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por�Kingsley L. Dennis� del Sitio Web�RealitySandwich
traducci�n de
Adela Kaufmann � �
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� � � Muchos de nosotros hemos sido educados dentro de una estructura social que demanda que nos volvamos 'miembros productivos' de nuestra sociedad;�de este modo se pone mucho �nfasis en el desarrollo de habilidades individuales para que podamos competir entre nosotros para el mejoramiento social. � Inherente a esto hay un miedo residual que si nos abrimos demasiado a otros podemos perder nuestra 'ventaja competitiva' y el sentido definido de la individualidad. � Gran parte de los�medios de comunicaci�n�(tambi�n conocido como�la propaganda) han explotado las im�genes mitol�gicas, estereotipos colectivos, y significativos inconscientes que juegan con nuestras vulnerabilidades y miedos sociales colectivos.�El conocimiento se ha m�s o menos filtrado hasta llegar a la persona promedio a trav�s de canales fuertemente filtrados, y con mayor frecuencia han sido manipulados, modificados, y/o editados. � El resultado final ha sido, no el conocimiento, sino la informaci�n de consenso, o la informaci�n 'permitida'. � Ha servido a�la estructura de poder de la �lite, as� que la gente en general no han despertado a la comprensi�n de que la humanidad posee una incre�ble capacidad y recursos inherentes para la expansi�n creativa y el desarrollo evolutivo. � A esto se suma el hecho de que la ciencia occidental, que se ha afirmado como la dominante hegemon�a desde el Renacimiento, se ha esforzado para destacar que la materia es primaria y que la conciencia es un secundario subproducto de nuestra actividad mental.�La visi�n del mundo moderno que niega la primac�a de la conciencia est� fomentando formas de alienaci�n humana, tanto psicol�gicos como sociales. � � Es una gran paradoja que la ciencia moderna, en s� misma un resultado de la conciencia humana, ha producido�una visi�n del cosmos que no tiene espacio para la conciencia. � Sin embargo, los seres humanos est�n en necesidad de sentido y significado en sus vidas, as� como tambi�n est�n en necesidad de aire para respirar y alimentos para comer.�Esta lucha por la mente consciente de la humanidad, que ha estado sucediendo en diversas formas durante millones de a�os, est� llegando a un punto crucial en nuestra generaci�n actual. � Estamos en un per�odo de transici�n que ve la conciencia en expansi�n y conectividad entre las personas de todo el mundo chocando contra�la creciente "m�quina de vigilancia" del autoritarismo tecnocr�tico. � El resultado es que ahora hemos llegado colectivamente a un momento cr�tico en nuestra evoluci�n de la civilizaci�n humana. � Sin embargo, cualquier sociedad o civilizaci�n que hace del mundo material su �nica persecuci�n y objeto de preocupaci�n, no pueden m�s que involucionar a largo plazo.�Ahora es necesario ver nuestros potenciales futuros, no la prensa diaria. � Como�tan acertadamente coment� el profesor�Needleman:
Por tanto, es imperativo que empecemos a quitarnos las cadenas y romper el condicionamiento social de no-desarrollo,�esto incluye ser consciente del tipo de impactos de los medios de comunicaci�n a los que estamos abiertos. � Por otra parte, durante los momentos de desorden/desequilibrio social y cultural, la mente humana a menudo trabaja con una energ�a e intensidad no manifestada cuando los patrones sociales son estables y mon�tonos. � En esos per�odos din�micos puede haber la comprensi�n de que ning�n individuo es aislado;�que cada persona est� entretejida en una vibrante red de interrelaciones psicol�gicas, emocionales y espirituales.� � � � � Tales realizaciones pueden incrementarse durante per�odos como �stos ahora, cuando parece que la conciencia humana se est� moviendo a trav�s de un cr�tico tiempo de transici�n.