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William-Adolphe Bouguereau

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William Bouguereau

Autorretrato, 1879.
Información personal
Nombre de nacimiento William-Adolphe Bouguereau
Nacimiento 30 de noviembre de 1825
La Rochelle, Reino de Francia
Fallecimiento 19 de agosto de 1905 (79 años)
La Rochelle, Francia
Sepultura Cementerio de Montparnasse Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Francés
Lengua materna Francés Ver y modificar los datos en Wikidata
Familia
Cónyuge
Pareja Marie-Nelly Monchablon (1856-1866) Ver y modificar los datos en Wikidata
Educación
Educado en
Alumno de François-Édouard Picot Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Área Pintor
Cargos ocupados Presidente de Fondation Taylor (1885-1905) Ver y modificar los datos en Wikidata
Empleador Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de París Ver y modificar los datos en Wikidata
Alumnos Pierre Auguste Cot, Elizabeth Jane Gardner, Raphaël Collin, Paul Émile Chabas, Clémentine Hélène Dufau, Lucien Simon, Henri Biva, Louis-Marie Désiré-Lucas, Émile-René Ménard, Émile Jourdan, Charles-Amable Lenoir, William Barbotin, Étienne Dinet, Lionel Royer, Robert Henri, William Brymner, Anna Bilińska-Bohdanowicz, Guillaume Seignac y Maria Gażycz Ver y modificar los datos en Wikidata
Movimiento Academicismo y Escuela de Pont-Aven Ver y modificar los datos en Wikidata
Géneros Retrato, pintura de personaje y pintura mitológica Ver y modificar los datos en Wikidata
Obras notables
Miembro de Academia de Bellas Artes (desde 1876) Ver y modificar los datos en Wikidata
Distinciones Primer Premio de Roma (1850), Gran Oficial de la Legión de Honor.
Firma

William-Adolphe Bouguereau (La Rochelle, 30 de noviembre de 1825-La Rochelle, 19 de agosto de 1905) fue un pintor francés, uno de los principales exponentes del academicismo. Alumno de François Édouard Picot en París con 21 años y pensionado en la Villa Médici romana con 25. Hombre fuerte del academicismo francés, primer presidente del departamento de pintura de la Sociedad de Artistas Franceses y gran favorito de la clase adinerada de su época.[1]

En sus pinturas de género realista, utilizó temas mitológicos, haciendo interpretaciones modernas de temas clásicos, con énfasis en el cuerpo humano femenino.[2]​ A lo largo de su vida, gozó de gran popularidad en Francia y Estados Unidos, recibió numerosas distinciones oficiales y obtuvo elevados precios por sus obras.[a][3]​ Como el pintor de salón por excelencia de su generación, fue denostado por la vanguardia impresionista.[3]​ A principios del siglo XX, Bouguereau y su arte perdieron popularidad entre el público, debido en parte a la evolución de los gustos.[3]​ En la década de 1980, un resurgimiento del interés por la pintura de figuras llevó a redescubrir a Bouguereau y su obra.[3]​ Vivió 80 años y terminó 822 cuadros conocidos, pero aún se desconoce el paradero de muchos de ellos.[4]

Ilustres admiradores suyos fueron, por ejemplo, Napoleón III y el pianista y compositor romántico Chopin. Otros grandes artistas contemporáneos como Gauguin, Cézanne o Van Gogh lo aborrecieron o ignoraron.

Biografía

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Bouguereau nació en 1825 en La Rochelle en la costa oeste de Francia, en la región de Poitou-Charentes. Hijo de Théodore Bouguereau, de origen inglés, y Marie Marguérite Bonnin, Adolphe-William fue el segundo de los cuatro hijos de una familia de orientación calvinista, sin embargo a la edad de cinco años fue bautizado en la fe católica. Su padre tenía una modesta vinatería suficiente para mantener un nivel pequeño-burgués.

En 1832 la familia se mudó a Saint-Martin, en la isla de con la intención de abrir un nuevo negocio que no llegaría a prosperar. William, inicialmente inscrito en la escuela local, donde al parecer solía llenar de dibujos sus libros y cuadernos, fue enviado a vivir con su tío Eugène,[b]​ de 27 años, joven cura en la iglesia de Saint-Étienne en Mortagne sur Gironde, y que posiblemente estimuló su sensibilidad e inquietudes artísticas.

En 1839, Eugène decidió enviar a su sobrino a la escuela de Pons a estudiar arte clásico, religión e historia antigua, entre otras materias. Más tarde, con 16 años, Bouguereau tomó clases de dibujo con Louis Sage, discípulo de Ingres.

