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por�Anne Baring
Red de Ciencia y Medicina
10 Noviembre 2015�
del Sitio�Web�Collective-Evolution
traducci�n de
Adela Kaufmann
Versi�n original en ingles
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Anne es una analista junguiana, co-autora de
'The Myth of the
Goddess, The Mystic Vision and The Divine Feminine' y
autora de 'The Birds Who Flew Beyond Time' |
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Cuando lo masculino y lo femenino est�n en equilibrio, hay fluidez,
relaci�n, un flujo de energ�a, unidad, totalidad.
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Esta fluidez y equilibrio es quiz�s mejor ilustrado por la imagen
tao�sta de la relaci�n indisoluble y la complementariedad de Yin y
el Yang.
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En t�rminos m�s amplios,
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lo femenino es un patr�n que contiene energ�a: receptiva,
conectando, manteniendo las cosas en relaci�n entre s�
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lo masculino es un patr�n de expansi�n de energ�a: la
b�squeda de la extensi�n, la expansi�n hacia lo que est� m�s
all�
M�s espec�ficamente,
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lo femenino refleja el sentimiento de los valores (del
coraz�n) de la matriz de conciencia instintiva y
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lo masculino refleja el cuestionamiento, la definici�n de
metas, el orden, discriminando cualidades de la conciencia,
generalmente asociada con la mente o el intelecto
Durante milenios, las mujeres han vivido m�s cerca del primer
patr�n, los�hombres
del segundo.
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Pero ahora, hay un impulso profundo para equilibrar estas dentro de
nosotros mismos y en nuestra cultura.�Hay
una urgente necesidad de moderar el actual exceso de �nfasis en el
valor masculino con un esfuerzo consciente para integrar la
femenina.
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En el mundo antiguo el principio femenino en la imagen de la diosa,
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En primer lugar, estaba en pro de la relaci�n - la conexi�n
oculta de todas las cosas rec�procamente.
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En segundo lugar, estaba en pro de la justicia, la sabidur�a
y la compasi�n.
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En tercer lugar, y lo m�s importante, se identificaba con la
dimensi�n invisible m�s all� del mundo conocido - una
dimensi�n que puede ser imaginada como una matriz que
conecta el esp�ritu invisible con la naturaleza visible.
La palabra usada entonces para nombrar esta matrix era�diosa;�m�s
tarde fue�el�alma.
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El principio femenino ofreci� una imagen de la unidad, sagrada e
inviolable de toda vida;�el
mundo de los fen�menos (la naturaleza, la materia, el cuerpo) era
considerado como sagrado porque era un
teofan�a o manifestaci�n del esp�ritu invisible.�
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El mayor defecto en la civilizaci�n patriarcal ha sido el �nfasis
excesivo en el arquetipo masculino (identificado con el esp�ritu) y
la devaluaci�n de lo femenino (identificado con la naturaleza).�Esto
se ha reflejado en el hecho de que el dios no tiene dimensi�n
femenina, en el constante abandono de los valores de sentimiento y
de la misoginia responsables de la represi�n y el sufrimiento de las
mujeres.
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La historia de los �ltimos 4000 a�os ha sido forjada por hombres,
determinada por las perspectivas masculinas y dirigida hacia las
metas definidas por los hombres - principalmente los objetivos de�conquista�y�el
control�(esto
no pretende ser una cr�tica, en el contexto de los sistemas de
creencias que prevalecen y nivel general de conciencia, las cosas no
podr�a haber sido diferentes).�
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Sin embargo, la religi�n y la ciencia - todas nuestras ideas
culturales y patrones de comportamiento - se han desarrollado a
partir de esta base desequilibrada.
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A lo largo de este tiempo, todo lo designado como "femenino" (la
naturaleza, el cuerpo, la mujer) se devaluaba y reprim�a, incluida
la rica diversidad de la herencia pagana del mundo antiguo.�En
el dominio de la religi�n, los herejes eran eliminados;�se
perdieron diversas formas de relacionarse directamente con lo
trascendente.�Naturalmente,
esto ha creado un desequilibrio profundo en la cultura y en la
psique humana.