� � Nuestra autoconciencia sobre la naturaleza de la conciencia humana se ha incrementado considerablemente en las �ltimas d�cadas.� � Los �ltimos hallazgos en las nuevas ciencias (especialmente la ciencia cu�ntica y la neurociencia), en los�estudios de la conciencia, en la popularidad para el auto-desarrollo interior etc., todos indican�una nueva conciencia emergente dentro de nuestra conciencia colectiva. � Es decir,�el cambio energ�tico�vendr� a trav�s de nuestras formas sociales y culturales, y no evit�ndolos. � Un cambio en el desarrollo a gran escala puede ocurrir mediante la creaci�n de un cambio consciente desde el interior de nuestra vida cotidiana y dentro de nuestros sistemas sociales, y no fuera de ellos.�Con s�lo caminar en este planeta, nosotros sostenemos el enfoque y la intenci�n, creamos una energ�a incre�ble - energ�a que se comparte.�Estamos creando el cambio solo por estar vivos. � Es por ello que�tan importante estar sin miedo es.�No tenemos que crear una pel�cula en blanco y negro en la cabeza, cuando en realidad estamos creando color.�Podemos hacer uso de las herramientas que ya est�n disponibles para nosotros y dentro de nosotros.� � Hay exponencialmente una masa cada vez mayor de personas en todo el mundo que ahora est� despertando a la potenciaci�n conectada de la conciencia emp�tica. � Recientes eventos sociales desestabilizadores, como�en nuestras esferas financieras�y pol�ticas, han atra�do el enfoque de las personas a la disfunci�n de muchos de los sistemas a los que una vez dimos nuestra confianza.�Incluso el enfoque en el extremismo religioso en los medios de comunicaci�n ha llamado la atenci�n de la gente, no s�lo por el d�ficit de los valores espirituales�de nuestras principales religiones, sino tambi�n a c�mo se est� utilizando la religi�n como una herramienta para promover el control social, pol�tico y emocional. � Este agarre como-trance en nuestra conciencia colectiva est� siendo despojado a medida que la gente despierta al conocimiento de que hay mucho m�s anuestras vidas que un estilo de vida materialista y basado en el consumo. � Sin embargo, no se frustre si las cosas no suceden ma�ana, pero la confianza de que�los cambios est�n sucediendo con el tiempo. � La necesidad de,
...ahora es cr�tico. �
Y recordemos que los seres humanos est�n predispuestos para la
compasi�n y la empat�a.�El
despertar de�la mente emp�tica�es
nuestra herencia natural. � �
� Estamos uni�ndonos como especie global como nunca antes;�a pesar de lo que los los medios de comunicaci�n�nos han mostrado y dicho.�Tenemos que ver esto, tanto en lo inmediato como la imagen m�s grande.�Debido a nuestra relativamente corta duraci�n de vida humana, rara vez reflexionamos m�s all� de una o dos generaciones por delante de nosotros.�Hemos evolucionado como especie que reacciona a las preocupaciones inmediatas. � Esto nos sirvi� bien en el pasado, cuando ten�amos necesidades de supervivencia en un mundo restringido de horizontes limitados. � � Sin embargo, ahora necesitamos una perspectiva que es global, por lo menos - y posiblemente incluso m�s all�!�Si ahora nos fijamos en el cuadro m�s grande, veremos que un tipo diferente de conciencia ha ido surgiendo en los �ltimos 150 a�os.�Es decir, desde los albores de la Segunda Revoluci�n Industrial. � Las nuevas tecnolog�as de la�Segunda Revoluci�n Industrial�- el tel�fono, el radar, el cine, el autom�vil y el avi�n � llaman a una nueva reorientaci�n de la perspectiva humana.�Una nueva percepci�n de las dimensiones del espacio y el tiempo empez� a dar paso a una conciencia psicol�gica - una que quer�a ver m�s all� de las fronteras y horizontes de la frontera f�sica. � La�tercera revoluci�n industrial, si queremos llamarlo as�, ser� una convergencia de�las comunicaciones digitales, combinados con una joven generaci�n que es m�s consciente a nivel mundial.