Dante y Virgilio en el infierno (1850).

En 1841, la familia volvió a reunirse para trasladarse a Burdeos, donde el incipiente pintor tuvo que hacerse cargo de la contabilidad del nuevo negocio familiar, un comercio de aceite de oliva, y llevar la contabilidad de un taller vecino. A condición de que no descuidara sus obligaciones y no se convirtiera en 'artista', su padre finalmente lo dejó inscribirse en la escuela municipal de arte, donde fue admitido en las clases avanzadas de Jean-Paul Alaux, dos horas diarias. Sus grandes aptitudes le permitieron entrar en la prestigiosa École des Beaux-Arts de París, a pesar de la inicial oposición paterna y gracias al apoyo de su tío, cuya ayuda le permitió pasar tres meses en Mortagne pintando retratos de personalidades de Saintonge, y ahorrar 900 francos. Gracias a una carta de recomendación de Alaux, obtuvo empleo en el estudio de pintura de Picot en París, donde, según su propio testimonio, trabajó como un esclavo sin apenas tiempo para dormir. Finalmente, en el mes de abril de 1846, William fue aceptado en la École des Beaux-Arts. En 1850 ganó el Grand Prix de Rome y con ello una beca para estudiar en Roma.

Los ganadores del Grand Prix eran enviados a la Villa Médici. Durante tres años y cuatro meses viajó por Italia pintando copias de obras maestras. De vuelta en París, consiguió una segunda medalla en el Salón de 1854. Su popularidad y prestigio académicos crecieron rápidamente. En 1857 el emperador Napoleón III le encargó un retrato de sí mismo y de la emperatriz, así como la pintura histórica Napoléon III visitando las inundaciones de Tarascon.

El 8 de enero de 1876, Bouguereau fue elegido miembro de la Academia francesa de Bellas Artes. En 1881 el gobierno francés entregó el control administrativo del Salón a los artistas, como resultado de ello se fundó la Sociedad de Artistas Franceses y Bouguereau fue elegido el primer presidente del capítulo de pintura.

En 1903 fue nombrado "Gran Oficial" de la Legión de Honor y se le invitó a participar en la conmemoración del centenario de la Villa Médici. En esa época recibía invitaciones de toda Europa, que a petición del pintor su esposa Elizabeth rechazaba sistemáticamente para poder atenderle: a finales de 1903 su precaria salud ya le impedía escribir o pintar. Murió de un problema cardíaco, en su casa de La Rochelle, la noche del 19 de agosto de 1905.

Bouguerau estuvo casado en segundas nupcias con otra artista, Elizabeth Jane Gardner, cuya influencia permitió que las instituciones de arte francesas se abrieran por primera vez a las mujeres que pintaban realismo burgués. En compensación, las obras de Bouguereau fueron muy apreciadas y económicamente valoradas por la alta burguesía de los Estados Unidos, país de origen de su esposa.

Estilo

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El nacimiento de Venus (1879).

El analista y crítico de arte inglés Ian Chilvers,[5]​ define a Bouguereau como pintor de «retratos de aspecto fotográfico, obras religiosas hábiles y sentimentales y desnudos tímidamente eróticos»,[6]​ como un bello prototipo del dominio de las técnicas pictóricas academicistas y de las claves sociales de la hipocresía burguesa.[c]

Pintor de indudables dotes e influencia social mientras vivió, Bouguereau fue —como explican Edward Lucie-Smith y Stephen F. Eisenman en sendos estudios de la historia crítica de la pintura del siglo XX— uno de los más hábiles artistas de su época a la hora de pintar lo que el burgués quería mirar: mujeres hermosas y rotundas, tiernas adolescentes, niñas pobres encantadoras y muy limpias.[7]​ Concluye Eisenman, que contemplando sus cuadros, el burgués más ignorante entendía la fastuosidad de la mitología clásica y llegaba a la tranquilizadora conclusión de que la vida del campesino es el jardín del Edén.[8]

De carácter beligerante desde niño y soberbio desde sus primeros éxitos oficiales —según relatan sus biógrafos—, Bouguereau se convirtió en un enemigo temible y despiadado con todo aquel que no viese y reconociese su esfuerzo artístico con la referida 'mirada burguesa neutra'.[9]Cezanne lamentó en cierta ocasión haber sido excluido del «Salón de Monsieur Bouguereau» (refiriéndose a la anual convocatoria de la Academia).[6]