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Finalmente ha conducido a las tiran�as de este siglo, donde la vida
de unos 200 millones de personas han sido sacrificadas a los
reg�menes totalitarios.�Podemos
ver el legado brutal de este desequilibrio en Afganist�n, Bosnia,
Rusia y ahora Kosovo.
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Pero tambi�n podemos ver en el esp�ritu que domina la cultura
occidental.
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El tirano moderno es el extremo reflejo de una patolog�a muy
arraigada derivada de un desequilibrio cultural de larga data entre
los arquetipos masculinos y femeninos y, en el plano humano, entre
hombres y mujeres.
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Me gustar�a leer este extracto de un art�culo reciente:
"Este es un mundo de monstruosa tiran�a.
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En todas partes hay gobiernos que por dise�o o negligencia la
gente se muere de hambre, destruyendo sus sustentos, rompiendo
sus familias.�En
todas partes hay opresi�n de las mujeres, de otras razas, de
formas de vida que son queridas a las personas.
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La propiedad es confiscada, se les prende fuego a las aldeas, la
enfermedad y la desnutrici�n son dejadas sin control.
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Y lo que todas estas v�ctimas, decenas de millones de ellas,
tienen en com�n - lo que trae su sufrimiento a la vanguardia de
mi ira - es esto: no piden esto;�no
pueden evitar esto;�no
hay nada que puedan hacer para cambiar esta situaci�n;�no
tienen otra opci�n".
Mateo Parris
The Times, Londres 06/09/98
Donde no hay relaci�n ni equilibrio entre los principios masculino y
femenino, el principio masculino se convierte en patol�gico
exagerado, inflado;�el
femenino patol�gicamente disminuido, inarticulado, ineficaz.
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Los s�ntomas de un masculino patol�gico son rigidez, inflexibilidad
dogm�tica, omnipotencia, y una obsesi�n con o adicci�n al poder y el
control.�Habr�
una definici�n clara de los objetivos, pero sin receptividad a las
ideas y valores que entran en conflicto con estos objetivos.
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El horizonte de la imaginaci�n humana ser� restringido por una
censura abierta o sutil.
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Podemos ver esta patolog�a reflejada hoy en los valores despiadados
que rigen los medios de comunicaci�n, la pol�tica y la unidad
tecnol�gica del mundo moderno.�Podemos
ver el impulso depredador para adquirir o para conquistar nuevos
territorios en el impulso de control global de los mercados
mundiales, en la ideolog�a del crecimiento, en nuevas tecnolog�as
tales como la modificaci�n gen�tica de los alimentos.
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Vemos competitividad exagerada - el impulso de ir m�s lejos, crecer
m�s r�pido, lograr m�s, adquirir m�s, elevado a la categor�a de un
culto.
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Hay desprecio por los valores de sentimientos fundados en la
experiencia de relaci�n con los dem�s y con el medio ambiente.�Hay
una sexualidad depredadora y compulsiva en hombres y mujeres que
cada vez pierden la capacidad de relaci�n.�Hay
una continua expansi�n en un sentido lineal, pero ninguna expansi�n
en profundidad, en la visi�n.�La
presi�n de hacer cosas constantemente acelerada.�
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�Cu�l es el resultado?�Agotamiento,
ansiedad, depresi�n, enfermedad que aflige a m�s y m�s gente.
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No hay tiempo ni lugar para las relaciones humanas.�Por
encima de todo, no hay tiempo para la relaci�n con la dimensi�n del
esp�ritu.�El
agua de la vida ya no fluye.�Los
hombres y las mujeres y, sobre todo, los ni�os, se convierten en las
v�ctimas de este duro, indiferente y competitivo esp�ritu:
Las mujeres, en su desorientaci�n, y porque el valor femenino no
tiene una definici�n clara o reconocimiento en nuestra cultura, se
sienten atra�dos a copiar la imagen patol�gica de lo masculino que a
su vez incorpora el miedo de lo femenino.