�Esto tiene el potencial de catalizar en este planeta una naciente empat�a y una conciencia integral. � Adem�s, nuestras comunicaciones globales alentar�n nuevas relaciones en nuestra conectividad extendida.�Es decir, las incrementadas relaciones m�ltiples son propensas a estimular una conciencia conectada, una conciencia de colaboraci�n;�en lugar de dar un paso atr�s a una conciencia de conflictos y control. Es probable que surja una ciudadan�a planetaria que exhibir� una mayor empat�a, y que va a crear una sociedad planetaria diferente dentro de quiz�s dos generaciones. � La humanidad ya contiene las semillas de estos trascendentales potenciales.� � Muchos cambios sociales dentro de los pr�ximos a�os surgir�n de la participaci�n creativa y la innovaci�n de las personas y colectivos en todo el mundo - un cambio catalizado en el coraz�n, el esp�ritu y la mente de las personas. � Externamente podemos parecer una vasta y distante colecci�n de individuos separados, aunque en verdad la familia humana es una especie �ntima, estrechamente entrelazada, compuesta de varias culturas.�Muchos de la generaci�n m�s joven ahora est�n despertando a esta realidad.�Los j�venes alrededor del mundo est�n creciendo hasta acostumbrarse a tener redes de cientos, tal vez incluso miles de amigos en todo el planeta;�compartiendo f�cilmente intimidad y empat�a con un grupo social internacional de almas afines. � Esta generaci�n m�s joven se est� manifestando, ya sea consciente o no de ello, a un nivel no local de relaciones humanas.�Esta conectividad expandida est� impactando y afectando a un cambio en nuestra psicolog�a y conciencia. � Ahora estamos siendo impulsados� a vivir en formas que permiten a todas las otras personas a vivir as�.�Tambi�n estamos siendo obligados a vivir en formas que respetan la vida de otros y que respetan el derecho al desarrollo econ�mico y cultural de todos los pueblos;�y buscar la realizaci�n personal en armon�a con la integridad de la naturaleza. � Estos rasgos pueden constituir aquello a lo que me refiero como una conciencia integral-ecol�gica:
Estas m�ltiples relaciones forman una m�s variada, rica y compleja vida. � Tambi�n proporcionan una gama m�s diversa de impactos y oportunidades para el auto- desarrollo.�Adem�s de proporcionar retos para el desarrollo y aprendizaje de nuevas habilidades, nuestras diversas redes pueden formar nuevas amistades y a�adir significado extra a nuestras vidas.� � Muchos j�venes de se sienten c�modos expres�ndose con extra�os;�exploran y expresan sus pensamientos interiores, sentimientos, emociones e ideas con cientos de personas desconocidas en l�nea, de diversos or�genes culturales. � Cada vez m�s las interacciones diarias son emp�ticas a medida que reaccionamos y compartimos noticias, historias, e impactos emocionales a partir de fuentes de todo el mundo.�La empat�a es uno de los valores fundamentales en los que creamos y sostenemos la vida social.�La exposici�n a los impactos fuera de nuestros propios ambientes locales y restrictivos nos ayuda a aprender la tolerancia, y a vivir con experiencias que son m�s ricas y complejas, llena de ambig�edades, y m�ltiples perspectivas. � Es un modo de conexi�n que permite que diversas personas de todo el mundo construyan una nueva forma de capital social planetario. � � Contamos con los recursos para co-crear una sociedad humana planetaria, donde una vez m�s, la atenci�n se centra en el beneficio social y no lucrativo.