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Empresa tecnológica

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Los logotipos de algunas de las principales marcas tecnológicas.

Una empresa de base tecnológica (EBT) es aquella entidad mercantil que basa su actividad en las aplicaciones de las nuevas tecnologías y/o las ciencias aplicadas para la generación o perfeccionamiento de productos, procesos o servicios.[1]​ En la jerga popular y periodística también se conocen como empresas tecnológicas o sencillamente tecnológicas.[2]​ En el caso de las ciencias aplicadas, muchas veces este tipo de empresas surge de las universidades y organismos públicos de I+D, en cuyo caso se denominan generalmente spin-off.[1]

Descripción

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Sede de IGT en Reno, Estados Unidos. Muchas EBT comparten un diseño similar de sus oficinas.

Definición académica

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No hay una única definición de lo que es una empresa de base tecnológica.[3]​ Según la aceptación de la Escuela de Organización Industrial, se trata generalmente de aquella en la que el dominio de la tecnología es el elemento básico de la estrategia.[3]​ La definición de lo que constituye una EBT es importante en el contexto de financiación y apoyo de las autoridades y entidades públicas, ya que en muchos casos la supervivencia de una nueva EBT depende de distintas subvenciones. Por otro lado, en el caso de los fondos de inversión privados, y sobre todo los inversores ángeles, su apoyo financiero no depende necesariamente de una definición concreta.

Según el CPAN, el más estricto sentido del término (empleado en el mundo académico) sugiere que una empresa de base tecnológica se plantea como una nueva vía para la transferencia y comercialización de los resultados de investigación, aporta beneficios tanto a los investigadores que la plantean como a la sociedad en general,[1]​ y que debe en todo caso tener las siguientes características: una fuerte base tecnológica, alta carga de innovación, productos o servicios nuevos en el mercado e interacción con profesorado o alumnos de doctorado.

Acepción común

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El espacio interior de las tecnológicas de internet suele ser diáfano y contar con las últimas tecnologías.

El mundo de la empresa, sin embargo (y la acepción más común en general), ofrece un punto de vista más amplio, refiriéndose a cualquier empresa cuyos principales productos o servicios son de base tecnológica. Esta interpretación incluye a las multinacionales de la informática y las telecomunicaciones, como Apple, Microsoft, Intel o Huawei; los fabricantes de productos tecnológicos, como la automatización de procesos, vehículos autónomos, robótica, domótica y similares; y empresas dedicadas al desarrollo de software, SaaS, plataformas de comercio electrónico, o aplicaciones web y móviles; entre otras. Muchas veces, también las empresas que ofrecen servicios basados en estos productos, como los proveedores de internet y de seguridad informática y las agencias digitales, se incluyen en esta definición.

La cantidad de empresas tecnológicas en el mercado actual, como también la seguridad económica que ofrecen a sus empleados, son el principal motivo por el alto interés de los jóvenes por carreras universitarias en los campos de la informática, la ingeniería y las ciencias.

Startup

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El término startup en español suele referirse a cualquier empresa emergente; sin embargo, en la jerga popular y profesional hace referencia a las empresas de base tecnológica, muchas veces de pequeño tamaño, normalmente de nueva creación, aunque no siempre (existen startups que lo son durante años, beneficiándose de fondos que en distintos países son reservados a empresas de estas características).

De hecho, la definición de la Real Academia Española de las startup las liga con el mundo tecnológico: «Empresa de reciente creación y de base tecnológica».[4]​ Esta definición concuerda con la contemplada en España en la Ley 14/2013, de 27 de septiembre, de apoyo a los emprendedores y su internacionalización.

Debido al atractivo del mercado tecnológico, la gama de posibilidades y la alta competencia, muchas EBT empiezan su recorrido en una incubadora de empresas, muchas veces con el objetivo de un futuro exit – su venta a multinacionales o fondos tecnológicos.

