por Acharya S

extracto de "La Conspiraci�n del Cristo - La M�s Grande Historia Jam�s Contada"
1999

del Sitio Web TheArchive

traducci�n de Adela Kaufmann
Versi�n original

Versi�n en alem�n

En nuestra b�squeda para determinar los or�genes del cristianismo y la naturaleza de su fundador, hemos explorado una serie de temas y aspectos de la cultura de todo el mundo.

Tambi�n hemos tocado brevemente los controversiales temas de sexo y drogas, que suelen ser omitidos o evitados en el presente tipo de an�lisis. Sin embargo, estos temas son de hecho muy importantes para determinar el desarrollo de la cultura humana en general y espec�ficamente de la religi�n. De hecho, constituyen otra parte de los misterios.

Durante siglos, la impresi�n dada por los religionistas es que para ser una persona moral, no s�lo se debe renunciar a la sexualidad, sino despreciarla, vi�ndola como si se tratara de una maldici�n del diablo en lugar de un "regalo de Dios."

Lo mismo puede decirse de las drogas, al menos, de la variedad que tiene algo que ver con la alteraci�n de la conciencia, incluso si las drogas son en forma de plantas �dadas por Dios�. Por lo tanto, la imagen de una persona religiosa o justa es b�sicamente alguien que debe tener) relaciones sexuales (heterosexuales con otra persona dentro de un matrimonio sancionado, si acaso, y estar en un constante estado constante de procreaci�n, y seguir siendo tan sobrio como "un juez. "

Para aquellos que piensan que la vida es para disfrutarla, en lugar de soportarla, esta imagen representa un estado sordo, rob�tico, por decir lo menos.

La realidad es que ha habido momentos en este planeta, cuando las culturas han reconocido pr�cticas sexuales sagradas y plantas sacramentales, no s�lo como un don de �Dios�, sino tambi�n rutas de acceso a " Dios" o a la "Conciencia C�smica", por as� decirlo. De hecho, el sexo y las drogas han sido consideradas desde tiempos inmemoriales como dispositivos para crear la uni�n con lo divino, que es una de las principales razones detr�s del giro negativo puesto sobre ellos por los religionistas, que insisten en que s�lo ellos, "Jes�s" o alguna otra entidad pueden ser avenidas hacia lo divino.

En realidad, es tarea del sacerdote, crear una separaci�n artificial entre los seres humanos y el omnipresente "Dios".

Sin embargo, ya que incluso "Pablo", dice, "un intermediario implica m�s de uno, pero Dios es uno", por lo que el sacerdote, como intermediario, es contraria no s�lo al sentido com�n, sino tambi�n a la doctrina cristiana, que es una de las muchas razones por las cuales a las masas les fue prohibido durante siglos bajo pena de muerte leer la Biblia.

Estas sagradas pr�cticas sexuales y de drogas, por lo tanto, han presentado una amenaza, tanto para los sacerdotes hambrientos de poder como para sus lacayos pol�ticos, porque, como se ha dicho, no se requieren intermediarios entre los practicantes y lo divino. Si ha de tener �xito un todopoderoso estado dictatorial religioso, necesitar�a destruir de la psique humana el concepto del sexo sagrado y las drogas sacramentales, y sustituirlo por el miedo y la culpa, de tal manera que aquellos, por ejemplo, que tienen relaciones sexuales, ser�an impulsado a limpiarse sus pecados percibidos por medio de la confesi�n u otra pr�ctica sacerdotal.

La explotaci�n de la debilidad humana con respecto al sexo, en particular, funcion� muy bien para conspiradores sacerdotales, ya que pod�an cercar a la gente en contra de ella, sabiendo muy bien que la gente continuar�a teni�ndolo, de tal manera que los culpables se ver�an obligados a regresar varias veces a la Iglesia buscando la absoluci�n de "pecados".

A pesar de sus mejores esfuerzos, sin embargo, los diversos religiosos diferentes, no pudieron erradicar las generalizadas pr�cticas espirituales utilizando el sexo y las drogas, incluso bajo pena de muerte.

En realidad, ellos mismos llevaban a cabo estas pr�cticas, mientras que hip�critamente predicaban su maldad a las masas y exhortaban a la abstinencia de las mismas. Como se ha indicado, junto con el conocimiento de la astrolog�a, la utilizaci�n del sexo y las drogas en realidad ha formado parte de la religi�n esot�rica o "misterios", ocultados de las masas por las hermandades y sociedades secretas que crean para las masas las religiones exot�ricas y ordinarias.

De hecho, estos "sacramentos" constituyen una parte importante de los misterios, ya que muchas escuelas y sectas han utilizado el sexo y las drogas en sus ritos de iniciaci�n. Uno de estos ritos generalizados relacionados con el sexo es la circuncisi�n, aunque se trata de uno anti-sexo. Aunque es ampliamente percibido como una costumbre jud�a, la circuncisi�n se remonta por lo menos a 2300 A.C. en Egipto y tambi�n es encontrado en otras partes de �frica, as� como en Fiji, Samoa, Asiria, Fenicia, M�xico y Am�rica del Sur, antes de la introducci�n del juda�smo o del cristianismo.

En Egipto, eran los sacerdotes los �nicos que estaban circuncidados, pero Israel era una "naci�n sacerdotal", por lo que todos sus hombres ten�an que ser circuncidados. Sin embargo, en contraste con esta mutilaci�n anti-sexo, ha existido una serie de rituales pro-sexo, as� como pro-drogas. A pesar de que han intentado fervientemente diferenciarse del resto, pretendiendo rechazar estos conceptos sobre el sexo y las drogas, el juda�smo y el cristianismo esot�rico tambi�n ha utilizado estos ritos y rituales.

Obviamente, hay un inconveniente con el sexo y las drogas, como sucede con casi todas las experiencias humanas.

Sin embargo, las culturas y los individuos maduros han pose�do la capacidad de utilizar sabiamente estos poderosos dispositivos, y el estado de tab� en s� los hace peligrosos, en que ya no vienen con un "manual de instrucciones" de iniciaci�n.

Adem�s, hay una enorme diferencia entre el sexo sagrado y la promiscuidad, as� como entre las drogas de plantas, o "ente�genos" ("la generaci�n de Dios"), y los potentes productos qu�micos extra�dos causando tantos disturbios hoy.



Sexo y el Mundo Antiguo

Antes de su vilificaci�n, el sexo era venerado desde los primeros tiempos de la historia humana, no s�lo por razones er�ticas y espirituales o razones "t�ntricas", sino tambi�n porque por ser un acto de reproducci�n.

Como lo es hoy, la fertilidad era muy importante para los antiguos. De hecho, la fecundidad de la tierra el culto al sexo era el culto a la naturaleza, y el culto a la naturaleza se extend�a al cielo, donde las estrellas mismas eran nombradas, incluso con nombres de �rboles, como ha sido observado.


La naturaleza era lo m�s importante para los antiguos, al darse cuenta que no s�lo depend�an de ella, sino que estaban tambi�n inexorablemente vinculados a ella. Jackson describe el culto a la naturaleza que se desarroll� a partir de esta percepci�n:

Las religiones del Dios-Salvador, incluido el cristianismo, est�n basadas en el culto a la naturaleza. La naturaleza puede ser definida como el universo material y las fuerzas que act�an en el cosmos, las cuales operan independientemente del hombre.

Entre las variedades de la religi�n natural estaban:

  • el culto a la tierra, los �rboles y otras plantas

  • a los volcanes, las monta�as, el agua y el viento

  • a los animales

  • a las estrellas, los planetas, la luna, el sol, el cielo, etc.

Los mitos de las diversas culturas humanas, de hecho, ubicuamente reflejan esta conexi�n con y la reverencia por la naturaleza, especialmente en lo que respecta al proceso del parto, que obviamente era el acontecimiento m�s importante en la vida y que introdujo al ser humano en el mundo natural .