�Podemos ver muchos ejemplos de esto hoy en d�a, como en las herramientas de colaboraci�n en l�nea y en la proliferaci�n de proyectos locales y globales. � La comunidad global en l�nea es un modelo para el nuevo paradigma que ilustra c�mo el compartir puede funcionar por encima de la motivaci�n individual para el beneficio. � Los valores y la �tica de intercambio comunal pueden parecer extra�os o fuera de lugar para la vieja mentalidad capitalista-consumista, sin embargo, estos son los mismos valores que estar�n en aumento en las pr�ximas generaciones.� � El espectacular aumento de las tecnolog�as de la comunicaci�n mundial (especialmente el�Internet�y los tel�fonos m�viles) refleja una nueva forma de conciencia participativa, especialmente entre los m�s j�venes. � � Este nuevo modelo es un modelo distribuido;�en otras palabras, conecta a las personas a trav�s de redes en lugar de a trav�s de estructuras jer�rquicas. � Tambi�n representa una energ�a m�s femenina que busca nutrir las relaciones, y colaborar en lugar de competir y conquistar.�Es esta energ�a femenina emergente la que subyace en el aumento de la empat�a global. � Por otra parte, ya que las personas se conectan entre s� en m�ltiples relaciones, est�n impulsadas a tener una participaci�n activa.�Para aquellos individuos educados dentro de la vieja generaci�n de tecnolog�as de comunicaci�n (radio, televisi�n, tel�fonos fijos), la interacci�n era o bien de dos v�as o, en su mayor parte, de una sola. � En esta era las personas eran receptores pasivos, dirigidos por informaci�n con la que no pod�an comprometerse. �
Esto ahora ha cambiado para que el receptor de la comunicaci�n pueda
ser a la vez el usuario y el productor.�Las
personas hoy en d�a est�n pasando de ser consumidores a�pro-sumidores. � La generaci�n m�s joven est� despertando r�pidamente y aprendiendo a configurar sitios de bajo costo o gratuitos de radio (podcasts), sitios web, boletines de origen, y est�n gestionando sus propias formas de auto-expresi�n. � Este nuevo modelo est� cambiando nuestros patrones de pensamiento y comportamiento.�Nosotros ahora estamos acostumbr�ndonos a tratar con m�ltiples conexiones en lugar de conexiones individuales;�y a sumergirse en diversas relaciones y no s�lo di�logos de uno-a-uno.�Tambi�n estamos siendo expuestos a una gran variedad de puntos de vista, creencias, identidades y experiencias. � Dentro de estas nuevas disposiciones se nos pide responder y comprometernos con el mundo exterior, no en el miedo o la ansiedad, sino con�energ�as saludables, creativas y positivas. � �
La Llegada de 3 Mil
Millones de Nuevas Mentes � Cada vez son m�s los j�venes que est�n creciendo experimentando relaciones sociales que trascienden el espacio y el tiempo, as� como culturas, fronteras nacionales, e ideolog�as locales.�Esto puede explicar el creciente n�mero de j�venes en los pa�ses desarrollados involucrados en proyectos comunales y sociales y organizaciones no gubernamentales;�tales como tomar un a�o para ayudar en otra cultura en el extranjero, para aprender, experimentar, y ofrecer asistencia. � El voluntariado entre los j�venes, a pesar de lo que parece ser lo contrario, va en aumento.�Los j�venes est�n incluso poni�ndose en situaciones peligrosas - en zonas de conflicto - para defender los valores de paz, justicia, igualdad y derechos humanos. � En todo el mundo las mentes j�venes est�n demandando un acceso justo e igual para todos los pueblos a participar en la comunicaci�n abierta y la libertad de expresi�n.�Y parece que muchas mentes m�s creativas se unen a la conversaci�n global como nuestra(s) generaci�n(es) actual(es) cada vez m�s "despierta(s)."� � En 2012, la poblaci�n planetaria era de alrededor de 7 mil millones y el n�mero de usuarios registrados de Internet era del 33%, un aumento de m�s del 500% de la d�cada anterior.