por�Julian Rose
10 Marzo 2015

del Sitio Web�JulianRose

traducci�n de Adela Kaufmann
Versi�n original en ingles

�Qu� tienen en com�n la�geoingenier�a de aerosoles atmosf�ricos, la�ingenier�a gen�tica de los alimentos�y el reordenamiento del�genoma humano?

Son parte de�un intento de�alterar�los bloques fundamentales de construcci�n de la vida�y ponen en su lugar un sustituto artificial que es un cien por ciento sujeto a la voluntad de sus propietarios-controladores.�

Es evidente que estos propietarios controladores totalmente creen que su visi�n personal de �la vida perfecta' de ser muy superior a cualquier otra.�Pero ning�n megal�mano sabe que �l es un megal�mano, as� que mientras no sean retirados f�sicamente de su posici�n de influencia - Mucho da�o puede esperarse que sea el resultado.�

Muchos de nosotros hoy nos preguntamos acerca del extra�o, incluso surrealista, y desviado cariz que la vida parece haber tomado al haber permitido tales figuras autoritarias contra la vida ganar tracci�n en este planeta.�

No s�lo para abrazar sus visiones dementes, sino para reunir en realidad el apoyo suficiente para ponerlas en marcha.

  • �El hecho de haber ganado un comando sustancial sobre el funcionamiento de la sociedad expone una fundamental debilidad en el n�cleo de la especie humana?

  • Una predilecci�n subconsciente para cerrar los ojos y el cerebro a lo que hay m�s all� de la preocupaci�n dom�stica e inter�s propio inmediato?

Mientras que una torcedura tal en la especie humana podr�a contar algo de la historia, no cuentan toda la historia,�aunque hay motivos evidentes para llegar a una conclusi�n tan simplista.

No menos importante el hecho de que las diversas formas de pereza intelectual est�n - y han estado - de moda durante mucho tiempo.�Y si la gente no quiere ser vista como "diferente" van a hacer un gran esfuerzo para encajar en el patr�n aceptado del d�a, d�cada, siglo.

�Ellos estar�n contentos de ser esclavos en vez de llevar adelante la antorcha de la verdad.�Y este es un terreno fecundo para el ascenso y aumento de la potencia-tratante, que puede encontrar poca resistencia a sus habilidades manipulativas y atento deseo de dominar.

La naturaleza aborrece el vac�o, por lo que el hecho de que alg�n elemento de explotaci�n ocupar�a el asiento vacante casi podr�a considerarse inevitable.�

Sin embargo, no es inevitable que cualquier cosa o persona que ocupa el puesto vacante debe ser un explotador de la vida en lugar de un seguidor de la vida.�Tampoco es inevitable que la mayor�a de la humanidad deba pasar la mayor parte de su vida en un estado de abyecto letargo.�

Es mucho m�s probable que mucho de lo que recientes investigadores que han ido abajo, al �agujero del conejo' han tra�do de vuelta a la superficie es ampliamente cierto: a saber, que la mayor�a de variedades de megaloman�a son el resultado de una disciplinada escuela de persuasi�n condicionada de fan�ticos del control.�

Una con conexiones directas a l�neas jer�rquicas de dioses-reyes de ascendencia real enlazando linajes, feudos poderosos y fortalezas de fanatismo religioso, que se remontan a siglos.�

Un factor cr�tico en el mantenimiento de los imperios oscuros que simbolizan el poder unipolar obsesivo de estas l�neas, es el deseo de mantener a todos los poderes y posesiones fuertemente atados dentro de un peque�o n�mero unidades familiares conectadas a linajes.

Tengo un grado de informaci�n privilegiada en relaci�n con esto, ya que me crec� dentro del mundo de la clase alta brit�nica que tiene esos poderes garantizados.

Las tierras de los terratenientes de las elites ricas, bien conectadas, son sencillamente fortalezas que act�an para reforzar la 'creencia en s� mismos de sus due�os como los mejores l�deres.�Los peque�os imperios, teniendo todas las cualidades que anhelan los�despoblacionistas del lado oscuro�y reyes corporativos.�

Los mayores�feudos de linajes reales�est�n literalmente aislados del mundo exterior.