Los �rganos reproductivos y los genitales, por lo tanto, han sido fuente de enorme inter�s.


En el mundo antiguo, los s�mbolos f�licos y i�nicos eran vistos por todas partes en la naturaleza:

  • una cueva era un �tero

  • un pilar natural era un falo

  • las setas se parec�an a ambos

Por otra parte, muchas palabras no-sexuales pueden ser rastreadas a las ra�ces, significando "vientre", "menstruaci�n", "vagina", "falo", "pene" o "semen".

S�mbolos sexuales fueron tambi�n reproducidos abundantemente en el arte, la arquitectura y otros artefactos culturales, incluyendo la religi�n. De hecho, probablemente no ser�a una exageraci�n decir que toda religi�n/culto ha tenido algo que ver con el sexo, incluyendo las religiones populares de la actualidad. De hecho, dentro de las religiones organizadas, tales como el juda�smo y el cristianismo, abundan los s�mbolos f�licos y vulvares, que ya no son adecuadamente entendidos por la gente.

Sin embargo, estos s�mbolos sexuales sostienen poder oculto, por lo que han sido profusamente incorporados dentro de los templos y catedrales.



El Juda�smo y el Sexo

Muchas personas hoy perciben tales s�mbolos, conceptos y pr�cticas como extra�as, si es que no desviadas, porque se les ha ense�ado que las culturas polite�stas, que abiertamente las practicaban eran "malas" y "pecadoras".

La gente com�n tambi�n ha sido ense�ada a creer que los jud�os y los cristianos han sido muy morales y han tenido poco que ver con el sexo.

Por ejemplo, es err�neamente percibida que los h�roes del Antiguo Testamento y los patriarcas fueron individuos impecablemente morales que nunca participaron en nada ni remotamente cercano a la desviaci�n y perversi�n sexual.

  • Primero, durante el tiempo de los pueblos b�blicos, los seres humanos estaban tan obsesionados con el sexo como lo est�n ahora, particularmente donde eran reprimidos.

  • Segundo, lo que es considerado desviaci�n o perversi�n, desde el principio de la humanidad ha dependido de la perspectiva cultural, variando con las diferentes �pocas y lugares.

  • Adem�s, a menudo lo que ha sido aprobado por el consenso general ha sido considerado como "correcto a los ojos de Dios/Diosa".

Como se ha se�alado, antes del monopolizador patriarcado exist�an culturas matriarcales generalizadas, cada pedacito como "santo", pero con diferentes interpretaciones de la sexualidad.

Mirando entre las coberturas b�blicas, nos encontramos con que muchos de los personajes del libro son, en realidad, representados como practicando conductas que ser�an consideradas por los est�ndares vigentes como desviaci�n sexual. Desde principios del drama b�blico nos encontramos con el incesto, incluso con el propio Mois�s siendo un producto del mismo.

M�s tarde, el justo Lot fue embriagado y luego seducido por sus dos hijas, que concibieron hijos de sus encuentros incestuosos.

La violaci�n es otro tema b�blico destacado, a menudo practicado por los Yahve�stas, cuya historia, seg�n el Antiguo Testamento est�n basadas en la masacre de otras culturas y el secuestro y la violaci�n de sus j�venes hijas. De hecho, un gran n�mero de los "grandes" patriarcas y h�roes tienen relaciones sexuales con "concubinas", un nombre elegante para estas jovencitas que fueron secuestradas y convertidas en prostitutas.

Por supuesto, Salom�n fue el m�s conspicuo de los consumidores, con 1,000 esposas y concubinas, sin ser una historia real pero utilizada para demostrar la virilidad de su supuesta descendencia.

Pero, si tener tantas esposas y concubinas no es adulterio, nos preguntamos qu� es, y c�mo se podr�a llamar la relaci�n de Abraham con Agar, la sierva de su esposa, con quien tuvo un hijo, o los diversos coqueteos de Jacob con Raquel, su hermana Lea y sus sirvientas, con quien tuvo hijos.

En la historia de Jacob y Raquel, de hecho, se encuentra no s�lo desviaci�n sexual, por las normas cristianas, sino que tambi�n el consumo de drogas, en las que "las mandr�goras de hijo" de Rachel son "plantas sexuales" o "frutos de la fertilidad".

Adem�s, el adulterio es practicado incluso por el gran rey David, como en el segundo libro de Samuel. Al igual que No�, que se emborrach� y dej� todo tirado, tambi�n encontramos a David exponi�ndose frente a una multitud. Y, en N�meros 25:15, los israelitas, incluso participan en una org�a.

Adem�s, aunque los apologistas han tratado de explicar su erotismo como algo que tiene que ver con "la Iglesia" y su "noviazgo", el Cantar de los Cantares es, de hecho, un poema hecho sexual, con referencias a los genitales femeninos, incluso como "granadas":

El mismo Salom�n suplant� o personific� al f�lico dios Baal-Rimmon, "Se�or de la granada", cuando se uni� con su divina esposa, la misteriosa sulamita, y bebi� el jugo de su granada.

Del Cantar de los Cantares, Walker comenta:

Ahora comprendemos que todo el poema es una obra de misticismo sexual, moldeado en cantos tradicionales de bodas sumerio-babil�nicas que combinan lo er�tico con met�foras de fertilidad vegetal - ya que este era el �ltimo fin del matrimonio del rey con la sacerdotisa-reina que representaba a la tierra y sus frutos.

El Cantar de los Cantares se mantuvo en el canon b�blico s�lo por una complicada ex�gesis que afirmaba que su lascivo doble sentido representaba el amor de Cristo por su Iglesia... En el Cantar de los Cantares no es una deidad patriarcal la que toma la decisi�n de abrir la envoltura, sino que es la misma sacerdotisa-reina quien dice: "Que venga mi amado a su huerto y coma sus exquisitos frutos."

El Cantar de los Cantares, de hecho, representa una de las perspectivas m�s sanas del sexo en la Biblia.

De hecho, a pesar de la licenciosidad de los h�roes b�blicos, es tan neur�tica la actitud hacia el sexo que cuando On�n derrama "su simiente," Dios lo golpea a muerte, un cuento satirizado en la canci�n de "Monty Pit�n:

"Cada esperma es sagrado, cada esperma es grande. Si un esperma se desperdicio, Dios se enfada much�simo. "

Aparentemente, el esperma de On�n era m�s valioso que el propio On�n.

Tan obsesionado con el derramamiento de la simiente est� Jehov� (YHWH) que es prescrito que,

"Ning�n hombre que haya tenido una emisi�n nocturna entrar� en el santuario hasta que hayan transcurrido tres d�as. �l deber� lavar su ropa y ba�arse en-el-primer-d�a... "

Por lo tanto, los "sue�os h�medos" constituyen una transgresi�n contra el Se�or.



El Culto F�lico

Una perspectiva b�blica m�s bien bizarra, tambi�n sostenida por las culturas pre-hebr�icas, es la peculiar obsesi�n "del Se�or" con el prepucio, que es considerado como el s�mbolo m�s importante de la alianza entre "�l" y "sus elegidos".

De hecho, la palabra "circuncisi�n" es utilizada cerca de 100 veces en la Biblia, y uno debe preguntarse ante esta obsesi�n, as� como ante la idea de que, ya sea que el Se�or meti� la pata al crear al hombre, para que el hombre necesite corregir su obra, o el Se�or encuentra esta pieza de carne tan importante como para basar sus m�s solemnes votos sobre ello, revelando as� un fetiche homoer�tico.

Tan obsesionados est�n los pueblos b�blicos con el prepucio que a cambio de la mano de su hija, Sa�l demanda de David los prepucios de 100 filisteos muertos, quien con entusiasmo entrega la petici�n llev�ndole a Sa�l 200 prepucios.

El acto de la circuncisi�n es a�n m�s extra�o cuando sus or�genes no est�n claros.