�Para el a�o 2020 la poblaci�n mundial es esperada a de 7,8 millones de d�lares y los usuarios de Internet de todo el mundo se estima que ser� el 66% - que es un poco menos de 3 millones de personas nuevas conect�ndose a la conversaci�n global. � En otras palabras, casi 3 mil millones de nuevas mentes estar�n aprovechando el flujo de informaci�n - y esos son muchos millones de nuevos solucionadores de problemas creativos, innovadores y visionarios. � Lo que es m�s, la mayor�a de estas nuevas mentes se est�n conectando desde Asia, el Medio Oriente, ya lo que nos referimos como pa�ses en desarrollo.�Estas ser�n en su mayor�a mentes j�venes;�y mentes con necesidades, con el impulso de la mejora social. � �Podemos imaginar el potencial colectivo de estas nuevas mentes creativas, muchas de ellas pensando fuera de la caja, y fuera de los viejos patrones?�
� La conciencia humana se convierte en un importante est�mulo y catalizador para el cambio en estos tiempos de inestabilidad social (ver la historia de las revoluciones sociales). � Es por eso que es imprescindible que la humanidad se centre colectivamente en el desarrollo positivo y la mejora en lugar de ser coaccionada, o condicionada, en una seguridad basada en el miedo que se resiste al cambio.�No debemos subestimar la capacidad de la mente humana para adaptarse y evolucionar de acuerdo a los impactos sociales y ambientales y las influencias.� � Nuestro sentido moderno de auto-conciencia ha evolucionado claramente para arraigarnos en nuestro mundo social: un mundo de relaciones extendidas y redes sociales. � La humanidad, se puede decir, ha sido biol�gicamente cableada para aprovechar las conexiones sociales extendidas y las redes de comunicaci�n humanas.�Tambi�n estamos cableados para adaptarnos f�sicamente en respuesta a la experiencia - nuevos procesos neuronales en nuestro cerebro pueden llegar a existir con un esfuerzo intencional, conciencia, y diferentes patrones de concentraci�n. � Esta capacidad de crear nuevas conexiones neuronales, y por lo tanto nueva habilidades mentales se establecen a trav�s de la experiencia se ha denominado�neuroplasticidad. � El cerebro humano de hoy tiene que responder a una cantidad incre�ble de energ�a y de informaci�n que est� fluyendo a trav�s de nuestros entornos e integrado en nuestras experiencias culturales.�Por lo tanto, c�mo concentramos nuestra atenci�n y nuestra conciencia da forma en gran medida a la estructura de nuestros cerebros.�Adem�s, la capacidad de hacer crecer nuevas conexiones neuronales est� disponible a trav�s de nuestras vidas y no s�lo en nuestros a�os j�venes a�os formativos. � Este conocimiento nos anima a cultivar nuestra atenci�n, nuestra conciencia de nosotros mismos, y nuestras relaciones emp�ticas con otros.�La neuroplasticidad tambi�n nos anima a ser m�s reflexivos sobre nuestras redes humanas, y desarrollar esas habilidades sociales que subyacen a la empat�a y la compasi�n. � Estas nuevas "conexiones cableadas" son exactamente lo que se est� activando a medida que los individuos�cada vez 'despiertan' m�s a lo que est� sucediendo dentro de nuestras comunidades, nuestras sociedades, y sobre el planeta.�Tales conexiones distribuidas violan las fronteras culturales y nacionales y nos obligan a auto-reflexionar sobre nuestra identidad, valores y �tica.� � La oportunidad est� aqu� para el cambio y la mejora, como nunca antes en nuestra historia reciente. � � Esto significa que la responsabilidad est� tambi�n aqu�;�y estos dos factores no pueden estar presentes de nuevo en el momento justo cuando son tan necesarios.�Lo que la especie humana puede estar ahora atestiguando durante estos a�os es el aumento de la intuici�n, la empat�a, una mayor conectividad con el mundo y con la gente, y un sentido de "saber" qu� cambios es necesario hacer. � Adem�s, dentro de cada persona hay un creciente sentimiento de la gran totalidad c�smica: la comprensi�n de que la humanidad existe y evoluciona dentro de un universo de gran inteligencia y sentido.