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traducci�n de
Adela Kaufmann � �
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Den a la Paz � � � "El hecho de que usted no tenga inter�s en la pol�tica no significa que la pol�tica no se interese en usted". Pericles
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Sin embargo, haciendo caso omiso de nuestra biolog�a y nuestra
humanidad, el complejo militar-industrial, con todas sus modalidades
t�xicas, todav�a afirma operar en nuestros mejores intereses.
� Ellos se embarcan en,
...todo el tiempo ocult�ndose detr�s de velos del secretismo y una
ret�rica sin sentido.� � El resultado de esta combinaci�n peligrosa afecta a todos y a todo.�As� pues, si nos sentimos c�modos o restringidos dentro del paradigma actual, todav�a estamos en �ltima instancia, a su merced. � Y si usted se preocupa de permanecer informado o no, la ignorancia no le alivia ni a usted, ni a nuestro planeta enfermo, de sus cargas. � � � �
Experimentos con energ�a nuclear y Armamento � Estas operaciones incluyen tanto energ�a como armamento - programas que est�n inextricablemente vinculados, como voy a demostrar - Con impactos negativos sobre la vida en la Tierra y, cuando un desastre ocurre, son capaces de negar la vida por completo
� En lugar de cerrar los reactores mortales en Fukushima, las potencias del mundo simplemente cerraron cualquier informaci�n acerca de la situaci�n. � Por ejemplo, el gobierno japon�s aprob� una ley en el Parlamento, denominada "Ley Secreta de Estado" tras la crisis de Fukushima en 2,011.�En este acto, ambos funcionarios y ciudadanos particulares que filtran "secretos especiales de Estado " (es decir, detalles de los desastres) enfrentan penas de prisi�n de hasta 10 a�os, mientras que los periodistas que publican informaci�n clasificada (es decir, toda la informaci�n pertinente) se enfrentan a un m�ximo de cinco a�os. [1] � Mientras tanto, en 2011 la respuesta de la Agencia de Protecci�n Ambiental de Estados Unidos a los aumentos en los niveles de radiaci�n detectados dentro de los Estados Unidos fue reducir el uso de la vigilancia de la radiaci�n y, al mismo tiempo, aumentar los niveles oficiales permitidos de radiaci�n en los alimentos, el agua y el suelo. [2] � Por supuesto, esto no fue reportado en los medios de comunicaci�n. � Tampoco fue el cierre parcial en 2014 de la�instalaci�n Florida Power & Light's Turkey Point en el �rea de Miami, a ra�z de una fuga de vapor que se debi� a la falla del sistema de enfriamiento de la arcaica instalaci�n. [3] � Mientras las noticias principales bloquearon completamente la cobertura de esta potencial situaci�n de crisis, la instalaci�n se mantuvo en funcionamiento no porque se las arregl� para rectificar el problema de refrigeraci�n, sino porque la empresa presion� para un permiso especial para violar los umbrales de seguridad de la temperatura del agua admisibles desde el l�mite anterior de 100�F hasta 103�F. [4] � La raz�n simple para el secreto y la supresi�n de la informaci�n es que la industria de la experimentaci�n nuclear es s�lo eso - un experimento. � A pesar de que se promociona como una tecnolog�a "limpia", la industria nuclear no tiene ning�n mecanismo para la eliminaci�n de los residuos radiactivos que genera, y ning�n plan viable para un mecanismo de este tipo en el futuro.�Todo lo que tiene es un plan para contener los residuos radiactivos que genera cada d�a y almacenarlos para los millones de a�os que le toma a los residuos radiactivos descomponerse naturalmente. � As� que, si ni no aceptamos o rechazamos las filosof�as de gobierno, es un hecho indiscutible que nuestra biolog�a, y la de los nietos de los nietos de nuestros nietos - est� a completa merced de aquellos individuos que, escondi�ndose detr�s de la formalidad pol�tica, tienen sus dedos " en el bot�n ". � Y, mientras sus prioridades est�n claramente moldeadas por los objetivos del complejo