Entre otras razones, incluida la que supuestamente sirve para hacer m�s d�ciles y socialmente aceptables a los hombres, se dec�a que la circuncisi�n hab�a de hacerse en imitaci�n a la sangre menstrual de la mujer,

"siendo realizada en los ni�os a la edad en la que las ni�as "sangraban" por primera vez, e incluso siendo descrita entre algunos pueblos, como" la menstruaci�n del hombre. '"

Otro ritual para crear tal "feminidad", era la castraci�n, siendo necesaria para que un hombre,

"Asumiera autoridad religiosa entre las sacerdotisas de la Diosa."

Como explica Walker,

"Todas las mitolog�as sugieren que, antes que los hombres entendieran su funci�n reproductiva, trataron de" hacer mujeres de s� mismos con la esperanza de lograr la fertilidad como la mujer".

Este fen�meno era bastante generalizado entre los semitas para garantizar la direcci�n "del Se�or", al igual que la amputaci�n del pene, de tal manera que los que hab�an sido as� mutilados, evidentemente, ya sea natural o artificialmente, deb�an ser excluidos de los elegidos de Dios:

"Aquel cuyos test�culos son aplastados o cuyo miembro masculino es cortado, no entrar� en la asamblea del Se�or".

(Deuteronomio 23:1)

Sin embargo, en Isa�as 56:45, el "infalible" Se�or nuevamente se contradice y dice que los eunucos que guardan su d�a de reposo, y se atienen a su pacto se les dar� un,

"Monumento y un nombre mejor que hijos e hijas... un nombre eterno que no ser� cortado."

Obviamente, toda esta charla b�blica acerca de la circuncisi�n, prepucio y test�culos, as� como "miembros", "entrepiernas", "muslos", "piedras", "partes secretas" y "partes privadas", es un reflejo de la verdadera naturaleza de las religiones patriarcales.

Como dice Potter, la circuncisi�n es, de hecho,

"Una costumbre b�rbara de la primitiva religi�n f�lica".

Tambi�n afirma:

Eran, sin duda, elementos f�licos en el Yahvismo hasta el tiempo de los profetas y m�s tarde, algunos de los cuales fueron adoptados de la religi�n cananea y otros de los cuales eran originales, pero el significado central que el nombre de Yahv� ten�a para Mois�s era evidentemente algo as� como el Dios Viviente de la Vida. Eso incluye, naturalmente, un cierto patrocinio de las relaciones sexuales, como lo indican numerosos pasajes del Antiguo Testamento.

De hecho, dentro de las religiones patriarcales, el falo ha sido un objeto de culto, aunque este hecho ha sido ocultado por una variedad de razones, entre ellas, y no menos importantes son sus implicaciones b�sicas homosexuales u homoer�ticas.

De hecho, los genitales masculinos eran tan sagrados para los israelitas que si, en defensa de su marido, una mujer agarrase las "partes privadas" de su enemigo, �l habr�a podido cortar su mano (Deut. 25:1112).

Tan importante eran los genitales masculinos que los solemnes juramentos eran juramentados por ellos, como es reflejado en G�nesis 24:9, donde el siervo de Abraham hace un juramento por,

"poniendo la mano debajo del muslo de Abraham, su se�or."

Los t�rminos "muslo" y "hueco del muslo", utilizado varias veces en el Antiguo Testamento en realidad son eufemismos para "pene", y la puesta de la mano "debajo del muslo" y haciendo un juramento es un "apret�n de manos" de una sociedad secreta:

...un israelita que estaba haciendo un juramento habitualmente lo solemnizaba agarrando el pene del hombre a quien le estaba haciendo la afirmaci�n... Antes de la muerte de Israel (Jacob), �l llam� a su hijo Jos� a su lecho de muerte, y mientras Jos� agarraba el pene de su padre, Israel hizo a su hijo la promesa de que �ste llevar�a sus restos fuera de Egipto ...
[G�nesis 47:2931]

Respecto a esta pr�ctica, Walker explica:

Los semitas patriarcales rend�an culto a sus propios genitales, y hac�an juramentos vinculantes, colocando una mano sobre las partes �ntimas del otro, un h�bito que sigue siendo com�n entre los �rabes. Palabras como testamento, testificar, y testimonio a�n atestiguan los juramentos cobre los test�culos.

Walker tambi�n explica otro eufemismo y costumbre b�blica f�lica:
Los escritores b�blicos llamaban al pene un "tend�n que se contrajo," apoy�ndose "sobre el encaje del muslo." Este era el tend�n que Jacob perdi� en su duelo con "un hombre que era un dios"...

La historia distorsionada de Jacob y el hombre-dios fue insertada principalmente para apoyar el tab� de los Jud�os "de comer un pene (G�nesis 32:32), una antigua costumbre de los reyes sagrados al momento de acceder al trono.

Los genitales de los antagonistas derrotados eran devorados por el vencedor, para pasar el esp�ritu f�lico de un "dios" al siguiente.

Por otra parte, los "pilares" y las "arboledas" de los pueblos b�blicos, de hecho, eran lingams, o falos, y yonis, o vulvas, y los "�dolos hogaremos" de los patriarcas y h�roes eran s�mbolos f�licos m�s peque�os.

Por ejemplo, en G�nesis 28:10 y 35:14, Jacob mismo es representado como participando en la muy antigua pr�ctica de la unci�n de "pilares" sagrada o s�mbolos f�licos, que era muy com�n en Israel.



Homosexualidad Hebrea

Adem�s de estos episodios de fetichismo y homoerotismo est� la peculiar historia en el primer libro de Samuel sobre el gran rey David y su enemigo, el hijo de Sa�l, Jonathan, que al parecer se enamora de David:

Y Jonatan se despoj� de su bata que ten�a sobre �l y se la dio a David, y sus vestiduras, hasta su espada y su arco y su talabarte... Y Sa�l dijo a Jonatan, su hijo, y a todos sus siervos, que deber�an matar a David. Pero Jonathan, el hijo de Sa�l encontraba mucho encanto en David...

Jonatan y David son, a continuaci�n, representados bes�ndose y llorando juntos.

M�s adelante, no es David, quien es asesinado, sino que Jonathan, despu�s de cuya muerte David gime,

"Estoy muy apenado por ti, hermano m�o Jonat�n, muy agradable has sido para m�; tu amor por m� fue maravilloso, sobrepasando al amor de una mujer"

Los pasajes b�blicos ciertamente parecen estar expresando algo homoer�tico.


Por supuesto, estas escrituras deben ser pasadas por alto por los moralistas, ya que la impresi�n general b�blica de la homosexualidad es muy negativa. Sin embargo, tambi�n descubrimos que los israelitas de hecho, se enganchan en la "prostituci�n" con ni�os y que "los cultos de prostitutos masculinos" ("sodomitas") son utilizados, incluso durante el reinado de Salom�n (1 Reyes 14:24; 15:12) y se mantienen en uso siglos m�s tarde, cuando Jos�as va tras ellos.

La palabra hebrea para este culto masculino, o prostitutos del templo, " qadesh," es lo mismo que "qadash", lo que significa santo, sagrado y consagrado. Obviamente, los semitas pre-Yahwistas ten�a una opini�n muy diferente de estos "sodomitas".

Ir�nicamente, el t�rmino "sodomita" fue utilizado por los detractores para describir a los adoradores del falo, es decir, el patriarcado.


Bestialidad semita

Adem�s de la adoraci�n del falo, los pueblos b�blicos se engancharon en la bestialidad, siendo tal tentaci�n, evidentemente, un grave problema, ya que el Se�or la tuvo que condenar varias veces durante un per�odo de cientos de a�os, demostrando un h�bito continuo de los pastores de las tribus "elegidas".

En otras palabras, que esta perversi�n era com�n es obvio, por las fervientes exhortaciones en su contra.

