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del�Sitio Web�Ancient-Origins
traducci�n de
Adela Kaufmann � � � � "Dedos de los pies" visto en la base de la extra�a estructura de roca encontrada en la expedici�n. � � � Despu�s de�construir la confianza�con un pueblo Shuar local, regresamos una vez m�s para explorar las Cuevas de Los Tayos en Ecuador. � Mientras la b�squeda de las entradas ocultas de las cuevas contin�a, nuestra reciente expedici�n tambi�n demostr� que los secretos del �rea pueden ir m�s all� de las cuevas y los cuentos del�Padre Crespi�y sus misteriosos tesoros. � � � � D�a uno� El viaje al pueblo donde�vive�Luis,�nuestro anfitri�n,�cerca del�r�o Pastaza�no es f�cil, pero seguro que es emocionante para quienes anhelan la aventura que acompa�a a las pendientes empinadas y resbaladizas, un "puente de peligro" (un delgado tronco de �rbol y otra pieza de madera colocada a su lado) y afloramientos de rocas dentadas en la selva amaz�nica. � Nuestro peque�o grupo estaba compuesto por los miembros John�y�Alicia, y los entusiastas de la arqueolog�a y los miembros de AO Premium�Wendi�and�Scott. � Llegamos al pueblo con algunos golpes y hematomas, pero en total listos para comenzar la b�squeda de entradas a las cuevas y cualquier otra cosa que pueda surgir. � �
Scott, John y Wendi
Hacen una pausa en su senderismo para tomar una foto en la selva.� La comunidad nos recibi� calurosamente y se alegramos de tener nuevos visitantes. � Mientras preparamos nuestras habitaciones simples, nos proporcionaron un poco de papaya de su jard�n.�Conversamos durante la cena sobre los hu�spedes anteriores y futuros antes de dirigirnos al r�o para observar las estrellas.� � A medida que la niebla avanzaba, regresamos a la oscura casa de hu�spedes, donde una fr�a ducha de cubo esperaba a aquellos que sent�an que la humedad ya estaba teniendo su efecto. � �
Parte de la jungla no lejos del pueblo. � �
Pronto nos enteramos de que no �ramos los �nicos seres en ese
alojamiento: los murci�lagos y una serpiente se hicieron famosos esa
noche y en los d�as siguientes.
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Ejemplos de dos de las criaturas m�s benignas nos encontramos en nuestra expedici�n. � � �
� A las 8:30 a.m. salimos con un resorte en nuestro paso.�Desafortunadamente, poco despu�s de haber pasado por algunos senderos delgados fuimos atacados por avispas poderosas que pod�an perforar nuestra ropa y aferrarse incluso cuando tratamos de sacudirlas y aplastarlas. � Esa experiencia nos dej� a la mayor�a de nosotros con grandes ronchas rojas para el resto de la expedici�n.��No �bamos a dejar que esa desafortunada experiencia nos detuviera! � Nuestra primera parada planificada fue visitar una de las entradas de la cueva encontrada durante la �ltima expedici�n. � Despu�s de repeler, John nos inform� que era intransitable una vez dentro.� � �
� Cuando hab�amos conquistado el barro resbaladizo en el camino, nos encontramos con una serie interminable de murci�lagos y p�jaros enojados.�Por suerte para nosotros, ellos solo se abalanzaron y se cruzaron en nuestro camino. � El chirrido de los animales angustiados puede dar alguna explicaci�n de por qu� los�shuar�cre�an que los esp�ritus se pod�an encontrar dentro de la cueva y que no continuar�an buscando esos t�neles despu�s de cierto punto.
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Scott desafi� los acantilados y entr� en lo que pronto llamamos "el
sendero de Scott", una peque�a �rea que estaba cerca del techo de la
cueva e implic� un trabajo de pies muy cuidadoso para cruzar rocas
irregulares.
� No se encontraron tesoros ni rastros dentro. � Sin embargo, s� encontramos evidencia de posibles herramientas de piedra entre un conjunto de rocas negras y suaves.�Aparte de esto, notamos una extra�a sustancia blanca con gotitas de oro en algunas piezas de objetos similares a ramitas. � Desde una roca negra y una agrupaci�n de sustancia blanca encontramos el esqueleto de un p�jaro.
y una de las rocas negras y suaves encontradas en una de las cuevas.
con uno de los posibles raspadores de piedra.
de la sustancia blanca y objetos parecidos a ramas. � Al salir, otra sorpresa estaba esperando a ser encontrada: una serpiente se asom� a nosotros desde una grieta justo detr�s de donde entramos cautelosamente a las fr�as aguas. �
La
serpiente nos dej�, y nos apresuramos hacia el final de esa secci�n. �
en el agua en una de las cuevas.
