a acelerar el cambio en la visi�n del mundo en el campo de la psicolog�a.

Estas t�cnicas incluyen:

  • la meditaci�n

  • diversas t�cnicas de trabajo corporal

  • Trabajo Grof de respiraci�n

  • arte afectivamente poderoso arte, m�sica y danza

  • nuevas formas de orientaci�n educativa

  • Talleres vivenciales para hombres y mujeres

  • juicioso uso de agentes psicod�licos

Todos comparten el poder curativo y la asunci�n-que rompe los estados no ordinarios de conciencia.

Al llegar afectivamente a los niveles m�s profundos de la auto-conciencia, estos m�todos liberan energ�as ps�quicas creativas y, lo m�s importante, superan las dualidades que la mente occidental ha asumido que son las �nicas maneras de experimentar la realidad. Estas t�cnicas tambi�n nos ponen en contacto con las realidades espirituales fuera del mundo material, nos obliga a enfrentar los ciclos de nacimiento, muerte y renacimiento, cortar a trav�s de la intensidad de nuestro apego al mundo material, y nos permite descubrir nuestro verdadero lugar en el universo.

El cambio en la visi�n del mundo tambi�n se est� logrando a trav�s de los esfuerzos de los l�deres cient�ficos y pol�ticos dispuestos a tomar riesgos profesionales y personales, con el fin de difundir nuevas maneras de percibir la realidad. La pediatra australiana Helen Caldicott probablemente hizo m�s que cualquier otra persona en los �ltimos veinticinco a�os para sensibilizar al p�blico acerca de la locura de la carrera de armamentos nucleares y el peligro de la aniquilaci�n nuclear con el fin de desviarnos de nuestro aparente camino hacia la destrucci�n.

Su efecto transformador incluy� tanto un modelo de liderazgo como la creaci�n de un estado no-ordinario de conciencia.

A trav�s de su presencia en los Estados Unidos como una destacada m�dico y activista pol�tico, Caldicott efectivamente desafi� a la industria de armas nucleares dominada por los hombres y sus apoyos pol�ticos y cient�ficos, con gran riesgo personal. Ella fue eventualmente atacada por los medios de comunicaci�n y se vio obligada a regresar a Australia.

Escuchar la conferencia de la Dra. Caldicott fue una experiencia alteradora de la mente, que alcanza los niveles m�s profundos de la psique. Adem�s de penetrar las defensas de la audiencia mediante el uso de im�genes de gran alcance de la destrucci�n nuclear, mientras que revela el miedo, la codicia sin sentido, el ego�smo, y los estereotipos que se encuentran en la ra�z de la carrera de armas nucleares, Caldicott tambi�n hace algo m�s.

Ella planta a un ni�o entre la audiencia y, en un dram�tico momento en su charla, baja de la plataforma, recoge al beb�, y habla de los ciclos intergeneracionales de la vida, consagrados en el ni�o, que se interrumpir�an para siempre por una la guerra nuclear. El impacto emocional de esta actuaci�n, llegando hasta el nivel perinatal de la psique y m�s all�, es tan poderoso que la conciencia de muchos que lo experimentaron fue cambiado para siempre.

Literalmente miles de miembros del movimiento antinuclear fueron reclutados por Caldicott de esta manera.

La crisis mundial de finales del siglo XX - en particular la proliferaci�n de armas nucleares, los enfrentamientos �tnicos que podr�an escalarse y convertirse en desastres nucleares, y la devastaci�n del medio ambiente - ha sido agravados por la visi�n materialista del mundo occidental y una r�gida adhesi�n a sus ideolog�as econ�micas dual�sticas, ya sean socialistas o capitalistas.

La extensi�n de una Nueva Visi�n del Mundo que se deriva de nuestra experiencia de la interdependencia y la interrelaci�n de todos los seres vivos, junto con un reconocimiento de la fragilidad de los ecosistemas de la Tierra, ser� un paso importante en la preservaci�n del planeta.

Pero soplar la mente occidental tradicional no es suficiente. Se requiere de un liderazgo y acci�n en favor de la vida y el medio ambiente. Tendremos que asumir riesgos y exponer nuestras vulnerabilidades. Tal vez siempre haya sido as�, pero me sorprende c�mo muchos de los l�deres pol�ticos e intelectuales que admiro, por sus esfuerzos en nombre de la vida humana hayan pasado tiempo en prisi�n.

Haci�ndole frente al orden establecido, tomando una postura con todo el ser, dejando al descubierto la vulnerabilidad de uno, y corriendo el riesgo de la p�rdida de la libertad personal, todos parecen inspirar tanto a los l�deres como a sus seguidores.

Finalmente, la diseminaci�n de la nueva visi�n del mundo debe ir acompa�ada de la transformaci�n de las instituciones sociales existentes y la creaci�n de otras nuevas. Escuelas, iglesias, corporaciones y gobiernos, todo debe cambiar para que sea compatible con un futuro sostenible. Las instituciones se convierten en dep�sitos de conglomerados de poder, tradici�n y costumbres.

Ellos se resisten intensamente al cambio, a veces violentamente, incluso cuando muchas de las personas involucradas reconocen la naturaleza anacr�nica de las instituciones, en particular, el complejo militar en todo el mundo se ha convertido, evidentemente incompatible con un futuro sostenible del planeta.
Sin embargo, las guerras contin�an, y las ventas de armas est�n en pleno auge.

Los medios de comunicaci�n, especialmente la televisi�n, han sido principalmente utilizados para mantener el statu quo, pero su aplicaci�n redirigida tambi�n puede ayudar a acelerar el proceso de transformaci�n a trav�s de poderosas im�genes que rompen las viejas ideas y estructuras mentales y permiten la creaci�n de nuevas narrativas y visiones del mundo.

Por ejemplo, las pel�culas que muestran el da�o acelerado de los biosistemas de la Tierra desde la perspectiva del espacio exterior han sido veh�culos especialmente potentes para la transformaci�n de la conciencia acerca de la vulnerabilidad del medio ambiente planetario.

Vaclav Havel, presidente de Checoslovaquia, en su abordamiento de febrero de 1990 al Congreso de los Estados Unidos, fue el primer l�der mundial de vincular las diversas crisis globales a la necesidad de un cambio en la conciencia humana.

Sin una revoluci�n global en la esfera de la conciencia humana, nada va a cambiar para mejorar en la esfera de nuestra existencia como seres humanos, y la cat�strofe hacia la cual se dirige este mundo - ya sea ecol�gica, social, demogr�fico, o un deterioro general de la civilizaci�n - ser� inevitable.
(Washington Post, Febrero 22, 1990)

Una comunidad global en crecimiento se ha comprometido a acelerar la revoluci�n en la conciencia humana descrita por el presidente Havel.