El 13 de diciembre de 2022, la gran mayoría de los medios de comunicación se hicieron eco de una conferencia de prensa, convocada por investigadores del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, en Estados Unidos. Allí, los investigadores anunciaron que, por primera vez, se había llevado a cabo un experimento de fusión nuclear con balance de energía positivo.
A diferencia de la mayoría de los textos periodísticos que pregonaron el anuncio: “El experimento es un gran paso en la búsqueda de liberar una fuente infinita de energía limpia” (CNN Brasil); “Fusión nuclear: cómo los científicos lograron el ‘Santo Grial’ de la energía limpia” (BBC News Brasil); incluidas aquí las principales revistas científicas del mundo, «Con una explosión histórica, un gran avance en la fusión buscado» (Science) y «Laboratorio de fusión nuclear logra la ‘ignición’: ¿qué significa?» (Nature), preferí cuestionar la hazaña, en dos textos: uno para la revista Questão de Ciência y otro para Estadão.
Vuelvo ahora al tema porque, después de más de seis meses del anuncio, todavía no hay ningún artículo técnico sobre el experimento. A finales del año pasado intercambié correos electrónicos con Annie Kritcher, la ingeniera nuclear responsable del proyecto de fusión y elegida como una de las 100 personas más influyentes del mundo por la revista Time. En esa correspondencia, me dijo que los resultados anunciados aún no se habían publicado formalmente –fueron dados a conocer en una conferencia– y me dio una lista de artículos que no estaban directamente relacionados con la hazaña.
Hace unos días, le escribí a Kritcher nuevamente, preguntándole por qué no habían publicado un artículo todavía y por qué habían ido primero a la prensa antes de validar sus resultados en una publicación revisada por pares. En respuesta a mi mensaje, Kritcher dice:
“El anuncio se hizo antes de una publicación por el amplio conocimiento del resultado tras el experimento. Nuestro laboratorio quería abordar el resultado de manera oportuna. Estamos trabajando en una serie de documentos técnicos sobre el experimento del 5 de diciembre de 2022 y nos estamos preparando para enviarlos en los próximos meses a la revista PRL [Physical Review Letters]. El artículo adjunto es un documento de diseño técnico sobre el resultado anterior N210808. Estamos muy interesados en publicar, pero el proceso de publicación científica puede llevar muchos meses”.
Tengo algunas ideas sobre esta respuesta. No estoy de acuerdo con que haya “amplio conocimiento del resultado” porque ni siquiera hubo un resultado. Para hacerme eco de Carl Sagan, a quien cité en el momento del anuncio, las afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias. Decir a la prensa que un experimento fue exitoso es muy diferente a convencer a otros expertos en el tema y publicar un artículo detallado que describa el proceso. Mientras no haya un documento que haya pasado el escrutinio de pares, no hay resultado.
Normalmente, cuando el resultado de una investigación científica se presenta en un congreso es porque ya ha sido publicado en alguna parte (al menos, en física ese es el caso). Aunque no se publica en una revista, el resultado aparece al menos en un preprint (publicación preliminar), que ya ha sido enviado a un medio especializado. Por eso, decir que, más de seis meses después del anuncio, el grupo de Lawrence Livermore se prepara para presentarse a la PRL resulta extraño. Vuelvo a recordar el anuncio a la prensa de la detección de ondas gravitacionales (tema que otorgó el Premio Nobel 2017 a Rainer Weiss, Barry C. Barish y Kip Thorn, de la colaboración LIGO/VIRGO), realizado el 11 de febrero de 2016. Para esa fecha, ya había un artículo técnico en la PRL.
No se pretende aquí, de ninguna manera, cuestionar la reputación o la buena fe de los investigadores involucrados en el anuncio, pero la carga de la prueba siempre recae sobre quien afirma que se produjo un fenómeno. Demostrar que se ha logrado la fusión nuclear, como se anuncia, requiere una cuidadosa verificación por pares y la publicación de un artículo. Afirmar, por tanto, que el resultado fue divulgado “oportunamente” en una rueda de prensa, plagada de declaraciones de políticos, sugiere quizás que la “oportunidad” que se avecinaba no era precisamente científica.
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