corporativo-militar-industrial, hay muy poca misericordia involucrada. � En su lugar, nuestro futuro colectivo y el futuro de nuestro planeta est� fuertemente influenciado por la rentabilidad empresarial y hemisferios pol�ticos artificiales que, con el apoyo de los medios de comunicaci�n corporativos, se balancean entre las polaridades deliberadamente limitadas, nunca avanzando o mejorando o explorando posibilidades - como soluciones pac�ficas, o inversi�n en energ�a sostenible - m�s all� de aquellos que pueden beneficiar a aquellos que ya est�n en el poder. � Una vez fue teorizado por agentes de poder que las centrales nucleares disuadir�an cualquier gran revoluci�n fr tenrt lugar, porque ser�a demasiado peligroso poner en peligro las operaciones de las centrales nucleares. � Esta idea es similar al esquema pol�tico bajo el cual ha vivido el mundo entero desde hace d�cadas;�aquel de la�Destrucci�n Mutua Asegurada�- o el apropiadamente acortado�M.A.D.,�lo que supone el �nico contrapeso que evita que la guerra nuclear sea la amenaza de la propia guerra nuclear. � Sin embargo, la revoluci�n en la antigua URSS cambi� el entendimiento de que los experimentos nucleares disuadir�an la revoluci�n - pero,
Me atrever�a a decir, adem�s de un poco de reorganizaci�n de las sillas de cubierta, que realmente no hubo ninguna desviaci�n significativa que se produjo. � Tanto las influencias externas como las condiciones dentro de garantizaron que el resultado se mantuviera dentro de los confines del complejo existente - reactores nucleares y todo.�La revoluci�n no se puede producir cuando se integra complejo industrial militar nuclear. � El surgimiento del complejo militar industrial cambi� toda la din�mica de la guerra y la paz, y en el proceso, condujo a nuestra sociedad desde la exploraci�n de soluciones energ�ticas sostenibles hacia el peligro constante de fusi�n nuclear.� � La generaci�n de energ�a nuclear es intr�nsecamente arriesgada en s� misma;�tanto el desecho que almacena y la contaminaci�n que libera representan una amenaza en gran parte invisible, pero no menos peligrosa para nuestra Madre Tierra, y para nuestra biolog�a. � Pero tambi�n crea objetivos obvios de ataque militar para las naciones enemigas que, de ser detonadas, pueden destruir naciones enteras en un barrido. � La construcci�n de los experimentos nucleares es similar a la construcci�n de un bot�n de autodestrucci�n en la infraestructura de la naci�n;�un movimiento en falso, ya sea intencional (militar) o accidental�(como Fukushima), y destruye el paisaje y a todos los que habitan en y alrededor de �l por toda la eternidad, sin remedio conocido. � Y, sin embargo, la experimentaci�n nuclear seguir� siendo una amenaza, siempre y cuando permitamos que los intereses empresariales y los gobiernos corruptos violen nuestros derechos humanos y las leyes naturales, quitando las libertades individuales en nombre de la paz, y arriesgando nuestra biolog�a con estos peligrosos experimentos. � Mientras vivimos en un mundo de guerra, donde los programas nucleares militares son una parte importante de nuestras estructuras econ�micas y pol�ticas nacionales y mundiales, ninguna revoluci�n que no sea una completa reforma sist�mica - la paz y la sostenibilidad sist�mica - no es ninguna revoluci�n en absoluto.� � Hasta que la guerra y el cese de la energ�a sucia cesen de ser incentivados por nuestras estructuras pol�ticas y econ�micas, todo lo dem�s es s�lo el mismo juego con un nuevo nombre. � � � � La influencia militar No-Vista � �Sab�as que el Internet fue desarrollado por primera vez en la d�cada de 1950 para proporcionar a los militares una "red de supervivencia" a trav�s del cual comunicarse despu�s de una confrontaci�n nuclear mundial? [3] � S�, el Internet es un invento militar, generado directamente desde la era de la experimentaci�n nuclear y sus inherentes horrores. � Del mismo modo, los experimentos que condujeron al desarrollo de la bomba at�mica y al desarrollo de la energ�a nuclear eran uno y lo mismo;�no es de extra�ar, entonces, que (con la excepci�n de Jap�n) que las naciones con la mayor inversi�n en la generaci�n de energ�a nuclear sean tambi�n las m�s fuertemente armadas con armas nucleares? [5] [6] � Indirectamente y directamente, todos estamos bajo el pulgar de instituciones y convenios de guerra. � B�sicamente, si no beneficia al complejo industrial militar, simplemente no se desarrolla.