Chilvers, en su Diccionario de arte, citando al escritor francés J.-K. Huysmans, concluye sobre Bouguereau: «condenado durante años como maestro en la jerarquía de la mediocridad y enemigo de todas las ideas progresistas», recuperó en el último tercio del siglo XX cierto prestigio, respaldado por la edición lujosa de su obra y los altos precios alcanzados en las subastas.[6][d]

Obras de Bouguereau en España

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La presencia de pinturas del artista en museos españoles parece limitarse a tres ejemplos: un desnudo femenino (Bañista) en el Teatro-Museo Dalí de Figueras[10]​, la escena de interior El voto en Sainte-Anne d'Auray (c. 1870) del Museo de Bellas Artes de Bilbao, adquirida en 2023 con fondos del legado de una benefactora, Begoña María Azkue[11]​, y Bacante (h. 1890) en el Museu Abelló de Mollet del Vallès (Barcelona).

Reputación

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El primer beso (1890)

En su propia época, Bouguereau era considerado uno de los mejores pintores del mundo por la comunidad artística académica y, al mismo tiempo, era vilipendiado por la vanguardia. También adquirió gran fama en Bélgica, Países Bajos, Portugal, España, Italia, Rumanía y Estados Unidos, y su obra alcanzó precios elevados.[12]​ A menudo sus obras se vendían a los pocos días de terminarlas. Algunas eran vistas por coleccionistas internacionales y compradas incluso antes de que la obra estuviera terminada.[13]

La carrera de Bouguereau fue casi un ascenso directo sin apenas contratiempos.[14]​ Para muchos, era la personificación del gusto y el refinamiento, y del respeto por la tradición. Para otros, era un técnico competente anclado en el pasado. Degas y sus colaboradores utilizaban el término «Bouguereauté» de forma despectiva para describir cualquier estilo artístico basado en «superficies resbaladizas y artificiales»,[14]​ también conocido como acabado «lamido» (esto es, uno donde las pinceladas son invisibles). En una carta de 1872, Degas escribió que se esforzaba por emular el estilo de trabajo ordenado y productivo de Bouguereau, aunque teniendo en cuenta el famoso ingenio mordaz de Degas y las tendencias estéticas de los impresionistas, es posible que esta afirmación pretendiera ser irónica.[12]Paul Gauguin le detestaba, calificándole con un cero absoluto en su ensayo Racontars de Rapin (Relatos de un aficionado) y describiendo más tarde en Avant et après (Diarios íntimos) que la única ocasión en que Bouguereau le hizo sonreír fue al toparse con un par de sus cuadros en un burdel de Arles, «donde pertenecían».[15][16]

Las obras de Bouguereau eran compradas con avidez por millonarios estadounidenses que le consideraban el artista francés más importante de la época.[12]​ Por ejemplo, Ninfas y sátiro fue adquirida primero por John Wolfe, y luego vendida por su heredera Catharine Lorillard Wolfe al hotelero Edward Stokes, que la expuso en el Hoffman House Hotel de Nueva York.[17]​ Dos cuadros de Bouguereau que se encontraban en la mansión de Leland Stanford en Nob Hill fueron destruidos en el terremoto de San Francisco de 1906. El magnate de la fiebre del oro James Ben Ali Haggin y su familia, que normalmente no compraban desnudos, hicieron una excepción con el Ninfeo de Bouguereau.

Sin embargo, incluso en vida del pintor, hubo discrepancias críticas a la hora de valorar su obra. El historiador del arte Richard Muther escribió en 1894 que Bouguereau era un hombre «desprovisto de sentimiento artístico, pero poseedor de un gusto culto [que] revela... en su débil empalago, la fatal decadencia de las viejas escuelas de convención». En 1926, el historiador del arte estadounidense Frank Jewett Mather criticó la intención comercial de la obra de Bouguereau, escribiendo que el artista «multiplicó vagas y rosadas efigies de ninfas, les puso algo encima ocasionalmente, cuando se convirtieron en santas y madonnas, pintó a la gran escala que domina una exposición, y ha tenido su recompensa. Estoy convencido de que el desnudo de Bouguereau estaba predispuesto a satisfacer los ideales de un corredor de bolsa neoyorquino de la generación del nogal negro». Bouguereau admitió en 1891 que la orientación de su obra de madurez era en gran medida una respuesta al mercado: «Qué esperabas, hay que seguir el gusto del público, y el público solo compra lo que le gusta. Por eso, con el tiempo, cambié mi manera de pintar».[18]