Como Akerley dice en La Biblia Categor�a �X� (The X-Rated Bible):

Es evidente que se puede obtener una visi�n real de cuan prevalente es una pr�ctica sexual desviada en una determinada cultura, as� como cuan amenazante es para esa cultura por el grado de severidad de las leyes que existen contra ello.

A juzgar por el hecho de que la ley hebrea decret� la muerte para la zoofilia, las intimidades prohibidas con los animales eran, de hecho, muy comunes entre los israelitas.



El Juda�smo y las Mujeres

El problema con las tribus del desierto amantes de los ovinos y adoradoras de los lingam era su odio extremo hacia las mujeres, quienes han sido calumniadas con la acusaci�n de ser criaturas sexuales, pecadoras, que corromp�an a los hombres corruptos, de otra manera sin pecados.

La misoginia b�blica es reflejada en las historias de Lot y de los levitas en Jueces, por ejemplo, donde los hombres son tan importantes que, con el fin de protegerlos de las chusmas (multitudes) bisexuales, Lot y los levitas expulsan a sus mujeres: en el caso de Lot, sus hijas v�rgenes, y en el caso del "buen" sacerdote levita, su esclava sexual, o "concubina", aunque su anfitri�n inicialmente ofreci� a la chusma a su propia hija virgen.

La concubina del levita, por supuesto, es violada y dejada por muerta. Su "compasivo" amo la encuentra en la puerta, le grita para que se levante y, cuando descubre que ella est� muerta, no arroja l�grimas, sino que inmediatamente corta su cuerpo en 12 pedazos y env�a las piezas a las diversas tribus.

Ahora, esta historia debe ser tomada literalmente, de acuerdo con literalistas b�blicos, por lo que debemos concluir que el levita, efectivamente, se enganch� en esta conducta atroz, la cual ser�a considerado un crimen atroz en la sociedad actual, pero est� perfectamente bien en uno de los antiguos sacerdotes de Dios!

Por otra parte, mientras exalta los genitales masculinos, el Antiguo Testamento repetidamente retrata a las mujeres teniendo profanos ciclos menstruales, durante el cual deb�an ser aisladas. Antes de esta misoginia, sin embargo, la sangre menstrual era considerada sagrada, porque las mujeres eran vistas como los creadoras de la vida. De hecho, como se ha se�alado, el vino y la copa del Santo Grial fueron originalmente s�mbolos paganos de la sangre y el �tero de la mujer.

Por supuesto, la degradaci�n de la mujer acompa�� a la denigraci�n de la Diosa, y el ataque b�blico sobre la Diosa y la sexualidad femenina era incansable:

La religi�n de Astoreth, Asera o Anat y Baal Femenina - y la acompa�ante autonom�a sexual de la mujer - eran los enemigos. Ning�n m�todo fue considerado demasiado violento para lograr los objetivos deseados.

Con esta violencia se produjeron horrendas y opresivas leyes contra la mujer, que b�sicamente se convirtieron en propiedad. Violando v�rgenes era la forma b�blica preferida para adquirir esa propiedad, pero si la v�ctima de violaci�n ya estaba casada o comprometida, era asesinada.

La opresi�n de las mujeres, por supuesto, tuvo mucho que ver con el deseo de los hombres de tener la certeza de la paternidad, lo que evidentemente era, como dice Stone, la,

"raz�n por la que los sacerdotes levitas sacerdotes idearon el concepto de" moralidad "sexual: la virginidad pre-marital para las mujeres, la fidelidad conyugal para las mujeres, es decir, un control total sobre el conocimiento de la paternidad."

Las cosas no mejoraron mucho para la situaci�n de la mujer con la introducci�n de la "nueva superstici�n" del cristianismo, que continu� el asalto a las mujeres y que refin� la represi�n sexual.


El cristianismo y el Sexo

Debido a tal ferviente represi�n, el cristianismo es percibido como no teniendo nada que ver con el sexo.

En realidad, en lugar de la imagen de los pac�ficos, c�libes devotos com�nmente descritos, los primeros cristianos fueron vistos como desviados sexuales y pervertidos.

Esa percepci�n se trataba de un problema se verifica no s�lo en los escritos de los Padres de la Iglesia, pero en la carta can�nica de Judas, en la cual el autor se ocupa de la impresi�n dada por los hombres que eran "manchas" en las "fiestas de amor" cristianas:

Puesto que la admisi�n ha sido secretamente ganada por algunos quienes hace mucho fueron designados a tal condena, las personas imp�as que convierten la gracia de nuestro Dios en libertinaje y niegan a nuestro �nico Maestro y Se�or, Jesucristo... al igual que Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, que tambi�n actuaron inmoralmente y se entregaron a la lujuria en contra de la naturaleza, como por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno.

Sin embargo, en forma similar, estos hombres, en sus sue�os mancillan la carne... Estas son manchas en sus fiestas de amor, ya que descaradamente se acariciaban y se ocupaban entre ellos mismos...

Walker explica el significado y origen de estas misteriosas "fiestas de amor" cristianas:

�gape o "fiesta de amor" era un rito del cristianismo primitivo, adaptado de la adoraci�n sexual pagana. Otro nombre para el �gape era synesaktism, es decir, la imitaci�n de shaktismo, lo que significaba el tipo de fiesta de amor t�ntrico que involucra el intercambio de fluidos sexuales masculinos y femeninos y un sentido de unidad trascendental atra�da de all�.

Los primeros padres de la iglesia de la cepa m�s ortodoxa describen este tipo de culto y arremet�an contra �l. Alg�n tiempo antes del siglo VII, el �gape fue declarado una herej�a y fue tambi�n suprimido.

Algunas de las sectas gn�sticas cristianas utilizan antiguos rituales sexuales considerados vulgares por los miembros del culto cristiano ortodoxo y utilizados por ellos para desacreditar el gnosticismo.

Algunas de estas pr�cticas fueron, de hecho, abiertas a los honestos cargos de lascivia, vulgaridad y perversi�n, pero el movimiento cristiano ortodoxo ciertamente no ha estado desprovisto de tal comportamiento, ni han sido los seguidores de ninguna ideolog�a conocida a la humanidad. A trav�s de los siglos muchas perversiones se han ido detr�s de las paredes de los monasterios y las puertas de las iglesias, incluido el abuso continuo de ni�os y ni�as, sexualmente asaltados o violados por los "c�libes" sacerdotes.

Este abominable comportamiento es en realidad una consecuencia de la represi�n sexual, que produce obsesi�n y enfermedad.

Por otra parte, mientras que los habitantes pretend�an ser c�libes, los conventos cristianos se convirtieron en casas de putas que prestaban servicio a los monjes, entre otros. De hecho, aparentemente se trataba de una pr�ctica com�n de las comprometidas monjas de lanzar a sus beb�s a los estanques cercanos a los conventos o enterrarlos en los s�tanos.

Como relata Blavatsky:

Lutero habla de un estanque de peces en Roma, situado cerca de un convento de monjas, que, despu�s de haber sido limpiado por orden del Papa Gregorio, descubri�, en el fondo, m�s de seis mil cr�neos infantiles; y de un convento de monjas en Neinburg, Austria, cuya fundaciones, cuando fueron registradas, �descubrieron las mismas reliquias de celibato y castidad!

Si bien puede argumentarse que Lutero estaba prejuiciado, al parecer otros sitios fueron descubiertos en tiempos de Blavatsky en Austria y Polonia.

A pesar de su actitud y pretensiones antisexo, el cristianismo ha incorporado muchas im�genes sexuales, incluyendo el antiguo y ubicuo s�mbolo del lingam, evidente en el campanario de la iglesia, y el yoni o vientre, simbolizado por la nave de la iglesia.

Desde los primeros tiempos, de hecho, los mismos templos e iglesias se desempe�aron como vientres, en los cuales el sacerdote, con su sombrero en forma de falo entra, suplicando a la Deidad la fertilidad y la fecundidad.