Debido a que en gran parte, toda esta situaci�n surge
inconscientemente, no se puede hacer mucho al respecto hasta que la
cat�strofe interviene.�
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Reflexionando
sobre esto, me acord� de la siguiente historia:
Una vez, no hace mucho tiempo, hubo una gran sequ�a en una provincia
de China.�La
situaci�n era catastr�fica.�Los
cat�licos hicieron procesiones, los protestantes hicieron oraciones,
y los chinos quemaron palos de incienso y disparaban armas de fuego
para ahuyentar a los demonios de la sequ�a;�pero
fue en vano.
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Finalmente el pueblo dijo:
"Vamos a buscar el hacedor de lluvia".
Y de otra provincia apareci� un viejo seco.
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Lo �nico que ped�a era una casita tranquila en alg�n lugar, y all�
se encerr� durante tres d�as.�En
el cuarto d�a las nubes se reunieron y hubo una gran tormenta de
nieve en el momento del a�o en que no se espera que haya nieve -
una cantidad inusual - y la ciudad se llen� de rumores sobre el
maravilloso hacedor de lluvia.
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Cuando se le pregunt� lo que hab�a estado haciendo durante los tres
d�as, que hab�a causado la nieve a caer en el cuarto, dijo:
"Yo vengo de otro pa�s donde las cosas est�n en orden. Aqu�
est�n fuera de orden; no son como deber�an ser por ordenanza de
los cielos.
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Por lo tanto todo el pa�s no est� en Tao, y yo tampoco estoy en
el orden natural de las cosas porque estoy en un pa�s
desordenado.�As�
que tuve que esperar tres d�as hasta estar de vuelta en Tao y
entonces, de forma natural, lleg� la lluvia".
El hacedor de lluvia no hizo nada.�Esper�
a estar en equilibrio.�Entonces,
su cualidad el estado de rectificar rectific� el desequilibrio que
exist�a a su alrededor.�Tal
vez tenemos que volvernos hacedores de lluvia...
Siento que estamos viviendo en una �poca de�kair�s�-
un tiempo m�tico de elecci�n - una �poca de descubrimientos
cient�ficos estupendos que est�n ampliando nuestra visi�n del
universo, haciendo a�icos la vasija de nuestros viejos conceptos
sobre la naturaleza de la realidad.
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Sin embargo, el delicado organismo de la vida en nuestro planeta y
la supervivencia de nuestra especie est� amenazada como nunca antes
por las tecnolog�as impulsadas por una �tica de la conquista y el
control de la naturaleza, tecnolog�as que son aplicadas con un total
desprecio de los peligros de nuestra interferencia con la compleja
red de relaciones de las que depende la vida de nuestro planeta.
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La elecci�n es entre aferrarse a un esp�ritu caduco y desequilibrado
y madurar m�s all� de �l hacia una capacidad de relaci�n m�s
responsable y sensible.�Si
no somos capaces de desarrollar esta capacidad emp�tica para
relacionarnos, seguramente nos destruiremos a nosotros mismos y al
medio ambiente que sustenta nuestra vida.�
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As� que, �c�mo podemos ayudar a restablecer el equilibrio entre lo
masculino y lo femenino en nosotros mismos y en nuestra cultura?
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Ante todo,
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�D�nde estamos, como individuos fuera de balance?
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�D�nde somos impulsados por el esp�ritu cultural
desequilibrado de alcanzar el poder y el control, haciendo
caso omiso de nuestros sentimientos de depresi�n, ansiedad o
s�ntomas de malestar del cuerpo?
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�Estamos permiti�ndonos a nosotros mismos el tiempo
suficiente para la reflexi�n, para las relaciones, para la
conexi�n con una dimensi�n m�s profunda de la realidad?