�Y esta situaci�n se remonta a milenios.�Mientras el modo anticuado de funcionamiento de los imperialistas del mundo contin�a, todo lo que ha cambiado en la era de la experimentaci�n nuclear es la tecnolog�a. � Aunque nos gustar�a creer lo contrario, la humanidad parece incapaz o no est� dispuesta a considerar lo invisible - si se trata de verdades ocultas por el secreto pol�tico, si se trata de fen�menos extrasensoriales/paranormales, o si se trata de un veneno de tama�o nano. � Pero ya no podemos ocultar la amenaza invisible del Armaged�n nuclear y la radiaci�n nuclear invisible que ya est� envenenando nuestro mundo. � No nos equivoquemos - las consecuencias t�xicas de fallar experimentos nucleares (como el de Fukushima) y la proliferaci�n de los experimentos de armas nucleares representan una amenaza directa a nuestra existencia, sin importar su localidad en una isla desierta o su regi�n mayormente pac�fica de una naci�n mayoritariamente pac�fica. � � Est�pidamente alguna vez cre� en el mito que la energ�a nuclear es limpia y segura. Ese mito se ha roto completamente. Reiniciar reactores nucleares mientras todav�a no tenemos lugar para botar los residuos nucleares es un acto criminal hacia las generaciones futuras." Morihiro Hosokawa 79 � primer ministro de Jap�n NUCLEAR EXODUS.COM � � � � La Doctrina Estadounidense de Guerra Perpetua � Una de las mejores maneras de ganar y mantener el poder es mantener a la gente en constante temor - temor de las guerras, de los extranjeros, y m�s recientemente, del "terrorismo". � Mantener una cultura del miedo a la guerra de mente garantiza el consentimiento p�blico para la financiaci�n constante del complejo militar-industrial, bajo el pretexto de la seguridad y protecci�n. � Si nos fijamos en la historia de los presidentes de los Estados Unidos desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, vemos que cada administraci�n invent� una doctrina presidencial perteneciente directamente a la guerra - ya sea invitando a la participaci�n o incitando directamente conflicto. � Anteriormente un oficial de artiller�a de la Primera Guerra Mundial, el presidente Harry S. Truman fue el primer presidente de Estados Unidos en iniciar una pol�tica exterior de intervenci�n en relaci�n con los conflictos no relacionados con los Estados Unidos. � De acuerdo con la Oficina del Departamento de Estado del Historiador de Estados Unidos, [7]�la�Doctrina Truman de 1947...�
La Doctrina Truman se convirti� en la base de la pol�tica exterior de Estados Unidos y llev� a la formaci�n de 1,949 de la alianza militar de pleno derecho de la OTAN. � Los historiadores atribuyen a menudo el discurso de Truman hasta la fecha del inicio de la Guerra Fr�a, con las tensiones con la Uni�n Sovi�tica aumentando dram�ticamente bajo su presidencia. � Cabe destacar que Truman fue el primer presidente de Estados Unidos hasta la fecha en iniciar ataques nucleares en otra naci�n, aprobando el uso de armas at�micas contra Jap�n�-. El bombardeo at�mico 1945 de Hiroshima y Nagasaki. [8] � Aunque la historia recuerda�al presidente�John F. Kennedy�como un pacificador, la�Doctrina Kennedy�a�adi� le�a a la Guerra Fr�a llamando,
Los primeros signos de la prevaleciente mentalidad de la "guerra contra todo" en la pol�tica�estadounidense,�la pol�tica exterior de Kennedy tambi�n empuj� la idea de que, debido a que Estados Unidos ten�a el poder militar y pol�tico de controlar los acontecimientos en el sistema internacional, que ellos deber�an.�
Esta mentalidad intervencionista de nosotros contra ellos de la Doctrina Kennedy domin� el gobierno de Kennedy, y la escalada de la guerra fr�a es una piedra angular de su legado presidencial. � La doctrina Eisenhower de 1957, aunque no es una declaraci�n de guerra, directamente promovi� a las naciones a invitar a los EE.UU. a la guerra. [10] � Tras el conflicto de Suez y la consiguiente p�rdida de prestigio global de los aliados estadounidenses, Gran Breta�a, Francia e Israel, el presidente�Dwight D. Eisenhower cre�a que un vac�o de poder se hab�a formado en el Oriente Medio, e invit� a otros pa�ses a solicitar la asistencia econ�mica de Am�rica y / o ayuda de las fuerzas militares estadounidenses si estaba siendo amenazado por otro estado. � Como resultado, Eisenhower envi� tropas estadounidenses al L�bano, para defender la rep�blica libanesa contra una amenaza percibida de la (entonces) URSS. � Esta intervenci�n estableci� la cultura en la moderna psique estadounidense de la intervenci�n paternalista en conflictos extranjeros de otras naciones, que a�n prevalece en la actualidad.�No es sorprendente que Eisenhower llegara al poder como un militar endurecido, trayendo una mentalidad de guerra al cargo m�s alto del gobierno de Estados Unidos. � Un general de cinco estrellas en el ej�rcito de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, se desempe�� como Comandante Supremo de las Fuerzas Aliadas en Europa antes de ser nombrado el primer comandante supremo de la OTAN en 1951.[11] � A trav�s de la�Doctrina Nixon�de 1969, el presidente�Richard Nixon abri� las compuertas de la ayuda militar a los aliados en el Golfo P�rsico, y ayud� a sentar las bases para la Doctrina Carter, que, en 1980,afirm� a quemarropa que Estados Unidos usar�a la fuerza militar para defender sus intereses en la regi�n del Golfo P�rsico. � Esto cre� la cultura pol�tica en los Estados Unidos para la participaci�n militar directa posterior de los EE.UU. en la Guerra del Golfo y la guerra de Irak. � Del mismo modo, la�Doctrina Reagan�de la era de la Guerra Fr�a deline� la estrategia de los Estados Unidos de oponerse frontalmente a la influencia de la Uni�n Sovi�tica en los asuntos mundiales.�Cualquiera que sea la influencia sovi�tica, el presidente�Ronald Reagan prometi� oponerse a ella, y esta pol�tica sigui� siendo una pieza central de la pol�tica exterior de Estados Unidos hasta principios de 1990. � El presidente�George H.W. Bush fue el �ltimo veterano de la Segunda Guerra Mundial (un piloto de bombardero torpedo) para servir como presidente y, una vez m�s, trajo una creciente guerra mentalidad a la Presidencia de Estados Unidos.�Hacia el final de la Guerra Fr�a, Irak invadi� a su vecino rico en petr�leo de Kuwait. � Autorizado por el Consejo de Seguridad de la ONU, del cual los Estados Unidos es miembro permanente, los Estados Unidos organiz� una coalici�n de sus aliados de la OTAN y otras naciones que, llevaban principalmente por soldados estadounidenses, empuj� a Irak de Kuwait. [12] � Cuando termin� la Guerra del Golfo, el Presidente Bush instituy� una pol�tica de contenci�n y estacion� fuerzas militares en los pa�ses vecinos. � Sin embargo, en 1992, funcionarios del Departamento de Defensa que trabajan bajo el presidente George H.W. Bush propusieron un nuevo ej�rcito de Estados Unidos y estrategia pol�tica;�concluyendo que la contenci�n y la disuasi�n se hab�an quedado obsoletas, y que la nueva pol�tica propon�a el uso de ataques preventivos como medio de "autodefensa", y de acci�n unilateral contra amenazas a la seguridad de Estados Unidos.� � Aunque la controversia rode� las nociones de ataques preventivos y unilaterales, y fueron posteriormente retirados de la pol�tica oficial de Bush, [13]�ambos puntos formaron la pieza central de la pol�tica exterior (gran sorpresa) adoptada por su hijo, George W. Bush,�al entrar en la oficina en 2000. � La�Doctrina Clinton�del�presidente�William�(Bill)�J.