Como dice Allegro:

El templo fue dise�ado con una gran medida de uniformidad sobre el conjunto del Cercano Oriente, ahora reconocible como un microcosmos de la matriz. Fue dividido en tres partes: el p�rtico, representando el extremo inferior de la vagina hasta el himen, o velo; la Sala, o la vagina en s�, y el santuario interior, o Sant�simo, el �tero.

El sacerdote, vestido como un pene, ungido con varios jugos y resinas como representando el semen divino, entra por las puertas del p�rtico, los "labios" de la matriz, pasando por el velo o "himen", y as�, hacia la Sala.

Sin embargo, como el juda�smo, el cristianismo patriarcal fue sobre todo un culto f�lico.

Walker describe la penetraci�n del falo en el cristianismo:

Un indicio de la amplia extensi�n del cristianismo f�lico en Inglaterra apareci� despu�s de la Segunda Guerra Mundial, cuando el profesor Geoffrey Webb, de la Comisi�n Real de Monumentos Hist�ricos, investig� un altar de una antigua iglesia, da�ado por las bombas, y se encontr� un gran falo de piedra en su interior. Posteriores investigaciones demostraron que los altares de aproximadamente el 90% de las iglesias inglesas construidas antes del a�o 138 ten�an falos de piedra ocultos.

El falo fue llamado tambi�n "escalinata" o "Gran Pedro" y representaba, como hemos visto, a San Pedro, la "Roca" o lingam de piedra, del cual los cristianos tambi�n fueron untadores.

Como dice Walker,

"La adoraci�n cristiana al falo continu� sin disminuci�n hasta la Edad Media y m�s all�."

Junto con la obsesi�n del falo ven�a el tema de la circuncisi�n, as� como la castraci�n, popular en el generalizado culto de Atis/Cibeles durante el tiempo de Pablo, y se le dio luz verde por "Jes�s", a quien se le hace decir de la castraci�n,

"El que es capaz de recibir esto, que lo reciba".

(Mt 19:12)

De hecho, una serie de ense�anzas de Pablo giraron en torno a la mutilaci�n de los genitales masculinos.

Como Walker relata:

Pablo dio a entender que �l era una de las "nuevas criaturas" en Cristo, ni son circuncisi�n ni sin circuncisi�n. Un hombre tendr�a que ser una cosa o la otra, a menos que le faltase por completo el pene...

Despreciaba al hombre "natural" (no-mutilado), por su falta de espiritualidad:

"El hombre natural no percibe las cosas del Esp�ritu de Dios, porque son locura para �l".

(1 Corintios 2:14)...

Pablo escribi� a los G�latas:

"Me gustar�a que fuesen tambi�n cortados los que os inquietan".

(G�latas 5:12).

La palabra traducida como "cortado" tambi�n significa "castrado".

De hecho, durante milenios, muchas personas han tomado tales exhortaciones a pecho, creyendo que su mutilaci�n les har�a obtener poderes especiales y favores en el cielo.

En Rusia ha existido, desde hace cientos de a�os, un culto llamado los Skoptsi, que en los fren�ticos rituales brutalmente cortaban sus genitales, incluyendo los test�culos, penes y senos. Esta mutilaci�n predata al cristianismo en Rusia, pero se ha encontrado dentro del cristianismo durante siglos, justificado por las escrituras, y estos Skoptsi no son una aberraci�n, ya que la castraci�n era com�n entre los primeros cristianos, incluyendo algunos de los padres cristianos.

Como relata Akerley:

Contempor�neo de Or�genes hab�a una secta que era tan entusiastamente adicta a la pr�ctica que, adem�s de exigir la castraci�n de todos sus miembros, tambi�n castraban a cualquier hu�sped que no cometiera la imprudencia de permanecer bajo su techo. La secta, conocida como Valesianos, ejecutaba sus castraciones con un trozo de metal caliente, refiri�ndose apropiadamente al acto como un �bautismo de fuego"...

La tonsura de los tempranos sacerdotes del cristianismo es un s�mbolo reconocido de la castraci�n, y la sotana bordeada usada por los sacerdotes es, al menos en parte, una imitaci�n de las muchas religiones que compiten con el cristianismo primitivo, que se exigen que sus sacerdotes usen ropa femenina s�lo despu�s de haber sido castrados.

Tan entusiastamente abraz� Or�genes tales conceptos que �l mismo se castr�, para gran admiraci�n de varios autores cristianos:

Or�genes fue muy elogiado por haberse castrado a s� mismo. La Apolog�a de Justiniano, dijo con orgullo que los cirujanos romanos fueron sitiados por los fieles cristianos solicitando la operaci�n.

Tertuliano declar�:

"El reino de los cielos est� abierto a los eunucos."

Justin aconseja que los ni�os cristianos sean castrados antes de la pubertad, para proteger su virtud fue protegido de forma permanente. Tres cristianos que trataron de quemar el palacio de Diocleciano fueron descritos como eunucos.

Eusebio, sin embargo, llam� a la auto-castraci�n de Or�genes, un "acto testarudo" y dijo que Or�genes hab�a tomado los comentarios de Cristo acerca de los,

"Eunucos para el reino de los cielos" en "un absurdo sentido literal" y que Or�genes estaba "tan ansioso de cumplir las palabras del Salvador y al mismo tiempo, de descartar cualquier sospecha de viles imputaciones por parte de los incr�dulos."

El comentario de Eusebio acerca de la castraci�n sirviendo para "descartar cualquier sospecha de imputaciones viles" seguramente se refiere a la actividad sexual, posiblemente homosexual, imputaciones que, a lo largo de los siglos, fueron con frecuencia lanzadas entre las sectas de la competencia, tanto cristianas como paganas.

Al mismo tiempo que emulaban a las mujeres a trav�s de la castraci�n, los cristianos, al igual que su predecesores jud�os estaban tratando de destruir a la Diosa:

...Las revisiones b�blicas tienden a borrar a las deidades anteriores, especialmente las femeninas. Despu�s de siglos de selecci�n y revisi�n de los libros can�nicos, casi todo rastro de la divinidad femenina ha sido eliminado de la literatura cristiana.

Como se ha se�alado, sin embargo, los mismos templos e iglesias representaban la vulva y el �tero, y el cristianismo no carec�a de simbolismo femenino, a pesar de que trat� de suprimirlo, excepto cuando beneficiaban ocultamente a la jerarqu�a cristiana.

Por ejemplo, uno de los s�mbolos femeninos m�s comunes es la mandorla o vesica piscis, un s�mbolo en forma de almendra que representa los genitales femeninos y es utilizado para enmarcar las im�genes de Jes�s, la Virgen Mar�a y una variedad de santos cristianos. Asimismo, el rosario es un antiguo s�mbolo de la Diosa, la Reina del Cielo, as� como las rosas representan los genitales femeninos.

Adem�s, las figuras femeninas mostrando yonis de gran tama�o eran comunes en las iglesias y catedrales de toda Europa, pero fueron borradas m�s tarde por funcionarios de la mojigata iglesia.

En realidad, detr�s de las escenas de los cultos patriarcales, el simbolismo femenino es com�n, pero no expresa su admiraci�n por los seres humanos femeninos, sino m�s bien, el simbolismo femenino es un intento de usurpar los poderes sobrenaturales de la "Diosa", o aspecto femenino de creaci�n. De hecho, tan obsesionado estaba el patriarcado de "destruir las obras de la mujer" que declar� una guerra total contra ellas, cuyos resultados fueron tan tr�gicos como absurdos, cuando cientos de miles de "mujeres sabias" fueron torturadas y asesinadas en los siglos que siguieron.