�Esto sirve para impartir dentro de la humanidad un impulso espiritual m�s profundo. � A medida que emerge una nueva mente emp�tica mundial, la gente en todo el mundo crecer� con nuevas expresiones de atenci�n que son m�s solidarias, relacionales, y compasivas.�El siglo 21 es probable que sea la era que d� el nacimiento y nutra tal evoluci�n de conciencia.� � Muchas de las personas m�s j�venes en todo el mundo no aceptan el condicionamiento social de la ira, el miedo y la inseguridad de sus generaciones pasadas.�Ellos quieren llegar para el cambio y la mejora. En todo el mundo hay ejemplos de j�venes que rechazan la mentalidad de conflicto de sus generaciones mayores. � En las zonas de conflicto, especialmente donde las mentes j�venes est�n condicionadas a un odio incondicional de enemigos fijos, hay una reacci�n en contra de esta vieja programaci�n.�Las personas m�s j�venes est�n tratando de llegar al otro lado de las fronteras artificiales para comprometerse con el llamado "enemigo" e iniciar un nuevo di�logo de paz y reconciliaci�n.�Tales mentes se dan cuenta de que la mentalidad de conflicto no tiene futuro, y se quedar� atr�s si no se puede aceptar el cambio. � Mientras muchos de aquellos de la mentalidad m�s vieja pensaban que un futuro significaba poner fronteras, y ver a "otros" con ojos sospechosos;�muchas de las mentes j�venes de hoy en d�a lo ven de otra manera. � Podemos ver esto en los movimientos juveniles en todo el mundo, a medida que emerge el cambio en la mentalidad de los j�venes en todas partes. � Esto es especialmente as� en los territorios de Oriente Medio, donde los reg�menes restrictivos est�n encontrando crecientes demogr�ficas juveniles que no est�n aceptando las viejas mentalidades y las viejas formas. � � Muchos de los j�venes de hoy quieren lo mismo - paz, justicia, igualdad, libertad, etc. Hay una nueva primavera en el paso de los j�venes, conocedores de la tecnolog�a, mentes energ�ticas que est�n pasando por alto los viejos modelos.�En estos pr�ximos a�os - por lo menos para las pr�ximas dos d�cadas - nosotros veremos cada vez m�s los signos del cambio de la vieja guardia (�los dinosaurios!). � Y esta vez no va a ser sustituido por aquellos que tienen la misma conciencia.�Con el cambio generacional veremos la transici�n gradual a una era de personas que piensan diferente, sienten diferente, se conectan de manera diferente, y quienes van a querer trabajar por un mundo diferente.
� La reacci�n del status quo siempre ha sido�la de fortalecer su aparato gobernante. � En el caso de hoy en d�a, esto significa,
Y la primera oleada de respuesta de la gente es en general para luchar - de frente. � Yo digo, sin embargo, que esta forma de respuesta tambi�n constituye la vieja mentalidad.�La nueva conciencia no busca el conflicto.�M�s bien, se trata de crear formas de evitar los bloqueos actuales. � O, en palabras de�Buckminster Fuller,
Con el tiempo, los viejos modelos luchar�n su camino a la obsolescencia. � Aquellos que expresan la "nueva mente" deben,
En resumen, una nueva narrativa est� emergiendo, una en la que cada persona es parte integral de la imagen m�s grande;�el viaje de cada uno de nosotros es parte del viaje como conjunto. � Esta nueva historia nos informa que las posibilidades est�n abiertas para que la humanidad se dedique a crear conscientemente su camino hacia adelante - con armon�a, equilibrio y respeto de todos.�Esta nueva narrativa forma parte de la evoluci�n de la mente emp�tica de la humanidad y que nos obliga a buscar una mayor conectividad y significado en nuestras vidas. � Esta m�s reciente historia humana es una en la que creamos la historia del futuro. � � � � Notas
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