�Clinton se utiliz� para justificar la participaci�n de Estados Unidos en las guerras yugoslavas (1991-2001). � Clinton posteriormente involucr� a los EE.UU. en la guerra de Bosnia, justificando la participaci�n de Estados Unidos por razones humanitarias plausibles;�sin embargo en privado, seg�n lo revelado por�The Clinton Tapes - Wrestling History with the President,�la participaci�n del presidente Clinton en Bosnia no era una misi�n humanitaria, m�s bien un resultado directo de las objeciones a una Bosnia independiente, lo que habr�a sido "poco natural" como �nica naci�n musulmana en Europa. [14] � Durante su presidencia, Clinton tambi�n presidi� la campa�a de 1995 de bombardeos en Bosnia y Herzegovina (Operaci�n Fuerza Deliberada) de la OTAN [15] los atentados del 1998 'Operaci�n Zorro del Desierto "de Irak (autorizados por el enga�oso t�tulo Ley de Liberaci�n de�Irak), [16] los atentados de 1999 de Yugoslavia, [17]�y los bombardeos de represalia de 1998 de Afganist�n y Sud�n (Operaci�n Infinito REACH). [18] � En adicional a dirigir las huelgas realizadas en nombre de otras naciones, el presidente Clinton tambi�n mantuvo una pol�tica firme de contenci�n a lo largo de su presidencia, alineando las fronteras de las naciones enemigas (que fueron aumentando dram�ticamente en n�mero) con bases militares estadounidenses. � Sin embargo, la doctrina m�s famoso b�rbara fue la�Doctrina�Bush,�en la que el presidente�George W. Bush�jr. esencialmente declar� que la pol�tica que Estados Unidos estaba adoptando una pol�tica de primero-disparar-y-despu�s-hacer-preguntas posterior relativa a las actividades terroristas percibidas, tanto en otros pa�ses y en los EE.UU. [19] � Aboga por la noci�n il�gica de "guerra preventiva", la Doctrina Bush se basa en el razonamiento defectuoso que atacar a una amenaza potencial antes de que esta ataque a los Estados Unidos es la �nica manera de garantizar la paz y la seguridad, en lugar de - como la historia ha demostrado - es la forma m�s eficaz de asegurar m�s guerras y amenazas de seguridad. � El hecho es que los Estados Unidos ha estado en guerra durante 222 a�os de los �ltimos 239 a�os.�Eso es el 93% del tiempo!� � Desde que la Declaraci�n de la Independencia fue escrita en 1776, los EE.UU. han estado realmente en paz (aunque planeando de nuevas guerras) por un total de s�lo 21 a�os. [20] � Ni un presidente de Estados Unidos en realidad califica como s�lo un presidente en tiempos de paz, y la �nica vez que Estados Unidos dur� cinco a�os sin ir a la guerra fue entre 1935 y 1940 - durante el per�odo de la Gran Depresi�n. � Deje que esto se hunda durante un minuto...� � � �LA GUERRA SE VUELVE PERPETUA CUANDO ES USADA COMO FUNDAMENTO PARA LA PAZ -NORMAN SOLOMON- � � Desde que la participaci�n estadounidense en la Segunda Guerra Mundial comenz� en 1940, la mayor parte de las operaciones militares del mundo han sido iniciadas por los EE.UU.,�[6]�y el gasto militar de Estados Unidos hoy en d�a supera el resto de los gastos militares del mundo�combinados.[21] � Adem�s, los EE.UU. tambi�n suministra m�s de $ 3 mil millones al a�o (m�s de $ 10 millones por d�a!) en ayuda militar a Israel, financiando la guerra continua en Palestina.[22] � El entrelazamiento de la econom�a estadounidense con el complejo de experimentaci�n nuclear es descrito con elocuencia por Christopher J. Tassava�de la Asociaci�n de Historia Econ�mica: [23]