Walker relata otro resultado de esta guerra:

La supresi�n y el ocultamiento de la sexualidad femenina es siempre un objetivo primordial del patriarcado. La Europa cristiana, incluso neg� oficialmente la existencia de un cl�toris y se olvid� de las palabras para este, por lo que el t�rmino griego antiguo se encuentra todav�a en uso.

La iglesia ense�a que las mujeres no deben sentir placer sexual, por lo que el �rgano del placer sexual femenino se volvi� innombrable.



La Prostituta/Ramera Sagrada

Antes de la desaparici�n de las culturas matriarcales y la degradaci�n de la sexualidad por estos medios por parte del patriarcado, las sacerdotisas de la diosa con frecuencia fueron las maestras del amor y del sexo; por tanto, se les dio el apodo de �prostitutas sagradas".

Las culturas antiguas a menudo cre�an que el camino hacia "Dios" era a trav�s de la mujer, y tambi�n sab�an que la represi�n sexual era una bomba de tiempo social, de tal manera que consideraban la expresi�n sexual como una iniciaci�n, no solo en los misterios, sino tambi�n en la propia sociedad.

Haciendo eco de esta sabidur�a, Santo Tom�s de Aquino dijo:

"Quita las prostitutas del mundo, y se llenar� de sodom�a."

Para este tipo de tareas esenciales, las prostitutas sagradas fueron consideradas mujeres santas, el papel, como hemos visto, de Mar�a Magdalena.

Como Walker relata:

Las antiguas rameras a menudo comandaban un alto estatus social y eran reconocidas por su aprendizaje. Como encarnaciones de la Reina del Cielo, en Palestina llamada Qadeshet, la Gran Ramera, las prostitutas fueron honradas como reinas en los centros de aprendizaje en Grecia y Asia Menor. Algunas incluso se convirtieron en reinas.

La emperatriz Teodora, esposa de Justiniano, comenz� su carrera como una prostituta del templo Santa Elena, la madre de Constantino era una prostituta antes de convertirse en una santa-emperatriz... Las prostitutas del templo eran veneradas como sanadoras de los enfermos. Sus mismas secreciones estaban supuestas a tener virtudes curativas.

Al igual que sus predecesores jud�os, los cristianos denigraron esta pr�ctica sagrada del sexo, convirtiendo a las sacerdotisas de la Diosa en "prostitutas".

Como sigue diciendo Walker:

Porque putas ocupaba una posici�n significativa en el paganismo, los cristianos vilipendiaron su profesi�n. Los eclesi�sticos no quer�a acabar por completo con la prostituci�n, s�lo amputar su significado espiritual.

En realidad, algunas de las mujeres de la Biblia m�s exaltadas eran prostitutas sagradas. De hecho, el linaje del mismo Jes�s se remonta a estas sacerdotisas y mujeres santas:

Las cuatro mujeres antepasadas de Jes�s, que son enumeradas en las genealog�as de Mateo no s�lo no son no-hebreas, sino que son todas cuatro formas de la ramera. Thamar juega a la prostituta con Jud�, antes de convertirse en el primer antepasado femenino de Jes�s, o el Le�n de Jud�. Rahab de Jeric� es francamente designada la ramera, y es el segundo ancestro femenino. Ruth, la moabita, cuya historia es tan tiernamente contada, es la tercera.

La cuarta es Betsab�, esposa de Ur�as, el hitita, la prostituta de David.

La degradaci�n de la prostituta sagrada y la prostituci�n ha cobrado un precio tremendo para el estatus de la mujer durante siglos, reduci�ndolas a los siervas, m�quinas incubadoras y esclavas sexuales.

Por ejemplo, Walker dice:

Fuera de la tradici�n judeo-cristiana, la prostituci�n a menudo se convirti� en un estilo de vida totalmente leg�timo. Los africanos Negros nunca aceptaron los puntos de vista de los misioneros en esa materia.

Las leyes de los hombres blancos privaron a las mujeres africanas de sus posesiones y su monopolio de la agricultura, el comercio y la artesan�a, por medio de lo cual manten�an a sus hijos. Las mujeres africanas sufrieron una devastadora p�rdida de autoestima, ya que en su sociedad una mujer sin ingresos propios era vista con desprecio.

Si bien muchas personas piensan que el mundo se ha vuelto m�s moral con la represi�n del sexo, esta noci�n no es cierta.

Walker tambi�n relata el producto final general de la denigraci�n del sexo y de las mujeres:

Un cambio en la actitud hacia la violaci�n es uno de los contrastes entre el mundo antiguo y el medieval, en el oeste de Europa. Los romanos y sajones violadores eran castigados con la muerte.

Los normandos cortaban los test�culos de un violador y le sacaban los ojos. El patrimonio de los gitanos orientales exig�a la pena de muerte para el violador. La ley hind�, dec�a que un violador deber�a ser matado, incluso si la v�ctima era de la casta m�s baja, una intocable, y su alma "nunca habr�a de ser perdonada".

El c�digo bizantino decretaba que los violadores deb�an morir y que sus bienes se deb�an dar a la v�ctima, aunque ella fuese mejor que una mujer esclava. Las leyes cristianas cambiaron el panorama.

Las esposas, hermanas o hijas de los Siervos, estaban siempre sexualmente a disposici�n de sus amos en el marco del nuevo r�gimen. Las novias campesinas eran violadas por el bar�n antes de ser entregadas a sus novios - probablemente para ser violadas de nuevo.

La Iglesia hizo ilegal para cualquier esposa negarse a mantener relaciones sexuales, a menos que fuera un d�a santo en que el sexo matrimonial estaba prohibido. Por lo tanto, la violaci�n marital era fomentada...

Desde los torturadores de la Inquisici�n, quienes por lo general violaban a sus v�ctimas primero hasta los m�dicos victorianos que atacaban los genitales femeninos con sanguijuelas, muchos tipos de violaciones pueden ser rastreadas a lo que ha sido llamado " virulento odio hacia la mujer en el cristianismo fundamentalista."

Estudios recientes muestran que la mayor�a de los violadores eran miembros profesos de una secta religiosa y aprendieron a considerar el sexo como malo, en la manera cristiana tradicional.

Adem�s, contrariamente a la creencia popular, la idea de un matrimonio sagrado se origin� en las culturas pre-patriarcales paganas, y era un anatema para los primeros padres cristianos, que aborrec�an el matrimonio.

La destrucci�n de las "obras de la hembra" tambi�n tuvieron el efecto de impulsar al mundo hacia siglos de sed de sangre y guerras.

Como sigue diciendo Walker:

[La guerra es] una principal contribuci�n patriarcal a la cultura, casi totalmente ausente de las sociedades matriarcales del Neol�tico y la Edad de Bronce. Incluso cuando el culto a la diosa empezaba a dar paso a los cultos de los dioses agresivos, durante mucho tiempo el aspecto de la Diosa impon�a la paz sobre todos los grupos hostiles ...

Los dioses patriarcales tend�an a ser dioses guerreros, incluyendo, desde su inicio - o incluso particularmente el Dios judeo-cristiano. Stanton se�al� que el relato del Antiguo Testamento de la naturaleza de Dios, su prop�sito y actividades en nombre de su Pueblo Elegido se reduce a "una dolorosa larga historia de guerras, corrupci�n, rapi�a, y lujuria."...

Pero el cristianismo nunca fue una religi�n pacifista... El cristianismo completamente machista fue diseminado por medio de la violencia.

El resultado de esta degradaci�n de la mujer incluye la destrucci�n del propio planeta, la Gran Madre Tierra.

Como relata tambi�n Walker:

... el Oriente Medio [es] una verdadera tierra bald�a: los m�sticos orientales atribuyen el gran desierto, a la renuncia del Islam de la f�rtil Gran Madre. Los paganos occidentales tambi�n sostuvieron que si la madre era ofendida o descuidada, ella podr�a maldecir la tierra con la misma desesperada aridez que puede ser vista en el Desierto de Arabia y �frica del Norte.