La prioridad como yo lo veo es hacer del hecho de esta patolog�a un
asunto de discusi�n p�blica.�Cambiar
el �nfasis de alcanzar el poder para lograr el equilibrio.
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En segundo lugar, he aqu� algunas sugerencias para fortalecer el
principio femenino en nuestra sociedad.
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Libere la imaginaci�n del dominio ejercido por una minor�a de
control que excluye lo no racional de la inclusi�n en nuestra
comprensi�n de la vida. �
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Formular una nueva imagen del esp�ritu como la totalidad de todo lo
que es - tanto visible como invisible.�Recuperar
los aspectos femeninos perdidos y devaluados de esp�ritu:
restaurar la naturaleza, la materia y el cuerpo f�sico
(incluyendo la sexualidad) a la esfera de lo sagrado.
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Imagine el Alma como Internet C�smica.�Pertenecemos
a un inmenso campo o matriz de relaciones.�Podr�amos
imaginar el alma en esta nueva forma como algo a lo que pertenecemos
y con lo que podemos desarrollar una relaci�n. �
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Religi�n: Renunciar a las�formulaciones
dogm�ticas del�pasado:�el
monote�smo como el
Mite�smo�(Ravi
Ravindra) reconoce los efectos negativos de las creencias
profundamente arraigadas - tales como la creencia en�el
pecado original�-
en nuestra interpretaci�n de la vida y su significado.�Bienvenido
a la idea de la experiencia individual directa de lo sagrado y lo
numinoso.�
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Ciencia: Integrar el principio de la relaci�n emp�tica con lo que se
estudia en la ense�anza y la pr�ctica cient�fica.�En
la educaci�n dar a los ni�os una comprensi�n emp�tica de su propio
cuerpo y de la naturaleza en lugar de la imagen del cuerpo y el
universo como una m�quina.�Ayudarles
a tomar conciencia de su entorno como una gran cadena de relaciones
en el que est�n inmersas sus vidas. Alimentar su sentido de la
maravilla. �
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La psique: desarrollar una mayor comprensi�n de los patrones
abusivos y psicop�ticos de comportamiento.�Aprenda
a reconocer y transformar los patrones de desequilibrio.�Curar
la divisi�n entre la mente y el alma.�Reconocer
ese sentimiento es un modo v�lido de percibir la realidad y que debe
integrarse con el pensamiento.�El
principal problema de nuestra sociedad es la inmadurez
emocional.
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Pol�tica: desarrollar un foro m�s all� de la pol�tica nacional e
internacional, donde los verdaderos problemas del planeta puedan ser
articulados y abordados.�Reconocer
la grandiosidad, la normalizaci�n, la unidad para el control, la
proliferaci�n de la burocracia como s�ntomas de la patolog�a de un
principio masculino inflado y sin relaci�n. �
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Medicina: integrar m�todos (complementarios) alternativos de
sanaci�n con los ortodoxos como una pol�tica deliberada.�Centrarse
en la medicina preventiva.�El
m�dico moderno no tiene tiempo para una relaci�n emp�tica con su
paciente.�La
presi�n de los n�meros es simplemente demasiado grande.�Sin
embargo, en algunas cirug�as y los hospitales est�n integrando
pr�cticas alternativas con las ortodoxas.�Esta
integraci�n podr�a ser expandida.�
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Agricultura: se centran en aumentar la producci�n de alimentos
org�nicos.�La
eliminaci�n de pesticidas, antibi�ticos y toxinas de nuestro
alimento y agua.
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Cuidado de los Ni�os: Un mucho mayor nivel de atenci�n prenatal.�En
comparaci�n con el resto de Europa, estamos muy por detr�s (Suecia
es el m�s avanzado).�La
atenci�n a la calidad de la "dieta de los ni�os y para
alimentar la imaginaci�n y el intelecto.