El parque tecnológico Matam, en Haifa (Israel)

Áreas y parques tecnológicos

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Para facilitar el acceso a servicios y recursos compartidos por este tipo de empresas, se han formado en las últimas décadas áreas que agrupan las sedes, instalaciones, plantas de fabricación, oficinas regionales, etc. en zonas específicamente diseñadas a este fin. Estas zonas, llamadas parques tecnológicos o ciudades tecnológicas (las de mayor extensión), suelen desarrollarse a las afueras de las grandes urbes, y en la actualidad cuentan con la mayor concentración de empresas tecnológicas por superficie.[5]​ Cuando incorporan también entidades universitarias y de investigación académica, suelen definirse como parques científicos.[6]​ Para facilitar el intercambio de información y acceso de estudiantes a puestos de trabajo, algunas universidades tienen los edificios de sus facultades tecnológicas, o al menos sus instalaciones de investigación, en un parque científico.[6]​ El ejemplo más destacado de una ciudad tecnológica es Silicon Valley, en la bahía de San Francisco, Estados Unidos,[7]​ en cuyo desarrollo tuvo un papel importante la Universidad Stanford (que tiene su propio campus tecnológico en este lugar, llamado en su día «el motor del Silicon Valley»).

Apple Park, en Silicon Valley, Bahía de San Francisco

Gigantes tecnológicos

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Los gigantes tecnológicos[8]​ (también conocidas como: las grandes tecnológicas, gigantes tech,[9]​ cinco grandes,[10]​ o GAFAM)[11][12][13]​ son las mayores empresas tecnológicas de la industria en los Estados Unidos, a saber, Alphabet (Google), Amazon, Apple, Meta (Facebook) y Microsoft. Desde finales de la década de 2000, estas cinco han sido, además de Saudi Aramco, Tesla y Tencent, las empresas más valiosas a nivel mundial,[14]​ y cada una ha tenido una capitalización de mercado máxima que oscila entre 500 000 millones de dólares y 2 billones de dólares en varias ocasiones.[15]

Algunos han especulado que puede que no sea posible vivir en el mundo digital fuera del ecosistema creado por estas empresas,[16]​ y las preocupaciones sobre concentración del mercado han llevado a investigaciones antimonopolio del Departamento de Justicia y la Comisión Federal de Comercio en los Estados Unidos,[17][18][19]​ y en la Comisión Europea.[20]

Los comentaristas han cuestionado el impacto de estas empresas en la privacidad, la libertad de expresión y la censura, la seguridad nacional y la aplicación de la ley.[21]​ Por otro lado, al proporcionar servicios gratuitos a los consumidores, siguen siendo populares.[22]​ En particular, Facebook y Google ofrecen casi todos sus servicios de forma gratuita.[23]

Cotización en bolsa y financiación

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En el momento del auge de las nuevas economías entre 1997 y 2001 (la llamada ‘burbuja puntocom’), el término de «empresas tecnológicas exitosas» se circunscribía al entorno bursátil, donde cotizaban empresas relativamente jóvenes y de rápido crecimiento (JTU por sus siglas en inglés), que se desarrollaban en los sectores de la electrónica, la tecnología de la información y la biotecnología, los tres sectores que se afirmaba que tenían perspectivas de crecimiento particularmente (y desproporcionadamente) altas. Es cuando surge el acrónimo TMT para ‘tecnología, medios y telecomunicaciones’.

Las expectativas excesivas llevaron a la burbuja TMT (o ‘puntocom’), cuyo estallido llevó a algunas bolsas de valores, como la estadounidense y la alemana, a introducir nuevos índices bursátiles para las acciones tecnológicas, entendiendo que requieren otro tipo de trato y regulación. En Alemania se creó el índice bursátil TecDAX (que incluye los 30 mayores valores tecnológicos por debajo del DAX en términos de capitalización bursátil y volumen de negocios en la Bolsa de Fráncfort), mientras que en Estados Unidos, fue la NASDAQ, que mediante índices ya existentes (como el NASDAQ-100 o el Nasdaq Composite) se convirtió en la bolsa tecnológica por antonomasia (aunque existen otras bolsas estadounidenses en las que cotizan empresas tecnológicas).

La estructura de costos de las empresas productoras de tecnología se caracteriza por los altos costos de I+D debida a la alta intensidad de investigación para quedarse al día (o adelantarse) en un mercado en constante desarrollo. Dado que estos costos deben prefinanciarse primero con el flujo de caja de los productos ya existentes que están a la venta, la cartera de productos está sujeta a subsidios cruzados hasta el momento en el que los nuevos productos salen a venta y generan ingresos. Patentar nuevos productos crea activos intangibles que aumentan el valor de la empresa. Una cartera de productos estable garantiza que el desarrollo de nuevos productos estén listos para el mercado tan pronto finalice el ciclo de vida de los productos de descontinuados. Las empresas de tecnología suelen tener una alta intensidad de capital, ya que operan en un mercado en crecimiento, aspirando a un crecimiento del valor de las acciones con cada estreno.