Cristianismo y Homosexualidad

Como dijo Santo Tom�s de Aquino respecto a la prohibici�n de la prostituci�n, la represi�n del sexo y el odio a las mujeres de hecho dieron lugar a uno de los comportamientos exteriores m�s despreciados por el juda�smo y el cristianismo:

"Sodom�a", u homosexualidad.

En realidad, en muchos lugares en el mundo antiguo la homosexualidad no era considerada un pecado, y era practicada por una variedad de razones. El mundo cristiano, por supuesto, nunca ha estado desprovisto de la homosexualidad, y los primeros representantes cristianos fueron obligados a abordarla, como en la Ep�stola de Bernab�.

En Bernab�, el escritor explica las "Leyes de la Dieta - Laws of Diet", seg�n lo establecido por Mois�s, incluyendo las siguientes:

Entre otras cosas, [Mois�s] tambi�n dice, que se ha de comer de la liebre [Lev. 11:06], por lo cual quiere decir que no perviertan a los j�venes mancebos o ni�os peque�os, o no llegar a ser como aquellos que lo hacen, porque a la liebre le crece un fresco orificio en su parte posterior cada a�o, y tiene tantos de estos agujeros como a�os de vida.

Este p�rrafo es de hecho, esclarecedor en cuanto se descubre no s�lo que la perversi�n de j�venes mancebos era un problema para los cristianos, pero que tambi�n que a las liebres crec�an numerosos orificios en sus "posaderas" Tambi�n es interesante que esta "ley diet�tica" aparentemente no proh�be la perversi�n de los hombres mayores.

Eusebio relata un pasaje de la obra de padre cristiano Tatiano sobre el C�nico fil�sofo Crescente, quien le da una mayor comprensi�n al clima del d�a:

"Crescente, por ejemplo, quien hizo su guarida en la gran ciudad, fue m�s all� que todo el mundo en sus delitos contra los ni�os..."

El uso del t�rmino "todos" es curioso, ya que indica que el mismo escritor y sus compatriotas estaban incluidos en esta categor�a, en lugar de estar excluidos.

La afirmaci�n tambi�n parece expresar que este tipo de corrupci�n era com�n y socialmente aceptable, de manera que Crescente habr�a, evidentemente, siso odiado, no por su propia homosexualidad, sino por sus excesos.

Como se ha se�alado, los primeros cristianos ten�an algunos intrigantes ritos secretos de iniciaci�n, como lo evidencia el fragmento de una carta que pretende ser de Clemente de Alejandr�a a un Teodoro.

En esta carta, Clemente rechaza la secta gn�stica-cristiana de los carpocracianos y esboza escrituras secretas que, evidentemente, hab�an estado originalmente en el Evangelio de Marcos, cap�tulo 10, y conten�an,

"Una cuenta de la resurrecci�n de un joven hombre de entre los muertos, un rito de iniciaci�n, y un breve extracto de un encuentro entre Jes�s y tres mujeres."

En respuesta a las preguntas de Teodoro, Clemente se refiere al contenido de este "Evangelio Secreto de Marcos" de la siguiente manera:

Y entran en Betania. Entonces, una mujer cuyo hermano hab�a muerto all�, vino ella y se postr� ante Jes�s y le dice: "Hijo de David, ten misericordia de m�."

Pero los disc�pulos la reprendieron. Y Jes�s se enoj�, se fue con ella al jard�n donde estaba la tumba, y de inmediato, un gran grito se escuch� desde la tumba.

Y acerc�ndose, Jes�s removi� la piedra de la puerta de la tumba. Y enseguida fue donde estaba el joven y lo levant�, cogi�ndole la mano. Pero el joven, mirando sobre �l, lo am� y comenz� a suplicarle que le dejase estar con �l. Y saliendo de la tumba entraron a la casa del joven, ya que era rico.

Seis d�as despu�s, Jes�s le dijo qu� hacer y por la noche el joven se acerc� a �l, vestido con una tela de lino sobre su cuerpo desnudo. Y permaneci� con �l aquella noche, pues Jes�s le ense�� el misterio del Reino de Dios. Y por lo tanto, levant�ndose, regres� al otro lado del Jord�n.

En respuesta a las preguntas de Teodoro, m�s adelante Clemente relata:

Despu�s de estas palabras sigue el texto: "Y Santiago y Juan vienen a �l," y toda esa secci�n. Sin embargo, "hombre desnudo con hombre desnudo", y las otras cosas sobre las que usted escribi�, no son encontradas.

La sugerencia es, por supuesto, que Cristo y sus seguidores fueron acusados de incurrir en ritos homosexuales.

Como dice Akerley:

"En el evangelio secreto, Cristo aparece como un maestro y practicante de las pr�cticas ocultas prohibidas, con fuertes connotaciones er�ticas."

Sin embargo queremos interpretar estos datos, no ser�a falso afirmar que una cantidad mesurable de homosexualidad se fue detr�s de las puertas de los monasterios e iglesias desde el principio.

De hecho, teniendo en cuenta cu�nto �nfasis se le pone en el hombre en la religi�n patriarcal, tal como el cristianismo, en la que los monjes est�n "casados con la Iglesia" y son apasionados amantes de Cristo, es ir�nico que la homosexualidad sea abiertamente considerada un crimen terrible, con,

"Aquellos que tienen relaciones sexuales con varones" siendo vistos como "blasfemos" que no pueden entrar en el "reino de los cielos."

Debido a la viciosa mentalidad hacia la homosexualidad, que fue supuestamente originado de la �misma� Deidad, los homosexuales fueron impulsados a convertirse en monjes, con el fin de "purificarse" a s� mismos de sus abrumadores deseos "pecadores".

Este secuestro penitencial ha llenado los monasterios de homosexuales reprimidos tratando de contener sus impulsos, pero fallando con frecuencia, lo cual es comprensible teniendo en cuenta la tentaci�n alrededor.

En otras palabras, los monasterios han servido como "armarios comunes."

De hecho, esta pr�ctica era lo suficientemente com�n como para justificar la prohibici�n establecida en las Instrucciones Secretas de la Compa��a de Jes�s, es decir, los jesuitas:

Si dos de nosotros pec�semos carnalmente, el primero que confiese ser� conservado en la sociedad, y el otro ser� expulsado, pero el que sigue siendo permanente, tendr� despu�s tales mortificaciones y malos tratos, tristeza, y por su impaciencia, y si tenemos ocasi�n de expulsarlo, ser� necesario, porque el futuro de eso habr� de hacerse directamente.

La posici�n ortodoxa cristiana hacia la homosexualidad ha sido que es una tentaci�n seductora a ser resistida a toda costa, una actitud interesante, porque la homosexualidad, en verdad s�lo tienta a aquellos que inicialmente se inclinan por ello.

Adem�s, varios de los historiadores y conspiradores cristianos y tambi�n tuvieron serios problemas con el sexo y las mujeres, de modo que no ser�a descabellado sugerir que eran homosexuales, reprimidos, encerrados o, de otra manera, como la supuesta rica y secreta fraternidad de homosexuales de armario de hoy llamada "Gamma Mu".

Uno puede encontrar pistas sobre la homosexualidad dentro de su fraternidad cristiana dispersa aqu� y all� en los escritos de los primeros padres de la Iglesia primitiva, en los evangelios secretos y, al parecer en al menos un evangelio can�nico sin censurar, como se ha observado. En cualquier caso, se puede afirmar un 100% de certeza que hermandades mon�sticas han sido a menudo sitios de actividad homosexual.

Uno de los m�s notorios homosexuales cristianos de "closet" es, de hecho, el Rey Jacobo I, el patr�n de la Biblia del Rey Jacobo, que es tan altamente estimada por los cristianos evang�licos.