Galería

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Véase también

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Notas

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  1. Los principales reconocimientos, cargos y premios que Bouguereau recibió en vida fueron: Caballero de la Legión de Honor (1857), miembro de la Real Academia de las Bellas Artes de Ámsterdam (1866), miembro del Instituto de Francia, Oficial de la Legión de Honor (1876), presidente de la Sociedad de Artistas franceses (1881), presidente de la Asociación de Artistas fundada por el barón Taylor (1883), profesor en la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de París (1888), miembro de la Real Academia de Bellas Artes de Amberes, comendador de la Orden de Isabel la Católica (1889), miembro asociado de la Real Academia de las Ciencias, las Letras y las Bellas Artes de Bélgica (1890), comandante de la Orden de Leopoldo II de Bélgica (1895), Gran Oficial de la Legión de Honor (1903).
  2. Algunos biógrafos refieren que no fueron los apuros económicos, sino la mala relación que había entre los hermanos lo que llevó a sus padres a colocarlos en casa de diferentes familiares.
  3. "Considerado el artista arquetipo de la lascivia del siglo XIX, aunque desde el punto de vista erótico no es el más interesante de los pintores del Salon parisino. Lo que vemos en él es una continuación del barroco sin la franqueza o el deseo de un Rubens. Ninfas y un sátiro es una muestra de su estilo, en el cual el manejo de las formas quita energía a lo que se está mostrando. En Bouguereau, como en Greuze hay una perturbadora combinación de malicia e inocencia....". Lucie-Smith, Edward: La sexualidad en el arte occidental. Ed. Destino, Barcelona, 1992; pp. 121-133. ISBN 84-233-2180-0
  4. Un reconocimiento no compartido por los expertos. Ni siquiera por Pierre Francastel, uno de los profesores del arte más chauvinistas, quien, en su Historia de la Pintura Francesa apenas le dedica diez líneas. (Francastel, Pierre: Historia de la Pintura Francesa. Alianza Editorial, Madrid, 1970. pp. 408).

Referencias

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  1. Francastel, Pierre (1970). Historia de la Pintura Francesa. Madrid: Alianza Editorial. p. 408. 
  2. Wissman, Fronia E. (1996). Bouguereau. San Francisco: Pomegranate Artbooks. p. 10. ISBN 978-0876545829. 
  3. a b c d Glueck, Grace (6 de enero de 1985). «To Bouguereau, Art Was Strictly 'The Beautiful'». The New York Times. Consultado el 27 de enero de 2013. 
  4. Ross, Fred. «William Bouguereau: Genius Reclaimed». Art Renewal. Archivado desde el original el 18 de septiembre de 2015. Consultado el 27 de enero de 2013. 
  5. (2004). Diccionario Oxford de Arte. Oxford University Press. p. 96. ISBN 9780198604761. Consultado el 11 de abril de 2016. 
  6. a b c Ian Chilvers, Diccionario del arte, p. 138.
  7. En ocasiones, en actitudes o posturas 'intrigantes' o 'sugerentes' y dentro de una iconografía religiosa con doble sentido. Lucie-Smith (1992), p. 121.
  8. Eisenman, Stephen F. (2001). Historia crítica del arte. Thomas E. Crow. Madrid: Akal. pp. 257 y 309. ISBN 84-460-1055-0. Consultado el 11 de abril de 2016. 
  9. Molina Foix, Vicente (2015). «Descalabro y lascivia en la Academia». Revista D Libros (Colegio Libre de Eméritos) (10 de abril). Archivado desde el original el 24 de abril de 2016. Consultado el 11 de abril de 2016. 
  10. [1]
  11. [2]
  12. a b c Wissman 1996, p. 103.
  13. Bartoli, Damien and Ross, Frederick C. William Bouguereau: His Life and Works, 2010.
  14. a b Wissman 1996, p. 9.
  15. Bertrand, Anne (2 de febrero de 1995). «Gauguin le rapin: ""Racontars de rapin, suivi de Art de Papou & chant de Rossignoou"" et ""La lutte pour les peintres""». liberation.fr (en francés). Libération. 
  16. Intimate Journals, p. 174, en Google Libros
  17. Jacolbe, Jessica (12 de marzo de 2019). «The painting that changed New York». JSTOR. 
  18. Jensen, Robert (1996). Marketing Modernism in Fin-de-siècle Europe. ISBN 0691029261. 


Bibliografía

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Enlaces externos

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