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Educar a las mujeres a ser conscientes de su propio valor espec�fico
y la importancia de su contribuci�n a la cultura.�Articulaci�n
de valores de sentimientos sin miedo ni verg�enza.�La
vital importancia de la elecci�n de pareja con mayor cuidado;�Evaluar
y prepararse para la responsabilidad de la maternidad.
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Educar a los adolescentes en la conciencia de las responsabilidades
de las relaciones y de los padres hacia el ni�o.�Ens��ales
la psicolog�a del ni�o;�su
dependencia;�su
sensibilidad, su potencial de crecimiento emocional.�Ens��eles
acerca de las complejidades de la neurociencia para que entiendan
c�mo sus emociones afectan su cuerpo y viceversa.�P�dales
inventar formas de cuidar el medio ambiente.
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Control del acoso por una deliberada pol�tica declarada de hacer de
las escuelas un santuario.�Los
ni�os pueden ayudar a hacer de sus escuelas propios santuarios.�La
meditaci�n en las escuelas desde el principio - efectos positivos en
la capacidad de aprender y equilibrio emocional.�(Maharishi
School en Skelmersdale - reporte The Sunday Times 19/9/98). �
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M�todos de ense�anza: integrar la conciencia del hemisferio derecho
con la conciencia lineal del hemisferio izquierdo - apertura al
poder creativo de la imagen - poes�a, arte, teatro y m�sica (no hay
ex�menes para estos).�Equilibrio
en el plan de estudios entre el desarrollo de la capacidad
para el pensamiento l�gico y la imaginaci�n creativa y la
participaci�n.
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Este poema de un ni�o de 12 a�os de una escuela en Southampton
muestra c�mo un profesor puede proporcionar el entorno en el que un
ni�o puede atreverse a expresar sus verdaderos sentimientos:
Escucho mi voz interior hablando conmigo,� Explicando, alentador,� Abriendo la parte de m� que pens� que se hab�a perdido.� En este mundo de crueldad y temor, peque�as luces se est�n
quemando.� Todo el mundo tiene una llama dentro de sus corazones,� Si s�lo tuvieran el coraje para encontrarla.� La luz puede gotear a trav�s de un agujero en tu mente.� Cuando el interior est� fuera� Usted es transformado y revelado.� No hay necesidad de tener miedo,� pero sea curioso� Ya que es probable que usted nunca sepa� De d�nde viene la fuerza.
Daniel Webster
Jonathan Schell�escribi�
las siguientes palabras en su libro,�El
destino de la�Tierra,
"Porque todo lo que hacemos y todo lo que somos est� en peligro,
cada persona es la persona adecuada para actuar y cada momento
es el momento adecuado para comenzar."
Cada uno de nosotros est� llamado a centrarse en el reequilibrio de
lo masculino y femenino en nosotros mismos y en nuestra cultura.
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Esto podr�a efectuar una profunda alquimia en nuestras vidas.�Las
mujeres y los hombres podr�an ambos participar en un proceso de
transformaci�n que podr�a traer a la existencia un nuevo foco
cultural, cuyo �nfasis ya no est� en el poder y el control, sino en
relaci�n, el equilibrio y la conectividad.
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La frase "la conquista de la naturaleza" podr�a ser sustituida por�la
conciencia de la que la humanidad y la naturaleza participan�en
una realidad m�s profunda y todav�a desconocida que los abarca a
ambos.�
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Al final de la obra El Yo No-Descubierto,�Jung�pregunta:
"�Sabe el individuo que �l o ella es el contrapeso que inclina
la balanza, esa unidad infinitesimal de la cual depende un
mundo?"
Millones de personas no tienen otra opci�n.
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Aquellos de nosotros que tienen una medida de elecci�n podr�an
elevarse al inmenso desaf�o de definir y vivir un papel nuevo y
responsable en relaci�n con los dem�s y de nuestro hogar planetario.
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