As� �se convierten en el mundo' para aquellos que los heredan y los mantienen.�Estas personas forman el n�cleo de la mayor�a de los think-tanks pol�ticos de Europa y Am�rica del Norte.�Ellos van a las mismas universidades, comparten los mismos clubes y se mezclan en un mismo medio social.�

De esta manera, uno obtiene el 'fen�meno dedos mundos' que divide por dinero y clase, las sociedades del mundo occidental y m�s all�.�

Es aqu� donde los divisivos y siniestros trabajan.�

El matrimonio inter-familiar es puesto en marcha, no s�lo para salvaguardar la riqueza acumulada, sino tambi�n la ingenier�a humana, animal y el ADN de plantas es tambi�n entregado a los mismos fines.�Inventar y patentar una forma de vida 'novel' es adquirir el control y propiedad de ello a perpetuidad.�

En el interior del santuario, salen del cascar�n los planes que garantizan la propiedad del mundo por �unos pocos elegidos'.

Los poderes que�'ellos'�se otorgan a s� mismos�son casi ilimitados,�es por eso que los banqueros�se sientan en el pin�culo de la pir�mide de la c�bala de la �lite.�Arreglan las finanzas del mundo para que toda garant�a y todas las tierras y el efectivo aterrice en sus bolsillos.�


Este es el�sistema de esclavitud de la deuda�al que todos estamos suscritos.�Al menos casi todos.�Asegura la longevidad de�los linajes de la �lite�y sus ambiciones altamente adquisitivas.�

Es el combustible que mantiene al mundo en un estado perpetuo de divisi�n y guerra.�Y es supervisado y protegido por un sistema legal cuyos agentes clave son miembros investigados del mismo club.

El club que financia tanto a los "terroristas" como a los "anti-terroristas" al mismo tiempo.�

El club que divide, conquista y mata, donde todo lo que los sobrevivientes llenos de miedo pueden hacer es gritar,

"Por el amor de Dios dejadnos en paz - dadnos paz...!"

Y todo esto lo estamos pagando nosotros.

Repito - todo esto nosotros lo estamos pagando.�Somos visibles en nuestra complicidad para apoyar lo que aborrecemos.�La mayor�a de nosotros.�

As� es que la manera de hacer algo verdaderamente significativo - que va m�s all� de la acusaci�n y la torcedura de mano - es tomar nuestro dinero de los todos los bancos y bolsas de comercio de las corporaciones.�Ya que son estas instituciones las que forman la base del sistema de control elitista que sostiene una espada sint�ticamente dise�ada sobre nuestras vidas, as� como la sutil exigencia de vivir en el propio planeta Gaia.�

Invierta en algo digno, �tico y de valor real�para el futuro.

Hice este movimiento hace unos a�os.�Elimina una importante hipocres�a de nuestros esfuerzos para caminar el camino de la verdad.�

S usted tiene algunos recursos financieros, distintos de lo que usted necesita para las necesidades del d�a a d�a, util�celos para apoyar lo que es humano y se opone a la estafa de la globalizaci�n neoliberal del libre comercio que financia la re-ingenier�a de la vida en este planeta�, y arrolla al olvido todo lo de valor que se interponga en su camino.

Esta es la acci�n m�s directa y pragm�tica que podemos realizar si nos tomamos en serio desmontar la�falsa estafa financiera�que alimenta la megaloman�a de la c�bala global.�

Es, en gran parte, nuestro miedo de mente d�bil de una p�rdida de comodidad y seguridad personal la que frena la adopci�n de las medidas que se deben tomar para mejorar las condiciones en este planeta.�

Si nosotros no tomamos nuestro dinero fuera del sistema, ser� robado de nosotros de todos modos, por el sistema - para el sistema.

S�, sus protagonistas simplemente asaltar�n su cuenta bancaria y se ayudar�n a s� mismos.�La �fianza'.�Ya sucedi� en Chipre y va a suceder en todos los lugares en los que los banqueros tienen las riendas del poder.�Y, francamente, pr�cticamente todo est� enganchado en la econom�a mundial.�

Para prevenir la re-ingenier�a y retardar la vida debemos colapsar aquello que apoya su locura.�Vamos a sufrir para siempre bajo el estigma de una profunda hipocres�a si no somos capaces de tomar medidas que puedan salvar este planeta y todo lo que se mueve en �l. De un destino cien veces peor que la muerte�


Esta verdad es inflexible e inevitable.

Debemos actuar en �l - y actuar�ahora.