A 2023, los sectores económicos con mayor inversión externa en las empresas tecnológicas son la ingeniería biológica (especialmente la vegetal), la biotecnología, la tecnología informática, la ingeniería genética, la tecnología de la información, las telecomunicaciones, la tecnología de software, la inteligencia artificial, la tecnología alimentaria, la ingeniería mecánica, la tecnología médica, la multimedia, la industria farmacéutica y la tecnología medioambiental.

Véase también

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Referencias

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  1. a b c «https://www.i-cpan.es/es/content/empresas-de-base-tecnol%C3%B3gica». 
  2. «https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-48295727». 
  3. a b «https://handitu.net/2013/06/03/que-es-una-ebt-empresa-de-base-tecnologica-porque-y-para-que-las-necesitamos/». 
  4. RAE. «Definición de startup - Diccionario del español jurídico - RAE». Diccionario del español jurídico - Real Academia Española. Consultado el 10 de septiembre de 2019. 
  5. Jussawalla, Meheroo, ed. (2003). Information technology parks of the Asia Pacific: lessons for the regional digital divide. East-West Center studies. Sharpe. ISBN 978-0-7656-1143-7. 
  6. a b McMaster, Tom; Mumford, E.; Swanson, E. B.; Warboys, B.; Wastell, David (9 de enero de 2016). Facilitating Technology Transfer through Partnership (en inglés). Springer. ISBN 978-0-387-35092-9. Consultado el 7 de julio de 2023. 
  7. Thérin, François (1 de enero de 2007). Handbook of Research on Techno-entrepreneurship (en inglés). Edward Elgar Publishing. ISBN 978-1-84720-555-1. Consultado el 7 de julio de 2023. 
  8. «The Economics of Big Tech». Financial Times (en inglés británico). 29 de marzo de 2018. Consultado el 6 de junio de 2019. 
  9. «We're Stuck With the Tech Giants. But They're Stuck With Each Other.». New York Times (en inglés estadounidense). 13 de noviembre de 2019. Consultado el 22 de abril de 2020. 
  10. «The 'Big Five' Could Destroy the Tech Ecosystem». Bloomberg.com. 15 de noviembre de 2017. Consultado el 28 de agosto de 2020. 
  11. «The S&P 500 is really the S&P 5. Big tech dominates the index». CNN (en inglés estadounidense). 11 de febrero de 2020. Consultado el 18 de agosto de 2020. 
  12. «Animal Spirits: The S&P 5». The Irrelevant Investor (en inglés estadounidense). 5 de agosto de 2020. Consultado el 27 de agosto de 2020. 
  13. «The S&P '5'». www.fa-mag.com. Consultado el 27 de agosto de 2020. 
  14. «Most Valuable Companies in the World - 2020». FXSSI - Forex Sentiment Board (en inglés). Archivado desde el original el 27 de enero de 2020. Consultado el 27 de enero de 2020. 
  15. Bursztynsky, Jessica (19 de agosto de 2020). «Apple becomes first U.S. company to reach a $2 trillion market cap». CNBC. Consultado el 15 de octubre de 2020. 
  16. It's almost impossible to function without the big five tech giants .
  17. Rey, Jason Del (6 de febrero de 2020). «Why Congress's antitrust investigation should make Big Tech nervous». Vox (en inglés). Consultado el 21 de febrero de 2020. 
  18. PYMNTS (11 de diciembre de 2019). «DOJ To Wrap Up Probe Into Big Tech In 2020». PYMNTS.com (en inglés estadounidense). Consultado el 21 de febrero de 2020. 
  19. GmbH, finanzen net. «The DOJ's latest probe erased $33 billion from Amazon, Apple, Facebook, and Google | Markets Insider». markets.businessinsider.com. Archivado desde el original el 27 de noviembre de 2021. Consultado el 21 de febrero de 2020. 
  20. «Is Margrethe Vestager championing consumers or her political career?». The Economist. 14 de septiembre de 2017. Consultado el 26 de junio de 2020. 
  21. Privacy, power and censorship: how to regulate big tech .
  22. Yglesias, Matthew (3 de mayo de 2019), The push to break up Big Tech, explained .
  23. Spross, Jeff. «Facebook and Google are free. They shouldn't be.». theweek.com. Consultado el 22 de enero de 2021.