Hoy en d�a, la econom�a de Estados Unidos es tan dependiente de la guerra que no hay ning�n incentivo para que el gobierno de Estados Unidos luche por la paz - simplemente no es rentable. � La industria de defensa de Estados Unidos emplea la asombrosa cifra de 3,5 millones de estadounidenses, mientras las empresas privadas de apoyo a los militares generan m�s de $ 300 mil millones en ingresos anuales.[24] � Con las operaciones estadounidenses de econom�a y militares tan intr�nsecamente ligadas, el pueblo estadounidense ha llegado, con el tiempo, a aceptar su cultura de guerra como algo normal, creyendo la propaganda cada vez m�s rid�cula que nos dice que los EE.UU. es objeto de amenazas de naciones militarmente m�s d�biles, y que los EE.UU. est� noblemente "luchando por la paz" - un est�pido de primer orden.� � Como resultado, el gobierno de Estados Unidos nunca se ha visto obligado por el pueblo a crear la paz. � La noci�n misma de la paz - y no me refiero a ganar guerras, quiero decir de verdad la paz - es tan extra�a para la gente de los Estados Unidos porque nosotros, como naci�n, nunca hemos experimentado la paz, ni nuestros l�deres nunca han imaginado la paz y mucho menos la han planeado o convertido en el foco de la Doctrina Presidencial. � Ahora, en la era nuclear, con una mentalidad de guerra firmemente arraigada en la psique y la econom�a de los Estados Unidos, al paso que vamos, vamos a matarnos a nosotros mismos y a llevarnos todo y a todos los dem�s con nosotros.�La experimentaci�n nuclear, ya sea militarista o generada por el poder, es perjudicial para toda la vida, ahora y para siempre, la historia lo ha demostrado. � Y en las manos de una naci�n como los EE.UU., en el que la guerra es una parte integrante de nuestra historia, nuestra cultura, nuestra pol�tica y nuestra econom�a, no son los terroristas, ni los poderes extranjeros, ni los extremistas isl�micos ni los comunistas los que representan la mayor amenaza a la paz mundial - es nuestro gobierno.� � Pero est� claro que las fallidas lecciones de historia y pol�tica presidencial no han sido aprendidas por aquellos en el poder hoy en d�a, que dicen tener nuestros intereses en el coraz�n. � El presidente�Barack Obama,�a pesar de su�falsa doctrina�de negociaci�n y colaboraci�n�("cambio") en lugar de la confrontaci�n y el unilateralismo de la era de Bush Jr., est� planeando invertir otros trill�n de d�lares de dinero de los contribuyentes estadounidenses en la industria militar para desarrollar y construir m�s armamento nuclear. [25] � Esto, a pesar del hecho de que los EE.UU. ya es la naci�n nuclear m�s fuertemente armada en el mundo. � Sin lugar a dudas, su intenci�n de continuar la proliferaci�n de armamento nuclear hasta el punto que pudiera hacer que el planeta entero se extinguiera con el trazo de una pluma y con s�lo pulsar un bot�n - demuestra no s�lo que la filosof�a M.A.D. es una de falsa seguridad, demostrando que el presidente Obama no tiene ninguna intenci�n de crear la paz, ni el cambio. � Al igual que su predecesor, antes que �l, �l es s�lo otro mascar�n de proa de la guerra intervencionista - un portavoz del complejo corporativo-nuclear industrial, fingiendo responsabilidad de las personas, pero actuando en nombre de los intereses militares y comerciales mortales pero rentables. � Y nos toca a nosotros detenerlo... � A menos que nosotros, el pueblo retomemos el control de nuestra naci�n para poner fin a esta locura, no vamos a tener a nadie a quien culpar m�s que a nosotros por la destrucci�n que se despliega. � � � Tiempo de Revoluci�n � Cada vez que oigo a un pol�tico decir "es pol�tica", me estremezco. � Comprender el dominio total que ejerce el complejo militar industrial sobre la hermandad de la humanidad, conozco bien esta declaraci�n -�"es pol�tica"�- significa simplemente�"son las instituciones sobre los individuos", con "el 1%" (aquellos en control) en la parte superior y "el 99%" (aquellos bajo control) m�s abajo.