� John escal� las rocas resbaladizas y se puso a inspeccionar las cosas a medida que mostr�bamos una luz desde otro lado para ver si era una habitaci�n real o solo un pasaje corto. � Se vio la luz y John se prepar� para hacer su descenso ... solo para descubrir que de la forma en que hab�a subido no era tan f�cil de bajar.
� Cuando la cornisa rocosa donde estaba parado se separ�, Scott cay� de espaldas en el medio del pasillo. �
�Esta fue probablemente la �nica vez que estuvo feliz de llevar la
mochila grande y acolchada! �
y Scott tomando un merecido descanso de las cuevas.
� Fuimos recompensados por nuestra curiosidad con una estructura de roca misteriosa que corr�a a lo largo de una gran secci�n de tierra cerca del r�o. � Sin embargo, tuvimos que dejarlo atr�s por lo menos una noche, como a las 6:00 pm y por la r�pida oscuridad que se avecinaba estaba en camino. � �
Vista general y detalle de la gran estructura de roca que nos encontramos en la expedici�n. � � �
� All� buscamos el �rea frente a las rocas y notamos la aparici�n de "dedos de los pies" al pie de la estructura. � Pero las rocas no pod�an ser nuestro enfoque ese d�a y despu�s de un r�pido reconocimiento de la zona continuamos buscando entradas a las cuevas. �
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� Mientras algunos de nosotros nos refresc�bamos en el agua fr�a, Wendi se dirigi� hacia una "pared de roca" m�s peque�a y explor� el �rea cercana.� �
Encontr� una posible entrada a la cueva bajo algunos �rboles y llam�
al resto del equipo para investigar.
cerca de las aguas m�s tranquilas del r�o.
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Sin
embargo, el calor del sol y los factores de estr�s f�sicos
comenzaron a pasar factura al equipo y tuvimos que regresar al
campamento un poco m�s temprano ese d�a.
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� Sin embargo, no pudimos encontrar ninguna entrada que pudi�ramos atravesar ni ning�n material arqueol�gico claro que sugiriera su prop�sito o creaci�n. � Por lo tanto, el equipo se dividi� en dos grupos y se abri� paso entre la maleza para trepar por la aparente "pared" de rocas gigantes, pero a�n no encontramos ninguna entrada o evidencia concreta de que las piedras grandes se hubieran colocado intencionalmente. � Sin otras herramientas, no pudimos ver m�s all� o debajo de las piedras grandes. �
Entonces, sus or�genes siguen siendo inciertos. �
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Fotos de la extra�a estructura rocosa.
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El
r�o hab�a subido bastante en los �ltimos d�as y vimos claras se�ales
de la inminente temporada de lluvias.�El equipo subi� y cort�
nuestro camino a trav�s de la maleza hacia la roca blanca que estaba
muy por encima del r�o.� � Subimos una empinada ladera de roca con mano natural y puntos de apoyo y encontramos otra serie de entradas. �
Desafortunadamente, todas las aperturas resultaron ser impenetrables
y una roca afilada dentro proporcion� un corte profundo en la mano
de un miembro del equipo.
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Regresamos a nuestro alojamiento donde nos arreglamos m�s
minuciosamente con los botiquines e intentamos descansar nuestros
cuerpos doloridos sobre las camas ligeramente acolchadas.� � � � �
D�a Cinco - Salida � Nuestra partida a�Cuenca�estaba prevista para las 7:30 a.m. y, a pesar del aumento de las nubes y las frecuentes lluvias, nos despedimos de la aldea.� �
Algunos de nuestros anfitriones tuvieron la amabilidad de
acompa�arnos y ayudarnos mientras avanz�bamos lentamente por la
empinada colina, a trav�s del barro, m�s all� del (ahora
resbaladizo) "puente de peligro", y avanz�bamos a trav�s de la
lluvia hacia la carretera.
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Envolviendo una expedici�n
� �Qu� secretos�tiene todav�a esta fascinante regi�n y cu�ndo ser�n revelados?�Nuestro tiempo en la aldea y cuevas de Los Tayos fue una experiencia que nadie olvidar�. � Las siguientes son reflexiones escritas por Wendi y Scott sobre lo que se llevaron de esta expedici�n. �
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