Como relata Otto Scott, el Rey Jacobo,

"Era un conocido homosexual que asesin� a sus j�venes amantes y victimiz� innumerables herejes y mujeres. Su crueldad era justificada por su "derecho divino" de los reyes. "

Carpenter, resume la actitud y la destrucci�n causada por la represi�n y la denigraci�n de la sexualidad, preguntando:

�C�mo fue que los Jud�os, bajo la influencia de Jos�as, y los profetas hebreos, le voltearon la cara al sexo y se opusieron en�rgicamente a los cultos Sirianos?

�C�mo fue que esta reacci�n se extendi� hasta el cristianismo y se hizo a�n m�s clara y definitiva en la Iglesia Cristiana - que los monjes iban por miles a los desiertos de la Tebaida, y que los primeros Padres y apologistas cristianos no pod�an encontrar t�rminos lo suficientemente podridos para lanzar a la mujer como s�mbolo (para ellos) nada menos que la corrupci�n sexual y el enga�o?

�C�mo fue que este desprecio del cuerpo y degradaci�n de los asuntos sexuales lleg� hasta muy adentro de la Edad Media de Europa, y finalmente cre� un sistema organizado de hipocres�a y ocultamiento y represi�n de los instintos sexuales, que, actuando como una cubierta para una vil prostituci�n comercial y como caldo de cultivo para horribles enfermedades haya durado incluso hasta el borde de la actualidad?

Y contin�a, contrastando esta patolog�a con el predecesor mundo pagano:

Cuando uno compara un sano ritual pagano - digamos de Apolo o de Dionisio - incluyendo sus rudos y crudos sacrificios, si usted quiere, pero tambi�n incluyendo su bondadosa espontaneidad y dedicaci�n incondicional a la vida com�n y al bienestar - con la morbosa introspecci�n de los cristianos y la eterna pregunta recurrente: "�Qu� puedo hacer para ser salvo?" - la comparaci�n no es favorable a estos �ltimos.



El juda�smo, el cristianismo y las drogas

Tambi�n detestable para los llamados moralistas es la noci�n del consumo de drogas "recreativas" o "espirituales", a pesar de que la historia de tal consumo de drogas data desde hace muchos miles de a�os, con numerosas culturas utilizando hierbas, plantas y hongos por una variedad de razones , incluyendo con fines medicinales y religiosos.

De hecho, las culturas han pose�do un sinn�mero de plantas sagradas, hierbas, hongos u otros ente�genos "drogas" que permiti� la adivinaci�n y la comuni�n. Dicha planta sagrada-medicamentos incluidos el misterioso "Soma", que fue personificado como un dios de ense�anza-en el texto indio Rig Vega, as� como Haoma, la versi�n persa de la planta maestra.


[N. del T. traducido del Wikipedia: Haoma es el nombre de una planta y su elemental en la Avesta , que juega un importante papel en la doctrina Zoroastriana y m�s adelante en la cultura y la mitolog�a griega. La forma del nombre en Persia Central es hum, que continua siendo el nombre en la lengua persa moderna as� como en otras lenguas persas a�n vivas. El sagrado Haoma tiene sus or�genes en la religi�n Indo-iran� y es el equivalente al soma v�dico. Para una relaci�n del Haoma al soma v�dico, v�ase la comparaci�n con el soma.]


El opio, el hach�s y el cannabis tambi�n tienen una larga historia de uso dentro del culto religioso y pr�cticas espirituales.

Por ejemplo, en unas tablillas sumerias que datan de alrededor de 5000 A. C. se hace referencia a una "planta de la alegr�a", que se cree que es la amapola, de donde se deriva el opio.

Los chinos registraron el uso del cannabis, c��amo o marihuana ya en el 3er milenio A. C., y el consumo de cannabis en la India comenz� al menos hace 4.000 a�os. Adem�s, los magos y "m�dicos" espiritual o "Terapeutas," eran vendedores ambulantes de drogas vendedores ambulantes y miembros de la red de fraternidad, en la cual las drogas eran utilizadas para iniciaciones y adivinaci�n. De hecho, ha habido much�simo consumo de drogas en el Levante y en el Medio Oriente, incluyendo los pueblos b�blicos:

Aunque algunos historiadores se muestran reacios a atribuir el uso de drogas a los pueblos semitas, el Antiguo Testamento est� lleno de referencias al cultivo y la administraci�n de hierbas medicinales.


Hay, por ejemplo, un provocativo inventario de plantas favorecidas en el Cantar de los Cantares del Antiguo Testamento (4:1314) ... Si bien muchas de las aparentes referencias a las drogas en el Antiguo Testamento permanecen abierta al cuestionamiento, no hay duda de que un incidente registrado en el G�nesis se refiere a la embriaguez de No� con alcohol.

El alcohol, por supuesto, es una potente droga, pero no est� mal visto en el cristianismo, ya que es verdaderamente narcotizante y estupefaciente, mientras que los ente�genos, entre ellos el "hongo m�gico", tienen la capacidad de incrementar la conciencia y la agudeza.

De hecho, ha habido muchos cultos de setas, remont�ndose por lo menos hasta Sumeria, y, de acuerdo con Allegro, por ejemplo, gran parte de la literatura sagrada del mundo incorpora el hongo de una manera esot�rica. De hecho, ha sido postulado que el b�blico "man� del cielo" en realidad se refiere a un hongo psicod�lico, una noci�n que implica que Mois�s y su equipo estuvieron en un muy largo y extra�o viaje en sus 40 a�os de vagar por el desierto y viviendo del man� .

Independientemente de si el man� es el hongo m�gico, los cultos de hongos han sido reales e influyentes de la historia.

Por otra parte, Maxwell sostiene que los sacerdotes de Israel eran conocidos de utilizar hongos:

Muchas personas no saben que este tipo de ingesta de setas alucin�genas, por parte del sumo sacerdote de Israel era, en realidad, una parte muy integral de la antigua teolog�a hebrea y la antigua tradici�n hebrea ... [es] todav�a utilizado hoy en el Medio Oriente.

De hecho, el sumo sacerdote de Israel llevaba un tocado de setas, al igual que los funcionarios de la Iglesia Ortodoxa Oriental hasta este d�a, lo que refleja la veneraci�n esot�rica de este hongo sagrado.

Por lo tanto, el consumo de drogas no termina con el advenimiento del cristianismo. Al igual que el tocado Ortodoxa Oriental, la arquitectura universal de las c�pulas, es tambi�n un reflejo del culto de hongos. Adem�s, en una iglesia en ruinas en Plaincourault, Francia, hay un fresco cristiano que data del siglo 13 que representa el �rbol del conocimiento del Ed�n como un tronco con hongos Amanita muscaria ramific�ndose de �l.

Adem�s, el uso de drogas era rampante en toda la Europa cristiana, e incluso el Papa Le�n XIII utiliz� una "mezcla de hoja de coca y vino tinto."

Como dicen Baigent y Leigh:

... hay poca disputa hoy en d�a que las drogas - psicod�licas y de otro tipo - fueron utilizadas por lo menos en cierta medida entre las religiones, cultos, sectas y escuelas de misterios del antiguo Oriente Medio - y lo siguen siendo, en todo el mundo . Ciertamente no es inconcebible que dichas sustancias eran conocidas, y tal vez empleadas por el juda�smo del siglo primero y el cristianismo primitivo.

De hecho, la sugerencia de Allegro de que "Jes�s" era un dios de hongos no es inveros�mil, teniendo en cuenta cu�n extendido era el culto pre-cristiano de Jes�s/culto a la salvaci�n y c�mo otras culturas representan su ente�genos en particular como "maestros" y "dioses".

Sin embargo, esta identificaci�n de las setas representar�a s�lo un aspecto del mito de Jes�s y la conspiraci�n de Cristo, que, como hemos visto, incorporaba virtualmente todo lo que estaba a la mano, incluyendo el sexo y las drogas, muy percibido en las culturas pre-yahvistas, pre-cristianas como siendo "divinas."