� � Nuestros colectivos han crecido con el tiempo desde ser tribales (naturales) a nacionales (no naturales), y con la concesi�n de los derechos legales de los individuos a instituciones sin vida, nuestro sistema legal ahora protege y empodera a las entidades que no son ni humanas ni naturales,�[26] a expensas de aquellos de nosotros que lo somos. � De hecho, las �nicas entidades que se benefician siempre de la guerra son las instituciones y�los individuos que se esconden detr�s de ellas, y las formalidades legales que las�consagran. � Los controladores de las instituciones en conflicto tienen que ser arregladas de manera que, sin importar c�mo se desarrolla el fervor nacional, pase lo que pase o de qu� lado �gane', la elite todav�a prospera. � Ellos perpet�an una cultura en el pa�s que acepte e incluso apoye el perpetuo conflicto, pero llevan a cabo sus guerras en el extranjero para que s�lo los otros sufran por sus fechor�as. � Las instituciones de los Estados Unidos y Rusia pueden tener diferentes autores detr�s de ellos, pueden tocar diferentes melod�as y utilizar diferentes instrumentos, pero en realidad suena muy similar. � El colectivismo de la oligarqu�a en el EE.UU. se condimenta con tonos corporativos, mientras que en Rusia est� dominada por tonos estatales.�Nombre diferente, mismo juego.�En los EE.UU. el derecho divino de las Sociedades An�nimas gobierna y en Rusia es la divinidad del estado que dirige la sinfon�a.�De cualquier manera, sin embargo, es una canci�n de guerra de militantes nacionalistas no de preocupaciones individuales. � El mundo ha vivido bajo la locura de M.A.D. por mucho tiempo. � La humanidad ha sido sofocada por la guerra y limitada por las instituciones impulsadas por la guerra por demasiado tiempo.�Tenemos que seguir adelante, y r�pido.�Es hora de una revoluci�n -�una verdadera�revoluci�n. Con toda la raz�n social que nos impulsa a sacudirnos el yugo de estas instituciones venenosas, el razonamiento biol�gico es una forma mucho m�s real y el mayor imperativo. � Debemos recuperar nuestra soberan�a de las destructivas, guerreras y oligarcas instituciones que pretenden representar a la humanidad y sus preocupaciones a largo plazo, y�reformarlas en benevolentes, sostenibles y amorosas - de lo contrario, al paso que vamos todos pereceremos. � Eso es un hecho de�la era�nuclear.
� No a las armas nucleares � � � � La Doctrina �ndigo - Paz mutuamente convenida � Nosotros,�la Gente del�Mundo,�podemos reemplazar loas preocupaciones belicistas institucionales que menosprecian la vida individual, la libertad y la b�squeda de la felicidad. � No tenemos otra opci�n.�Si no actuamos con el mandato de la Paz de mutuo acuerdo, estamos permitiendo que los pol�ticos se encojan de hombros y digan, "es pol�tica", mientras la Madre Tierra es asolada y sus habitantes son aniquilados sistem�ticamente por la guerra impulsada por la locura guerrera nuclear. � �C�mo podemos detener la m�quina de guerra?�Bueno, ciertamente no luchando contra ella usando sus mismos medios. � Para eso ha sido dise�ada la m�quina, ya que es donde 'se siente como en casa'. � Una resistencia armada s�lo le har� subir y marchar.�Despu�s de todo, ellos tienen las armas nucleares y las utilizar�n como ya lo han hecho en Hiroshima y Nagasaki.�Tiene que haber otra manera de apagar el motor de la muerte. � Nuestra primera necesidad es comprender realmente el problema;�que la guerra no sea perpetuada por las razones que se nos dicen.�Las guerras no son acerca de la seguridad y la paz, son mecanismos pol�ticamente rentables del status quo: una econom�a de guerra, instituciones que se benefician a costa de la gente. � Las guerras no se libran s�lo para involucrar a los forasteros y forzar la voluntad pol�tica en el extranjero, no son m�s que luchadas con tanta frecuencia para mantener a los revolucionarios dentro de nuestras propias fronteras, atados y controlados. � La cultura de la guerra mantiene a raya a los revolucionarios potenciales y a los j�venes para lograr el cambio, manteniendo nuestras naciones atrapadas en cantar canciones de guerra y atrapadas en una trampa psicol�gica de "servicio" a los leviatanes institucionales en lugar de a los seres vivos. � Incluso el�himno nacional de los Estados Unidos es una oda a la guerra, [27] la canci�n m�s conocida de propaganda en el mundo, cantada con orgullo por millones mientras orgullosamente ondean sus banderas de una naci�n construida y mantenida de los sistemas de guerra.
