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22 Enero 2015
del Sitio Web�WisdomPills
traducci�n de
Adela Kaufmann
Versi�n
original en ingles
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Luther Standing Bear�era
un Jefe�Lakota
Oglala�(Sioux)
que, entre algunos otros raros tales como,
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Charles Eastman
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Alce Negro
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Gertrude Bonnin,
... ocuparon la grieta entre el modo de vida de los pueblos
ind�genas de las Grandes Llanuras antes y durante la llegada y la
posterior extensi�n de los pioneros europeos.
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Criado en las tradiciones de su pueblo hasta la edad de once a�os,
fue luego a estudiar a la�Escuela
Industrial Carlisle Indian�de
Pensilvania, donde aprendi� el idioma Ingl�s y la forma de vida.�(Aunque
un Monumento Hist�rico Nacional, Carlisle sigue siendo un lugar de
controversia en los c�rculos de los nativos.)�
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Al igual que sus contempor�neos antes mencionados, sin embargo, sus
ra�ces nativas eran profundas, dej�ndolo en la posici�n �nica de ser
un conducto entre culturas.�
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Aunque su movimiento a trav�s del mundo del hombre blanco no estuvo
exento de "�xito" - tuvo numerosos papeles en pel�culas de Hollywood
- su legado perdurable fue la protecci�n de la forma de vida de su
pueblo.
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En el momento de su muerte hab�a�publicado
4 libros�y
se hab�a convertido en un l�der en la vanguardia del movimiento
progresista dirigido a la preservaci�n del patrimonio nativo
americano y su soberan�a, llegando a ser conocido como una voz
fuerte en la educaci�n del hombre blanco en cuanto a la estilo
nativo americano de la vida.
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Aqu�, entonces, hay 10 citas del gran jefe indio Sioux conocido como
Oso Parado que de seguro va a perturbar mucho de lo que crees saber
sobre la cultura "moderna":
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La alabanza, la adulaci�n, los modales exagerados y las
buenas palabras, altisonantes no eran parte de la cortes�a
Lakota.�Los
modales excesivos eran reprimidos como
insinceros, y el hablador constante era considerado grosero
y desconsiderado.�La
conversaci�n nunca se iniciaba a la vez, o de una manera
apresurada.
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A los ni�os se les ense�a que la verdadera cortes�a deb�a
ser definida en acciones y no en palabras.�A
ellos nunca se les permiti� pasar entre el fuego y la
persona mayor o un visitante, a hablar mientras otros
estaban hablando, o burlarse de una persona lisiada o
desfigurada.�Si
un ni�o sin pensar trataba de hacerlo, uno de los padres, en
voz baja, de inmediato lo correg�a.
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El silencio era significativo para los Lakota, y su
concesi�n de un espacio de silencio antes de hablar se hac�a
en la pr�ctica de la verdadera cortes�a y respetando la
regla de que 'el pensamiento viene antes del discurso'... y
en medio del dolor, la enfermedad, la muerte o la desgracia
de cualquier tipo, y en presencia de lo notable y grande, el
silencio era la se�al de respeto... la estricta observancia
de este principio de buena conducta fue la raz�n, sin duda,
para que le dieran la falsa caracterizaci�n por parte del
hombre blanco, de ser un estoico.�El
fue juzgado como siendo tonto, est�pido, indiferente y sin
sentimientos.
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Nosotros no pensamos en las grandes llanuras abiertas, las
hermosas colinas, los r�os serpenteantes con un crecimiento
enredado y "salvaje".�S�lo
para el hombre blanco la naturaleza era "salvaje" y s�lo
para �l estaba "infestada" con animales "salvajes" y
personas "salvajes".�Para
nosotros era mansa.�La
Tierra era abundante y est�bamos rodeados con
las bendiciones del Gran Misterio.
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El parentesco con todas las criaturas de la tierra, el cielo
y el agua era un principio real y activo.�En
el mundo animal y de aves, exist�a un sentimiento fraternal
que mantuvo a los Lakota seguros entre ellos. Y tan cerca
llegaron algunos de los Lakotas a sus amigos emplumados y
peludos que en la verdadera hermandad de la que hablaban era
una lengua com�n.
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Este concepto de la vida y sus relaciones era humanitaria y
dio a los Lakota un amor perdurable.�Llenaba
su ser con la alegr�a y el misterio de la vida;�le
daba reverencia por toda la vida, haciendo un lugar para
todas las cosas en el esquema de la existencia, con la misma
importancia a todos.
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Era bueno para la piel para tocar la tierra, y a los
ancianos le gustaba quitarse los mocasines y caminar con los
pies descalzos sobre la tierra sagrada... el viejo indio
todav�a se sienta en la tierra en lugar de levantarse o
sentarse lejos de sus fuerzas dadoras de vida.�Para
�l, sentarse o acostarse en el suelo es ser capaz de pensar
y sentir m�s profunda y agudamente.��l
puede ver m�s claramente en los misterios de la vida y
acercarse en parentesco con otras vidas a su alrededor.
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Todo ten�a posesi�n de personalidad, s�lo difiriendo de
nosotros en forma.�El
conocimiento era inherente a todas las cosas.�El
mundo era una biblioteca y sus libros eran las piedras,
hojas, hierbas, arroyos, y los p�jaros y animales que
compart�an por igual con nosotros, las tormentas y las
bendiciones de la tierra.�Aprendimos
a hacer lo que s�lo el estudiante de la naturaleza aprende,
y que es sentir la belleza.�Nunca
arremetimos a las tormentas, los furiosos vientos, y las
heladas que pican y nieves.�Hacer
esto intensificaba la futilidad humana, as� que lo que
viniera nos ajust�bamos a ello, por m�s esfuerzo y energ�a
si es necesario, pero sin quejarnos.
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... El viejo Lakota era sabio.��l
sab�a que el coraz�n de un hombre, lejos de la naturaleza,
se vuelve dif�cil;��l
sab�a que la falta de respeto para las cosas que crec�an
pronto llevaba a la falta de respeto por los seres humanos
que tambi�n viven.�As�
que manten�a a sus hijos cerca de la influencia suavizante
de la naturaleza.
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La civilizaci�n ha sido arrojada sobre m�... y no ha a�adido
un �pice a mi amor por la verdad, la honestidad y la
generosidad.
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