En referencia a un cuento baturro en el cual un delegado celestial se encuentra con un maño y al preguntarle a dónde va, éste le responde que a Zaragoza "quiera Dios o no". Por esta soberbia, el agente celestial le castiga transformándolo en rana y metiéndolo en un charco donde pasa una buena temporada. Al cabo de un tiempo, le devuelven su forma humana y le vuelven a preguntar a dónde va, a lo que el baturro responde que "a Zaragoza o al charco".[1]