Nuestra segunda necesidad debe ser enfrentarse al gobierno que perpet�a la cultura de guerra.� � La hermandad de la humanidad, desde la base, debe unirse por la paz o en conjunto nos va a quemar hasta el suelo. � Mi propuesta es que se tome el siguiente paso l�gico en el desarrollo de la humanidad, el �nico recurso para nuestra supervivencia entre las m�quinas de guerra hechas para matarnos.�Nosotros, como individuos, como seres soberanos, como terres-tres en tierra�firme,�debemos rechazar la locura de la era de la guerra nuclear y catalizar la idea de la paz convenida mutuamente. � Cualquier persona que dice que las personas no pueden cambiar las cosas, que somos impotentes para los sistemas de control que ya existen, no se da cuenta de que est�n en un sistema que comenz� como la imaginaci�n, una idea que surgi� a trav�s de la influencia. � Con nuevas y mejores ideas, las personas pueden cambiar esos sistemas obsoletos que otras personas una vez crearon. Incluso aquellas que se han convertido en tradiciones de larga data, o posar como tales.�Ellos no necesitan aire limpio, agua y alimentos.�Ellos no necesitan compa��a y no son tus amigos. � Son simplemente mecanizaciones que, en el mundo de hoy, s�lo buscan crear un crecimiento financiero y pol�tico ilimitado,�y evitar las p�rdidas de riqueza y poder a costa nuestra, social y biol�gica. � El camino a la paz mundial no est� empedrado de guerra.�En la guerra, las instituciones y el pensamiento colectivo se convierte en el centro. En la paz, los derechos individuales y la cooperaci�n de los seres soberanos est� a la orden del d�a. � La mentalidad de la guerra fomenta la separaci�n, la paz fomenta el respeto por nuestra interconexi�n y la humanidad com�n.�La guerra se basa en un relato de "nosotros" contra "ellos", creando la percepci�n de amenaza y e inhumanidad en la que se nos dice son nuestros enemigos.�La paz reconoce que s�lo hay "nosotros", y no hay un "ellos". � Para superar la psicolog�a de la guerra y abrazar la de la paz, tenemos que abrir nuestros corazones y mentes a los individuos y cerrar nuestras mentes a las instituciones. � Debemos reconocer que cualquiera, amenazando con la guerra y defendiendo la ret�rica de las guerras pol�ticas y econ�micas, se encuentra en el lado de las instituciones, no de la humanidad, y deconstruye los mecanismos de propaganda - tal como lo hacen los medios de comunicaci�n dominantes - que trabajan para perpetuar la psicolog�a de la guerra dentro de nosotros en nombre de las instituciones controladoras. � La historia nos ha demostrado que la preparaci�n para la guerra no s�lo conduce a m�s guerra, sino que hace de la guerra una necesidad econ�mica.� � La �nica manera de asegurar la paz en nuestro mundo es adoptando una doctrina de�paz mutuamente convenida�en la teor�a y la pr�ctica;�para darle a la paz un presupuesto, darle a la paz un mandato, y darle a la paz toda nuestra energ�a, tanto en lo pol�tico como en lo personal - y quitarlos del gobierno, a trav�s del poder de nuestra voluntad y nuestros n�meros, cualquier persona que no act�a en pro de la paz. � La Paz Mutuamente Convenida es la pr�xima revoluci�n.�Es la siguiente fase en botar el status quo de la guerra mundial, que valora las instituciones sin vida sobre los seres vivos que respiran. � Tenemos que crear la paz convenida�mutuamente por todos lados,�o siempre vamos a tener�sus maneras de hacerlo... que no es un camino en absoluto para la paz...
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